Libro: Museu da Escola Catarinense da UDESC e outros Museus do Mundo: Memória e História Visual.

Museo de la Escuela Catarinense de la UDESC y otros museos del mundo: Memoria e Historia visual, publicado por el equipo del Museu da Escola Catarinense / UDESC, y dirigido por la Profesora Dr. Sandra Makowiecky.

Sinopsis: Desarrollado desde el inicio de la pandemia Covid-19, el Museu da Escola Catarinense (Mesc), de la Universidad Estatal de Santa Catarina (Udesc), desarrolló una investigación con 73 museos escolares distribuidos por todo el mundo.

De acuerdo con la explica la coordinadora del Museo, Sandra Makowiecky, la investigación consistió en visitar sitios web y redes sociales de varios museos escolares de Brasil y del mundo. A partir de esta se elaboraron textos informativos sobre los espacios, descripción de las colecciones y fotografías con parte de la colección de cada museo.

Descargar: http://www1.udesc.br/arquivos/id_submenu/2317/da_escola_catarinense_da_udesc_e_outros_museus_do_mundo.memoria_e_historia_visual.exclusao.pdf

Pieza del mes de noviembre de 2020: Colección ‘G. M. Bruño’

Colección de textos escolares G. M. Bruño (2020) [Fotografía]. Imagen de referencia tomada de: https://www.facebook.com/nadabogota/photos/3367099186753217

 

Como pieza del mes, hemos elegido la selección de Textos Escolares G. M. Bruño de la colección de manuales escolares que pertenecen al Fondo Documental del Museo Pedagógico Colombiano. Conjunto de libros muy famosos que incluyeron diferentes saberes y disciplinas de la enseñanza escolar que comprendían temáticas variadas; y que están registradas en cerca de 150 obras, las cuales entre 1910 y 1960, tuvieron gran incidencia e impacto en Colombia y en otros países latinoamericanos como México, Ecuador, Bolivia, Perú y Argentina, no solo en lo que se refiere a la Educación, sino también a la definición de lo que sería el ‘Texto Escolar’, que a diferencia del Manual Escolar (dirigido exclusivamente a los maestros) se diseñó como un material didáctico que proporcionaba herramientas, actividades, disciplinas y procesos de la escuela que tanto maestros y alumnos podían utilizar para la enseñanza y el aprendizaje respectivamente, cambiando en este aspecto al respecto de los manuales –cuyas funciones eran exponer de forma sintética una doctrina, una didáctica o un sistema educativo, según su finalidad; y regular las prácticas de enseñanza y los saberes que circulaban en la escuela–.

La estructura de los textos escolares complementaba el proceso enseñanza–aprendizaje, ya que se fundamentaban en un lenguaje científico accesible al nivel intelectual de los alumnos a los cuales estuviera destinado, estos textos ofrecían una organización metodológica de la enseñanza que se traducía en objetivos, desarrollo de los temas, métodos instructivos e investigaciones; además debían ofrecer síntesis, resúmenes, lecturas, problemas y ejercicios complementarios, sugerencias bibliográficas relacionadas a los contenidos estudiados e incluso indicaciones para la ampliación del aprendizaje.

Textos escolares como los que pertenecen a la Colección G. M. Bruño, en su momento fueron de relevante importancia para el planeamiento de clases del profesor y la orientación de estudios de los alumnos. Incluso hoy en día es muy común encontrar antiguos textos de esta Colección en las bibliotecas de las casas de muchos colombianos.

Pero ¿Quién era G. M. Bruño, un autor, una ‘marca’ o un sello editorial?, la historia que hay bajo este pseudónimo, está relacionada con el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas más conocidos en nuestro contexto como los Hermanos de La Salle, congregación de maestros laicos fundada en 1682 por el sacerdote, teólogo y pedagogo francés Juan Bautista de La Salle (1651–1719), quién sorprendido por las condiciones de abandono de los hijos de los artesanos y de los pobres a mediados del siglo XVII, dedicó su vida a la educación, impulsando un método educativo innovador que imaginaba una escuela abierta a todo el mundo, que fuera consciente de la importancia de la educación para la mejora de las sociedades, que estuviera dotada de educadores formados y con una profunda vocación, una escuela que promoviera la dignidad del maestro y que incluyera también en el sistema educativo a las clases más desfavorecidas. Impulsado por estos motivos, fundó junto a un grupo de maestros escuelas gratuitas para niños pobres, que tenían el objetivo de ofrecerles una buena educación cristiana –por medio de catecismos y otras instrucciones apropiadas para la formación de buenos cristianos, y desde luego para la instrucción en lectura, escritura y aritmética–, y cuyo fin actualmente es la educación de la niñez y de la juventud, siempre en favor de la educación sobre los derechos de la infancia.

La labor y legado histórico de su fundador fue reconocido a mediados del siglo XX, cuando fue declarado por la Iglesia Patrono especial de todos los educadores de la infancia y de la juventud y posteriormente Patrono universal de los educadores; actualmente las actividades de su comunidad religiosa prevalecen, contando con cerca de 90.000 educadores, numerosos colaboradores, cerca de 1000 centros educativos en 79 países (que comprenden todos los niveles: educación infantil y primaria, escuela media, superior, formación profesional y universitaria) y cerca de novecientos mil alumnos, entre niños, jóvenes y adultos.

Ya descrito el contexto al que pertenece nuestra pieza del mes, hay que tener en cuenta que está comunidad religiosa se interesó desde sus inicios por la producción de textos de orientación católica para ser empleados en escuelas, según el reconocido método Lancasteriano de enseñanza mutua (simultánea) vigente en ese tiempo; y su origen fue el siguiente: se estableció a finales del siglo XIX en Francia, por los Hermanos de las Escuelas Lasallistas, es decir la Comunidad adoptó colectivamente el nombre para la impresión y publicación de los libros que fueron elaborados por diferentes Hermanos.

Por lo tanto, la tradición era que los textos publicados no se firmaban por su autor particular, sino por las iniciales del Superior General vigente, de manera que todos los libros que se escribieron, se publicaron bajo el pseudónimo de ‘G.M. Brunhes’, que hace referencia al Superior General de la Comunidad, Edmond Gabriel Brunhes (1834–1916) más conocido en el entorno Lasallista como el Hermano Gabriel-Marie Brunhes –un profesor al servicio de la enseñanza en la educación secundaria que optó por la vida religiosa– decimocuarto sucesor de San Juan Bautista de La Salle entre 1897 y 1913; por consiguiente los Hermanos retomaron su apellido y la comunidad Lasallista de España lo castellanizó a ‘Bruño’. Como resultado toda la producción de textos y ediciones escolares difundidas y distribuidas en Hispanoamérica llevan el nombre bajo la forma de G. M. Bruño, que luego en España y en América Latina se llamaría Editorial Bruño, organización de instrucción popular en sus inicios, que luego funcionaría como una empresa, la cual entre 1932 y 1996, continuó produciendo libros y alcanzando diversos reconocimientos por su obra educativa.

En el contexto educativo colombiano, para entender el impacto de producciones editoriales como las reseñadas, debemos puntualizar que estos textos escolares en general hicieron parte de un proyecto de enseñanza basado en las disciplinas científicas de la época. En consecuencia, el proceso de modernidad escolar en nuestro país comenzó a desarrollarse a finales del siglo XIX, favorecido por dos sucesos políticos: la Constitución de 1886 que dio origen a un gobierno regenerador y la Hegemonía conservadora que duró hasta 1930; entonces a finales de 1889 se designó a seis Hermanos Lasallistas para establecer la primera obra de la Comunidad de los Hermanos Cristianos de la Salle en Colombia, fundando el primer colegio de la Comunidad en Medellín en 1890, luego en 1896 crearon el Instituto de La Salle en Bogotá, posteriormente, fundaron en Barranquilla el Colegio San José, y también se fundó un Instituto en Honda. Así:

se organizaron los colegios, las escuelas cristianas gratuitas para los niños pobres; se abrieron talleres para la enseñanza de oficios y educación práctica; y escuelas dominicales para los obreros” (Ocampo López, Javier, 201, p. 23);

paralelamente comenzó la difusión de las obras de Bruño por el territorio nacional.

Al respecto, el proyecto de modernización escolar de inicios del siglo XX de acuerdo a la Ley Orgánica sobre instrucción pública de 1903, estableció en sus Artículos 1° y 10° que:

Art. 1º La Instrucción Pública en Colombia será organizada y dirigida en concordancia con la Religión Católica” (Ley 39 de 1903 sobre Instrucción Pública. Diario Oficial de la República de Colombia, Bogotá, Colombia, Año XXXIX. N° 11,931. 30, Pág. 1., 26 de octubre de 1903. Recuperado de: http://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1594188).

Art. 10º Serán de cargo del Tesoro Nacional los gastos de la Instrucción Primaria de los territorios nacionales y los de catequización de indígenas, lo mismo que la provisión de textos de enseñanza, útiles de escritorio, etc., para las Escuelas Normales y Primarias…” (Ley 39 de 1903 sobre Instrucción Pública. Diario Oficial de la República de Colombia, Bogotá, Colombia, Año XXXIX. N° 11,931. 30, Pág. 1., 26 de octubre de 1903. Recuperado de: http://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1594188).

En efecto, un elemento importante de esta modernidad escolar (y la realidad sociopolítica, según ese contexto histórico) estuvo marcado por la influencia de la Iglesia, y así mismo por la difusión de textos de enseñanza elaborados con el fin de educar y desarrollar las actividades, y diferentes contenidos incluidos en los planes de estudio de las escuelas públicas de Colombia, siendo la presencia de la Comunidad de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle y los libros de su Editorial factores decisivos para la construcción, transmisión y expansión del saber escolar durante buena parte del siglo XX, primero para el sostenimiento de los pensum diseñados por la Ley 39 de 1903, segundo con el auge de su distribución aproximadamente desde 1913, y finalmente cuando se consolidó el pico de difusión masiva y número de ediciones de estas obras entre 1930 y 1960.

Sobre su importancia, las numerosas y constantes producciones de textos adaptados a los requerimientos pedagógicos, promovidos por distintos sistemas educativos, que fueron publicados por ‘G. M. Bruño’ desde finales del siglo XIX; su trascendencia en nuestra educación, como instrumentos y compendios auxiliares de estudios para orientar la enseñanza de muchos alumnos; y la variedad de disciplinas escolares que comprenden su obra: álgebra, aritmética, trigonometría, física, geometría, silabarios, caligrafía, español, lengua castellana, literatura, religión, historia sagrada, ciencias naturales, historia, comportamiento social, entre otras; son claro ejemplo de su significativo aporte a nivel editorial, científico y político, de su huella en la historia de la educación hispanoamericana y por supuesto, como referencia obligada para la producción editorial masiva de contenidos escolares, labor que abarcaría más de un siglo.

Para conocer las ediciones de la colección de textos escolares G. M. Bruño, otros libros, manuales de alfabetización y demás archivos pertenecientes al fondo documental; y también los objetos e implementos escolares de la historia y la práctica pedagógica que exhibimos, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional.

Igualmente los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Colección G. M. Bruño; Textos Escolares; Hermanos de La Salle; Saber Escolar; Educación; Escuela; Infancia; Enseñanza; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias

Hermanos de las Escuelas Cristianas. (2020, 6 de noviembre).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Noviembre 6 de 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Hermanos_de_las_Escuelas_Cristianas#cite_note-1

Quiénes somos – La Salle Worldwide | lasalleorg | Rome. (2020). Instituto de los Hermanos de las Ecuelas Cristianas – La Salle. Fecha de consulta: Noviembre 9 de 2020. Desde: https://www.lasalle.org/quienes-somos/

Ocampo López, Javier. (2011). “G.M. Bruño San Miguel Febres Cordero el Hermano cristiano de los textos escolares” en: Revista Historia de la Educación Latinoamericana N. 16, Tunja, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, RUDECOLOMBIA, SHELA- HISULA pp. 15-32. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/pdf/rhel/n16/n16a02.pdf

Ley 39 de 1903 sobre Instrucción Pública. Diario Oficial de la República de Colombia, Bogotá, Colombia, Año XXXIX. N° 11,931. 30, 26 de octubre de 1903. Fecha de consulta: Noviembre 10 de 2020. Desde: http://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1594188

Duque Gómez, Luisa F. (2013). La obra de G. M. Bruño: Estudio comparativo de los libros escolares de lengua castellana según criterios de primera y segunda generación. (Trabajo de grado para optar al título de licenciada en Pedagogía Infantil). Universidad Tecnológica de Pereira, Pereira. Fecha de consulta: Noviembre 10 de 2020. Desde: http://recursosbiblioteca.utp.edu.co/tesisd/textoyanexos/37132D946.pdf

Cartagenadeindiasweb.com. Mouthon, C. (2011). El Prolífico G. M. Bruño. Fecha de consulta: Noviembre 11 de 2020. Desde: http://www.cartagenadeindiasweb.com/cartagena_notas_bruno.html

Researchgate.net (2012). G. M. Bruño La edición escolar en Colombia 1900–1930. Fecha de consulta: Noviembre 12 de 2020. Desde: https://www.researchgate.net/publication/236146103_GM_Bruno_La_edicion_escolar_en_Colombia_1900-1930

Virgili, U. (2020). Suso, J; Fernández, M. (2008). Bruño, G. M. – Bruño, Gabriel María [Editorial] | Repertorio de manuales para la enseñanza del francés en España (siglo XX). Fecha de consulta: Noviembre 12 de 2020. Desde: http://www.grelinap.recerca.urv.cat/ca/projectes/diccionario-historia-ensenanza-frances-espana/entradas/37/bruno-gm-bruno-gabriel-maria-editorial

Pieza del mes de agosto de 2020: Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para Uso de la Juventud de Ambos Sexos

Imagen de referencia tomada de: http://libreriasdeocasion.com.mx/otros/educacion-buenas-costumbres/manual-de-urbanidad-y-buenas-maneras-para-uso-de-la-juventud-de-ambos-sexos.html

Como pieza del mes, hemos seleccionado el Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para Uso de la Juventud de Ambos Sexos de la colección de Manuales Escolares que pertenece al Fondo Documental del Museo Pedagógico Colombiano. Comúnmente conocido como “Urbanidad de Carreño” –esto por el apellido de su autor a quién reseñaremos posteriormente–, es un manual para la práctica de buenos modales que tuvo gran repercusión a nivel mundial especialmente en el mundo hispanohablante, el cual se inspiró en textos franceses e ingleses de carácter similar, y cuyo origen se remonta a mediados del siglo XIX, específicamente para 1853; sin embargo, la edición que exhibimos en el Museo fue publicada para 1868 en Nueva York por la editorial estadounidense D. Appleton & Company.

De acuerdo con su extenso título: “Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para Uso de la Juventud de Ambos Sexos; en el cual se encuentran las Principales Reglas de Civilidad y Etiqueta que deben Observarse en las Diversas Situaciones Sociales”, el objetivo principal de éste fue corregir o “blanquear” el comportamiento de la sociedad de su tiempo –especialmente de quienes no eran considerados cortesanos y cultos– a través de una reglas basadas en la moral cristiana para la formación de ciudadanos con entendimiento de sus deberes, y la capacidad de educarse para imitar o poner práctica un conjunto de conductas (consideradas dignas) fundamentadas en los buenos modales y costumbres para relacionarse con otras personas según diferentes situaciones, contextos y espacios, que abarcaban la vida como individuos y desde luego la vida colectiva en sociedad en paz, respeto, orden, felicidad y virtud; al respecto con el enfoque de este manual, quizás se podría reflexionar de forma crítica a nuestro tiempo sobre el siguiente supuesto: que la condición de pobreza no es motivo para no ser digno, para no ser honesto y para no ser un ciudadano decente, cívico y con modales.

Pero por este mismo motivo, se convirtió rápidamente en una lectura obligatoria para la gente de la época, quienes en general trataban de guiarse y adiestrarse por sus preceptos, al punto que no hubo hogar (por humilde que fuera) donde padres y madres no invocaran las enseñanzas de Carreño a la hora de educar y orientar la formación de sus hijos. Por ejemplo, en la estructura de sus capítulos y secciones, se trataban asuntos como los deberes morales de los hombres con Dios, con la sociedad, con sus padres, con la patria y consigo mismos; se explicaban las normas para el comportamiento a seguir dentro de la casa, en la calle, en la iglesia, en la escuela, en el trabajo; también se dedicaban apartados enteros en la descripción de normas para el comportamiento en la vida familiar, para la correcta higiene personal y el aseo en general, para el desarrollo de conversaciones, y para el comportamiento en la mesa, el modo de actuar en visitas, reuniones, honras fúnebres, bailes, festines, entre otros; e incluso abordaba temas sobre el traje, la correcta vestimenta y la presentación personal, entre otros contenidos, como eran la vida en comunidad, la hospitalidad, el fomento de algunos valores morales y lo que hoy llamaríamos tener ‘don de gente’.

Sobre el concepto de urbanidad, entendido como la expresión e imitación de las virtudes y del conjunto de normas para tener una buena actitud social, las cuales nos ayudarán para la vida en convivencia, éste nace en la Europa del siglo XVIII (a pesar de tener algunos precedentes más antiguos) y en el siguiente contexto histórico que probablemente tiene una perspectiva de exclusión y al parecer posterior ‘inclusión social’, ya que anteriormente lo que hoy conocemos como urbanidad era una manera de proceder que solo la practicaban (y a la que solo podían acceder) un grupo pequeño de personas, evidentemente las que pertenecían a la nobleza o grupos de la alta sociedad, por lo tanto copiar aquellos modales nobles, permitía a los considerados humildes o pobres, ser ‘aceptados’ en las altas esferas de la sociedad. Por lo tanto, así como en América Latina, tuvimos el Manual de Carreño, de forma paralela y con muchos contenidos en común, se publicó un poco antes en 1836 un libro sobre leyes de etiqueta y reglas de buena conducta en sociedad, en Norte América, conocido como: «The Laws of Etiquette or Short Rules and Reflections for Conduct in Society«.

En relación al autor de nuestra pieza del mes, fue escrita por el músico, pedagogo y diplomático venezolano, Manuel Antonio Carreño que nació en Caracas en 1812 y falleció exiliado en Francia en 1874; y quién a nivel pedagógico no solo se destacó –y pasaría a la historia– por escribir el Manual de Urbanidad y Buenas Maneras (que hoy reconocemos con su apellido); ya que también fundó instituciones educativas en su país, y tradujo al castellano obras para la educación como catecismos y métodos para el estudio de la lengua latina. Como dato curioso, Carreño era sobrino del educador Simón Rodríguez que además de haber sido el insigne maestro del Libertador Simón Bolívar; fue una figura fundamental para el pensamiento ilustrado y pedagógico latinoamericano del siglo XIX, pues planteó el fin social de las escuelas y la educación, como fundamentos del saber e instrumentos a través de los cuales todos los pueblos y sus ciudadanos sin exclusión alguna, alcanzarían la modernización, el progreso, la formación para el trabajo y la adquisición de nuevos hábitos para la consolidación de las nacientes repúblicas americanas.

Respecto a los manuales escolares, son obras que tienen como objeto la enseñanza, por lo cual, constituyen una exposición ordenada y secuencial de una disciplina escolar. Las principales particularidades del manual escolar son:

“Intencionalidad por parte del autor, sistematicidad en la exposición de los contenidos, secuencialidad, adecuación para el trabajo pedagógico, estilo textual expositivo, combinación de texto e ilustraciones [en la mayoría de ellos], reglamento de los contenidos, de su extensión y del tratamiento de
los mismos e intervención estatal administrativa y política”
(Varela, 2010, p. 99).

Otra característica fundamental de los manuales escolares empleados desde el siglo XVIII hasta la primera mitad del siglo XX es que, a diferencia de los libros de texto (producidos a partir de la segunda mitad de siglo XX), estos estaban dirigidos exclusivamente a los maestros ya que una de sus funciones era regular las prácticas de enseñanza y los saberes que circulaban en la Escuela.

Según el centro de investigación MANES y varios autores, los manuales escolares se clasifican, en cuatro principales grupos: Textos de primeras letras [cartillas de lectura, catones, silabarios y citolegias (métodos de lectura rápidos)]; Catecismos (religiosos y laicos); Manuales específicos para disciplinas escolares (matemáticas, historia natural, geografía, historia, entre otras); y como nuestra pieza del mes –en una categoría aparte, pues no estaban destinados únicamente a la Escuela sino, además, a la Familia–, tenemos los Manuales de urbanidad.

Resaltamos el legado de esta joya de la urbanidad hispanoamericana que coadyuvo a corregir muchas conductas y armonizó las relaciones entre sujetos y la vida de la sociedad latinoamericana de ese momento, y que ciertamente fue uno de los pilares documentales para la enseñanza del civismo y los buenos principios sin distinción de género; inclusive para muchos de nuestros abuelos su autor fue considerado ‘la biblia de los buenos modales’, y ¿Cómo no exaltar la memoria de Carreño y los contenidos de este Manual?, si el mismo fue capaz de moldear una sociedad diferente desde mediados del siglo XIX y buena parte del siglo XX, también fue un instrumento clave para la difusión masiva de las buenas costumbres y los comportamientos considerados ‘ideales’ que se transmitieron de generación en generación; y aunque todavía el Manual de Carreño, se sigue publicando, ya no es muy usual su consulta ya que los conceptos de ciudadanía y sociedad han cambiado –y continuarán transformándose– y algunas de sus posturas son descontextualizadas y hasta resultan algo radicales para la actual sociedad; aunque por supuesto, debemos resaltar que temas como los que trataba el manual no pierden vigencia, por lo tanto, muchas de sus normas siguen vigentes, por ejemplo: respetar a los padres, asearse antes de salir de casa, tener buenos modales en la mesa, caminar sobre la acera y saludar.

Para conocer y consultar el Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para Uso de la Juventud de Ambos Sexos, otros textos, manuales de alfabetización y demás archivos pertenecientes al fondo documental; y también los objetos de la historia y la práctica pedagógica que exhibimos, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional.

Igualmente los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Manual de Urbanidad; Buenas Maneras; Civismo; Manual Escolar; Familia; Educación; Moral; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Información compartida en Editorial Magisterio, conozca la Colección Pedagogía e historia

 

Referencias

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

Varela, M. (2010). Sobre los manuales escolares.
En: Revista Escuela abierta. N. 13. pp. 97-114

Carreño, M. A. (1868). Manual de urbanidad y buenas maneras para la juventud de ambos sexos. New York: Appleton & Company. 

Manual de Carreño. (2020, 3 de mayo).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Agosto 11 de 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Manual_de_Carreño#:~:text=El%20Manual%20de%20urbanidad%20y,Carreño%20en%20Venezuela%2C%20en%201853.

Manual Antonio Carreño. (2020, 28 de julio).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Agosto 12 de 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Antonio_Carreño 

Sites.google.com. 2020. Que Es La Urbanidad? – Trabajo Informática. Fecha de consulta: Agosto 12 de 2020. Desde: https://sites.google.com/site/turbanidad/que-es-la-urbanidad

Sites.google.com. 2020. Historia de la Urbanidad – Informatik… 1002. Fecha de consulta: Agosto 13 de 2020. Desde: https://sites.google.com/site/informatik1002/home/urbanismo/historia-de-la-urbanidad

BBC News Mundo. 2020. Manuel Carreño, el Venezolano que le enseñó buenos modales a América Latina (y a España). Fecha de consulta: Agosto 14 de 2020. Desde: https://www.bbc.com/mundo/noticias-46039565

Editorial, p., 2020. La Urbanidad de Carreño. Protocolo y Etiqueta. Fecha de consulta: Agosto 14 de 2020. Desde: https://www.protocolo.org/social/etiqueta-social/la-urbanidad-de-carreno.html

Pieza del mes de julio de 2020: Estuche de compás KIN

Como pieza del mes, hemos seleccionado el Estuche de Compás de acero cromado de la colección de implementos escolares del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto de producción industrial, empleado en la enseñanza de la aritmética, pero especialmente de la geometría y el dibujo lineal, fabricado a mediados de la década de 1950 por la compañía ‘KIN’ que tenía sede en Checoslovaquia (1918​–1992) hoy República Checa, la cual se dedicaba a la fabricación de instrumentos de precisión para el dibujo técnico arquitectónico y otros implementos, que hoy son comunes en las papelerías (clips metálicos, perforadoras de papel, grapadoras, grapas para cosedoras, chinches, herramientas para corte y talla, entre otros) .

También conocido como “compás geométrico”, su historia se remonta de forma paralela con el comienzo de la historia de la geometría clásica, definida como la rama de la matemática que estudia las propiedades de las figuras en el plano (dos dimensiones) y en el espacio (tres dimensiones); siendo la geometría euclidiana, la primera en ser considerada como formal, naciendo alrededor del 300 a. C. en la antigua Grecia, a partir de los de los estudios, axiomas y teoremas encontrados en la obra –compuesta por trece libros– los Elementos (geométricos) de Euclides escritos por el matemático y geómetra griego, a quién se le conoce como «el Padre de la Geometría«.

En un inicio, el compás era un instrumento que se asemejaba a una tijera con dos puntas curvas, una parte superior de forma romboide y en la punta más superior una parte con forma de esfera para obtener agarre, y además solo existía un tipo de compás. Pese a su antigüedad, el compás se fue transformando para necesidades especiales, al respecto en el siglo I a. C., el famoso arquitecto romano Marco Vitruvio Polión (considerado el “Padre de la Arquitectura Clásica Antigua”) en ‘De architectura’ (Los Diez Libros de Arquitectura) –el tratado más antiguo sobre arquitectura que se conserva y el único de la Antigüedad clásica–, apuntaba:

Por medios arquitectónicos y gracias a los trazos del compás nos es posible descubrir los efectos del Sol en el Universo” (Vitruvio, 2008, p.117).

Otra muestra de su evolución es el Compás geométrico y militar, ideado en el siglo XVII por el astrónomo y matemático renacentista Galileo Galilei, su precisión aportó, inicialmente, una manera para calcular la trayectoria parabólica del cañón –transportable– medieval de artillería; y luego, con el tiempo, para resolver un sinfín de temas prácticos del diario vivir.

Museo Galileo – Istituto e Museo di Storia della Scienza, (1606). Geometric and Military Compass. [Fotografía] Recuperado de: https://artsandculture.google.com/asset/geometric-and-military-compass-galileo-galilei/XwFqoTdSpqsmhg [Acceso 3 Julio 2020].

A lo largo de la historia han existido varios tipos de compás, algunos de los modelos han sido los siguientes: 

  • Compás de trazo o mina: Posee dos patas regulables, una terminada en punta de hierro para mantenerlo fijo sobre la hoja de papel y la otra con punta de pinza para colocar la mina de grafito y hacer trazos. 
  • Compás de cantero: Empleado en cantería, tenía los brazos con puntas curvas y permitía reproducir con precisión cualquier tipo de forma; fue imprescindible para la construcción de catedrales.
  • Compás bigotera (o de precisión): Se caracteriza por mantener fijo el radio de abertura, y se gradúa mediante un tornillo o eje roscado que permite ajustar los brazos del compás con precisión milimétrica. Es comúnmente utilizado para el dibujo técnico. 
  • Bigotera loca: Es un antiguo compás especial para el trazado de circunferencias de radio muy pequeñas.
  • Compás áureo: Es un compás de tres puntas que permite dividir una recta en extrema y media razón. 
  • Compás de puntas: Utilizado para medir líneas y puntos, y para trazar círculos y arcos; también se emplea para transportar medidas.
  • Compás plano: Es un aparato que integra los instrumentos geométricos que conocemos actualmente; el transportador, el compás, las escuadras y la regla.

Sobre sus funciones, en las Escuelas generalmente se utiliza para dibujar círculos perfectos y arcos de circunferencia; sin embargo, usos más avanzados, los podemos ver en las matemáticas, el dibujo técnico arquitectónico y la geometría descriptiva, por ejemplo, se puede utilizar para tomar medidas de segmentos y trasladarlos con exactitud, transportar ángulos y medidas entre dos puntos, dividir líneas, entre otras tareas; igualmente es utilizado como herramienta para medir distancias, en particular en mapas cartográficos. De hecho, de la acción de ‘compasar’ deriva su nombre, actividad que se describe como la medición de distancias por medio de un instrumento de dos piernas de distinta estructura, en este caso el Compás. Como podemos notar, su empleo es muy variado y abarca distintos campos desde las matemáticas, la geometría, la ingeniería, la astronomía, el dibujo, la navegación y otros.

Para entender la importancia de su uso e impacto en la historia de la humanidad, pensemos en el Hombre de la antigüedad, que cuando quiso representar el cosmos, en documentos, papiros, libros y tratados trazó un círculo con un compás, siguiendo su curva perfecta de 360°; de manera que todo lo que viniera de la naturaleza, de la creación divina, del universo, fue representado de esa forma desde entonces. Como ejemplo de estas representaciones donde el compás fue un importante instrumento de ayuda, presentamos algunas de las ilustraciones xilográficas realizadas por Paul Kreutzberger en el ‘Orbis sensualium pictus’ (El Mundo en Imágenes)considerado el primer libro ilustrado para niños de la historia famoso texto escrito por el “Padre de la PedagogíaJuan Amós Comenio en el siglo XVII.

Comenius, J. A. (1658). I, Dios / II, El mundo / CIII, La esfera celeste / CVII B, El globo terráqueo. [Ilustraciones]. Fuente: Orbis sensualium pictus (El Mundo en Imágenes), p. 20 – 22 – 224 – 234.

Por otra parte, desde lo simbólico, el compás se ha utilizado con frecuencia como un símbolo de divinidad, de perfección, de precisión y de las ciencias exactas; también los podemos identificar en Escudos de Armas de algunos países, e incluso organizaciones vinculadas a la masonería, entre otras lo han utilizado para sus logotipos e insignias.

Como se ha señalado en otras oportunidades, los inicios de la Escuela Pública estuvieron orientados por el desarrollo de los rudimentos de la triada “contar, leer y escribir” que gradualmente dieron paso a diferentes asignaturas que se establecerían en el siglo XIX, esto de acuerdo con los niveles de enseñanza de la época: elemental, medio y superior. En el caso de las matemáticas, además de la aritmética, aparecieron saberes como la geometría y en el nivel superior el algebra, y con la expansión de la Escuela, también se empezaron a utilizar diversos objetos para la enseñanza de estos saberes, por ejemplo, en el nivel elemental, se introdujo el ábaco como instrumento para la enseñanza intuitiva de las matemáticas; y cuando se institucionalizó la geometría y su aplicación en el dibujo lineal, es cuando el uso escolar del compás metálico –y otros elementos– tomó relevancia.

En particular el compás, fue un utensilio, que se usó con contenidos específicos para cada nivel de la enseñanza geométrica y también para el dibujo lineal dentro de las escuelas, al respecto Parra señala:

En el nivel elemental se acentuaba el reconocimiento de figuras planas, algunos volúmenes y el dibujo de objetos de uso doméstico, paisajes, plantas, personas y animales. En el nivel medio se presentan proposiciones relacionadas con rectas paralelas y perpendiculares, ángulos, triángulos, cuadriláteros, circunferencia y elipse, que se empleaban en diferentes clases de dibujos y algunas construcciones geométricas. En el nivel superior se estudiaban varios tipos de sólidos, cálculo de volúmenes y dibujo en perspectiva” (Parra, 2017, p. 101).

De esta manera, el compás fue uno de los objetos que más se difundió, ya que su uso facilitó, el aprendizaje de distintos temas acorde con los niveles de complejidad y enseñanza que este campo del conocimiento requería.

Para tener en cuenta, muchos de los objetos de la enseñanza que hacen parte de las colecciones del Museo Pedagógico Colombiano como el juego de compás reseñado, provienen de donaciones particulares e institucionales procedentes de diferentes nacionalidades y épocas, para la muestra nuestro objeto del mes, el cual, a pesar de ser de manufactura checa (de mediados del siglo XX) como lo indica la inscripción en la parte posterior del estuche ‘Made in Czechoslovakia’, sus orígenes e historia se remontan al siglo III a. C. en la Edad Antigua, y no obstante con más de 2.000 años de antigüedad su uso no ha perdido vigencia en las escuelas, la geometría y en otros campos del conocimiento, además ¿Cuántas generaciones de estudiantes no tuvimos un estuche de compás entre nuestros útiles escolares?

Para conocer los Estuches de Compás, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes a los fondos documentales que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional.

Igualmente los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Compás; Aritmética; Geometría; Dibujo Lineal; Dibujo Técnico; Implementos Escolares; Enseñanza; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Información compartida en Editorial Magisterio, conozca la Colección Pedagogía e historia

 

Referencias

Compás (instrumento). (2020, 20 de mayo).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Julio 3 de 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Compás_(instrumento)

Vitruvio. (2020, 16 de marzo).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Julio 6 de 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Vitruvio#De_Architectura_libri_decem_(De_architectura)_de_Vitruvio

Vitrubio Polión, M. (2008). De architectura (Los Diez Libros de Arquitectura). Barcelona: Linkgua Ediciones. Recuperado de: https://www.u-cursos.cl/fau/2015/0/AO104/1/foro/r/1_Vitrubio_Los_diez_Libros_de_Architectura.pdf

Parra, G. (2017). Matemáticas como saber escolar en Colombia (1845–1906): gobierno, razón y utilidad. Pedagogía y Saberes, (47), 95.106. Recuperado de: https://doi.org/10.17227/01212494.47pys95.106

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

Google Arts & Culture. (2020). Galileo: «El Padre de la Ciencia» – Google Arts & Culture. Fecha de consulta: 6 Jul. 2020. Recuperado de: https://artsandculture.google.com/usergallery/galileo-el-padre-de-la-ciencia/GQJC58-b90nWLw

 Sol de Colombia. (2019). El CompásSol De Colombia. Fecha de consulta: 6 Jul. 2020. Recuperado de: http://soldecolombia.org/el-compas/

Economiaynegocios.cl. (2016). Eyn: El Compás Geométrico Instrumento De Precisa Medición. Fecha de consulta: 6 Jul. 2020. Recuperado de: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=264592

Lamerkabacosmica.blogspot.com. (2011). El Compás – Significado Grado Aprendiz. Fecha de consulta: 6 Jul. 2020. Recuperado de: http://lamerkabacosmica.blogspot.com/p/el-compas-significado-grado-aprendiz.html

Pieza del mes de febrero de 2020: Brújula C. Stockert & Sohn

Como pieza del mes, hemos seleccionado la Brújula que pertenece a la colección de implementos escolares del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto empleado en la enseñanza de la geografía y fabricado a mediados de la década de 1930, por la compañía alemana C. Stockert & Sohn Kompassfabrik.

Stockert, es el apellido de una familia alemana que desde finales del S. XVIII y por más de 200 años, se dedicó a la fabricación de brújulas, y como muchas otras empresas de esta nacionalidad, la piedra angular de su éxito y la prolongación de su oficio, ha sido la transmisión de conocimientos de generación en generación y la tradición familiar para la producción de los productos de la marca, incluso hasta el día de hoy, se fabrican y exportan a todo el mundo brújulas de todo tipo; sin embargo los modelos antiguos fabricados en el S. XVIII se exhiben en el Museo Nacional Germano y el Museo Británico.

Die-kompassmacher.de (2020). Eingangsschild C. Stockert & Sohn in Fürth (Emblema de entrada de C. Stockert & Sohn en Fürth). [Fotografía]. Recuperada de: http://www.die-kompassmacher.de/dl/DieKompassmacher_Band1.pdf
Sobre la compañía, la base para la producción de la familia fue puesta por Christoph Lorenz Ernst (1746–1811) a fines del S. XVIII, y pese a que hay registros que datan de la fundación de una empresa predecesora en 1794; oficialmente, el fundador de C. Stockert & Sohn, según registro comercial fue Carl Stockert en 1850, contando en sus inicios con más de 30 trabajadores y ubicada en el casco antiguo de Fürth.

Desde el S. XVIII muchos fabricantes de brújulas provienen de esta familia, y a finales del S. XIX, existieron dos compañías independientes que pertenecieron a dos miembros de la familia: K. S. Stockert, fundada por Karl Sebastian Stockert en 1850, que fabricó brújulas entre los S. XIX y XX, empresa que en 1946 cambio de nombre a Paul Stockert OHG (PASTO) y que hasta 1972 fabricó brújulas. Y C. Stockert & Sohn, fabricante de brújulas alemán más antiguo y sobre la que podemos agregar, que en 1911, figuraba en la categoría de «Compass Manufacturing & Nickel Plating» (Fabricación de brújulas y niquelado) en las libretas de direcciones alemanas; y en 1976, agregaría a la producción lupas, lentes de lectura y microscopios de varilla, cuando adquieren la compañía Matthäus Walther.

Las brújulas son instrumentos que utilizan como medio de funcionamiento el magnetismo terrestre y permiten determinar la orientación con respecto a la superficie del planeta, a través de una aguja imantada que indica la dirección del Norte magnético[1] (distinto del Norte geográfico[2]) apuntando hacia el polo norte y polo sur, que es ligeramente diferente en cada zona del planeta, y a su vez es improductivo en los dos polos debido a la convergencia de las líneas de fuerza del campo magnético terrestre.

Presumiblemente su origen se encuentra en el descubrimiento de un artefacto de magnetita de similar funcionamiento, que ha generado teorías sobre que «los Olmecas podrían haber descubierto y usado una ‘brújula’ de magnetita desde antes del año 1000 a. C.[3]». Sin embargo, pese a que todavía se discute si hubo un descubrimiento paralelo y posterior en Europa, tradicionalmente la historia acepta que fueron los antiguos chinos quienes la inventan aproximadamente en el S. IX, al observar que un pequeño objeto de hierro imantado, si tiene libertad de movimiento, se coloca en la dirección Norte-Sur, siguiendo las líneas del campo magnético terrestre, mecanismo que se utilizó para lograr la orientación en nuestro planeta y determinar las direcciones en mar abierto.

Por las diferencias culturales entre China y Europa, el invento original estaba montado sobre unos coches de dos ruedas provistos de brújulas llamados “carrozas magnéticas[4]”, con una pequeña figura humana que señalaba la dirección Sur. El hallazgo pasó a la India, y luego al mundo musulmán, llegando finalmente a Europa, continente que sacó mucho más provecho que sus creadores, sirviéndose de éste y otros inventos para la navegación; situación que también sucedió con otros inventos chinos como la pólvora, la tinta, el papel o la imprenta.

En Europa, se le realizaron mejoras para facilitar su uso, por ejemplo, reducir su tamaño y montar la aguja sobre una pequeña punta, que le permitía girar en todas direcciones, e incorporar la famosa “Rosa de los vientos[5]” con las 32 direcciones o rumbos posibles. Inicialmente, se creyó que obraba por brujería de allí su nombre más común (que es un diminutivo de bruja); desde fines de la Edad Media y hasta mediados del S. XIX se creyó que la aguja imantada apuntaba hacia el Polo Norte y se creía que esto ocurría porque —se suponía— existía allí una gigantesca montaña de hierro o de magnetita en medio de una isla a la que se llamó Rupes Nigra[6]. Finalmente, la brújula es oficial y popularmente conocida desde el Renacimiento.

Expediciones como el Descubrimiento de América y otras largas navegaciones no hubieran sido posibles sin este instrumento, sin embargo Colón notó los problemas que planteaba su utilización; por lo que las mejoras, se concentraron en aumentar su “sensibilidad” a los más pequeños cambios de rumbo del navío y su “estabilidad” para que no se viera influida por los movimientos del navío. Además Colón, observó que la aguja se desviaba un tanto, situación que supuso un serio inconveniente, pues en grandes distancias oceánicas, una desviación de pocos grados puede llevar a un punto muy lejano del trazado.

Hoy sabemos que el campo magnético terrestre no coincide exactamente con las coordenadas geográficas, gracias al descubrimiento del cartógrafo español Alonso de Santa Cruz al realizar el primer mapa terrestre con las desviaciones magnéticas, elaborado a base de continuas y detalladas observaciones, y gracias al cual los navegantes podían corregir su rumbo, pues el campo magnético terrestre no es homogéneo.

Las brújulas modernas utilizan una aguja o disco magnetizados dentro de una cápsula llena con algún líquido que hace que la aguja se detenga en vez de oscilar repetidamente alrededor del Norte magnético. Algunas brújulas incluyen transportador y escalas, para tomar medidas exactas de rumbos y distancias directamente de mapas; como también, marcas luminosas para usarla en condiciones de poca luz y mecanismos ópticos de acercamiento y observación para medir objetos lejanos con precisión.

Desde mediados del S. XX la brújula convencional empezó a ser reemplazada por sistemas de navegación más avanzados y completos, como la brújula giroscópica y los Sistemas de Posicionamiento Global (GPS). Sin embargo, su uso aún es muy popular en actividades que requieren alta movilidad o que impiden el acceso a energía eléctrica. En cualquier caso, queda manifiesto el decisivo papel que en la historia de la Humanidad ha jugado este tan aparentemente sencillo artefacto.

La clase de brújula que exhibimos, tiene unas características interesantes de acuerdo a su periodo de fabricación, y los logotipos de la marca e inscripciones que hay en ella, especialmente porque su fabricación está directamente relacionada a un joven ejército que la utilizaría –no exactamente el mismo modelo que exhibimos en el Museo, pero si una variación– para efectuar mediciones en campo, localizar coordenadas y trazar estrategias de batalla; particularidades que nos hablan de un periodo estructural de la Historia de la Humanidad, como lo fue la Segunda Guerra Mundial (1939–1945).

Old MarchIng Compass de Stockert and Son en Núremberg, Vintage 1930, Field Compass (2019). Vista posterior, logo de la manufactura del fabricante «S» / Logo D.R.P. [Fotografía]. Recuperada de: https://www.etsy.com/es/listing/726458134/old-marching-compass-de-stockert-and-son?show_sold_out_detail=1&frs=1
Por ejemplo, el logo es una letra «S» con forma de hexágono alargado, inscrito en la parte posterior de la brújula, por medio de la cual sabemos que pertenece a C. Stockert & Sohn, y no a otros fabricantes de la familia. Sobre la inscripción D.R.P., que está ubicada bajo el logo, significa: “Deutsches Reichs Patent”, es decir «Patente del Reich Alemán», y allí aparece la relación de nuestra pieza del mes con las “Hitlerjugend” o Juventudes Hitlerianas.

Establecidas en 1926 por el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP) y eran el ejército juvenil de la Alemania nazi, que buscaba conformar las futuras generaciones del Reich compuestas por ciudadanos y soldados que sirvieran fielmente al proyecto nazi, a través de la creación de un sistema de adiestramiento para los jóvenes, con el fin de proporcionarles un entrenamiento físico y militar, y el desarrollo de su entendimiento y obediencia a esta ideología, de acuerdo a los principios del nacionalismo, la educación académica y científica, la camaradería, la vida al aire libre, y la formación de líderes y hombres de bien, quienes más adelante serían los pilares en los que se sustentó el nazismo.

Alemania – Touristen Kompass / Marschkompass 2.WK D.R.P. für die Hitlerjugend und Werhmacht (2019). Niño de la Juventudes Hitlerianas con brújula. [Fotografía]. Recuperada de: https://www.catawiki.es/l/28200409-alemania-touristen-kompass-marschkompass-2-wk-d-r-p-fur-die-hitlerjugend-und-werhmacht
Alemania – Touristen Kompass / Marschkompass 2.WK D.R.P. für die Hitlerjugend und Werhmacht (2019). Vista posterior brújula, logo Touristen-Kompass. [Fotografía]. Recuperada de: https://www.etsy.com/es/listing/726458134/old-marching-compass-de-stockert-and-son?show_sold_out_detail=1&frs=1
Otra diferencia de nuestra brújula es la inscripción: “Touristen-Kompass” o “Brújula de Turistas”; mientras que en las que usaron las Juventudes Hitlerianas, decía: “Marsch-Kompass”, es decir “Brújula de Marcha”, que fue la brújula oficial de estas organizaciones juveniles y también de la Wehrmacht[7].

En relación a la importancia de este objeto dentro de las aulas de clase, el aporte de la Segunda Misión Pedagógica Alemana (1927–1935) al Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas junto con los Ministerios de Educación y de Gobierno; la Academia de Historia; la contraloría General; los ministros de España, Gran Bretaña y Francia, fue fundamental para la constitución y consolidación de la práctica pedagógica, para este caso el de la enseñanza geográfica de los maestros en formación, ya que entre 1926 y 1936 donaron carteles de mapas del mundo, visores estereoscópicos, globos terráqueos y brújulas. Y aunque es complejo establecer el uso exacto de éstas últimas dentro de la metodología pedagógica del IPN para Señoritas, solo podemos inferirlo en las secciones y materias donde la enseñanza práctica de la geografía fue protagónica, como por ejemplo la Sección de Física y por supuesto las asignaturas de Geografía, exigidas en el marco de las materias del Curso de Información Pedagógica, esto de acuerdo con el pensum del Instituto. Sin embargo podemos reflexionar sobre el uso de los objetos como fuente histórica para dialogar sobre diferentes sucesos y como estos se insertan en el contexto de los museos.

Para conocer la Brújula, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

También los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Brújula; Geografía; Pedagogía; Enseñanza; Implementos Escolares; Magnetismo; Juventudes Hitlerianas; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Información compartida en Editorial Magisterio, conozca la Colección Pedagogía e historia

 

Referencias

Brújula. (2020, 30 enero).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 10 Feb. 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Br%C3%BAjula

Juventudes Hitlerianas. (2020, 22 enero).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 17 Feb. 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Juventudes_Hitlerianas

Donzey, J. and Donzey, J. (2020). Compass Museum – Manufacturers Profiles. Compassmuseum.com. Fecha de consulta: 12 Feb. 2020. Desde: https://compassmuseum.com/diverstext/profiles.htm#C_STOCKERT

Liebau, C. (2020). Die Kompassmacher – Hersteller. Die-kompassmacher.de. Fecha de consulta: 13 Feb. 2020. Desde: http://www.die-kompassmacher.de/hersteller.php?page=Stockert

Original-militaria.com. (2020). HJ/ Brújula Completa con DRP – Original Militaria. Fecha de consulta: 14 Feb. 2020. Desde: https://original-militaria.com/producto/hj-brujula-completa-con-drp/

Stockert-sohn.de. (2020). Stockert und Sohn. Fecha de consulta: 13 Feb. 2020. Desde: http://www.stockert-sohn.de/

Catawiki.es. (2020). Alemania – Touristen Kompass / Marschkompass 2.WK D.R.P. für die Hitlerjugend und Werhmacht – Catawiki. Fecha de consulta: 11 Feb. 2020. Desde: https://www.catawiki.es/l/28200409-alemania-touristen-kompass-marschkompass-2-wk-d-r-p-fur-die-hitlerjugend-und-werhmacht

AristaSur. (2020). Norte magnético, norte geográfico y norte Lambert | AristaSur. Fecha de consulta: 11 Feb. 2020. Desde: https://www.aristasur.com/contenido/norte-magnetico-norte-geografico-y-norte-lambert

Fuerthwiki.de. (2020). C. Stockert & Sohn – FürthWiki. Fecha de consulta: 19 Feb. 2020. Desde: https://www.fuerthwiki.de/wiki/index.php/C._Stockert_%26_Sohn

[1] El Norte magnético, es el que nos indica la brújula. La aguja magnética móvil se alineará con las líneas de fuerza del campo magnético de la Tierra, indicándonos dónde se encuentra el Norte magnético. La ubicación de este punto no está en un lugar estable, sino que cambia diariamente y de manera predecible unos cientos de metros (en el último siglo se ha desplazado 1100 kms). Fuente: https://www.aristasur.com/contenido/norte-magnetico-norte-geografico-y-norte-lambert

[2] El Norte geográfico, también se le conoce como Norte verdadero y es el que usa la Tierra como eje de giro imaginario para su movimiento de rotación. Por tanto, no coincide con el Norte magnético. Fuente: https://www.aristasur.com/contenido/norte-magnetico-norte-geografico-y-norte-lambert

[3] Carlson, John B. (Lodestone Compass): «Chinese or Olmec Primacy? Multidisciplinary Analysis of an Olmec Hematite Artifact from San Lorenzo, Veracruz, Mexico.» Science, New Series, Vol. 189, No. 4205 (Sep. 5, 1975), pp. 753-760 (753).

[4] Obras históricas, habían mencionado coches provistos de brújulas que los emperadores empleaban en sus expediciones a través de su imperio. Llamadas carrozas magnéticas, éstas eran coches de dos ruedas, y delante del asiento se encontraba una pequeña estatua móvil alrededor de un pivote y con un brazo extendido en que había una pequeña barrita imantada, gracias a la cual el brazo indicaba siempre la dirección del Sur. Fuente: http://www.mjcv.es/susanaoubina/Inventos_Inventores/enlaces/chinos.html

[5] La rosa de los vientos, es un instrumento marino usado en las cartas de navegación que se utiliza para representar la circunferencia del horizonte mediante el uso de 32 rombos unidos por sus extremos. Frecuentemente también se puede ver una flor de lis, que se utiliza para representar el Norte. Es común ver también un esquema que simboliza el posible rumbo y magnitud de los vientos. Este esquema suele aparecer representado en los compases magnéticos o las brújulas y ayudan a la orientación. Fuente: https://geografia.laguia2000.com/general/rosa-de-los-vientos

[6] Rupes Nigra, es una isla fantástica, constituida de roca negra imantada, que se creía estaba ubicada en el polo Norte. La existencia de dicha isla pretendía explicar por qué las brújulas señalaban siempre al Norte magnético desde cualquier punto. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Rupes_Nigra

[7] El Heer (Wehrmacht, ejército, en alemán) eran las fuerzas terrestres de la Wehrmacht, las Fuerzas Armadas alemanas desde 1935 a 1945. La Wehrmacht también incluía a la Kriegsmarine (Marina de guerra) y la Luftwaffe (Arma Aérea). Durante la Segunda Guerra Mundial, un total de unos 15 millones de soldados sirvieron en el Heer, de los cuales murieron unos 4 millones. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Heer_(Wehrmacht)

Pieza del mes de diciembre de 2019: Armonio Schiedmayer

Como pieza del mes, hemos seleccionado el Armonio que pertenece a la colección material de objetos históricos de enseñanza del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, que exhibimos en la sala “IPN Patrimonio Pedagógico” del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto elaborado en la década de 1920, por la compañía alemana Schiedmayer Pianofortefabrik.

celesta-schiedmayer (2019). Schiedmayer Pianofortefabrik (formerly J. & P. Schiedmayer), Neckarstrasse 12, Stuttgart. [Imagen]. Recuperada de: https://www.celesta-schiedmayer.de/wp-content/uploads/2016/04/JP-Pianofortefabrik-Stuttgart-Neckarstrasse-12.jpg
Schiedmayer, es el apellido de una familia alemana que desde 1735 y que por casi 300 años ininterrumpidos han fabricado instrumentos de teclado, siendo un evento raro en la historia que los miembros de la misma familia en diferentes generaciones se hayan dedicado al mismo oficio.

La historia comienza con Balthasar Schiedmayer (1711-1781), que en 1735 había construido su primer clavicordio y sería el patriarca de esta dinastía de fabricación de pianos. Sus hijos: Johann Christoph Georg Schiedmayer (1740-1820), Adam Achatius Schiedmayer (1745-1817) y Johann David Schiedmayer (1753-1805), además de ser pianistas, también aprenderían el arte de fabricarlos y heredarían una amplia base de conocimientos y habilidades, además de la casa y el taller. El más famoso de ellos fue Johann David, que aprendió los conceptos de la fabricación de piano de su padre, y su fama se extendió después de establecer en 1781 su propio taller en Nuremberg.  

En la siguiente generación Johann Lorenz Schiedmayer (1786-1860) hijo de Johann David también aprendió el oficio y dirige el taller de Nuremberg, luego conoce al pianista Carl Friedrich Dieudonné y se trasladan a Stuttgart. Así, nace en 1809 la firma Dieudonné & Schiedmayer, donde las técnicas de producción se mejoran continuamente, introduciendo el mecanismo inglés de percusión. Pronto su empresa se hizo conocida más allá de la región, y una demanda cada vez mayor requirió la ampliación de las instalaciones. Cuando Dieudonné muere, Johann Lorenz se convirtió en el único propietario, emprendiendo esta tarea con éxito, como lo evidencia la larga lista de clientes y envíos a nivel mundial; virtuosos y compositores de piano, como Friedrich Silcher, Clara Schumann y Franz Liszt, estaban estrechamente asociados con la firma Schiedmayer.

En 1845, los hijos mayores de Johann Lorenz, Adolf y Hermann se convirtieron en socios de su padre, y se establece la firma Schiedmayer & Söhne, Pianofortefabrik; mientras que los hijos menores Julius y Paul, son enviados a París, para estudiar la fabricación de armonios. En 1853, regresan a Stuttgart y su padre les construye un taller y fundan la firma J. & P. Schiedmayer, primera fábrica de armonios en Alemania, que pronto comenzó a construir pianos y celestas, y algunos instrumentos musicales mecánicos; más tarde en 1875 la firma cambiaría su nombre a Schiedmayer Pianofortefabrik, marca del armonio que exhibimos en el Museo.

pianohistory.info (2019). Schiedmayer. Nombres y logos de la firma Schiedmayer. [Imagen]. Recuperada de: http://www.pianohistory.info/numbers_files/image078.jpg
 

Se acordó entonces, que Schiedmayer & Söhne exclusivamente fabricaría pianos, mientras que J. & P. Schiedmayer construiría armonios. Cuando, Johann Lorenz, muere en 1860, y en contra de sus deseos, los hijos menores comenzaron a fabricar pianos, mientras que los mayores comenzaron a construir armonios. Así los parientes se convirtieron en competidores.

Copete, H. (2019). Schiedmayer Harmonium Schiedmayer Pianofortefabrik Stuttgart.  [Fotografía]. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.
Desde ese momento y hasta 1992, Schiedmayer, ha tenido diferentes propietarios y variaciones de nombre. En ese orden de ideas, en 1874 Erwin Müller-Schiedmayer –nieto de Johann Lorenz–, hijo de Louise Schiedmayer y Karl Müller, estableció la empresa Müller-Schiedmayer en 1874.

El auge económico de finales del S. XIX y las exportaciones mundiales ayudaron a la obtención de premios, medallones y diplomas honoríficos para la firma, éxito que no hubiera sido posible sin el legado de Johann Lorenz a sus hijos, una planta que paso de ser un simple taller a una importante empresa industrial.

En 1909 se celebró el centenario de la firma. Pero cuando estalla la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la firma sufriría pérdidas, escasez de materiales y trabajadores, y cierre de fronteras. Al finalizar esta Guerra, la generación Schiedmayer de la época, logra revivir la empresa hasta cierto punto. Pero nuevamente con la Segunda Guerra Mundial (1939-1944), los Schiedmayers atravesaron las mismas dificultades, e infortunadamente en 1944, la planta fue alcanzada por bombas y la obra de vida de la familia es destruida. Terminada la Segunda Guerra, la posibilidad de reconstrucción parecía remota.

Hasta los años 60, Gustav Schiedmayer (1883-1957) –bisnieto de Johann Lorenz– y su hijo Georg Schiedmayer (1931-1992) inician la reconstrucción. Y en 1969, Georg propietario de Schiedmayer & Söhne, asume el control de Schiedmayer Pianofortefabrik, y la producción de los instrumentos se transfirió a la planta de Altbach. Ya en 1980 la fabricación de pianos se cerró por completo, y la firma se renombró Schiedmayer & Sons, GmbH & Co. KG., dedicándose únicamente en la fabricación de Celestas[1] y Glockenspiels[2].

En 1992, Elianne Schiedmayer –viuda de Georg–, pianista y pedagoga musical, hereda y asume dirección de la firma y también de Schiedmayer Pianofortefabrik –liquidada en 2008–. Y en 1995 funda Schiedmayer Celestabau GmbH, que desde 2003 opera como Schiedmayer Celesta GmbH, empresa que se especializó en la producción de celestas (según la construcción y especificaciones originales de Victor Mustel, su inventor en 1886) y teclados Glockenspiel con resonadores de madera.

Los instrumentos Schiedmayer son producidos desde 2000 en la sede central de Wendlingen, y su éxito mundial se debe a la alta calidad artesanal de su fabricación, que deriva no solo de la habilidad y experticia de sus trabajadores, sino también de la combinación, preparación y uso exclusivo de los mejores materiales junto con más de 120 años de experiencia.

Sobre los armonios, son instrumentos de viento con teclado, muy comunes en la música devocional y en los coros de iglesia. El nuestro, en la parte superior cuenta con un sistema de registros accionados por diez tiradores (perillas) que se halan y con los cuales se consigue producir sonidos diferentes; debajo de éstos, está el teclado de 5 octavas (61 teclas), que controla el paso del aire por unas lengüetas metálicas que producen sonido. También, cuenta con un registro que se acciona con las rodillas y permite el paso de aire por todas las lengüetas, de este modo se llegan a simular dos y hasta tres teclados distintos. Y en la parte inferior tiene dos pedales, que accionan los fuelles que dejan entrar el aire que hacen que el armonio tenga sonido.

Sobre su importancia en el Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, fue traído por la Segunda Misión Pedagógica Alemana –contratada por el gobierno conservador en 1924– para las clases de Gimnasia y de Música, en este sentido la Educación Física y la Enseñanza Musical han sido ejes fundamentales en la apuesta formativa del IPN, aportando desde su fundación –y durante más de 90 años de historia– metodologías de enseñanza e innovación en las áreas de desarrollo físico y cultural.

Álbum Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas. (1932). Salón de Música. [Imagen]. Fuente: Fondo del Instituto Pedagógico Nacional (f-ipn001, caja 1), Museo Pedagógico Colombiano.
Como lo demuestran los hitos fundantes del Instituto, se apostó por una pedagogía práctica: aprender haciendo, aprender trabajando, aprender viajando. Más allá de las disciplinas, lo que importaba era la vivencia de experiencias que edificara la mente, y cultivara el espíritu y el cuerpo. Así lo reseñaba Radke:

Considerando la necesidad de interrumpir la monotonía del internado se han cultivado con especial cuidado aquellas diversiones que despiertan el mayor interés de las alumnas. Hemos observado que son las preferidas por ellas las ocupaciones siguientes:

1. El deporte y la gimnasia; 2. Las excursiones; 3. Las distracciones de orden artístico e intelectual”. [3]

De esta manera, además de la impronta en Educación Física al promover la formación armónica de los sujetos; el IPN también le dio importancia especial a la Música, considerándola esencial en la educación integral de sus alumnas. Al punto que, desde sus inicios en 1927 y de forma más contundente desde la segunda década de creado, comenzó la formación con instrumentos de cuerda, instrumentos de percusión, entre otros donados por la Segunda Misión Alemana. Así, la apuesta formativa por la música se consolidó mediante la creación de diferentes grupos musicales, uno de los primeros fue el grupo de cámara:

Para contribuir de su parte a la educación musical de las alumnas y de sus padres –gremio bastante numeroso–el Instituto resolvió en 1933 la iniciación de sus propios conciertos. Por muchas razones la forma más conveniente fue la música de cámara. Los más famosos artistas nacionales se pusieron inmediatamente a la disposición de la dirección”.[4]

La calidad en la interpretación de obras clásicas de Haydn, Mozart, Beethoven, Schumann, entre otros, de las agrupaciones musicales creadas en el IPN como coros, ensamble de cuerdas y vientos, les permitió tener presentaciones en auditorios reconocidos como el Teatro Jorge Eliecer Gaitán y el Teatro Colón, en una época en que dichos escenarios estaban destinados para músicos profesionales.

Para conocer el Armonio Schiedmayer, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

También los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Armonio; Schiedmayer; Música; Pedagogía; Enseñanza; Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas; Segunda Misión Pedagógica Alemana; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Información compartida en Editorial Magisterio, conozca la Colección Pedagogía e historia

 

Referencias

Musiki.org.ar. (2019). Armonio – musiki. Fecha de consulta: 27 Nov. 2019. Desde: http://musiki.org.ar/Armonio 

Armonio. (2019, 12 octubre).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 29 Nov. 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Armonio

Schiedmayer. (2019, 3 julio).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 28 Nov. 2019. Desde: https://en.wikipedia.org/wiki/Schiedmayer

Schiedmayer Celesta GmbH. (2019). Schiedmayer Celesta GmbH – Company History since 1735 | Schiedmayer Celesta GmbH. Fecha de consulta: 25 Nov. 2019. Desde: https://www.celesta-schiedmayer.de/en/company/company-history/

Pianohistory.info. (2019). Serial Numbers For Schiedmayer Pianos. Fecha de consulta: 26 Nov. 2019. Desde: http://www.pianohistory.info/numbers.html

Álvarez Gallego, A. (2018). IPN: Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación. A propósito de la ley que declara al Instituto Pedagógico Nacional patrimonio histórico cultural de la nación: La escuela como acontecimiento de la cultura. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Álbum Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas [álbum fotográfico]. (1932). Fondo del Instituto Pedagógico Nacional (f-ipn001, caja 1), Museo Pedagógico Colombiano. Escuelas Salesianas de fotograbado, tipografía y encuadernación. Bogotá, Colombia.

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

[1] La celesta es un instrumento musical de percusión, es un armonio, con la apariencia de un pequeño piano vertical. Su nombre proviene del francés: céleste (celestial). Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Celesta

[2] El glockenspiel es un instrumento de percusión idiófono, que consiste en un juego de láminas metálicas afinadas, y es percutido con baquetas de madera, de metal o de plástico. Físicamente, es similar a otros instrumentos de percusión de láminas, como el xilófono, la marimba y el vibráfono.

Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Glockenspiel

[3] Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico. P. 34.

[4] Ibídem. P. 40.

Pieza del mes de noviembre de 2019: Herbario IPN

Como pieza del mes de noviembre hemos seleccionado el Herbario (Tomo III) que pertenece a la colección de implementos escolares de la enseñanza de la biología y las ciencias naturales del Museo Pedagógico Colombiano. Pieza de fabricación manual elaborada el 13 de mayo de 1973, por un grupo de estudiantes de los cursos de tercer grado del Instituto Pedagógico Nacional.

El interés y la difusión en Colombia por las ciencias naturales (saber escolar de aparición más reciente) estuvo marcada por tres acontecimientos: la Real Expedición Botánica liderada por José Celestino Mutis y desarrollada en el Nuevo Reino de Granada entre 1783 y 1808; la Comisión Corográfica organizada por Agustín Codazzi entre 1850 y 1862 cuyo propósito fue hacer la descripción del territorio de la República de la Nueva Granada y elaborar mapas corográficos[1] de cada provincia, y que se convertiría en la base del desarrollo de lo que hoy es Colombia; y finalmente la creación de las primeras cátedras universitarias de historia natural con áreas de estudio como botánica, zoología, anatomía; anexas a las ya existentes de medicina.

La enseñanza de la historia natural, en Colombia predominó hasta mediados del S. XX, sin embargo existieron iniciativas de divulgación de la biología en el país –entendida como los fenómenos que conciernen a los seres vivos y sus procesos vitales– como algunas cátedras de Biología en la Universidad Republicana, en el Externado de Colombia y en la Universidad del Rosario, donde se discutía en torno a las teorías del origen de la vida y la teoría celular, que se reforzaban con la experimentación sobre la naturaleza de los seres vivos.

La historia natural como saber se extendió paulatinamente a finales de S. XIX, en instituciones de educación secundaria como el San Bartolomé y el Instituto de los Hermanos de la Salle, entre otras. Colegios que para inicios del S. XX empezaron a equipar sus instalaciones con ejemplares de plantas y dibujos botánicos, animales disecados, esqueletos, órganos animales y diferentes tipos de minerales conservados en los denominados Museos Escolares.

Sin embargo, las iniciativas para difundir la biología no recibieron acogida en los círculos científicos de las comunidades religiosas que administraban la mayoría de las instituciones educativas del S. XIX, debido al rechazo a las Teorías de la Evolución. Por este motivo, la biología tuvo más auge en los discursos médicos de las primeras décadas del S. XX con debates en torno a la raza y la preocupación por la higiene de la población, discursos que intervinieron directamente en la escuela con lemas divulgados por el Ministerio de Instrucción y Salubridad Públicas como por ejemplo: “higienizar antes que educar[2] y que se desarrollaban alternamente con la enseñanza de la historia natural incorporando algunos elementos de la biología y con los primeros títulos de Licenciatura en Biología expedidos en 1935 por la Universidad Nacional.

La enseñanza de la historia natural en el S. XX y el material para desarrollarla empezó a incluir algunas nociones de biología en secundaria y en las instituciones de formación de maestros como el caso del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas (IPN), que según el pensum de 1936, concentró la enseñanza de las ciencias naturales en tres secciones: biología dividida en cursos de zoología, botánica y anatomía; química orgánica e inorgánica; y física teórica y experimental.

En el caso de la Escuela Anexa del IPN, donde las futuras maestras realizaban sus prácticas pedagógicas, la enseñanza de esta ciencia aún se enfocaba en la historia natural como la disciplina científica que hace énfasis en la conservación de muestras y especímenes provenientes del mundo natural; pero incluyó elementos sobre lo vivo (de la biología) que como se sustenta en el pensum:

 “El valor instructivo de la asignatura no debe buscarse tanto en una descripción minuciosa, sino en las observaciones de los fenómenos de la vida y en la conexión de dichos fenómenos con el organismo de las plantas, del animal, así como los seres inertes de la tierra[3]

Además de las asignaturas de historia natural con elementos teóricos de la biología, el IPN fue dotado de materiales de enseñanza a partir de las donaciones que se realizaron entre 1927 y 1936 por instituciones nacionales e internacionales como “los Ministerios de Educación y de Gobierno; la Academia de Historia; la contraloría General; los señores Ministros de: Alemania, España, Gran Bretaña y Francia[4] y de manera más contundente por la segunda Misión Pedagógica Alemana que además de instrumentos musicales y de gimnasia donó el mobiliario y gran parte de las colecciones del Museo de Historia Natural que tenía sede en el IPN, como por ejemplo el material de enseñanza Espasa-Calpe: serie historia natural aplicada que también exhibimos en el Museo, estuches con esqueletos de diferentes especies animales, órganos de mamíferos conservados en formol, herbarios de plantas del mundo, reproducciones en escayola de partes del cuerpo humano y una colección de animales disecados.

Las colecciones del Museo de Historia Natural fueron enriquecidas por varias décadas con especies nacionales de animales disecados y con herbarios e insectarios hechos por las maestras en formación. Algunos ejemplares conservados del Museo de Historia Natural del IPN y materiales antiguos del laboratorio de física y química fueron donados al Museo Pedagógico Colombiano y como el Herbario que exhibimos ahora hacen parte de nuestra colección de objetos de enseñanza de las ciencias.

Los herbarios son colecciones de plantas secas que se conservan aplastadas entre hojas de papel. Cada planta incluye al menos su nombre científico y su nombre común; y son la herramienta más antigua del naturalista, en la antigüedad los griegos ya creaban herbarios para organizar sus estudios sobre las plantas. Actualmente, también se refieren a la institución que se encarga de conservar una colección de este tipo, colecciones que hacen referencia a la flora de una región, un país o un área geográfica determinada, y que además de ser fuente primaria de información biológica, son herramientas indispensables para el conocimiento del patrimonio natural y vegetal, y se constituyen como tesoros patrimoniales que se deben proteger.

Hacer un herbario es sencillo y puede ser emocionante, especialmente porque su creación implica la búsqueda y recolección de las plantas, y así mismo la exploración de un territorio y su entorno, actividades que permitían a los estudiantes conocer mejor el mundo de las plantas, entender las diferencias que hay entre cada especie y familiarizarse con la diversidad de formas, colores y texturas del mundo vegetal.

Para recolectar las plantas, hay que asegurarse, que no estén protegidas o en peligro de extinción, ya que su recolección puede estar prohibida por la ley. Una vez localizadas, se recogen con delicadeza y sin arrancarlas. A continuación, se colocan en una caja. Luego se procede a secar las plantas proceso que dura entre 10 y 15 días –secarlas adecuadamente permitirá su buena conservación–, posteriormente es necesario prensarlas con elementos que hagan la presión necesaria para que éstas eliminen agua, se conserven sin perder sus características principales y su aspecto sea lo más similar posible al que tenían en la naturaleza. Luego de la espera, se levantan con cuidado los materiales utilizados para el secado, se toma suavemente cada planta seca y se pegan sobre una página del herbario con un poco de pegamento o papel adhesivo; y para finalizar en la etiqueta de la parte inferior de la página anotamos cuidadosamente el nombre de la planta, la fecha de recolección, dónde se encontró, entre otros datos.

Por ejemplo las fichas de nuestro Herbario, contienen datos básicos como el Nombre Vernáculo o común; datos taxonómicos como el Phylum[5], la Clase, el Orden, y la Familia de la planta; datos del territorio explorado y el tiempo en que se hizo el ejercicio como la Localidad y la Fecha; y por último la persona o grupo Colector.

Detalle de la ficha de identificación de la planta de Pepino. Jiménez, S. (2017). Herbario del Instituto Pedagógico Nacional de 1973. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Respecto a sus características, reúne 95 especímenes de diferentes organismos de clima frío, clasificadas en tres grupos: Plantas Ornamentales, Plantas de Cultivo y Maleza, las cuales provienen de tres sitios distintos, pero de características ambientales semejantes como Bogotá, Fontibón y Sibaté; y su estado de conservación es bueno.

En general, los herbarios son elementos que tienen dos objetivos, desde una perspectiva académica promover la documentación, clasificación, identificación e investigación de la flora, los ecosistemas y ambientes naturales, de un territorio determinado y apoyar la educación dentro de áreas diversas como la taxonomía, botánica, anatomía, morfología vegetal, medicinal, entre otras; y desde una perspectiva humana contribuir a generar una mayor conciencia y valoración de los recursos naturales como una fuente de riqueza en nuestro territorio.

Como material de apoyo para la enseñanza de las ciencias naturales y la compresión biológica de nuestro entorno, entendemos la importancia de los herbarios, primero, como documentos para conocer las plantas locales, regionales, nacionales e internacionales; conservar ejemplares de las plantas endémicas (propias y exclusivas de zonas determinadas) y en peligro de extinción; y especialmente educar formal e informalmente a las personas sobre la importancia y la diversidad de las plantas; y segundo, como materiales documentales de la evolución biológica del territorio para la reflexión académica, la labor pedagógica y el contexto educativo, desde una perspectiva de conversación  y protección del medio ambiente y nuestra naturaleza.

Para conocer el Herbario del IPN, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

También los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Herbarios; Ciencias Naturales; Biología; Medio Ambiente, Pedagogía; Enseñanza; Plantas Naturales; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Información compartida en Editorial Magisterio, conozca la Colección Pedagogía e historia

 

Referencias

Udea.edu.co. (2019). Herbario. Fecha de consulta: 14 Nov. 2019. Desde: http://www.udea.edu.co/wps/portal/udea/web/inicio/unidades-academicas/ciencias-exactas-naturales/herbario

Klorane Botanical Foundation. (2019). La elaboración de un herbario. Fecha de consulta: 15 Nov. 2019. Desde: https://www.kloranebotanical.foundation/es/la-elaboracion-de-un-herbario

Herbario. (2019, 27 octubre).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 15 Nov. 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Herbario#Tipos_de_herbarios_y_de_colecciones

Reserva el Edén. (2019). El herbario y su importancia. Fecha de consulta: 18 Nov. 2019. Desde: http://reservaeleden.org/plantasloc/alumnos/manual/07a_el-herbario.html

Bernal Jiménez, R. (1932). La réforme educative en Colombia. Roma: Imprenta Augustinienne.

Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum-programa y reglamento del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas. Bogotá: Escuela Tipográfica Salesiana.

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

[1] La corografía (del griego, χῶρος (chṓros), que significa un trozo de tierra ocupado por una persona o cosa) es la descripción de un país, de una región o de una provincia. Presta especial atención a las condiciones físicas del terreno y al paisaje, además se tiene en cuenta el estudio de los topónimos. Este tipo de estudios eran muy valorados por sus implicaciones económicas. Los objetos de estudio del corógrafo son, primero, la toponimia, después la situación así como sus límites y extensión. Posteriormente, estudia los rasgos climáticos más destacados, acabando por la comunidad humana que la conforma.

Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Corograf%C3%ADa

[2] Bernal Jiménez, R. (1932). La réforme educative en Colombia. Roma: Imprenta Augustinienne.

[3] Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum-programa y reglamento del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas. Bogotá: Escuela Tipográfica Salesiana.

[4] Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.

[5] El Filo (phylum, plural phyla) (también, tronco o tipo de organización) es la categoría taxonómica que agrupa a los organismos relacionados entre sí en el tiempo por vía de descendencia evolutiva, desde sus primeros representantes hasta los actuales.  Es una categoría situada entre el reino y la clase, y usada en los reinos animales (35 filos), fungi (6 filos), protistas y dominio bacterias, y en botánica (reino plantas) (12 filos). Fuentes: https://www.biodic.net/palabra/phylum/#.XdL089VKiM8
https://es.wikipedia.org/wiki/Filo

Pieza del mes de octubre de 2019: Cuaderno Escolar

Como pieza del mes de octubre hemos seleccionado el cuaderno escolar que pertenece a la colección de implementos escolares de la enseñanza de la escritura del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto de manufactura industrial, fabricado de papel en Bogotá en la década de 1940, por la tienda de útiles para escuela y colegios “Herrera Hermanos” y que se usa para tomar notas, y almacenar y organizar información de diferente índole.

Recordemos la escritura como un proceso fundamental en la formación de ciudadanos activos para la sociedad, y que por varios siglos su ejercicio fue restringido, como en el periodo colonial americano cuando únicamente el escribano desarrollaba esta labor; más adelante también otros grupos sociales accederían a este saber cómo por ejemplo los de familias adineradas.

Al descentralizarse lentamente el dominio religioso sobre la educación, existir una mayor presencia del Estado en el S. XVIII y con el surgimiento de la escuela pública, la escritura comienza a constituirse como un saber al alcance de un mayor número de personas. Con la expansión de la escuela y el acceso colectivo a la escritura se empiezan a crear materiales y elementos básicos para materializar el proceso de escritura de los escolares de la época, esto desde la segunda mitad del S. XIX con las pizarras en piedra y los pizarrines (para escribir en esta), y hasta la segunda década del S. XX, cuando hace su aparición el cuaderno escolar, como formato para la escritura.

Considerando que hace más de 5000 años el hombre invento la escritura, los primeros vestigios y huellas de las escrituras dejadas por los primeros individuos y grupos humanos aún los encontramos en soportes como madera y piedra; luego en el año 3000 a.C. se escribiría sobre papiro y otros medios elaborados a partir de materiales vegetales, esto en el Antiguo Egipto. En el periodo grecorromano, junto al papiro, el pergamino elaborado a partir de pieles animales gozaría de gran popularidad hasta la Edad Media.

La tradición histórica considera que el primer proceso de fabricación del papel fue desarrollado en la China, en el S. II a. C., técnica que se expandió por parte de Asia alrededor del 750, y que también llegaría al mundo árabe, siendo ellos quienes lo introducen en España en el S. XI, estableciéndose en el año 1056 la primera fábrica de papel europea. A partir de este momento se difundió el proceso al Mediterráneo europeo, desde donde se propaga por todo el continente.

A partir del S. XV, la aparición de la imprenta generó un aumento del uso del papel, pero fue hasta 1840 que se fabrican diferentes materiales que sustituirían al papel, como el resultante de la pulpa del proceso mecánico de trituración de madera, y en 1850 con el primer proceso químico. Desde entonces el papel se ha convertido en uno de los productos emblemáticos de la cultura humana, elaborándose no solo de trapos viejos o algodón sino también de gran variedad de fibras vegetales.

El cuaderno en el formato que conocemos hoy, fue inventado en 1902 en Australia por J.A. Birchall propietario de la librería, antigua editorial y luego empresa de suministros educativos y papelería Birchalls Ltd., con sede en la isla de Tasmania, que funcionó desde 1844 y hasta el año 2017. Denominado por su inventor como Silver City Writing Tablet (la tableta de escritura de Silver City).

A pesar de no tener una gran aceptación al momento de su invención, fue él mismo quien fabricó el primer bloc de notas o libreta comercial, cuando se le ocurrió unir –de forma ordinaria– varios folios o papeles junto a una cartulina, en lugar de dejarlo como hojas sueltas, para conformar lo que hoy llamamos cuaderno.

Pese a que América Latina los primeros cuadernos aparecieron durante la segunda mitad del siglo XIX, es hasta el periodo comprendido entre 1920 y 1930, cuando comienza la producción de los primeros para las aulas escolares de nuestro país. Periodo que coincidió con el auge de la industria manufacturera en Colombia conformada en sus inicios por empresas cementeras, de producción de textiles y por fábricas productoras de tabaco y de bebidas alcohólicas. Las dos últimas en su momento fueron las industrias que apoyaron económicamente las labores de escuela. Por este motivo –y como dato curioso– éstas industrias tenían derecho a imprimir sobre las portadas de esta serie de primeros cuadernos, publicidad que inducía al consumo de cigarrillos y alcohol, característica que daría mucho de qué hablar si sucediera actualmente, sin embargo recordemos que hoy día una parte de los impuestos pagados por la industria de licores, entre otras se invierten en la educación del país.

Debido a los altos costos de la producción del papel para la fabricación de los cuadernos escolares, los primeros cuadernos utilizados como el que exhibimos en nuestro Museo solo tenían 10 hojas (20 páginas) para tomar apuntes ya que a inicios del S. XX en Colombia, el papel era un recurso muy escaso y de alto valor económico, situación que –a pesar de los problemas de salud e higiene– prolongo el uso de la pizarra de piedra en las escuelas rurales hasta mediados del S. XX.

Además tener un número tan reducido de hojas respecto a los cuadernos que usamos actualmente que tienen desde 50 y hasta 250 hojas, en los cuadernos de la época identificamos la existencia de limitaciones didácticas por el poco espacio para anotar y así mismo el concepto de la “economía de la escritura”, en el que el estudiante de la época debía determinar cuál información registraba y cual no, según sus intereses escolares, procesos de estudio y las formas en que cada uno organizaba la información, esto con el objetivo de facilitar y consolidar los procesos de aprendizaje de ideas y conceptos.

Pese a que la inserción del cuaderno en parte fue apoyada y reforzada como una de las reformas de algunos representantes de la Escuela Nueva para optimizar el funcionamiento de la escuela y transformar la experiencia educativa, la condición ya descrita del espacio limitado llevaron al maestro y al estudiante a realizar sus labores en el marco de una tipología de escuela más moderna pero con la coexistencia de algunas prácticas de la denominada Escuela Tradicional, ya que la relectura y reflexión sobre lo escrito, se basó únicamente sobre los pocos apuntes realizados en estos primeros cuadernos y la transmisión de conocimientos nuevamente, se dio a través del uso efectivo de la memoria y la escritura a partir de lo que se hubiese transcrito.

Sumado al proceso de higienización de la escuela por motivos de salubridad y a las innovaciones metodológicas propias de unos modelos pedagógicos que evolucionaban en esa época, cuando la producción del papel fue masiva en diferentes partes del mundo, su fabricación fue mucho más económica, por lo que su uso se masificó aceleradamente y en poco tiempo el cuaderno único escolar en el contexto latinoamericano pasó a un ser un material indispensable como soporte de la memoria y el aprendizaje, y como herramienta para la circulación y transcripción de información y saberes a través la escritura en las escuelas de todo el mundo. Finalmente, sobre el papel es otra cosa, guarda todo lo que se le confía, y como dice el viejo refrán: «la palabra vuela y lo escrito queda«[1].

Hoy en día como Museo entendemos la importancia de los cuadernos escolares antiguos como una fuente histórica interesante para comprender los procesos personales y autónomos de cada estudiante para la adquisición de conocimientos y su relación con la historia de la infancia, la historia de la educación y el desarrollo de la caligrafía y la cultura escrita, y así mismo como un elemento cultural y documental para la reflexión académica, la labor pedagógica y el contexto educativo.

Para conocer el cuaderno escolar, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

También los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Cuadernos Escolares; Escritura; Implementos Escolares; Pedagogía; Enseñanza; Papel; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Información compartida en Editorial Magisterio, conozca la Colección Pedagogía e historia

 

Referencias

Calameo.com. (2019). Historia del cuaderno escolar. Fecha de consulta: 11 Oct. 2019. Desde: https://es.calameo.com/read/000918535332814c797bd

Papel. (2019, 7 octubre).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 15 Oct. 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Papel

G2 Innovation Australia. (2019). The Silver City Writing Tablet & Other Innovations From Tasmania. Fecha de consulta: 15 Oct. 2019. Desde: https://www.g2innovation.com.au/blog/2018/3/21/the-silver-city-writing-tablet-other-innovations-from-tasmania

Ainos blog. (2019). Historia del Cuaderno: Curiosa y breve historia del inventor del cuaderno. Fecha de consulta: 10 Oct. 2019. Desde: https://www.ainospublicidad.es/blog/historia-del-cuaderno/

Cole, V. (2019). La historia del cuaderno – Viva el Cole. Fecha de consulta: 15 Oct. 2019. Desde https://www.vivaelcole.com/blog/la-historia-del-cuaderno/

Llin, M., & Segal, E. (1). La historia del cuaderno. Magazín Aula Urbana: Una ciudad para tocar, oler y sentir, (26), 18-19. Fecha de consulta: 11 Oct. 2019. Desde: https://revistas.idep.edu.co/index.php/mau/article/view/1149

Rodríguez Tarquino, J. (2017). Voces históricas del Instituto Pedagógico Nacional. Revistas.pedagogica.edu.co. Volumen 5 Nº 43 / julio – diciembre de 2017. Fecha de consulta: Septiembre 9, 2019. Desde: https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/NYN/article/download/8529/6472/  

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

[1] Verba volant, scrīpta mānent, es una cita latina tomada de un discurso de Cayo Tito al senado romano, y significa «las palabras vuelan, lo escrito queda». Se resalta con ella la fugacidad de las palabras, que se las lleva el viento, frente a la permanencia de las cosas escritas. En español se dice: lo escrito, escrito está y a las palabras se las lleva el viento. Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Verba_volant_scripta_manent

Pieza del mes de agosto de 2019: Libro Nacho

Como pieza del mes de agosto hemos seleccionado la Cartilla Nacho –Libro Inicial de Lectura– de la colección de Manuales Escolares perteneciente al Fondo Documental del Museo Pedagógico Colombiano. También llamado “Nuevo Silabario Nacho”, es una cartilla de fabricación industrial empleada en la enseñanza de la lectura durante la década de los años 70’s en Colombia y teniendo gran cobertura en América Latina.

Para contextualizar, la lectura es un proceso básico e imprescindible en la formación académica y la configuración de carácter de cualquier ciudadano, en este sentido la escuela pública en un principio estuvo orientada por el desarrollo de los fundamentos de la triada “Contar, Leer y Escribir”, que se incluyó en las diferentes ramas de instrucción pública que se institucionalizaron en el siglo XIX en Colombia, no en vano las tres ramas de la educación durante este siglo fueron la lectura y escritura, la aritmética y la religión. Se aseguraba entonces, que si una persona no era capaz de desarrollar las habilidades de la triada, no podía ser un ciudadano organizado, activo y eficiente para cumplir los deberes que una sociedad en constitución y consolidación como la nuestra le exigía.

El ejercicio de la lectura ha estado presente en diferentes periodos de la historia de la humanidad, y nos habla de prácticas sociales de los hombres en la sociedad y de contextos políticos, socioculturales y coyunturales específicos del pasado.

En la antigüedad aproximadamente hace 5000 años la lectura se hacía a partir de los primeros jeroglíficos, mientras que hace 3500 años aparecieron los alfabetos fonéticos más antiguos.

Entre el S. II y el IV, la introducción del pergamino permitió la redacción de obras compuestas por varios folios que podían guardarse juntos y leerse consecutivamente. Alrededor del S. X las palabras se escribían una tras otra, sin espacios en blanco ni puntuación (Scriptio continua[1]):

Entre la Edad Media y el Renacimiento, los temas para el material de lectura no eran libres ya que la Iglesia Católica censuró muchos libros y documentos, tanto que esta Institución por medio de licencias determinaba que material se imprimía y cual era de libre circulación o por el contrario se prohibía –por estar en contra de sus ideas–. Esta clase de censura, también se aplicó en otros periodos de la historia a muchos documentos y obras que tuvieran alguna intención didáctica o política.

En territorio europeo, durante el S. XVIII la lectura se convirtió en una actividad de muchas personas, ejemplo de esto, hasta la Primera Guerra Mundial los obreros, leían en voz al alta las denominadas Novelas por entregas[2]. Por tanto, en Europa, la lectura oral, el canto y la salmodia –cantos de salmos– ocuparon un lugar central en la vida cotidiana de los ciudadanos, como también, lo fue para la cultura de masas este tipo de Novelas.

Durante el siglo XIX, la mayor parte de los países occidentales como por ejemplo los de nuestro contexto geográfico procuraron la alfabetización de su población a través de la religión, y el mejor instrumento para este proyecto y el que tuvo mayor efectividad en cuanto a la enseñanza de la lectura en la población fue la Biblia, considerándose que uno de los derechos de los individuos era ser capaz de leer las Sagradas Escrituras; de manera que la Escuela Tradicional en Colombia consideraba que un buen ciudadano debía conocer a Dios para ser un buen cristiano, y saber leer y escribir correctamente.

Actualmente el acceso a materiales de lectura de diferentes temáticas y en distintos idiomas, se ha masificado y las formas de acceder a éstos también, ya que existen diferentes formatos además del físico, teniendo entonces material que podemos leer en línea, libros electrónicos, libros digitales y libros virtuales. Además, la lectura sigue muy vigente como uno de los principales medios por los cuales la sociedad recibe información (incluso sea por medio de una pantalla), condición que se consolidó, a partir de la Revolución Industrial (1760-1840), ya que antes de ésta la gente alfabetizada era un pequeño porcentaje de la población en cualquier nación.

Retomando la historia de nuestra pieza del mes, respecto a su autoría se manejan dos versiones, una fuente señala como autor en 1972 a Jorge Luis Osorio Quijano director de Susaeta, ediciones & cía. Ltda., empresa colombiana que desde “Hace más de Cincuenta años, en todos los países de Latinoamérica y del Caribe, ha desarrollado materiales pedagógicos y didácticos para Docentes de Calidad, siempre inspirados en los más altos estándares, que buscan alcanzar la Excelencia Educativa[3]; mientras que otra fuente indica que el autor o ideólogo de la cartilla es un maestro dominicano de los años 60 llamado Melanio Hernández.

Redactado inicialmente desde el ‘Método de palabras normales’, este libro para alfabetizar se fundamenta según palabras del maestro dominicano Melanio Hernández: “en que para una palabra tiene sentido para un niño, mientras que una sílaba no[4]. De manera que en su interior se escribieron palabras y oraciones que pudieran ser recordadas y comprendidas fácilmente por los maestros y estudiantes de la década de los 70, que es cuando hace aparición la cartilla.

Sobre la estructura de Nacho, las páginas iniciales comienzan con ejercicios manuales basados en el dibujo de líneas, para luego identificar visualmente la forma y el símbolo de cada vocal mediante ejemplos gráficos de diferentes elementos, y finalizar con ejercicios de caligrafía de cada símbolo, desarrollando gradualmente la psicomotricidad y el desarrollo de habilidades, destrezas y la adquisición de hábitos y aptitudes de escritura para alcanzar el nivel de éxito en el aprendizaje del niño; como también la posibilidad de tejer relaciones y asociar cada vocal, cada palabra y cada elemento que ejemplifique las mismas.

En las siguientes páginas presenta diferentes palabras y fonemas relacionados con temas comunes a la vida escolar y familiar, con ilustraciones a todo color para centrar la atención y lograr una mejor visualización y entendimiento de las letras, vocablos o expresiones que están escritas y también para facilitar la asociación de estos conocimientos básicos con los diferentes entornos. Esta parte de la cartilla, se complementa con ejercicios de escritura y lectura, donde se copian, repiten o transcriben frases sencillas, esto para corregir y consolidar la correcta escritura.

La parte final la cartilla, destaca algunos párrafos cortos con los que se espera que el niño practique la lectura básica, y reúne algunos cuentos, fábulas y poesías infantiles; textos elementales sobre identidad nacional con temas como la bandera, el escudo, el día de la independencia; y textos sobre temas cotidianos como el aseo y la escuela, entre otros de diferentes temáticas como festividades, lugares, animales, etc.

De manera que el objetivo principal de Nacho, es iniciar a los niños en el ejercicio de la lectura y la escritura, y fomentar la práctica de éstos procesos de comprensión y transmisión de información o ideas, a través de un conjunto de ejercicios prácticos que se materializan en la cartilla teniendo como apoyo el concepto de ‘alfabetización visual’, el cual se sustenta en el uso de imágenes para la enseñanza de la lectura y escritura, y con el que también se pretende crear consciencia en los niños de que se puede leer no solo lo que está escrito a través de palabras sino también el ambiente, lugar y contexto donde se habita, y de esta manera propiciar procesos de significación completos y procesos de construcción humana para la representación de la realidad.

Destacamos el legado dejado por esta joya de la educación como instrumento de iniciación para la enseñanza de la lectura y la escritura básica en el S. XX, sin embargo consideramos que Nacho debería estar más adaptada en sus contenidos a la realidad colombiana o latinoamericana de hoy día. Pese a que su contenido sigue intacto como en su primera edición, y en parte está “descontextualizado” y no responde a las dinámicas socioculturales contemporáneas ni a muchas de las realidades a las que se enfrentan los infantes, hoy en día muchos maestros, padres y niños de los primeros grados de primaria aún utilizan este libro para enseñar, aprender y afianzar conocimientos.

Para conocer la Cartilla Nacho –Libro Inicial de Lectura–, otros libros, manuales de alfabetización y demás archivos pertenecientes al fondo documental, y los objetos de la historia y la práctica pedagógica, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

También los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

Palabras clave: Lectura; Escritura; Textos Escolares; Pedagogía; Educación; Maestros; Museo Pedagógico Colombiano. 

 

Referencias

Lectura. (2019, 8 agosto). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Lectura

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar.

InformativosTA (2019). Autor dominicano del libro “Nacho” cuenta cómo le surge la idea. [Video] Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://www.youtube.com/watch?v=wSSGt-wKo80

Prezi.com. (2019). La figurativización como proceso de lectura y escritura en la cartilla «Nacho». [Online] Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://prezi.com/ejpxldcpi5q0/la-figurativizacion-como-proceso-de-lectura-y-escritura-en-la-cartilla-nacho/

EL SABIO DE LAS 4 ESTACIONES. (2019). EL NUEVO NACHO. [Online] Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://elsabiodelas4estaciones.wordpress.com/2017/06/08/el-nuevo-nacho/

Ynoa, V. (2019). Conozca El Autor Del “Libro Nacho” Con El Que Aprendiste A Leer, Cuenta Como Surgió Todo. [Online] Blanco Arriba, Tenares. Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://blancoarriba.wordpress.com/2015/09/08/conozca-el-autor-del-libro-nacho-con-el-que-aprendiste-a-leer-cuenta-como-surgio-todo/

Chica Salazar, A., Rivera, L. and Bermúdez Montaño, S. (2017). Las representaciones sociales sobre la cartilla “Nacho Lee” en los niños y niñas de primero de primaria de la Institución Educativa Alfonso López Pumarejo. Licenciatura. Universidad Tecnológica de Pereira.

Diario El Tiempo, C. (2005). LAS CARTILLAS QUE ENSEÑAN LAS PRIMERAS LETRAS. [Online] El Tiempo. Fecha de consulta: Agosto 9, 2019. Desde: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1688583

La Silla Llena. (2019). [Online] La cartilla Nacho, ¿o el símbolo del macho? Fecha de consulta: Agosto 9, 2019. Desde: https://lasillavacia.com/silla-llena/red-etnica/historia/la-cartilla-nacho-o-el-simbolo-del-macho-67021

Diario El Colombiano. (2013). Nacho y Coquito no se olvidan. [Online] Fecha de consulta: Agosto 12, 2019 Desde: https://www.elcolombiano.com/historico/nacho_y_coquito_no_se_olvidan-OYEC_268035

[1] Scriptio continua («Escritura continua» en Latín) es un estilo de escritura en el que no se utilizan espacios para separar las palabras, además de escribirse todo en mayúsculas y sin signos de puntuación. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Scriptio_continua

[2] Novela por entrega, designa una forma comercial de presentar la novela, tratándose de una creación fragmentada que se va entregando sucesivamente al lector. Fue una corriente de la literatura narrativa que captó la atención de un amplio sector lector, llegando incluso a capas sociales poco habituadas a la lectura. Fuente: https://prezi.com/a8ewbnbocqw0/novela-por-entrega/

[3] SUSAETA ediciones. Nosotros. Fuente: http://www.susaeta.com.co/nosotros/

[4] InformativosTA [informativosteleantillas]. (2015, septiembre 8). Autor dominicano del libro “Nacho” cuenta cómo le surge la idea. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=wSSGt-wKo80

Pieza del mes de julio de 2019: Pluma de Ganso para Escritura

Como pieza del mes de julio hemos seleccionado la Pluma de ganso de la colección de implementos escolares del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto de fabricación artesanal empleado en la enseñanza de la escritura durante la década de los años 20 en Colombia.

Para contextualizar, la escritura es un proceso básico e imprescindible en la formación académica de cualquier ciudadano que desee ser activo en la sociedad. Es importante señalar que por varios siglos la escritura estuvo restringida a gran parte de la sociedad, como en el periodo colonial americano cuando solamente el escriba o escribano que se formaba por medio de manuales sobre Caligrafía o Arte de Escribir procedentes de España, desarrollaba esta labor especialmente para la redacción de documentos oficiales.

Aparte del escribano otros grupos sociales de nuestro territorio empezaron a tener acceso a la escritura como los pertenecientes a familias pudientes quienes “iban a la escuela y debían aprender a leer y escribir en latín, para poder entrar a las escuelas que formaban sacerdotes y abogados y leer los textos escritos en ese idioma[1] como los Colegios Mayores del Rosario y San Bartolomé. En otros casos, las ‘escuelas’ regentadas por comunidades religiosas, estaban conformadas por grupos de niños de diferentes edades, quienes accedían a la práctica de la lectura acercándose a los textos de la doctrina cristiana.

Con la paulatina descentralización de la educación dominada por la Iglesia Católica y una mayor presencia del Estado en el S. XVIII, el surgimiento de la escuela pública y el maestro que la dirigía, la escritura comienza a constituirse como un saber escolar al alcance de un mayor número de personas, apareciendo entonces textos específicos de apoyo cómo el Arte de escribir de D. Estevan Ximenez (1796), las Muestras de escritura para las escuelas primarias de la Nueva Granada (1859), El método en la enseñanza de la caligrafía de Cristina Sagest (1879), entre otros.

Entrada la segunda mitad del S. XIX con la expansión de la escuela pública y el acceso colectivo a la escritura se empiezan a difundir materiales especializados para este ramo de instrucción como plumas, engobes, tinteros y porta tinteros; elementos básicos de los escolares de esa época.

Retomando nuestra pieza del mes, fue elaborada artesanalmente a partir de la pluma de un ganso, y en otros casos se hicieron con las de otros tipos de aves de gran tamaño. Esta clase de plumas se usaban para escribir con tinta antes de la invención de la pluma, la pluma estilográfica, y finalmente herramientas más avanzadas como el bolígrafo, instrumentos que transformaron la escritura, la posibilidad de transmitir e intercambiar gran cantidad de información y de comunicarnos a través del tiempo facilitando el desarrollo de trabajos manuscritos desde el S. VI hasta la actualidad.

Sobre su historia, la pluma de ganso fue la herramienta de escritura y caligrafía por excelencia por cerca de mil años, desde la alta Edad Media (S. VI) –cuando el teólogo español San Isidoro de Sevilla menciona por primera vez en sus escritos la pluma de cálamo[2]. A partir de aquí se usaría de manera indispensable en la caligrafía medieval como método de difusión de obras historiográficas, pero especialmente de la Biblia, de documentos religiosos y en general del cristianismo– y hasta el S. XVII.

Considerando que hace más de 5000 años el hombre invento la escritura y que más de 3000 años aparecieron los primeros alfabetos, como antecedente a la pluma de cálamo, las primeras plumas comenzaron a usarse en el año 3000 a.C. por la antigua civilización Egipcia para la elaboración de papiros y otros manuscritos. Desde esos tiempos y hasta ahora la escritura ha evolucionado lentamente y continúa haciéndolo.

El desarrollo de esta tecnología requería del plumaje perdido de aves vivas en tiempo de primavera, el cual era endurecido o curado por cocción en agua o disecación y se debían cortar en el ángulo preciso con un filo determinado.  Especialmente se preferían las últimas cinco plumas del ala izquierda, ya que se doblaban hacia afuera cuando eran utilizadas por escribanos derechos.

En un comienzo las plumas más comunes y de uso frecuente para trazos grandes fueron de ganso, las de mayor calidad y también costo era las de cisne, mientras que para hacer líneas finas se utilizaron plumas de otras aves como cuervos, águilas, lechuzas, halcones y pavos; sin embargo los trazos de esta herramienta de escritura al inicio fueron gruesos y toscos, luego las técnicas de cortado y la forma de elección de las plumas optimizaron el ejercicio de la escritura. Para el S. XVIII el ancho de las plumas había disminuido y su longitud había aumentado, característica que permitió trazos más finos.   

Respecto al proceso por el cual la punta de la pluma lograba ser apta para la escritura, esta se debía afilar con un cuchillo especial –cortaplumas–; no obstante el tiempo de preparación de la pluma era tedioso.

  

Inspirulina.com. (2019). ¿Te gustaría escribir con una pluma de ganso? – Inspirulina.com. Vistas de la punta de la pluma y detalle del ángulo de corte. [Image] Available at: https://www.inspirulina.com/te-gustaria-escribir-con-una-pluma-de-ganso.html  [Accessed 9 Jul. 2019]
 

 

 

 

 

 

 

 

 

Además al escribir y consignar información sobre el papiro[3]que luego fue sustituido por el pergamino la tinta de color negro que se usaba para poder escribir y que era almacenada en el cálamo (tallo hueco), tenía el inconveniente que tardaba mucho en secar y los manuscritos realizados había que ponerlos en estufas u hornos para que pudieran secarse tan pronto como fuera posible. Y aunque las plumas de aves eran herramientas prácticas, naturales y de escaso costo, tenían poca resistencia y desgaste rápido, por lo que al cabo de unas cuantas sesiones –sólo una semana– tenían que ser reemplazadas.

Didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com. (2019). ¡COMO ENSEÑAR LA EDAD MEDIA CON UNA PLUMA DE GANSO!. Partes de una pluma y detalle del ángulo de la punta lista para la escritura [Image] Available at: https://didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com/2015/10/como-ensenar-la-edad-media-con-una.html [Accessed 9 Jul. 2019].
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, luego de mil años de esplendor las plumas de aves comenzaron un declive luego de la invención de la pluma de metal, patentadas primero en Estados Unidos en 1810, y posteriormente producidas en masa desde 1860.

En relación, con la tinta que se utilizaba para escribir con este tipo de plumas, ya sabemos que la primera vez que se reseña su uso, fue en la Edad Medía y durante este periodo histórico se utilizaban dos tipos de tinta negra: la tinta de carbón (una suspensión de carbón, agua y goma) y la tinta ferrogálica[4] (obtenida de la corteza de roble). La tinta de carbón se utilizaba ya en el 2500 a.C. mientras que la ferrogálica se empezó a usar a partir del S. III siendo probablemente la tinta que usaba San Isidoro de Sevilla en el S. VI.

Debido a la facilidad en la técnica de preparación, la calidad de permanencia de la información y resistencia al agua, la tinta ferrogálica se convirtió en la elegida por los escribas europeos, incluso su popularidad se extendió por todo el mundo durante el período de la colonización. No fue hasta la invención de las tintas producidas químicamente, en la segunda mitad del siglo XX, que esta tinta cayó en desuso.

Como instrumento de la historia de la escritura, esta clase de pluma –de antecedente medieval– y en general los demás instrumentos que se han desarrollado para el ejercicio y la evolución de la escritura han sido más que una herramienta para esta labor. Teniendo en cuenta cada contexto histórico, fueron un soporte para la memoria; y aún son la forma de plasmar textos y dejar testimonio de las vivencias, huellas y experiencias para la reflexión y el quehacer de las futuras generaciones como la nuestra.

Para conocer la Pluma de ganso para escritura, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

También los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Escritura; Gramática; Implementos Escolares; Pedagogía; Ciudadanos; Enseñanza; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias

[1] Lozano, J; Gutiérrez, R; & Romero, F. (2010). Caligrafía expresiva, arte y diseño. Universidad Tecnológica de Pereira.

[2] “El cálamo (del latín: calamum, griego: kalamos κάλαμος) es una caña hueca, cortada oblicuamente en su extremo, que se utilizaba para escribir en la antigüedad. Se obtenía del tallo de una planta o de una pluma de ave; de hecho, se denomina también cálamo a la parte inferior hueca de la pluma que está insertada en la piel de un ave.” Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A1lamo_(escritura)

[3] “Papiro (del latín papyrus, y este del griego πάπυρος) es el nombre que recibe el soporte de escritura elaborado a partir de Cyperus papyrus, una hierba palustre acuática. Fue profusamente empleado para la fabricación de diversos objetos de uso cotidiano, y su principal utilización fue la elaboración del soporte de los manuscritos de la antigüedad denominado papiro, precedente del papel moderno.” Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Papiro

[4] “La tinta ferrogálica, también conocida como tinta de corteza de roble es un pigmento púrpura-negro o marrón-negro, elaborado a partir de sales de hierro y ácidos tánicos de origen vegetal. Fue la tinta estándar y de la escritura en Europa, desde el siglo V hasta XIX, y se mantuvo en uso hasta bien entrado el siglo XX.” Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Tinta_ferrog%C3%A1lica 

Pluma de ave (escritura). (2019, 10 de mayo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Julio 5, 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Pluma_de_ave_(escritura)#cite_note-3

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar.

Inspirulina.com. (2019). ¿Te gustaría escribir con una pluma de ganso? – Inspirulina.com. Fecha de consulta: Julio 8, 2019. Desde: https://www.inspirulina.com/te-gustaria-escribir-con-una-pluma-de-ganso.html

Didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com. (2019). ¡COMO ENSEÑAR LA EDAD MEDIA CON UNA PLUMA DE GANSO!. Fecha de consulta: Julio 8, 2019. Desde: https://didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com/2015/10/como-ensenar-la-edad-media-con-una.html

Inspirulina.com. (2019). Esa maravilla que es la escritura – Inspirulina.com. Fecha de consulta: Julio 8, 2019. Desde: https://www.inspirulina.com/esa-maravilla-que-es-la-escritura.html

Supermileto.blogspot.com. (2019). La historia de la pluma de escritura. Fecha de consulta: Julio 8, 2019. Desde: http://supermileto.blogspot.com/2016/12/la-historia-de-la-pluma-de-escritura.html

Epocamedieval.top. (2019). Pluma Medieval. Fecha de consulta: Julio 10, 2019. Desde: https://www.epocamedieval.top/pluma-medieval/

Plumayboligrafo.blogspot.com. (2019). SOCIEDAD. Fecha de consulta: Julio 10, 2019. Desde: http://plumayboligrafo.blogspot.com/2014/04/sociedad.html

Estudiantes.elpais.com. (2019). La pluma y el bolígrafo. Fecha de consulta: Julio 10, 2019. Desde: https://estudiantes.elpais.com/EPE2014/periodico-digital/ver/equipo/1498/articulo/la-pluma-y-el-boligrafo

Tinta ferrogálica. (2019, 22 de febrero). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Julio 10, 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Tinta_ferrog%C3%A1lica#Historia