Estimados/as visitantes y lectores, compartimos el libro «Investigar, Intervir e Preservar em História da Educação«, coordinado por los profesores Luis A. Marques Alves (Universidade do Porto) y Joaquim Pintassilgo (Universidade de Lisboa), que recoge las intervenciones que se realizaron en el marco del XI Congresso Luso-Brasileiro de História da Educação (COLUBHE), promovido por la Associação de História da Educação de Portugal (HISTEDUP), la Associação Nacional de Pós-Graduação e Pesquisa em Educação (ANPEd) y la Sociedade Brasileira de História da Educação (SBHE).
El Congreso fue organizado por el Centro de Investigação Transdisciplinar «Cultura, Espaço e Memória» (CITCEM), y se celebró en la Faculdade de Letras de la Universida de do Porto (Portugal) entre los días 20 y 23 de junio de 2016 bajo el lema «Investigar, Intervir e Preservar: Caminhos da História da Educação Luso-Brasileira», donde se congregaron investigadores y docentes de las comunidades científicas de ambos países dedicados al estudio de temáticas relacionadas con la historia de la educación.
Con ocasión del 30 aniversario del Proyecto MANES, que se cumple este año, la UNED publicará algunas novedades editoriales que enriquecerán la serie Proyecto MANES, que llega ya a la veintena de títulos. Emilio Castillejo, gran especialista en el estudio de los textos escolares de Historia, nos ofrece ahora su obra “Enseñar Historia al margen de los cuerpos”, después de que en 2008 publicara en la misma serie su obra “Mito, legitimación y violencia simbólica en los manuales escolares de Historia del franquismo”.
Como se indica en la cubierta del libro, la obra «Enseñar Historia al margen de los cuerpos. El cuerpo y sus metáforas en la historiografía escolar española desde el siglo XIX a la actualidad» se pregunta por las razones de la débil presencia que ha tenido (y tiene) el cuerpo en la enseñanza de la Historia en España, a pesar de que el cuerpo es lo que permite al ser humano relacionarse con el mundo, construir la civilización, y que la piel es el lugar más indicado para leer las huellas, casi siempre dolorosas, de la historia.
El libro se inicia con algunas consideraciones metodológicas. Entre otras cosas, el autor señala la necesidad de hacer dialogar los textos escolares con otras fuentes como revistas y boletines eclesiásticos, textos legislativos, programas escolares, revistas de educación, etc., que en cada época pueden llegar a homogeneizarse en un discurso único. Por otra parte, llama la atención sobre la necesidad de analizar no solo los mensajes textuales, sino también el lenguaje de la imagen, razón por la cual el libro incluye una buena cantidad de ilustraciones provenientes de la amplia muestra de textos escolares que el autor ha estudiado. Finalmente, Castillejo adopta un enfoque interdisciplinar, recurriendo a las disciplinas que más han reflexionado sobre la relación entre la sociedad occidental y el cuerpo, como la Filosofía, la Sociología o la Antropología.
La obra se centra fundamentalmente en analizar el desprecio por el cuerpo de la mentalidad católica, que ha dado pie a las grandes metáforas que “aniquilan los cuerpos reales”: el Cuerpo Místico de Cristo; el Cuerpo Social; el Cuerpo Nacional. El autor analiza, entre otras cosas, cómo estos planteamientos siguen teniendo alguna vigencia; cómo la tecnocracia incorpora un lenguaje técnico y economicista que en buena medida sigue olvidando al cuerpo; y las pocas oportunidades que ha tenido el pensamiento moderno o postmoderno de imponerse sobre el discurso eclesial sobre el cuerpo.
El libro se estructura en seis capítulos y una reflexión final (“Recuperar los cuerpos, humanizar la historia”). Los títulos de los capítulos son los siguientes: 1. “La conquista de un problema: la conciencia del cuerpo”; 2. “La teología del cuerpo y su frustrado diálogo con la modernidad”; 3.*“*El currículo de Historia, campo de batalla entre la teología del cuerpo y la modernidad”; 4. “La grandeza del cuerpo místico, la pequeñez del cuerpo humano”; 5. “Cuerpo social, trabajo y producción”; 6. “Cuerpo del rey, cuerpo nacional, cuerpos en guerra”.
Estimados/as visitantes y lectores, Circulaciones, tránsitos y traducciones en la historia de la educación es un libro que conmemora los veinte volúmenes de Anuario, la publicación periódica de la Sociedad Argentina de Investigación y Enseñanza en Historia de la Educación (SAIEHE). A lo largo de estos capítulos, que abarcan el extenso período de los siglos XIX y XX, diecisiete especialistas de la Argentina y del extranjero cuentan viajes, diálogos, puntos de encuentro y desencuentro pedagógicos. Esta obra, dividida en tres grandes ejes temáticos, trata sobre tránsitos de forma literal y simbólica: aparecen educadores y educadoras que recorren el territorio americano y cruzan el Atlántico en ambas direcciones, se habla de los modelos que trafican y de cómo los soportes materiales de esos intercambios –cartas, libros, revistas, museos, exposiciones o planes de estudio– ponen en escena los difusos límites entre novedad, influencia, reapropiación y copia. Las discusiones teóricas que surgen de esta serie de episodios constituyen, en su variedad y en sus coincidencias, una valiosa herramienta para el trabajo en la historia de la educación.
Compartimos el enlace del Vol. 22 – Número 1 [2021] de la revista Historia de la Educación. Anuario publicado por la Sociedad Argentina de Investigación y Enseñanza en Historia de la Educación.
Historia de la Educación. Anuario acaba de publicar su último número, que está constituido por un dossier sobre las Tecnologías Visuales en la Historia de la Educación, el cual a través de diez artículos y tres reseñas, tematiza, sobre cómo se han usado distintas tecnologías como recursos para la transmisión de saberes en los contextos educativos.
Estimados/as colegas y visitantes, entre el 18 y el 29 de julio de 2022, la Sede de Investigación de la Universidad de Antioquia-SIU-, será el lugar en el que se llevará a cabo la Escuela de Verano en Historia de la Pedagogía, organizada por el Grupo de Investigación Interuniversitario Historia de la Práctica Pedagógica en Colombia -GHPPC-. Serán 10 días de intensa formación histórica, conceptual y metodológica en torno a la tradición que hemos venido configurando desde 1978. La escuela está conformada por un grupo de investigadores, especialistas en historia de la pedagogía, quienes analizarán la escuela, el maestro, el pedagogo, las infancias, la escolarización, la historia de la educación y la pedagogía, entre otros objetos de saber, a partir de las relaciones de saber-poder y subjetivación que han posibilitado su emergencia y existencia.
El objetivo de la Escuela de Verano en Historia de la Pedagogía consiste en introducir a los participantes en el estudio de los discursos, los saberes, las instituciones, los sujetos, los conceptos, los objetos y las estrategias, como caja de herramientas para hacer historia de la pedagogía y posibilitar el tejido de relaciones con otros enfoques históricos, para hacer historia de los saberes.
Como pieza del mes, hemos seleccionado el Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para Uso de la Juventud de Ambos Sexos de la colección de Manuales Escolares que pertenece al Fondo Documental del Museo Pedagógico Colombiano. Frecuentemente conocido como “Urbanidad de Carreño” –esto por el apellido de su autor a quién reseñaremos posteriormente–, es un manual para la práctica de buenos modales que tuvo gran repercusión a nivel mundial especialmente en el mundo hispanohablante, el cual se inspiró en textos franceses e ingleses de carácter similar, y que se remonta para mediados del siglo XIX, específicamente 1853; sin embargo, la edición que exhibimos en el Museo fue publicada para 1868 en Nueva York por la editorial estadounidense D. Appleton & Company.
De acuerdo con su extenso título: “Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para Uso de la Juventud de Ambos Sexos; en el cual se encuentran las Principales Reglas de Civilidad y Etiqueta que deben Observarse en las Diversas Situaciones Sociales”, el objetivo principal de éste fue corregir o “blanquear” el comportamiento de la sociedad de su tiempo —especialmente de quienes no eran considerados cortesanos y cultos— a través de una reglas basadas en la moral cristiana para la formación de ciudadanos con entendimiento de los deberes, y la capacidad de educarse para poner práctica un conjunto de conductas (consideradas dignas) fundamentadas en los buenos modales y costumbres para relacionarse con otras personas según diferentes situaciones y espacios, que abarcaban la vida como individuos y desde luego la vida colectiva en sociedad en paz, respeto, orden, felicidad y virtud. Al respecto con el enfoque de este manual, se podría reflexionar de forma crítica en nuestro tiempo sobre el siguiente supuesto: que la condición de pobreza no es motivo para no ser digno, para no ser honesto y para no ser un ciudadano decente, cívico y con modales.
Pero por este mismo motivo, se convirtió rápidamente en una lectura obligatoria para la gente de la época, quienes en general trataban de guiarse y adiestrarse por sus preceptos, al punto que no hubo hogar donde padres y madres no invocaran las enseñanzas de Carreño a la hora de educar y orientar la formación de sus hijos. Por ejemplo, en la estructura de sus capítulos y secciones, se trataban asuntos como los deberes morales de los hombres con Dios, con la sociedad, con sus padres, con la patria y consigo mismos; se explicaban las normas a seguir en la casa, la calle, la iglesia, la escuela (llamada la casa de la educación) y el trabajo.
Compendio del Manual de urbanidad y buenas maneras de Manuel Antonio Carreño (1875). Artículo III. Del modo de conducirnosa en las casas de educación (escuelas). Fuente: https://openlibrary.org/
También se dedicaban apartados enteros sobre la descripción de la buena conducta en la vida familiar, la correcta higiene personal y el aseo en general, el desarrollo de conversaciones, el comportamiento en la mesa, el modo de actuar en visitas, reuniones, honras fúnebres, bailes, festines; incluso abordaba temas en relación con la correcta vestimenta y la presentación personal; entre otros contenidos, como eran la vida en comunidad, la hospitalidad, el fomento de algunos valores morales y lo que hoy llamaríamos ‘don de gentes’.
Acerca del concepto de urbanidad, entendido como la práctica de las virtudes y del conjunto de normas para tener una buena actitud social y llevar una vida en convivencia, este nació en la Europa del siglo XVIII (a pesar de tener algunos precedentes más antiguos) en un contexto histórico que probablemente tuvo una perspectiva de exclusión, puesto que, anteriormente lo que hoy conocemos como ‘urbanidad‘ era una manera de proceder que solo la practicaban un grupo pequeño de personas, evidentemente quienes pertenecían a la nobleza o grupos de la alta sociedad; sin embargo, copiar aquellos nobles modales , permitía a los considerados humildes, ser ‘aceptados’ en las altas esferas de la sociedad. En este sentido, así como en América Latina se registró el Manual de Carreño, equivalente en contenidos, se publicó en 1835 para la población norteamericana un libro sobre leyes de etiqueta y reglas de buena conducta en sociedad, conocido como: «The Laws of Etiquette or Short Rules and Reflections for Conduct in Society«.
En relación con el autor de nuestra pieza del mes, fue escrita por el músico, pedagogo y diplomático venezolano, Manuel Antonio Carreño (1812—1874) que nació en Caracas y falleció exiliado en Francia. Quien a nivel pedagógico no solo se destacó —y pasó a la historia— por el Manual de Urbanidad y Buenas Maneras (que hoy reconocemos con su apellido); sino que también, fundó instituciones educativas y tradujo al castellano obras para la educación, como catecismos y métodos para el estudio de la lengua latina en su país.
Como dato curioso, Carreño era sobrino del educador Simón Rodríguez que además de haber sido el insigne maestro de Simón Bolívar; fue una figura fundamental para el pensamiento ilustrado y pedagógico latinoamericano del siglo XIX, pues planteó el fin social de las escuelas y la educación, como fundamentos del saber e instrumentos a través de los cuales todos los pueblos y sus ciudadanos sin exclusión alguna, alcanzarían la modernización, el progreso, la formación para el trabajo y la adquisición de nuevos hábitos para la consolidación de las nacientes repúblicas americanas.
Respecto a los manuales escolares, son obras que tienen como objeto la enseñanza, por lo que, constituyen una exposición ordenada y secuencial de una disciplina escolar. Las principales particularidades del manual escolar son:
“Intencionalidad por parte del autor, sistematicidad en la exposición de los contenidos, secuencialidad, adecuación para el trabajo pedagógico, estilo textual expositivo, combinación de texto e ilustraciones [en la mayoría de ellos], reglamento de los contenidos, de su extensión y del tratamiento de los mismos e intervención estatal administrativa y política” (Varela, 2010, p. 99).
Otra característica fundamental de los manuales empleados desde el siglo XVIII hasta la primera mitad del siglo XX es que, a diferencia de los libros de texto (producidos a partir de la segunda mitad de siglo XX), estos estaban dirigidos exclusivamente a los maestros ya que, una de sus funciones era regular las prácticas de enseñanza y los saberes que circulaban en las escuelas.
Según el centro de investigación MANES, los manuales escolares se clasifican, en cuatro principales grupos: Textos de primeras letras [cartillas de lectura, catones, silabarios y citolegias (métodos de lectura rápidos)]; Catecismos (religiosos y laicos); Manuales específicos para disciplinas escolares (matemáticas, historia natural, geografía, historia, entre otras); y (como nuestra pieza del mes –en una categoría aparte, pues no estaban destinados únicamente a la Escuela sino, además, a la Familia–) los Manuales de urbanidad.
Resaltamos el legado de esta joya de la ‘urbanidad hispanoamericana’ que coadyuvo a corregir muchas conductas y armonizó las relaciones entre sujetos y la vida de la sociedad latinoamericana de ese tiempo. Sin duda fue uno de los pilares documentales para la enseñanza del civismo y los buenos principios sin distinción de género; inclusive muchos de nuestros abuelos lo consideran ‘la biblia de los buenos modales’, y ¿cómo no exaltar la memoria de Carreño y los contenidos de este Manual?, si fue capaz de moldear una sociedad diferente desde mediados del siglo XIX y parte del siglo XX.
Su obra fue un instrumento clave para la difusión masiva de las leyes de la moral, las buenas costumbres y los comportamientos considerados ‘ideales’ transmitidos de generación en generación; y aunque el Manual de Carreño se sigue publicando, ya no es muy usual su consulta ya que, los conceptos de ciudadanía y sociedad han cambiado –y continuarán transformándose– y algunas de sus posturas se consideran descontextualizadas y resultan algo radicales para la sociedad actual. Por supuesto, debemos resaltar que algunos temas tratados por el manual no pierden validez, por lo tanto, muchas de sus normas siguen vigentes, por ejemplo: respetar a los padres, asearse antes de salir de casa, tener buenos modales en la mesa, caminar sobre la acera y saludar.
Para consultar el Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para Uso de la Juventud de Ambos Sexos, otros textos, manuales de alfabetización y demás archivos pertenecientes al fondo documental; y también los objetos de la historia y la práctica pedagógica que exhibimos, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo, ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11–86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Palabras clave: Manual de Urbanidad; Manuel Antonio Carreño; Buenas Maneras; Civismo; Manual Escolar; Familia; Educación; Moral; Museo Pedagógico Colombiano.
BBC News Mundo. 2020. Manuel Carreño, el Venezolano que le enseñó buenos modales a América Latina (y a España). Fecha de consulta: Agosto 14 de 2020. Desde: https://www.bbc.com/mundo/noticias-46039565
Como pieza del mes, hemos seleccionado los Resaques de madera de la colección de mobiliario didáctico Montessori del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto donado por la recordada profesora Nelly Mendoza Zárate en el año 2015, el cual fue utilizado entre 1970 y 1980 en la sección de básica primaria del Instituto Pedagógico Nacional. Herramienta que aún tiene vigencia, siendo muy representativo del trabajo realizado por la médica italiana con formación en biología y antropología María Tecla Artemisia Montessori (1870–1952) que, a partir de su trabajo de psicología experimental con niños, denominados en la época “anormales” y de los estudios médicos de esta población, fundamentó un método de enseñanza para todos los infantes, el cual se consolidó como método pedagógico.
A través de la experiencia educativa desarrollada en las ‘Casas dei Bambini’, María Montessori revolucionó los parámetros educativos existentes hasta esa época, situando a los Niños como los auténticos protagonistas de todo el proceso educativo. Los inicios del siglo XX marcaron para siempre a la sociedad, transformando de forma radical la educación infantil, y en esta ‘revolución’ tuvo mucha incidencia el trabajo de Montessori, porque creó una serie de materiales –aún vigentes en muchas escuelas– que favorecerían los procesos de autoaprendizaje; y también porque, les dio un vuelco total a las escuelas, sus actividades y su misión; poner la Escuela al alcance del Niño, significó que ésta se adaptara al mundo infantil. Desde ese momento la infancia se convirtió en el centro del sistema escolar.
Su método de enseñanza se fundamenta en tres principios:
“El ambiente adecuado, el maestro humilde y el material científico” (Montessori, 1950, p. 15).
En ese orden de conceptos, en la metodología ‘Montessoriana’, el Ambiente hace referencia a un espacio ‘pedagógicamente’ adecuado por el adulto para que el niño crezca y se descubra a sí mismo en medio de su mundo, por lo tanto, los maestros deben conocer y respetar las personalidades de cada niño y sus grados de desarrollo. Respecto al material didáctico, estos objetos, sensorialmente atractivos, pueden tener un poder de fascinación, reclamando la actividad del niño para que desarrolle habilidades mediante su manipulación; a partir de la experimentación con dichos objetos, resaltaba la experiencia de las ‘Casas dei Bambini’:
“Al mismo tiempo, hice fabricar un material científico exactamente igual al que yo usaba en una institución de niños con discapacidad mental, el cual por haber sido utilizado para ese objeto nadie pensó que pudiera llegar a ser un material escolar. No hay que imaginar que el “ambiente” de la primera Casa de los niños fuera amable y gracioso como el que presentan en la actualidad estos colegios” (Montessori, 1907, p.1).
El método de la pedagoga italiana, como también estudios posteriores y desarrollos de sus trabajos, describe una serie de diferentes materiales de enseñanza que corresponden a cinco principales áreas de aprendizaje:
Sensorial: trabaja percepciones sensoriales para el desarrollo de los sentidos del tacto, vista, oído, olfato, gusto y el sentido estereognóstico (definido como el sentido por el cual el niño descubre e identifica volúmenes y objetos por medio del tacto).
Matemáticas: busca desarrollar el reconocimiento de números y cantidades. En esta área los objetos tienen diferentes grados de dificultad a las que el niño accede progresivamente a medida que adquiere habilidades.
Lenguaje: desarrolla el lenguaje escrito y verbal mediante tres procesos principales: fonética de las letras, escritura y lectura.
Cultura: comprende las áreas de geografía, ciencia, arte, música, zoología, botánica, idiomas y educación cósmica (que además de impartir conocimiento, pretende guiar las experiencias que vivirán los niños, para que continúen con el proceso de autoconstrucción y llegue a formarse como seres humanos nuevos capaces de contribuir a la creación de un mundo mejor (contribuir a la sociedad). Busca darles, una visión del todo para que desde un enfoque holístico puedan descubrir el Universo como una gran red en la que todos los elementos están interconectados y donde todos los seres de la creación forman parte de este proceso).
Vida práctica: Se divide en cuatro unidades: cuidado de la persona, cuidado del ambiente (casa), desarrollo de las relaciones sociales y conocimiento, y el control del propio cuerpo.
Áreas que, aportan al desarrollo de diferentes habilidades como: la discriminación visual[1], motricidad, lectura, matemática y vida cotidiana (higiene y cuidad de sí mismos).
A diferencia de los ejemplares originales que fueron construidos en metal, la reproducción de Resaques Montessori, que exhibimos en el Museo están fabricados en madera; y, corresponden a los materiales del módulo de aprendizaje del lenguaje. Se trata entonces de unas plantillas con las que el niño se inicia en la preescritura y empieza a desarrollar el pensamiento lógico.
Nuestro ejemplar, se compone de una caja que tiene las siguientes dimensiones: 15 cm de alto, 45.5 cm de largo y 31 cm de ancho; la caja cuenta con cuatro compartimentos y cada uno de ellos, contiene seis marcos cuadrados donde encajan respectivamente los diferentes resaques de madera de color azul –que se pueden extraer fácilmente–, los cuales tienen las formas de las siguientes figuras geométricas: cuadrado, triángulo, círculo, rectángulo, óvalo, elipse, trapezoide, pentágono, triángulo curvilíneo, cuadrifolio (trébol de 4 hojas), entre otras.
Jiménez, S. (2017). Resaques Montessori – Detalle de los marcos de cada compartimento y de las figuras geométricas. [Fotografía]. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.
Manipulando el pomo[2] de cada resaque, esta herramienta didáctica específicamente permite trabajar y practicar la posición de agarre de pinza de la mano que se realiza con los dedos pulgar–índice–corazón (esto para el aprendizaje de la forma correcta de sujetar los instrumentos para la escritura, es decir lápices, bolígrafos, entre otros) y fortalecer la musculatura (practicando la fluidez del movimiento de la mano y la presión correcta del lápiz sobre el papel), aspectos básicos para la escritura correcta. Además, la interacción con los resaques inicia al niño en el reconocimiento de las figuras geométricas y sus respectivos nombres.
Después de que el niño ha trabajado con esta herramienta, se busca que con la guía del maestro pueda nombrar las figuras geométricas que aparecen en las tarjetas de cartón que funcionan como complemento de los resaques.
Jiménez, S. (2017). Resaques Montessori – Tarjetas de cartón de figuras geométricas. [Fotografía]. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.
Otras orientaciones para el uso de este material son que los niños pueden dibujar la forma tanto de la figura que se inserta como del marco de inserción sobre un papel y así, ayudar a mejorar la coordinación ojo–mano, y a estabilizar los trazos manteniendo la punta del lápiz en el borde de cada pieza.
Sobre el aspecto geométrico de esta herramienta, Montessori destacaba:
“Al levantar la pieza de hierro queda la figura dibujada en dos colores. De aquí nace por primera vez el concepto abstracto de la figura geométrica pues el niño ve que de dos placas tan distintas resulta un dibujo único, esto es, una línea que determina una figura.” (Montessori, 1950).
Resaltamos la importancia y vigencia (a pesar de tener más de un siglo de tradición y aplicación) del trabajo realizado por María Montessori como también de los diferentes materiales que se diseñaron y crearon a partir de sus postulados, no solo por revolucionar el enfoque de la Escuela, sino también por visibilizar y revalorar la importancia de la infancia y de su proceso de aprendizaje a nivel mundial. Así mismo recordamos que en 1933 con la construcción de la ‘casita Montessori’ –hoy “Casa de la Vida”–, y el año siguiente con la puesta en marcha del grado de Kindergarten (Jardín Infantil) su legado hizo parte activa de los fundamentos, prácticas, ambientes y espacios de la Universidad Pedagógica Nacional, otrora Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas.
Para conocer los Resaques de madera, la colección de materiales didácticos Montessori, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes a los fondos documentales que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional.
Palabras clave: Resaques de Madera; María Montessori; Material Didáctico; Lenguaje; Figuras Geométricas; Infancia; Maestros; Educación; Museo Pedagógico Colombiano.
[1]La discriminación visual es la habilidad visual que ayuda al niño a reconocer las semejanzas y las diferencias de formas, colores y posición de objetos, personas y materiales impresos, y a advertir las coincidencias entre ellos. Esta habilidad le permite prestar atención a los detalles y apreciar las diferencias leves existentes entre objetos e imágenes que son similares. Fuente: https://webdelmaestro.com/discriminacion-visual-concepto-y-actividades/