Pieza del mes de octubre de 2019: Cuaderno Escolar

Como pieza del mes de octubre hemos seleccionado el cuaderno escolar que pertenece a la colección de implementos escolares de la enseñanza de la escritura del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto de manufactura industrial, fabricado de papel en Bogotá en la década de 1940, por la tienda de útiles para escuela y colegios “Herrera Hermanos” y que se usa para tomar notas, y almacenar y organizar información de diferente índole.

Recordemos la escritura como un proceso fundamental en la formación de ciudadanos activos para la sociedad, y que por varios siglos su ejercicio fue restringido, como en el periodo colonial americano cuando únicamente el escribano desarrollaba esta labor; más adelante también otros grupos sociales accederían a este saber cómo por ejemplo los de familias adineradas.

Al descentralizarse lentamente el dominio religioso sobre la educación, existir una mayor presencia del Estado en el S. XVIII y con el surgimiento de la escuela pública, la escritura comienza a constituirse como un saber al alcance de un mayor número de personas. Con la expansión de la escuela y el acceso colectivo a la escritura se empiezan a crear materiales y elementos básicos para materializar el proceso de escritura de los escolares de la época, esto desde la segunda mitad del S. XIX con las pizarras en piedra y los pizarrines (para escribir en esta), y hasta la segunda década del S. XX, cuando hace su aparición el cuaderno escolar, como formato para la escritura.

Considerando que hace más de 5000 años el hombre invento la escritura, los primeros vestigios y huellas de las escrituras dejadas por los primeros individuos y grupos humanos aún los encontramos en soportes como madera y piedra; luego en el año 3000 a.C. se escribiría sobre papiro y otros medios elaborados a partir de materiales vegetales, esto en el Antiguo Egipto. En el periodo grecorromano, junto al papiro, el pergamino elaborado a partir de pieles animales gozaría de gran popularidad hasta la Edad Media.

La tradición histórica considera que el primer proceso de fabricación del papel fue desarrollado en la China, en el S. II a. C., técnica que se expandió por parte de Asia alrededor del 750, y que también llegaría al mundo árabe, siendo ellos quienes lo introducen en España en el S. XI, estableciéndose en el año 1056 la primera fábrica de papel europea. A partir de este momento se difundió el proceso al Mediterráneo europeo, desde donde se propaga por todo el continente.

A partir del S. XV, la aparición de la imprenta generó un aumento del uso del papel, pero fue hasta 1840 que se fabrican diferentes materiales que sustituirían al papel, como el resultante de la pulpa del proceso mecánico de trituración de madera, y en 1850 con el primer proceso químico. Desde entonces el papel se ha convertido en uno de los productos emblemáticos de la cultura humana, elaborándose no solo de trapos viejos o algodón sino también de gran variedad de fibras vegetales.

El cuaderno en el formato que conocemos hoy, fue inventado en 1902 en Australia por J.A. Birchall propietario de la librería, antigua editorial y luego empresa de suministros educativos y papelería Birchalls Ltd., con sede en la isla de Tasmania, que funcionó desde 1844 y hasta el año 2017. Denominado por su inventor como Silver City Writing Tablet (la tableta de escritura de Silver City).

A pesar de no tener una gran aceptación al momento de su invención, fue él mismo quien fabricó el primer bloc de notas o libreta comercial, cuando se le ocurrió unir –de forma ordinaria– varios folios o papeles junto a una cartulina, en lugar de dejarlo como hojas sueltas, para conformar lo que hoy llamamos cuaderno.

Pese a que América Latina los primeros cuadernos aparecieron durante la segunda mitad del siglo XIX, es hasta el periodo comprendido entre 1920 y 1930, cuando comienza la producción de los primeros para las aulas escolares de nuestro país. Periodo que coincidió con el auge de la industria manufacturera en Colombia conformada en sus inicios por empresas cementeras, de producción de textiles y por fábricas productoras de tabaco y de bebidas alcohólicas. Las dos últimas en su momento fueron las industrias que apoyaron económicamente las labores de escuela. Por este motivo –y como dato curioso– éstas industrias tenían derecho a imprimir sobre las portadas de esta serie de primeros cuadernos, publicidad que inducía al consumo de cigarrillos y alcohol, característica que daría mucho de qué hablar si sucediera actualmente, sin embargo recordemos que hoy día una parte de los impuestos pagados por la industria de licores, entre otras se invierten en la educación del país.

Debido a los altos costos de la producción del papel para la fabricación de los cuadernos escolares, los primeros cuadernos utilizados como el que exhibimos en nuestro Museo solo tenían 10 hojas (20 páginas) para tomar apuntes ya que a inicios del S. XX en Colombia, el papel era un recurso muy escaso y de alto valor económico, situación que –a pesar de los problemas de salud e higiene– prolongo el uso de la pizarra de piedra en las escuelas rurales hasta mediados del S. XX.

Además tener un número tan reducido de hojas respecto a los cuadernos que usamos actualmente que tienen desde 50 y hasta 250 hojas, en los cuadernos de la época identificamos la existencia de limitaciones didácticas por el poco espacio para anotar y así mismo el concepto de la “economía de la escritura”, en el que el estudiante de la época debía determinar cuál información registraba y cual no, según sus intereses escolares, procesos de estudio y las formas en que cada uno organizaba la información, esto con el objetivo de facilitar y consolidar los procesos de aprendizaje de ideas y conceptos.

Pese a que la inserción del cuaderno en parte fue apoyada y reforzada como una de las reformas de algunos representantes de la Escuela Nueva para optimizar el funcionamiento de la escuela y transformar la experiencia educativa, la condición ya descrita del espacio limitado llevaron al maestro y al estudiante a realizar sus labores en el marco de una tipología de escuela más moderna pero con la coexistencia de algunas prácticas de la denominada Escuela Tradicional, ya que la relectura y reflexión sobre lo escrito, se basó únicamente sobre los pocos apuntes realizados en estos primeros cuadernos y la transmisión de conocimientos nuevamente, se dio a través del uso efectivo de la memoria y la escritura a partir de lo que se hubiese transcrito.

Sumado al proceso de higienización de la escuela por motivos de salubridad y a las innovaciones metodológicas propias de unos modelos pedagógicos que evolucionaban en esa época, cuando la producción del papel fue masiva en diferentes partes del mundo, su fabricación fue mucho más económica, por lo que su uso se masificó aceleradamente y en poco tiempo el cuaderno único escolar en el contexto latinoamericano pasó a un ser un material indispensable como soporte de la memoria y el aprendizaje, y como herramienta para la circulación y transcripción de información y saberes a través la escritura en las escuelas de todo el mundo. Finalmente, sobre el papel es otra cosa, guarda todo lo que se le confía, y como dice el viejo refrán: «la palabra vuela y lo escrito queda«[1].

Hoy en día como Museo entendemos la importancia de los cuadernos escolares antiguos como una fuente histórica interesante para comprender los procesos personales y autónomos de cada estudiante para la adquisición de conocimientos y su relación con la historia de la infancia, la historia de la educación y el desarrollo de la caligrafía y la cultura escrita, y así mismo como un elemento cultural y documental para la reflexión académica, la labor pedagógica y el contexto educativo.

Para conocer el cuaderno escolar, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

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Palabras clave: Cuadernos Escolares; Escritura; Implementos Escolares; Pedagogía; Enseñanza; Papel; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Información compartida en Editorial Magisterio, conozca la Colección Pedagogía e historia

 

Referencias

Calameo.com. (2019). Historia del cuaderno escolar. Fecha de consulta: 11 Oct. 2019. Desde: https://es.calameo.com/read/000918535332814c797bd

Papel. (2019, 7 octubre).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 15 Oct. 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Papel

G2 Innovation Australia. (2019). The Silver City Writing Tablet & Other Innovations From Tasmania. Fecha de consulta: 15 Oct. 2019. Desde: https://www.g2innovation.com.au/blog/2018/3/21/the-silver-city-writing-tablet-other-innovations-from-tasmania

Ainos blog. (2019). Historia del Cuaderno: Curiosa y breve historia del inventor del cuaderno. Fecha de consulta: 10 Oct. 2019. Desde: https://www.ainospublicidad.es/blog/historia-del-cuaderno/

Cole, V. (2019). La historia del cuaderno – Viva el Cole. Fecha de consulta: 15 Oct. 2019. Desde https://www.vivaelcole.com/blog/la-historia-del-cuaderno/

Llin, M., & Segal, E. (1). La historia del cuaderno. Magazín Aula Urbana: Una ciudad para tocar, oler y sentir, (26), 18-19. Fecha de consulta: 11 Oct. 2019. Desde: https://revistas.idep.edu.co/index.php/mau/article/view/1149

Rodríguez Tarquino, J. (2017). Voces históricas del Instituto Pedagógico Nacional. Revistas.pedagogica.edu.co. Volumen 5 Nº 43 / julio – diciembre de 2017. Fecha de consulta: Septiembre 9, 2019. Desde: https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/NYN/article/download/8529/6472/  

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

[1] Verba volant, scrīpta mānent, es una cita latina tomada de un discurso de Cayo Tito al senado romano, y significa «las palabras vuelan, lo escrito queda». Se resalta con ella la fugacidad de las palabras, que se las lleva el viento, frente a la permanencia de las cosas escritas. En español se dice: lo escrito, escrito está y a las palabras se las lleva el viento. Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Verba_volant_scripta_manent

Pieza del mes de julio de 2019: Pluma de Ganso para Escritura

Como pieza del mes de julio hemos seleccionado la Pluma de ganso de la colección de implementos escolares del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto de fabricación artesanal empleado en la enseñanza de la escritura durante la década de los años 20 en Colombia.

Para contextualizar, la escritura es un proceso básico e imprescindible en la formación académica de cualquier ciudadano que desee ser activo en la sociedad. Es importante señalar que por varios siglos la escritura estuvo restringida a gran parte de la sociedad, como en el periodo colonial americano cuando solamente el escriba o escribano que se formaba por medio de manuales sobre Caligrafía o Arte de Escribir procedentes de España, desarrollaba esta labor especialmente para la redacción de documentos oficiales.

Aparte del escribano otros grupos sociales de nuestro territorio empezaron a tener acceso a la escritura como los pertenecientes a familias pudientes quienes “iban a la escuela y debían aprender a leer y escribir en latín, para poder entrar a las escuelas que formaban sacerdotes y abogados y leer los textos escritos en ese idioma[1] como los Colegios Mayores del Rosario y San Bartolomé. En otros casos, las ‘escuelas’ regentadas por comunidades religiosas, estaban conformadas por grupos de niños de diferentes edades, quienes accedían a la práctica de la lectura acercándose a los textos de la doctrina cristiana.

Con la paulatina descentralización de la educación dominada por la Iglesia Católica y una mayor presencia del Estado en el S. XVIII, el surgimiento de la escuela pública y el maestro que la dirigía, la escritura comienza a constituirse como un saber escolar al alcance de un mayor número de personas, apareciendo entonces textos específicos de apoyo cómo el Arte de escribir de D. Estevan Ximenez (1796), las Muestras de escritura para las escuelas primarias de la Nueva Granada (1859), El método en la enseñanza de la caligrafía de Cristina Sagest (1879), entre otros.

Entrada la segunda mitad del S. XIX con la expansión de la escuela pública y el acceso colectivo a la escritura se empiezan a difundir materiales especializados para este ramo de instrucción como plumas, engobes, tinteros y porta tinteros; elementos básicos de los escolares de esa época.

Retomando nuestra pieza del mes, fue elaborada artesanalmente a partir de la pluma de un ganso, y en otros casos se hicieron con las de otros tipos de aves de gran tamaño. Esta clase de plumas se usaban para escribir con tinta antes de la invención de la pluma, la pluma estilográfica, y finalmente herramientas más avanzadas como el bolígrafo, instrumentos que transformaron la escritura, la posibilidad de transmitir e intercambiar gran cantidad de información y de comunicarnos a través del tiempo facilitando el desarrollo de trabajos manuscritos desde el S. VI hasta la actualidad.

Sobre su historia, la pluma de ganso fue la herramienta de escritura y caligrafía por excelencia por cerca de mil años, desde la alta Edad Media (S. VI) –cuando el teólogo español San Isidoro de Sevilla menciona por primera vez en sus escritos la pluma de cálamo[2]. A partir de aquí se usaría de manera indispensable en la caligrafía medieval como método de difusión de obras historiográficas, pero especialmente de la Biblia, de documentos religiosos y en general del cristianismo– y hasta el S. XVII.

Considerando que hace más de 5000 años el hombre invento la escritura y que más de 3000 años aparecieron los primeros alfabetos, como antecedente a la pluma de cálamo, las primeras plumas comenzaron a usarse en el año 3000 a.C. por la antigua civilización Egipcia para la elaboración de papiros y otros manuscritos. Desde esos tiempos y hasta ahora la escritura ha evolucionado lentamente y continúa haciéndolo.

El desarrollo de esta tecnología requería del plumaje perdido de aves vivas en tiempo de primavera, el cual era endurecido o curado por cocción en agua o disecación y se debían cortar en el ángulo preciso con un filo determinado.  Especialmente se preferían las últimas cinco plumas del ala izquierda, ya que se doblaban hacia afuera cuando eran utilizadas por escribanos derechos.

En un comienzo las plumas más comunes y de uso frecuente para trazos grandes fueron de ganso, las de mayor calidad y también costo era las de cisne, mientras que para hacer líneas finas se utilizaron plumas de otras aves como cuervos, águilas, lechuzas, halcones y pavos; sin embargo los trazos de esta herramienta de escritura al inicio fueron gruesos y toscos, luego las técnicas de cortado y la forma de elección de las plumas optimizaron el ejercicio de la escritura. Para el S. XVIII el ancho de las plumas había disminuido y su longitud había aumentado, característica que permitió trazos más finos.   

Respecto al proceso por el cual la punta de la pluma lograba ser apta para la escritura, esta se debía afilar con un cuchillo especial –cortaplumas–; no obstante el tiempo de preparación de la pluma era tedioso.

  

Inspirulina.com. (2019). ¿Te gustaría escribir con una pluma de ganso? – Inspirulina.com. Vistas de la punta de la pluma y detalle del ángulo de corte. [Image] Available at: https://www.inspirulina.com/te-gustaria-escribir-con-una-pluma-de-ganso.html  [Accessed 9 Jul. 2019]
 

 

 

 

 

 

 

 

 

Además al escribir y consignar información sobre el papiro[3]que luego fue sustituido por el pergamino la tinta de color negro que se usaba para poder escribir y que era almacenada en el cálamo (tallo hueco), tenía el inconveniente que tardaba mucho en secar y los manuscritos realizados había que ponerlos en estufas u hornos para que pudieran secarse tan pronto como fuera posible. Y aunque las plumas de aves eran herramientas prácticas, naturales y de escaso costo, tenían poca resistencia y desgaste rápido, por lo que al cabo de unas cuantas sesiones –sólo una semana– tenían que ser reemplazadas.

Didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com. (2019). ¡COMO ENSEÑAR LA EDAD MEDIA CON UNA PLUMA DE GANSO!. Partes de una pluma y detalle del ángulo de la punta lista para la escritura [Image] Available at: https://didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com/2015/10/como-ensenar-la-edad-media-con-una.html [Accessed 9 Jul. 2019].

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, luego de mil años de esplendor las plumas de aves comenzaron un declive luego de la invención de la pluma de metal, patentadas primero en Estados Unidos en 1810, y posteriormente producidas en masa desde 1860.

En relación, con la tinta que se utilizaba para escribir con este tipo de plumas, ya sabemos que la primera vez que se reseña su uso, fue en la Edad Medía y durante este periodo histórico se utilizaban dos tipos de tinta negra: la tinta de carbón (una suspensión de carbón, agua y goma) y la tinta ferrogálica[4] (obtenida de la corteza de roble). La tinta de carbón se utilizaba ya en el 2500 a.C. mientras que la ferrogálica se empezó a usar a partir del S. III siendo probablemente la tinta que usaba San Isidoro de Sevilla en el S. VI.

Debido a la facilidad en la técnica de preparación, la calidad de permanencia de la información y resistencia al agua, la tinta ferrogálica se convirtió en la elegida por los escribas europeos, incluso su popularidad se extendió por todo el mundo durante el período de la colonización. No fue hasta la invención de las tintas producidas químicamente, en la segunda mitad del siglo XX, que esta tinta cayó en desuso.

Como instrumento de la historia de la escritura, esta clase de pluma –de antecedente medieval– y en general los demás instrumentos que se han desarrollado para el ejercicio y la evolución de la escritura han sido más que una herramienta para esta labor. Teniendo en cuenta cada contexto histórico, fueron un soporte para la memoria; y aún son la forma de plasmar textos y dejar testimonio de las vivencias, huellas y experiencias para la reflexión y el quehacer de las futuras generaciones como la nuestra.

Para conocer la Pluma de ganso para escritura, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

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Palabras clave: Escritura; Gramática; Implementos Escolares; Pedagogía; Ciudadanos; Enseñanza; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias

[1] Lozano, J; Gutiérrez, R; & Romero, F. (2010). Caligrafía expresiva, arte y diseño. Universidad Tecnológica de Pereira.

[2] “El cálamo (del latín: calamum, griego: kalamos κάλαμος) es una caña hueca, cortada oblicuamente en su extremo, que se utilizaba para escribir en la antigüedad. Se obtenía del tallo de una planta o de una pluma de ave; de hecho, se denomina también cálamo a la parte inferior hueca de la pluma que está insertada en la piel de un ave.” Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A1lamo_(escritura)

[3] “Papiro (del latín papyrus, y este del griego πάπυρος) es el nombre que recibe el soporte de escritura elaborado a partir de Cyperus papyrus, una hierba palustre acuática. Fue profusamente empleado para la fabricación de diversos objetos de uso cotidiano, y su principal utilización fue la elaboración del soporte de los manuscritos de la antigüedad denominado papiro, precedente del papel moderno.” Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Papiro

[4] “La tinta ferrogálica, también conocida como tinta de corteza de roble es un pigmento púrpura-negro o marrón-negro, elaborado a partir de sales de hierro y ácidos tánicos de origen vegetal. Fue la tinta estándar y de la escritura en Europa, desde el siglo V hasta XIX, y se mantuvo en uso hasta bien entrado el siglo XX.” Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Tinta_ferrog%C3%A1lica 

Pluma de ave (escritura). (2019, 10 de mayo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Julio 5, 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Pluma_de_ave_(escritura)#cite_note-3

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar.

Inspirulina.com. (2019). ¿Te gustaría escribir con una pluma de ganso? – Inspirulina.com. Fecha de consulta: Julio 8, 2019. Desde: https://www.inspirulina.com/te-gustaria-escribir-con-una-pluma-de-ganso.html

Didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com. (2019). ¡COMO ENSEÑAR LA EDAD MEDIA CON UNA PLUMA DE GANSO!. Fecha de consulta: Julio 8, 2019. Desde: https://didcticadelpatrimonicultural.blogspot.com/2015/10/como-ensenar-la-edad-media-con-una.html

Inspirulina.com. (2019). Esa maravilla que es la escritura – Inspirulina.com. Fecha de consulta: Julio 8, 2019. Desde: https://www.inspirulina.com/esa-maravilla-que-es-la-escritura.html

Supermileto.blogspot.com. (2019). La historia de la pluma de escritura. Fecha de consulta: Julio 8, 2019. Desde: http://supermileto.blogspot.com/2016/12/la-historia-de-la-pluma-de-escritura.html

Epocamedieval.top. (2019). Pluma Medieval. Fecha de consulta: Julio 10, 2019. Desde: https://www.epocamedieval.top/pluma-medieval/

Plumayboligrafo.blogspot.com. (2019). SOCIEDAD. Fecha de consulta: Julio 10, 2019. Desde: http://plumayboligrafo.blogspot.com/2014/04/sociedad.html

Estudiantes.elpais.com. (2019). La pluma y el bolígrafo. Fecha de consulta: Julio 10, 2019. Desde: https://estudiantes.elpais.com/EPE2014/periodico-digital/ver/equipo/1498/articulo/la-pluma-y-el-boligrafo

Tinta ferrogálica. (2019, 22 de febrero). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Julio 10, 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Tinta_ferrog%C3%A1lica#Historia

 

Pieza del mes de junio de 2019: Reglas de Cálculo

Como pieza del mes de junio hemos seleccionado el juego de Reglas de Cálculo de la colección de implementos escolares del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto empleado en la enseñanza de la aritmética y fabricado en Dinamarca en la década de 1950 por la empresa UTO.

Las reglas de cálculo, fueron un instrumento usado principalmente para la realización de divisiones y multiplicaciones, pero también sirve para efectuar operaciones aritméticas más avanzadas como las logarítmicas, trigonométricas o las raíces cuadradas, y que hizo las veces de calculadora mecánica rápida, útil y portátil, utilizada por generaciones de científicos, administradores, ingenieros, arquitectos y cualquier otra actividad que requiriese cálculo.

Referente a su historia, el primer diseño de esta herramienta data del S. XVII, sin embargo el precedente a las reglas de cálculo, es anterior al S. XVI cuando Galileo Galilei, detalló un sistema empleado en el cálculo de fórmulas de trigonometría, sistema arcaico procedente de los antiguos astrolabios, de instrumentos medievales y de diversas herramientas empleadas en navegación y astronomía como son los planisferios celestes, entre otros.

La discusión respecto a su invención se traduce que algunos historiadores apuntan que su inventor fue el matemático Edmund Wingate a mediados del siglo XVI, mientras que otros la atribuyen al clérigo inglés William Oughtred en 1636.

Como antecedente a su invención, el estudio de logaritmos de John Napier publicado inicialmente en 1614, fue retomado por el astrónomo Edmund Gunter quien lo aplicó a las escalas de cálculo en su Canon Triangulorum dando lugar a las primeras aplicaciones matemáticas de la escala logarítmica que es elemento clave y común de todas las reglas de cálculo; de este modo los logaritmos fueron acogidos y reformulados rápidamente.

Dispuestos en forma de tablas, el principio de funcionamiento de la regla de cálculo radica en el cálculo logarítmico, que transforma las multiplicaciones en sumas y las divisiones en restas.

GUNTER, Edmund (1581-1626). The Works: Containing the description and use of the Sector, Cross-staff, and other Instruments, With a Canon of artificall Sines and Tangents… a new treatise of Fortification, Whereunto is now added the further use of the Quadrant fitted for the daily preactise. By Sam. Foster. [image] Available at: https://www.christies.com/lotfinder/Lot/gunter-edmund-1581-1626-the-works-containing-the-4890341-details.aspx [Accessed 10 June 2019].

Gunter modificó la escala de logaritmos de Napier para realizar cálculos trigonométricos y William Oughtred tomó la escala de Gunter y colocó dos escalas que se deslizaban entre sí. Alineando los valores de las diferentes escalas era posible realizar cálculos aritméticos, dando lugar al primer prototipo de la regla de cálculo, que tiene su origen en los círculos de proporción, inventados también por Oughtred hacia 1625, que eran círculos deslizantes con una graduación logarítmica. La regla de cálculo fue una evolución de este invento en forma rectilínea.

A finales del S. XVII eran utilizadas en diferentes versiones, y con diversas aplicaciones. Entre algunos de los pioneros para los diseños de reglas de cálculo tenemos a Robert Bissaker y a Seth Patridge quienes en 1657 proponen una regleta móvil en su diseño. También en 1675 Sir Isaac Newton empleó tres escalas logarítmicas paralelas, siendo además el primero en sugerir el empleo de un cursor que facilitara las lecturas de los resultados.

Ya en el S. XVIII, las modificaciones de esta herramienta, se trataron de cambios en la forma con el objetivo de mejorar su precisión. De esta forma los ingenieros James Boulton y James Watt modifican los diseños existentes para mejorarlos. En 1815 el físico Peter Roget inventa la escala log-log con las que podía calcular cualquier raíz cuadrada. En 1831, Amédée Mannheim propuso uno de los primeros sistemas de estandarización de escalas, denominado Sistema Manheim, que incluyó una regleta deslizante que permitió una mejora para la realización de ciertos cálculos.

Posteriormente, en el S. XIX se masificó su uso. Por ejemplo, a finales de este siglo numerosas constructoras se propagaron a nivel mundial, por tanto las solicitudes de cálculos desde las oficinas de ingeniería aumentaron progresivamente y se debía atender la demanda creciente; además la Revolución Industrial, también propició un mayor volumen de cálculos esto por el uso de las maquinarias que modernizarían la industria. Estas dinámicas favorecieron que se fundaran diferentes empresas que fabricaban reglas de cálculo, entre estas las más importantes en la época fueron: Faber-Castell (1761) y Dennert & Pape (1863) en Alemania y Keuffel & Esser (1867), Eugene Dietzgen Drafting Company (1885) y Frederick Post Co. (1890) en Estados Unidos.

La existencia de diferentes marcas de reglas de cálculo en el mercado, junto a la evolución del Sistema Manheim y de otros sistemas de escala llevó a la necesidad de estandarizarlas, de esta manera en 1902 Max Rietz unifica los sistemas, y el nacimiento del Sistema Rietz hace que los constructores de reglas se pongan de acuerdo para igualar sus representaciones. Mejora que permitió, que por ejemplo, un ingeniero que aprendiera el Rietz le fuera posible manejar cualquier otro sistema que estuviera impreso en las caras de la regla permitiendo intercambiar y comparar las soluciones. El Sistema Rietz tuvo una gran aceptación hasta que en 1934, Alwin Walter propuso nuevos cambios en lo que se denominó Sistema Darmstadt.

A mediados del siglo XX las reglas de cálculo se encontraban en cualquier actividad que requiriera cálculos, desde la construcción, la electrónica, la meteorología, entre otros campos del conocimiento. Además, su uso para la enseñanza en colegios llevó a que se fabricara masivamente y que su utilidad para la práctica pedagógica en la enseñanza de la aritmética fuera colectiva. De los modelos originales hechos a mano en madera caoba, se pasó a finales del S. XIX a los fabricados con celuloide (y otros plásticos), bambú, magnesio y aluminio. Los nuevos métodos mecánicos de corte e impresión gráfica incrementaron la precisión de las reglas de cálculo y la velocidad de producción.

Entre la segundad mitad del S. XIX y buena parte del S. XX el uso de las reglas de cálculo fue extendido debido a que eran la herramienta de cálculo más utilizada en la ciencia y la ingeniería, esto por la facilidad de manejo, bajo costo y velocidad, hasta que a comienzos de los años setenta su comercialización decayó y su uso disminuyó considerablemente por la aparición y popularización de las calculadoras electrónicas de bolsillo y las primeras computadoras personales que aparte de tener mayor precisión en los cálculos, también combinaban las características de fácil manejo, bajo costo y velocidad. Así el cambio de generacional entre los ingenieros de los años setenta y los ochenta, represento el desuso paulatino de las reglas de cálculo.

Hoy día su uso y exposición está inscrito a museos, pese a que aún se siguen comercializando para los nostálgicos de la historia y como objetos de lujo. En ocasiones su uso se hace en aplicaciones concretas dentro de la enseñanza básica de las matemáticas.

Relativo a la descripción de nuestra pieza del mes, tenemos en primer lugar un cuerpo rectangular, que tiene una ranura en la parte central –sobre este espacio se desliza la regla móvil–. Sobre la parte superior e inferior del cuerpo rectangular de la regla de cálculo, aparecen dos regletas, más angostas y dentro del espacio de la ranura se desliza una regleta de mayor tamaño.

En las caras frontales de las tres regletas están grabadas las diversas escalas. Y sobre la parte trasera de la regleta móvil también están grabadas otras escalas, para cuyo uso hay que insertarla a la inversa. Por último, tiene una pieza móvil y transparente, que abarca la superficie frontal y que no lleva grabada más que una línea de referencia y tres líneas auxiliares más cortas. Esta pieza transparente se le llama cursor y sirve para facilitar la alineación y la lectura de los elementos numéricos que intervienen en las operaciones, para nuestro caso, el cursor actúa como lupa para mejorar el detalle de las lecturas.

Respecto al funcionamiento, lo esencial de la Reglas de Cálculo son las escalas numéricas, unas fijas y otras móviles, mediante las que se realizan las operaciones, lo anterior presupone que las marcas de las escalas están hechas con total precisión sobre las reglas. Característica solo de los ejemplares actuales, especialmente las comercializadas a partir de comienzos del S. XX, cuando empezaron a aplicarse técnicas mecánicas precisas de fabricación, en contraposición las fabricadas con anterioridad no tenía marcas totalmente precisas, ya que las escalas estaban marcadas individualmente o con técnicas deficientes, por lo que muchos cálculos realizados con ellas resultaban bastante imperfectos.

Sobre los tipos de escalas que tiene nuestra Regla de Cálculo, éstas se identifican por un símbolo alfabético grabado en el extremo izquierdo y aunque casi todos los modelos tengan escalas adicionales, los sistemas de escalas que tiene nuestra pieza del mes son:

Sistema Mannheim: A, B, C, D.

Regla de Cálculo UTO, No. 601 U (Denmark). Sistema Mannheim, Escalas A, B, C, D. Archivo Fotográfico Museo Pedagógico Colombiano (2019).

Sistema Rietz: A, B, C, D, K, L, CI, S, T, S&T.

Regla de Cálculo UTO, No. 601 U (Denmark). Sistema Rietz: A, B, C, D, K, L, CI, S, T, S&T. Archivo Fotográfico Museo Pedagógico Colombiano (2019).

La regla de cálculo tuvo un lugar relevante como vanguardia de las matemáticas relativamente breve; ya que se rápidamente se convirtió en un instrumento de uso cotidiano de profesores y profesionales. Pasó poco tiempo y las reglas de cálculo fueron adaptadas para el uso de agrimensores, carpinteros, navegantes, ingeniería militar y otras, además la aparición de diferentes manuales de instrucciones en distintos idiomas facilitó rápidamente su uso a nivel mundial. Por ejemplo, compartimos el manual de instrucciones de la regla de cálculo Faber-Castell No. 2/82 – 62/82 (que se comercializó en la década de los 60’s): https://museo.inf.uva.es/Imagenes/Varios/FB2_82/fa282.pdf

Para conocer el conjunto de reglas de cálculo, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

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Palabras clave: Aritmética; Cálculo; Implementos Escolares; Pedagogía; Escalas de logaritmos; Enseñanza; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias

Regla de cálculo. (2019, 5 de abril). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Junio 7, 2019 desde https://es.wikipedia.org/wiki/Regla_de_c%C3%A1lculo

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar.

Tomé, C. (2019). El primer instrumento logarítmico: La regla de cálculo. Cuaderno de Cultura Científica. Fecha de consulta: Junio 10, 2019. Desde: https://culturacientifica.com/2015/06/02/el-primer-instrumento-logaritmico-la-regla-de-calculo/

Ibáñez, J. (2019). Museo Informático de la Escuela de Ingeniería Informática UVa – Regla de cálculo. Fecha de consulta: Junio 10, 2019. Desde: https://museo.inf.uva.es/?0=Regla%20de%20c%C3%A1lculo

Sliderulemuseum.com. (2019). Nordic Slide Rules from Denmark and Sweden. Fecha de consulta: Junio 10, 2019. Desde: https://www.sliderulemuseum.com/Nordic.htm

Uciencia.uma.es. (2019). Reglas de cálculo. Fecha de consulta: Junio 10, 2019. Desde: http://www.uciencia.uma.es/Coleccion-cientifico-tecnica/Informatica/Galeria/Reglas-de-calculo2

Sistemas utilizados en las Reglas de Calculo. (2019). Reglasdecalculo.com. Fecha de consulta: Junio 10, 2019. Desde: https://www.reglasdecalculo.com/sistemas.html

Manuales de Instrucciones (Instruction Manuals) Reglas de Calculo (Slide Rules). Reglasdecalculo.com. Fecha de consulta: Junio 10, 2019. Desde:  https://www.reglasdecalculo.com/manuales.html

Pieza del mes de agosto de 2018: Material Didáctico Sellomat

Como pieza del mes de agosto se ha seleccionado el material didáctico para la enseñanza de matemáticas del nivel elemental: Sellomat, producido en el marco de la tercera Misión Pedagógica Alemana en Colombia (MPA) [1]  en convenio con el Ministerio de Educación Nacional en 1965. Este material, junto con otros de distintas áreas, se elaboró a partir de una evaluación diagnostica de los conocimientos básicos de estudiantes de primaria que realizó la Misión en 1967 en la que se identificaron: “elevados índices de deserción y mortalidad escolar, deficiente preparación del magisterio, escasez de recursos técnicos y materiales” (Martínez et al, 1994, p.52). En el área de matemáticas se estableció sobre los niños que finalizaron el primer año escolar que:

Aproximadamente el 80% de alumnado domina las operaciones dentro del espacio numérico hasta veinte, y menos del 40% es capaz de calcular hasta cien. Analizando este fenómeno se encontró que el niño no ha captado el conocimiento básico del sistema numeral, es decir, la estructura decimal (Ministerio de Educación Nacional, 1968, p. 1).

Según los hallazgos mencionados, se implementaron una serie de guías para el maestro donde se abordaban los conceptos matemáticos relacionados con el sistema numeral (guías 1º y 2º) y se elaboró el material didáctico sellomat con el fin de contribuir a superar las falencias del aprendizaje de la estructura decimal, esto en coherencia con los objetivos de la tercera Misión Alemana:

a) elaboración de guías para el desarrollo de los nuevos planes de estudio; b) elaboración de material didáctico auxiliar al maestro en su práctica de enseñanza y c) capacitación a los maestros en el uso de las guías y el material didáctico elaborado (Ramírez, 1978, p.12).

Sellomat se compone de una caja de madera con tres sellos uno de decena tamaño grande, uno de decena tamaño pequeño y otro de centena. Además cuenta con una almohadilla, tinta para sellos y su respectiva guía de aplicación del material con información técnica y didáctica para utilizarla. El material se utiliza, según la guía de la siguiente manera: estampar sellos de diez (tamaño grande) en el cuaderno del estudiante u hoja de papel, después los niños deberán colorear los círculos según los conjuntos que el maestro le indique para realizar diferentes operaciones matemáticas como lo indica la guía:  

Guía Sellomat, 1968 página 3
Guía Sellomat, 1968, página 3

 El ejemplar del material Sellomat de la colección implementos de enseñanza del Museo Pedagógico hizo parte de la donación que realizó la segunda Misión Alemana al Instituto Pedagógico Nacional en 1970 como una de las áreas de distribución del material didáctico a nivel departamental.

Referencias

Martínez, A; Noguera, C; Castro, J; (1994). Currículo y modernización, cuatro décadas de educación en Colombia. Bogotá: Foro Nacional por Colombia.

Ministerio de Educación Nacional. (1968). Guía Sellomat. Bogotá.

Ramírez, D. (1978). La Misión Pedagógica ante el Ministerio de Educación de Colombia. Bogotá: Ministerio de Educación Nacional.

Notas 

[1] Colombia ha tenido tres Misiones Pedagógicas Alemanas: la primera llegó a Colombia en 1872 con el fin de reformar y estructurar la enseñanza primaria y normalista; la segunda misión de 1926, tuvo como propósito la reestructuración de la formación de maestros y la dirección de los Institutos Pedagógicos para varones y señoritas (IPN); y la tercera, tuvo como objetivo el desarrollo de la enseñanza primaria mediante la capacitación del profesorado con el apoyo de guías y material didáctico.

Pieza del mes junio de 2018: Cilindros de Botón (Material Montessori)

 

Los cilindros de botón son uno de los objetos más reconocidos del material Montessori utilizado en varias escuelas alrededor del mundo. El material didáctico Montessori se sustenta en el trabajo que desarrolló la italiana María Tecla Artemisia Montessori (1870-1952) médica  con formación en biología y antropología que a partir de su trabajo de psicología experimental con niños, denominados en la época, anormales y de los estudios de esta población de los médicos franceses Jean Itard (1774- 1838) y Edward Séguin (1812- 1880), fundamenta un método de enseñanza para niños normales que se consolida como método pedagógico de la experiencia de las casas bambini que inicialmente fueron  inauguradas en barrios obreros de Italia  para evitar el abandono de los niños en las calles.

Tres son los pilares del método de enseñanza de Montessori: “el ambiente adecuado, el maestro humilde y el material científico (Montessori, 1950, p. 15). Para Montessori el ambiente hace referencia al lugar adecuado por el adulto para que el niño crezca y se descubra a sí mismo en medio de su mundo, en consecuencia el maestro debe conocer y respetar la personalidad del niño y su grado de desarrollo. Referente al material, para Montessori (2013) los mismos objetos, sensitivamente atractivos, pueden tener un poder de sugestión, reclamando la actividad del niño para que desarrolle habilidades mediante su manipulación, es por ello que resalta dichos objetos en la experiencia de las Casas Bambini:

Al mismo tiempo, hice fabricar un material científico exactamente igual al que yo usaba en una institución de niños con discapacidad mental, el cual por haber sido utilizado para ese objeto nadie pensó que pudiera llegar a ser un material escolar. No hay que imaginar que el “ambiente” de la primera Casa de los niños fuera amable y gracioso como el que presentan en la actualidad estos colegios (Montessori, 1907, p.1).

Montessori en su método hace referencia a diferentes materiales de enseñanza para el desarrollo de diferentes habilidades como: discriminación visual, motricidad, lectura, matemática y vida cotidiana (higiene y cuidado de sí). Los cilindros de botón hacen parte de los materiales sensoriales específicamente para trabajar la percepción visual de las diferentes dimensiones (grosor altura y tamaño), junto con la torre rosa, escalera marrón, cilindros sin botón, listones rojos entre otros. Los cilindros de botón tienen por función desarrollar la discriminación visual y dimensional, así como agarre de pinza (movimiento básico de la escritura). Uno de los sentidos que más se desarrolla con este material, es el denominado por Montessori como el estereognóstico definido como el sentido por el cual el niño mediante el tacto descubre e identifica volúmenes.

Los ejemplares de los cilindros de botón de la colección del Museo Pedagógico se componen de tres soportes macizos de madera con las siguientes dimensiones: 46 cm de largo, 6 cm de altura y 6 cm de ancho. Cada bloque de madera tiene diez orificios donde se encajan diez piezas de madera de forma cilíndrica que tienen en la punta un botón torneado de la misma madera. Los bloques de madera tienen las siguientes características:  

Bloque 1: diferente altura y diferente grosor

 

Bloque 2: misma altura diferente grosor

 

Bloque 3:Mismo grosor diferente altura

 

La manera de emplear este material según El método de la pedagogía científica de Montessori es entregar al niño la totalidad de los cilindros de botón incrustados en los listones de madera para que interactúe con estos, así

Después de que el niño se ha ejercitado durante algún tiempo en el manejo de los encajes sólidos (cilindros) y ha adquirido seguridad en el ejercicio, la maestra coge todo los cilindros de igual altura y los coloca sobre la mesa uno al lado del otro. Entonces escoge los dos extremos y dice: este es el lado más grueso o este es el lado más delgado, colocándolos de lado para que el contraste sea más evidente (Montessori, 1950, p. 69).

Sucesivamente la maestra va mostrando a los niños las diferencias y características de cada cilindro respecto a los otros y finalmente realiza un ejercicio de comprobación con el niño solicitándole que indique alguna relación dimensional. Otros materiales de la colección material didáctico Montessori que se encuentran en el Museo Pedagógico son: cubos de 1000, caja de cuentas doradas, caja de usos, tablillas de 100, tablas de Seguin, resaques de madera y bastidores con cordones.  

 

Referencias

Montessori, M. (1950). El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia. Barcelona: Biblioteca Nueva.

Montessori, M. (2013) El niño el secreto de la infancia. México: Editorial Diana.

Montessori, M. (1907). Palabras de inauguración casa dei Bambini. España: Blog Montesorri para todos. Recuperado de: https://montessoriparatodos.es