Educación y pedagogía: una diferencia necesaria

Las Ciencias de la Educación aparecieron a principios del siglo XX, cuando se tuvo la pretensión de convertir la educación en una ciencia. Las ciencias de la educación son un conjunto de disciplinas que tienen en común el estudio de las situaciones y de los hechos educativos tanto a nivel micro como macroeducativo.

En el momento de constitución, dichas disciplinas fueron, entre otras, las siguientes: pedagogía, didáctica, filosofía de la educación, psicología de la educación, antropología de la educación, administración educativa, teorías de la programación, planeación educativa, etc.

El modelo de cientificidad adoptado por las ciencias de la educación está basado en la concepción de las ciencias que piensa el desarrollo del conocimiento desde el método de observación, experimentación y cuantificación. En suma, estas ciencias buscaron dar a la educación el carácter de ciencia experimental, cuyo propósito es el estudio del fenómeno social llamado educación, que hiciera posible, entre otros propósitos, su control y planeación.

La preeminencia dada por las ciencias de la educación al concepto educativo, desplazó el papel articulador que jugaba el concepto de enseñanza en el saber pedagógico.

El concepto educación restringe el significado, la acción y el campo del concepto enseñanza, recortando así su posibilidad de relación con otros conceptos, efecto que hemos llamado enrarecimiento, el cual se expresa en los siguientes problemas:

  • Conceptualización desarticulada

El conjunto de disciplinas que conforman las ciencias de la educación, con excepción de la pedagogía y la didáctica, se ocupan de la educación a su manera, es decir, mediante nociones, conceptos y métodos propios de una disciplina macro. Por ejemplo, la sociología de la educación hace parte de la sociología, la psicología de la educación corresponde al campo de la psicología. En tales ciencias, se operacionalizan nociones y conceptos que tienen otro régimen teórico, en la interioridad de su respectiva disciplina macro. Así, por ejemplo, el concepto de movilidad social, elaborado en la sociología, se incorpora a la sociología de la educación y a las teorías de la educación como factor de desarrollo. Las ciencias de la educación se constituyen como campos de saber en los que las disciplinas macro, despliegan una forma de ser experimental y práctica.

Las conceptualizaciones que tienen lugar en las ciencias de la educación, aportan a las disciplinas macro que las contiene, pero su aporte a la pedagogía es desarticulado: primero, porque consideran la enseñanza como un concepto operativo; segundo, porque no siendo la enseñanza el objeto de las ciencias de la educación, la enseñanza no puede cumplir una función articuladora entre pedagogía y ciencias de la educación.

  • La atomización

El campo de saber de la pedagogía es disgregado y sus criterios de verdad son puestos en crisis por los desplazamientos y la multiplicación de sus objetos en las nuevas disciplinas, como la sociología de la educación, la administración educativa, la psicología educativa. Cada una de estas disciplinas se instala en diferentes elementos de la práctica pedagógica. Unas se apropian del sujeto (maestro-niño), otras de la institución y otras del saber.

Esta disgregación del campo del saber pedagógico se materializa de diversas maneras. De una parte, la psicología educativa toma como su objeto de análisis el aprendizaje, que en adelante va a sustituir la enseñanza en las relaciones del maestro con el niño. De otra parte, la sociología de la educación se refiere a la institución educativa (escuela) para pensarla como relaciones escuela-sociedad en términos de regulación del flujo entre estas instituciones. La administración educativa se apodera de la escuela en términos de empresa, de administración de personal y de recursos. Debemos resaltar que como fruto de esta atomización el maestro es sometido a un proceso de pérdida continua de saber y de desvalorización intelectual, por cuanto las ciencias de la educación hacen del aprendizaje una práctica que coloca en lugar secundario otros saberes sobre la enseñanza y dejan al maestro un papel disciplinario, es decir, de sujeto que realiza, normatiza y supervisa los procesos de aprendizaje que le designa e impone el Estado.

Lo anterior tiene efectos fundamentales sobre la pedagogía: no es que ella haya dejado de existir, sino que las ciencias de la educación le han impuesto una existencia instrumental que hace del maestro un sujeto que aplica teorías producidas en otros saberes y ciencias. Tal condición instrumental explica su posición subalterna frente al Estado docente, expresada en la imposibilidad del magisterio de levantar proyectos alternativos frente a las políticas estatales.

Título tomado del libro: Pedagogía y Epistemología. Autor: Olga Lucía Zuluaga; Alberto Echeverri, Alberto Martinez, Stella Restrepo y Humberto Quinceno. pp. 21-22

Tomado de la web de la Editorial Magisterio de la colección de Pedagogía e Historia para visitar el contenido haga click en el siguiente enlace Educación y pedagogía: una diferencia necesaria

Pieza del mes de abril de 2020: Libro de texto ‘Alegría de Leer’

Como pieza del mes, hemos seleccionado el libro Alegría de Leer (Método Ecléctico de Lectura y Escritura Simultáneas) de la colección de Manuales Escolares que pertenece al Fondo Documental del Museo Pedagógico Colombiano. Más que un importante texto escolar, fue una técnica de enseñanza –novedosa en su tiempo por su método– empleada para la formación escolar en el campo de la lectura y la escritura desde la década de 1930 en Colombia, y como reseñan estudiosos de la historia de la educación, se convirtió en uno de los primeros textos literarios exitosos en ventas y con el que aprendieron generaciones enteras de colombianos desde 1931 hasta 1965.

Como ya hemos reseñado en otras publicaciones, leer y escribir, son dos procesos básicos y esenciales para la instrucción académica y la formación del carácter de cualquier ciudadano. En este sentido las primeras Escuelas Públicas se orientaron al desarrollo de los rudimentos de la triada “Contar, Leer y Escribir”, que se incluyó en las ramas de Instrucción Pública que se institucionalizaron en el S. XIX en Colombia, no en vano los campos de la educación fueron la Lectura, la Escritura, la Aritmética -y junto a ellas la Religión-. En consecuencia, si una persona no era capaz de desarrollar estas habilidades, no podía ser un ciudadano organizado mentalmente y activo socialmente para cumplir los deberes que una sociedad en constitución y consolidación como la nuestra exigía.

Aunque ambos procesos, han estado presentes en diferentes periodos y contextos históricos y socioculturales de la humanidad, debemos tener en cuenta que los seres humanos sabían hablar desde mucho antes de que empezaran a desarrollar –al menos de forma básica– los primeros sistemas de escritura. En la historia humana primero fue lo oral y después vino lo escrito. En ese orden de ideas, la lectura es un medio oral para la compresión de información y conocimientos; y en el S. XIX, en el país se procuró la alfabetización de la población a través de la religión, y el mejor instrumento (y más efectivo) para este proyecto en cuanto a la enseñanza de la lectura se refiere, fue la Biblia, porque la Escuela Tradicional consideraba que los ciudadanos debían conocer a Dios para ser buenos cristianos. Mientras que la escritura como instrumento de comunicación –mediante un soporte físico, y signos o letras–, fue restringido en el periodo colonial americano cuando el único que desarrollaba esta labor era el escribano; más adelante otros grupos sociales, accedieron a este saber, cómo lo fueron los de familias adineradas.

Posteriormente la paulatina descentralización del dominio religioso sobre la educación, la existencia de una mayor presencia del Estado en el S. XVIII, el surgimiento de la Escuela Pública y la posterior expansión de ésta durante entre la segunda mitad del S. XIX y el S. XX, hicieron gradualmente masivo el acceso a distintos procesos de formación a un mayor número de personas, por lo tanto se empiezan a crear materiales, elementos básicos para la práctica y enseñanza de diferentes aptitudes y destrezas escolares, y por supuesto manuales y textos escolares “modernos”; y para el caso cartillas de primeras letras, silabarios y catón, como nuestra pieza del mes, que tuvo como objetivo la enseñanza de la lectura y la escritura para los colombianos, así ambas prácticas, se consolidaron como dos saberes de alcance colectivo.

Retomando la historia de Alegría de Leer, su autoría oficial está en entredicho, puesto que la historia incluso involucra un plagio de los textos originales. El “autor” que registra en el ejemplar que exhibimos en el Museo, fue Evangelista Quintana Rentería, inspector escolar del departamento del Valle del Cauca, que poseía influencia en el campo pedagógico, –y de acuerdo con estudios de historiadores y literatos– conoció a mediados de la década de 1920 en un viaje entre Popayán y Cali al verdadero autor, el educador nariñense Manuel Agustín Ordóñez Bolaños; quién había intentado publicar su obra infructuosamente, y en aquel viaje, conoció a Evangelista Quintana, este último le solicitó sus manuscritos, los cuales ojeó y leyó detenidamente durante el recorrido, con la promesa de utilizar sus influencias y amistad con el director de Educación, para hacerlos publicar.

No obstante, la realidad fue muy distinta, porque la obra efectivamente apareció publicada en 1930, pero con Evangelista Quintana y su esposa como “autor” y “coautora” respectivamente. Desde luego el nombre del “escritor” adquirió reconocimiento y así pasó a la historia bibliográfica de Colombia; de esta manera el plagio literario estuvo realizado, y hasta el 1931, el verdadero autor se entera de esto, cuando un colega suyo le revela, que: “Evangelista Quintana ha publicado unos libros de lectura, que son la misma cosa que los suyos”.

Para tener en cuenta, Alegría de Leer, no fue el primer texto para la enseñanza de la lectura escrito en Colombia, le antecedieron en 1888 la ‘Guía para la enseñanza de la lectura combinada con la escritura’ de César B. Baquero; y en 1917 la ‘Cartilla de Charry’; sin embargo, desplazó los anteriores, por varias razones, por un lado, el contexto político coyuntural por el cambio de gobierno y por otro el equilibrio de los contenidos que el texto incorporó.

Sobre la realidad política, el final de la década de 1930 representó la última etapa de la hegemonía conservadora, nos encontramos con un país que avanzaba hacia la expansión de la educación primaria y donde la idea sobre que todos los colombianos tenían que aprender a leer lograba aceptación. Luego el cambio a los gobiernos liberales significó un paso hacia la modernización del panorama nacional en diferentes campos; en el educativo, la Escuela Pública era parte esencial del proyecto y la concepción de nación liberal, y saberes como la lectura y la escritura fueron el centro de esta escuela; asimismo se buscaba la transformación de nuestra sociedad (que por mucho tiempo se fundó sobre jerarquías tradicionales y familiares) para reemplazarla por una en el que el saber y el trabajo, pudieran convertirse en riqueza, y fueran los principios oficiales del progreso social.

Referente a los contenidos del texto, éstos se alejaban del bipartidismo político que tanto daño había hecho –y seguiría haciendo– en la sociedad colombiana; y aunque eran comunes y habituales reflejaban una nueva visión de escuela y de país, ya que algunos exaltaban la religión y los valores de la familia, dos asuntos fundamentales para los conservadores; entre tanto, cuestiones como defender la tolerancia, y la igualdad moral y legal de las libertades de todos los ciudadanos, acercaban los temas del texto al liberalismo. Bajo este espíritu, Colombia estaba lista para un texto masivo y moderno, que además resultó novedoso y original en muchos sentidos; y a la luz de hoy lo concebimos como un documento de interés patrimonial en el ámbito sociohistórico.

En relación con su valor educativo y pedagógico, Alegría de Leer, propuso un método innovador, que dio un salto de la tradicional lectura silábica hacía un sistema ecléctico –de aprendizaje más rápido– basado en la comprensión integral de las frases (que se leían en un solo tiempo), las cuales usaban un lenguaje correcto y cuidadoso, y se apoyaban visualmente en extensas y coloridas ilustraciones que tenían fines didácticos; diferentes elementos que hicieron triunfar el texto, los cuales se aprovecharon para la enseñanza de la lectura elemental, el interés por despertar en los alumnos al aprecio por la literatura y que en general, daban muestra de los rasgos de la enseñanza activa y la Escuela Activa que se proclamaba desde la misma portada:

La cartilla Alegría de Leer trajo a Colombia la Escuela Activa; lo hizo de forma tergiversada, para ajustarse a los requerimientos católicos sobre la educación. Una escuela activa se caracteriza por que los maestros son acompañantes de los niños en su proceso de aprendizaje, respetando su ritmo e intereses, por lo tanto, una educación activa propicia en cada niño el desarrollo de sus capacidades personales al máximo, para entregarle a la sociedad y aportar lo valioso de su individualidad, para transformarla. La Escuela Activa es la escuela de la acción, del trabajo de los alumnos guiados por el maestro. Ellos investigan y procesan la información, se responsabilizan conjuntamente en el proceso enseñanza – aprendizaje. En la Escuela Activa, sus aulas son alegres, dinámicas y bulliciosas, como consecuencia del trabajo creativo y productivo, en el que los alumnos tienen tanta participación como el maestro”. (Muñoz, 2013, p. 132).

1932, La Alegría de Leer. Indicaciones a los Maestros, pág. 13–14 (2020). Fuente: https://issuu.com/aniquilo/docs/1932_-_la_alegria__de_leer

Tan destacada fue esta propuesta, que colegas, referentes de la pedagogía a nivel mundial y personalidades de la política nacional, lo destacaron de la siguiente forma. El educador Tomás Maya, en el artículo “La caja de Lectura del maestro Ordoñez” publicado en junio de 1927, resaltaba sobre el trabajo del autor:

El maestro Ordóñez, es el primero que realiza el verdadero sistema de lectura por palabras normales, lo que da por resultado necesario la lectura ideológica, única sensata para satisfacer lo dispuesto en el Artículo 53 del Decreto 491 de 1904, que dice: “El objeto esencial de la enseñanza primaria es el desarrollo en el niño del conjunto de sus facultades mentales. Las materias del programa deben enseñarse de manera que tiendan a perfeccionar dichas facultades y a procurar insensatamente en los niños la espontaneidad del pensamiento” … Ordóñez forma en el cerebro del niño, primero las imágenes (ejercicios de dibujo), enseña los objetos (ejercicio de percepción), con hábiles lecciones objetivas (caudal de ideas), y ofrece en seguida los signos integrales con los que hace la cámara la reconstrucción de las ideas para formar luego el juicio…” (Muñoz, 2013, p. 125).

El orador José Manuel Saavedra Galindo, por medio de una carta de 1928, indicaba:

Tengo guardados su equipo de letras en cubos y su método de enseñanza a leer, para que por ellos aprenda a leer mi tercera niña –Alba– la ahijada del poeta Valencia. Me parece que es el mejor elogio que le puedo hacer a su obra creadora de maestro. Concuerda ella con los preceptos de los grandes genios de la instrucción primaria, con Pestalozzi, que solo enseña a aprender; con María Montessori, que enseña jugando con el niño; con Decroly, que concentra en una las nociones fácilmente convergentes…” (Muñoz, 2013, p. 125).

Ovide Decroly, importante pedagogo y profesor belga, tuvo la oportunidad de conocer el trabajo del maestro Ordoñez, en la visita que hizo en 1925 a Bogotá, y en el diploma de Ordoñez Bolaños consigno de su puño y letra, el siguiente testimonio:

Yo admiro el método inteligente empleado por el Sr Manuel Agustín para enseñar la lectura. El procedimiento puede perfectamente asociarse al sistema ideovisual o globa que yo preconizo” (Muñoz, 2013, p. 127).

Mientras que, a nivel político, la obra también tuvo resonancia, y al respecto Agustín Nieto Caballero, fundador del Gimnasio Moderno y precursor de la llegada al país de la Escuela Activa, escribió en el diploma de Ordoñez:

Me asocio con especial agrado a lo dicho sobre el sistema de lectura del Sr. Ordóñez por mi maestro y amigo el Dr. Decroly.”  (Muñoz, 2013, p. 127).

1932, La Alegría de Leer. Indicaciones a los Maestros, pág. 13–14 (2020). Fuente: https://issuu.com/aniquilo/docs/1932_-_la_alegria__de_leer

Resaltamos el legado de esta joya de la literatura educativa colombiana, no solo como un instrumento para la enseñanza de la lectura y la escritura elemental durante buena parte del S. XX, es decir una herramienta para la transmisión de saberes; sino también, como un objeto de recordación y ‘detonante’ de la memoria colectiva de una generación de colombianos… un ‘movilizador’ de identidad nacional. Incluso pensamos que ayudo a cimentar la mentalidad del ciudadano colombiano desde la infancia, porque no solo se trataba de enseñar las primeras letras a los niños; el aprendizaje a través del texto les insinuaba que siempre leer además ocasionaría alegría, es decir, fundamentó un sentido amable y constructivo de la vida en le época.

Para conocer y consultar el libro Alegría de Leer, otros textos, manuales de alfabetización y demás archivos pertenecientes al fondo documental; y también los objetos de la historia y la práctica pedagógica que exhibimos, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional.

Igualmente los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Lectura; Escritura; Textos Escolares; Manual Escolar; Pedagogía; Educación; Maestros; Método; Escuela Activa; Museo Pedagógico Colombiano.

 

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Referencias

Pérez Silva, Vicente. Ventura y desventura de un educador. Bogotá: Ediciones Amigo Sol. Corporación La Cruz del Mayo, 2001.

Muñoz Bravo, José. (2013). La alegría de leer. Técnica original del educador Manuel Agustín Ordóñez bolaños. Revista Historia De La Educación Colombiana, 16(16), 119-139. Recuperado a partir de https://revistas.udenar.edu.co/index.php/rhec/article/view/1742

Botero, Mary Luz. (2014) La “Alegría de leer”: cartilla escolar con estatus patrimonial. Conservación y nuevos modos de circulación de un lugar de memoria. Revista Interamericana de Bibliotecología, vol. 37, n° 3, pp. 251-262. Recuperado a partir de: http://www.scielo.org.co/pdf/rib/v37n3/v37n3a5.pdf

1932, La Alegría de Leer. (2020). Fecha de consulta: 14 Abr. 2020. Desde: https://issuu.com/aniquilo/docs/1932_-_la_alegria__de_leer

El Tiempo. (1992). Clave 1930 – Lanzamiento Alegría de Leer. Fecha de consulta: 15 Abr. 2020. Desde: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-77026

Credencial Historia No. 110. (1999). Los 10 Libros del Siglo XX en Colombia – Alegría de leer. Fecha de consulta: 17 Abr. 2020. Desde: https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-110/alegria-de-leer

Páez Escobar, Gustavo. (2019). El verdadero autor de la Alegría de leer. Fecha de consulta: 13 Abr. 2020. Desde: https://www.eje21.com.co/2019/02/el-verdadero-autor-de-la-alegria-de-leer/

Centro virtual de Memoria en Educación y Pedagogía -IDEP- (2015). La Alegría de Leer. Fecha de consulta: 13 Abr. 2020. Desde: http://www.idep.edu.co/wp_centrovirtual/?p=3082

La pedagogía como reflexión educativa subordinada

La pedagogía, por efecto de las ciencias de la educación, no sólo se atomiza, sino que se le asigna un papel subalterno definiéndola como una región, y no la más importante de las ciencias de la educación; al interior de éstas queda reducida a los procesos que se verifican en el salón de clase, atrapando todas sus conceptualizaciones entre las paredes del aula.

Esta subordinación y encierro de la pedagogía tiene graves consecuencias para los procesos de conocimiento ya que tiende un cerco disciplinario en torno a los procedimientos pedagógicos que ocurren en el interior del aula y que han sido reducidos a una existencia básicamente operativa. Dichos mecanismos disciplinarios son la clase (proceso instruccional), el programa (currículo) y el examen (evaluación instruccional). La clase en tanto que se convierte en un espacio de apropiación que tiene como única finalidad el consumo, la repetición y la verificación del saber; además, la clase es el único criterio de medición del tiempo de los saberes que son enseñados y, por lo tanto, se establece como una cuadrícula que limita los sentidos y el pensamiento del maestro, es decir, no le permite ver el movimiento real de los procesos de conocimiento.

El programa (currículo) también reduce y limita en tanto aleja al maestro de la cultura escrita, en particular del libro, a partir de la selección de lo enseñado con base en criterios e intereses sociológicos y económicos, no derivados ni del saber específico enseñado, ni de la didáctica correspondiente. El examen (evaluación curricular) es ante todo una forma jurídica, casi procesal, que indaga sobre los objetos terminales definidos desde el currículo y que hace que el saber se circunscriba a la relación medio-fin.

Estos elementos, clase, programa, examen, a los que ha sido reducida la acción de la pedagogía, van a ser reforzados desde ciertas teorías que obstaculizan pensar la pedagogía en función y relación al conocimiento, la sociedad y la cultura. Tal es el caso de la pareja enseñanza-aprendizaje, que encadena la articulación entre maestro y alumno al aprendizaje, y no a los procesos que se desarrollan en la interioridad de los conocimientos científicos, ya que su función es asegurar la vigilancia e inspección de las tareas de interacción entre maestro y alumno y para ello pone en juego las nociones de objetivos, contenidos parcelados e indicadores de evaluación. En síntesis, el currículo obstaculiza la pedagogía porque la priva de su relación con otras disciplinas y ciencias. Aún más, la pareja enseñanza-aprendizaje, derivada de la psicologización de los procedimientos de enseñanza en el aula, al tener sólo en cuenta como conducta, expresada en términos de habilidades, destrezas y comportamientos, hace omisión del discurso pedagógico y de los procesos de conocimiento que se llevan a cabo en los saberes específicos.

La subordinación de la pedagogía, por parte de las ciencias de la educación, se acentúa aún más en tanto el saber pedagógico es despojado de la posibilidad de pensar el eje maestro-escuela-sociedad- Estado-cultura. La escuela es mirada sólo como prolongación del Estado, bloqueando su ubicación en el espacio de lo público, de la sociedad civil, impidiendo una relación directa entre pedagogía y sociedad, pues el eje que la suplanta corresponde más bien a una empresa que busca acoplar la escuela a los designios e intereses del Estado.

Tomado del libro Pedagogía y epistemología. Autor: Olga Lucía Zuluaga G. p.p. 24-26

Tomado de la web de la Editorial Magisterio de la colección de Pedagogía e Historia para visitar el contenido haga click en el siguiente enlace La pedagogía como reflexión educativa subordinada

Pieza del mes de marzo de 2020: Duplicadora al alcohol ‘Banda’ Block & Anderson

Como pieza del mes, hemos seleccionado la máquina duplicadora de ‘espíritu’ «Banda» que pertenece a la colección de otros de artefactos del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto empleado para la reproducción de documentos fabricado en la segundad mitad del S. XX, por la compañía inglesa Block & Anderson.

Block & Anderson LTD., es el nombre de una compañía británica fundada en 1922 que tenía sedes y plantas de fabricación en las ciudades de Londres y Darlington, siendo empresa privada de 1931 a 1948 cuando pasó a ser una empresa pública. De acuerdo al catálogo como expositor de la Feria de Industrias Británicas, organizada entre el 5 y el 16 de mayo de 1947 por el Departamento de Promoción de Exportaciones de la Junta de Comercio, Block & Anderson era una empresa dedicada a la fabricación y distribución de máquinas de control de producción «Simplex«, máquinas portátiles de sumar, restar y enumerar «Victor«, máquinas de sellado de sobres «Velopost«, máquinas de apertura de sobres «Lightning«, máquinas de colocación de sellos «Bandafix«, y como nuestra pieza del mes máquinas duplicadoras de fluido «Banda«, como también de otro tipo de máquinas, equipos y suministros para oficina.

Copete, H. (2020). Inscripción «Banda» de la máquina duplicadora. [Fotografía]. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.

Para 1961, Block & Anderson LTD., contaba con 965 empleados y además de fabricar y distribuir máquinas y equipos de oficina, tenían licencia de la Junta de Comercio Británica para la importación de máquinas de cálculo y suma, como las calculadoras rotativas eléctricas «Facit» fabricadas en Suecia y las estadounidenses «Marchant», entre otras.

La empresa se destacó por patentar dos diferentes procesos relacionados con los métodos de impresión, el primero en 1952, cuando patentó mejoras relacionadas con los métodos y medios para la preparación de copias maestras para la impresión hectográfica; y el segundo en 1962, cuando patentó mejoras relacionadas con las máquinas duplicadoras y las impresoras.

Finalmente en 1964, la producción fue asumida por el grupo británico Ozalid Co., que se dedicaba a la fabricación de papel sensibilizado en seco, paños opacos y de trazado, maquinaria de revelado y revelado fotográfico; equipos de oficina para copiar documentos y materiales, y también materiales y equipos pre-sensibilizados de litoplato[1] y microfilmación.

Copete, H. (2020). Placa Block & Anderson LTD. [Fotografía]. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.

El método de impresión para los duplicadores de espíritu, fue inventado en 1923 por Wilhelm Ritzerfeld y se usó durante parte del resto del S. XX.; y como método de reproducción de documentos por transferencia de tinta, coexistió junto a la impresión mimeográfica[2]. Igualmente, se le conoce como “duplicadora de alcohol” o “copiadora al alcohol”, ya que los alcoholes fueron uno de los componentes principales de los solventes y soluciones que se utilizaban como “tintas”.

Existieron varias marcas de fabricantes de este instrumento reconocidas a nivel mundial. Por ejemplo, Ditto Corporation en los Estados Unidos y el mundo; o en el Reino Unido producido por Associated Automation Ltd.; Londres NW10; y por supuesto Block & Anderson y su marca «Banda», la cual se convirtió en el nombre genérico de este tipo de copiadoras y la técnica en sus respectivos mercados.

Para su funcionamiento, utilizaba «maestros de espíritu» u «hojas maestras» de dos capas –de allí su nombre Duplicadores ‘de Espíritu’–. En la primera hoja se puede escribir y dibujar, mientras que la segunda hoja está recubierta con una capa de cera que ha sido impregnada con algún colorante (o tinta). La presión de escribir en la primera hoja transfiere la cera coloreada de la segunda hoja al reverso recubierto de la primera, produciendo una imagen especular[3]. (Este proceso, produce el mismo resultado de una hoja de papel carbón colocada al revés).  Luego se separan las dos hojas y la primera se sujeta al tambor de la máquina, con la parte posterior hacia afuera, actuando como una placa de impresión.

Respecto al solvente o “tinta”, la cera transferida al reverso de la primera hoja la contiene y a medida que el papel que se va a imprimir se mueve a través del duplicador, la “tinta” se extiende por cada hoja. Cuando el papel impregnado entra en contacto con el reservo de la primera hoja, disuelve la cantidad suficiente de cera pigmentada para imprimir la imagen en el papel a medida que pasa por debajo del tambor de impresión. Un “maestro” podía producir 40 o 50 copias buenas; después, las copias se volvían más pálidas a medida que la cera coloreada se agotaba, ya que la impresión era de bajo contraste.

El color habitual de la cera y de los documentos duplicados, era púrpura (malva[4]), un pigmento barato y medianamente duradero, pero “las hojas maestras” se fabricaron en rojo, azul, negro, naranja, amarillo, marrón, o verde como en el caso del Duplicador Banda de nuestra colección, ya que tenían la capacidad de imprimir múltiples colores en una sola pasada, cuando se cambiaban las láminas enceradas. La siguiente imagen es un ejemplo del trabajo impreso de un duplicador realizado por una máquina marca Ditto, se trata del periódico escolar de 1978, de la escuela High Valley School, Clinton Cors. de Nueva York.

Danny T., 1978. The High Valley News Vol. 4, No. 4: Scholl Newspaper from 1978. Published usind Ditto Machine. [Imagen]. Recuperada de: https://en.wikipedia.org/wiki/File:Ditto_Newsletter_1978.jpg

El solvente duplicador consistía en una mezcla 50/50 de dos alcoholes (de uso industrial que funcionan como disolventes y solventes de tintas) el isopropanol y el metanol los cuales eran económicos y de fácil adquisición, se evaporaban rápidamente y no arrugaban el papel.

El mecanismo de acción de las duplicadoras de ‘espíritu’ era manual, ya que la mezcla de alcoholes descrita era inflamable; pero en 1938 Johan Bjorksten inventó un solvente no inflamable que permitió usarlas eléctricamente, sin preocuparse por la inflamabilidad de la mezcla utilizada. Con la adición del triclorofluorometano, la nueva mezcla tenía un olor agradable, toxicidad reducida y proporcionaba copias tan buenas como la anterior.

Actualmente la durabilidad de estas copias, representa un reto para los responsables de archivos y conservación de documentos históricos y piezas artísticas, ya que la exposición a los rayos UV desvanece lo impreso y por supuesto limita su uso. Además como el papel de reproducción que se utilizaba era de baja calidad, se degradaba y tomaba color amarillo. Finalmente, la duplicación a base de alcohol, se volvió obsoleta con la masificación de las fotocopiadoras y la informatización de los procesos.

Gracesguide.co.uk. (2020). Graces Guide / Block and Anderson. Productos Block & Anderson LTD – Serie «Banda». [Imagen]. Recuperada de: https://www.gracesguide.co.uk/File:Im1949BIF-Block.jpg
De acuerdo al siguiente volante de publicidad del año 1949, la compañía, presentaba, los últimos dispositivos:

BLOCK & ANDERSON LTD 
Presenta
Su última gama de ayudas comerciales mecanizadas.

Banda
El Duplicador de Espíritu ‘Banda’– para una reproducción económica multicolor en una sola operación sin el uso de tinta, plantillas o gelatina. Banda «Line Poster» para contabilización de libros de compras y análisis directo y el «B. & A. Simplex» para control de producción, análisis de ventas, pedidos de compras, pedidos y rutina de facturación.

 

En relación a la importancia de este objeto dentro de las aulas de clase, como elemento para la duplicación y reproducción de documentos, entendemos que se inspira en la labor trascendental que cumpliera la imprenta a nivel cultural y mundial –claro está que en otro contexto y a partir de otras mecanismos modernos– y que su particular uso en la escuela, favoreció los procesos colectivos para la circulación de información y especialmente de conocimientos.

Los Duplicadores de espíritu, fueron utilizados principalmente por iglesias, clubes, organizaciones pequeñas y principalmente por escuelas; además facilitó la impresión de fanzines, y a pesar de que la cantidad de copias que se podían hacer de un original (o de una copia maestra) era limitada, tuvo como ventaja un bajo costo y la economía para la elaboración de las reproducciones.

Quienes hayan conocido esta clase de dispositivos o hayan utilizado las copias que se lograban con éstos, recordaran el aroma ligeramente dulce de las páginas y la sensación fría de las nuevas copias recién salidas del duplicador, características de la vida escolar en la era en que los duplicadores de espíritus fueron vigentes.

Nuevamente esta clase de artefacto y su inclusión en el contexto de nuestro Museo, nos permite reflexionar sobre su valor como fuente histórica y a la vez interpretarlo para dialogar sobre diferentes sucesos, para nuestro caso, la evolución de los mecanismos de impresión desde lo tecnológico, o también cómo su uso en las escuelas permitió modernizar las técnicas de reproducción de documentos e imágenes, y lógicamente apoyar y facilitar los procesos de aprendizaje de los alumnos.

Para conocer la máquina Duplicadora de fluido, otros objetos relacionados con la escuela, la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

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Palabras clave: Duplicadora al alcohol; Impresión; Enseñanza; Documentos; Implementos Escolares; Escuela; Museo Pedagógico Colombiano.

 

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Referencias

Spirit Duplicator. (2020, 9 febrero).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 10 Mar. 2020. Desde: https://en.wikipedia.org/wiki/Spirit_duplicator https://en.wikipedia.org/wiki/Talk%3ASpirit_duplicator#Banda

Duplicadora al alcohol. (2019, 9 agosto).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 10 Mar. 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Duplicadora_al_alcohol

Gracesguide.co.uk. (2020). Block And Anderson – Graces Guide. Fecha de consulta: 11 Mar. 2020. Desde: https://www.gracesguide.co.uk/Block_and_Anderson#cite_note-8

Collection.sciencemuseumgroup.org.uk. (2020). Block And Anderson Limited | Science Museum Group Collection. Fecha de consulta: 12 Mar. 2020. Desde: https://collection.sciencemuseumgroup.org.uk/people/cp34014/block-and-anderson-limited

Ingeniumcanada.org. (2020). Duplicator Block & Anderson Ltd. | Modelo Banda 15. Fecha de consulta: 14 Mar. 2020. Desde: https://ingeniumcanada.org/ingenium/collection-research/collection-item.php?id=1995.1528.001

 

[1] La placa de litio es una lámina delgada de aluminio (endurecido de grano fino) anodizado que se utiliza en la industria de la impresión. La placa de impresión preparada fotográficamente (imagen grabada en el aluminio) se trata químicamente para que la imagen acepte tinta. Se utiliza para la impresión a largo plazo donde se necesita consistencia de imagen. Fuente: https://www.rcgroups.com/forums/showthread.php?680223-What-is-litho-plate

[2] El mimeógrafo es un instrumento utilizado para hacer copias de papel escrito en grandes cantidades (se solía utilizar en colegios). Utiliza en la reproducción un tipo de papel llamado esténcil. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Mime%C3%B3grafo

[3] Una imagen especular es la generada mediante la reflexión de la luz en una superficie especular (por ejemplo la superficie pulida que tiene un espejo), donde los rayos incidentes se reflejan con un ángulo igual al de incidencia (ambos tomados con respecto a la perpendicular al plano en ese punto). Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Imagen_especular

[4] Malva son denominaciones que definen colores claros pertenecientes a la gama del violeta y el magenta; y es similar al lila. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Malva_(color)

Pieza del mes de febrero de 2020: Brújula C. Stockert & Sohn

Como pieza del mes, hemos seleccionado la Brújula que pertenece a la colección de implementos escolares del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto empleado en la enseñanza de la geografía y fabricado a mediados de la década de 1930, por la compañía alemana C. Stockert & Sohn Kompassfabrik.

Stockert, es el apellido de una familia alemana que desde finales del S. XVIII y por más de 200 años, se dedicó a la fabricación de brújulas, y como muchas otras empresas de esta nacionalidad, la piedra angular de su éxito y la prolongación de su oficio, ha sido la transmisión de conocimientos de generación en generación y la tradición familiar para la producción de los productos de la marca, incluso hasta el día de hoy, se fabrican y exportan a todo el mundo brújulas de todo tipo; sin embargo los modelos antiguos fabricados en el S. XVIII se exhiben en el Museo Nacional Germano y el Museo Británico.

Die-kompassmacher.de (2020). Eingangsschild C. Stockert & Sohn in Fürth (Emblema de entrada de C. Stockert & Sohn en Fürth). [Fotografía]. Recuperada de: http://www.die-kompassmacher.de/dl/DieKompassmacher_Band1.pdf
Sobre la compañía, la base para la producción de la familia fue puesta por Christoph Lorenz Ernst (1746–1811) a fines del S. XVIII, y pese a que hay registros que datan de la fundación de una empresa predecesora en 1794; oficialmente, el fundador de C. Stockert & Sohn, según registro comercial fue Carl Stockert en 1850, contando en sus inicios con más de 30 trabajadores y ubicada en el casco antiguo de Fürth.

Desde el S. XVIII muchos fabricantes de brújulas provienen de esta familia, y a finales del S. XIX, existieron dos compañías independientes que pertenecieron a dos miembros de la familia: K. S. Stockert, fundada por Karl Sebastian Stockert en 1850, que fabricó brújulas entre los S. XIX y XX, empresa que en 1946 cambio de nombre a Paul Stockert OHG (PASTO) y que hasta 1972 fabricó brújulas. Y C. Stockert & Sohn, fabricante de brújulas alemán más antiguo y sobre la que podemos agregar, que en 1911, figuraba en la categoría de «Compass Manufacturing & Nickel Plating» (Fabricación de brújulas y niquelado) en las libretas de direcciones alemanas; y en 1976, agregaría a la producción lupas, lentes de lectura y microscopios de varilla, cuando adquieren la compañía Matthäus Walther.

Las brújulas son instrumentos que utilizan como medio de funcionamiento el magnetismo terrestre y permiten determinar la orientación con respecto a la superficie del planeta, a través de una aguja imantada que indica la dirección del Norte magnético[1] (distinto del Norte geográfico[2]) apuntando hacia el polo norte y polo sur, que es ligeramente diferente en cada zona del planeta, y a su vez es improductivo en los dos polos debido a la convergencia de las líneas de fuerza del campo magnético terrestre.

Presumiblemente su origen se encuentra en el descubrimiento de un artefacto de magnetita de similar funcionamiento, que ha generado teorías sobre que «los Olmecas podrían haber descubierto y usado una ‘brújula’ de magnetita desde antes del año 1000 a. C.[3]». Sin embargo, pese a que todavía se discute si hubo un descubrimiento paralelo y posterior en Europa, tradicionalmente la historia acepta que fueron los antiguos chinos quienes la inventan aproximadamente en el S. IX, al observar que un pequeño objeto de hierro imantado, si tiene libertad de movimiento, se coloca en la dirección Norte-Sur, siguiendo las líneas del campo magnético terrestre, mecanismo que se utilizó para lograr la orientación en nuestro planeta y determinar las direcciones en mar abierto.

Por las diferencias culturales entre China y Europa, el invento original estaba montado sobre unos coches de dos ruedas provistos de brújulas llamados “carrozas magnéticas[4]”, con una pequeña figura humana que señalaba la dirección Sur. El hallazgo pasó a la India, y luego al mundo musulmán, llegando finalmente a Europa, continente que sacó mucho más provecho que sus creadores, sirviéndose de éste y otros inventos para la navegación; situación que también sucedió con otros inventos chinos como la pólvora, la tinta, el papel o la imprenta.

En Europa, se le realizaron mejoras para facilitar su uso, por ejemplo, reducir su tamaño y montar la aguja sobre una pequeña punta, que le permitía girar en todas direcciones, e incorporar la famosa “Rosa de los vientos[5]” con las 32 direcciones o rumbos posibles. Inicialmente, se creyó que obraba por brujería de allí su nombre más común (que es un diminutivo de bruja); desde fines de la Edad Media y hasta mediados del S. XIX se creyó que la aguja imantada apuntaba hacia el Polo Norte y se creía que esto ocurría porque —se suponía— existía allí una gigantesca montaña de hierro o de magnetita en medio de una isla a la que se llamó Rupes Nigra[6]. Finalmente, la brújula es oficial y popularmente conocida desde el Renacimiento.

Expediciones como el Descubrimiento de América y otras largas navegaciones no hubieran sido posibles sin este instrumento, sin embargo Colón notó los problemas que planteaba su utilización; por lo que las mejoras, se concentraron en aumentar su “sensibilidad” a los más pequeños cambios de rumbo del navío y su “estabilidad” para que no se viera influida por los movimientos del navío. Además Colón, observó que la aguja se desviaba un tanto, situación que supuso un serio inconveniente, pues en grandes distancias oceánicas, una desviación de pocos grados puede llevar a un punto muy lejano del trazado.

Hoy sabemos que el campo magnético terrestre no coincide exactamente con las coordenadas geográficas, gracias al descubrimiento del cartógrafo español Alonso de Santa Cruz al realizar el primer mapa terrestre con las desviaciones magnéticas, elaborado a base de continuas y detalladas observaciones, y gracias al cual los navegantes podían corregir su rumbo, pues el campo magnético terrestre no es homogéneo.

Las brújulas modernas utilizan una aguja o disco magnetizados dentro de una cápsula llena con algún líquido que hace que la aguja se detenga en vez de oscilar repetidamente alrededor del Norte magnético. Algunas brújulas incluyen transportador y escalas, para tomar medidas exactas de rumbos y distancias directamente de mapas; como también, marcas luminosas para usarla en condiciones de poca luz y mecanismos ópticos de acercamiento y observación para medir objetos lejanos con precisión.

Desde mediados del S. XX la brújula convencional empezó a ser reemplazada por sistemas de navegación más avanzados y completos, como la brújula giroscópica y los Sistemas de Posicionamiento Global (GPS). Sin embargo, su uso aún es muy popular en actividades que requieren alta movilidad o que impiden el acceso a energía eléctrica. En cualquier caso, queda manifiesto el decisivo papel que en la historia de la Humanidad ha jugado este tan aparentemente sencillo artefacto.

La clase de brújula que exhibimos, tiene unas características interesantes de acuerdo a su periodo de fabricación, y los logotipos de la marca e inscripciones que hay en ella, especialmente porque su fabricación está directamente relacionada a un joven ejército que la utilizaría –no exactamente el mismo modelo que exhibimos en el Museo, pero si una variación– para efectuar mediciones en campo, localizar coordenadas y trazar estrategias de batalla; particularidades que nos hablan de un periodo estructural de la Historia de la Humanidad, como lo fue la Segunda Guerra Mundial (1939–1945).

Old MarchIng Compass de Stockert and Son en Núremberg, Vintage 1930, Field Compass (2019). Vista posterior, logo de la manufactura del fabricante «S» / Logo D.R.P. [Fotografía]. Recuperada de: https://www.etsy.com/es/listing/726458134/old-marching-compass-de-stockert-and-son?show_sold_out_detail=1&frs=1
Por ejemplo, el logo es una letra «S» con forma de hexágono alargado, inscrito en la parte posterior de la brújula, por medio de la cual sabemos que pertenece a C. Stockert & Sohn, y no a otros fabricantes de la familia. Sobre la inscripción D.R.P., que está ubicada bajo el logo, significa: “Deutsches Reichs Patent”, es decir «Patente del Reich Alemán», y allí aparece la relación de nuestra pieza del mes con las “Hitlerjugend” o Juventudes Hitlerianas.

Establecidas en 1926 por el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP) y eran el ejército juvenil de la Alemania nazi, que buscaba conformar las futuras generaciones del Reich compuestas por ciudadanos y soldados que sirvieran fielmente al proyecto nazi, a través de la creación de un sistema de adiestramiento para los jóvenes, con el fin de proporcionarles un entrenamiento físico y militar, y el desarrollo de su entendimiento y obediencia a esta ideología, de acuerdo a los principios del nacionalismo, la educación académica y científica, la camaradería, la vida al aire libre, y la formación de líderes y hombres de bien, quienes más adelante serían los pilares en los que se sustentó el nazismo.

Alemania – Touristen Kompass / Marschkompass 2.WK D.R.P. für die Hitlerjugend und Werhmacht (2019). Niño de la Juventudes Hitlerianas con brújula. [Fotografía]. Recuperada de: https://www.catawiki.es/l/28200409-alemania-touristen-kompass-marschkompass-2-wk-d-r-p-fur-die-hitlerjugend-und-werhmacht
Alemania – Touristen Kompass / Marschkompass 2.WK D.R.P. für die Hitlerjugend und Werhmacht (2019). Vista posterior brújula, logo Touristen-Kompass. [Fotografía]. Recuperada de: https://www.etsy.com/es/listing/726458134/old-marching-compass-de-stockert-and-son?show_sold_out_detail=1&frs=1
Otra diferencia de nuestra brújula es la inscripción: “Touristen-Kompass” o “Brújula de Turistas”; mientras que en las que usaron las Juventudes Hitlerianas, decía: “Marsch-Kompass”, es decir “Brújula de Marcha”, que fue la brújula oficial de estas organizaciones juveniles y también de la Wehrmacht[7].

En relación a la importancia de este objeto dentro de las aulas de clase, el aporte de la Segunda Misión Pedagógica Alemana (1927–1935) al Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas junto con los Ministerios de Educación y de Gobierno; la Academia de Historia; la contraloría General; los ministros de España, Gran Bretaña y Francia, fue fundamental para la constitución y consolidación de la práctica pedagógica, para este caso el de la enseñanza geográfica de los maestros en formación, ya que entre 1926 y 1936 donaron carteles de mapas del mundo, visores estereoscópicos, globos terráqueos y brújulas. Y aunque es complejo establecer el uso exacto de éstas últimas dentro de la metodología pedagógica del IPN para Señoritas, solo podemos inferirlo en las secciones y materias donde la enseñanza práctica de la geografía fue protagónica, como por ejemplo la Sección de Física y por supuesto las asignaturas de Geografía, exigidas en el marco de las materias del Curso de Información Pedagógica, esto de acuerdo con el pensum del Instituto. Sin embargo podemos reflexionar sobre el uso de los objetos como fuente histórica para dialogar sobre diferentes sucesos y como estos se insertan en el contexto de los museos.

Para conocer la Brújula, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

También los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Brújula; Geografía; Pedagogía; Enseñanza; Implementos Escolares; Magnetismo; Juventudes Hitlerianas; Museo Pedagógico Colombiano.

 

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Referencias

Brújula. (2020, 30 enero).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 10 Feb. 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Br%C3%BAjula

Juventudes Hitlerianas. (2020, 22 enero).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 17 Feb. 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Juventudes_Hitlerianas

Donzey, J. and Donzey, J. (2020). Compass Museum – Manufacturers Profiles. Compassmuseum.com. Fecha de consulta: 12 Feb. 2020. Desde: https://compassmuseum.com/diverstext/profiles.htm#C_STOCKERT

Liebau, C. (2020). Die Kompassmacher – Hersteller. Die-kompassmacher.de. Fecha de consulta: 13 Feb. 2020. Desde: http://www.die-kompassmacher.de/hersteller.php?page=Stockert

Original-militaria.com. (2020). HJ/ Brújula Completa con DRP – Original Militaria. Fecha de consulta: 14 Feb. 2020. Desde: https://original-militaria.com/producto/hj-brujula-completa-con-drp/

Stockert-sohn.de. (2020). Stockert und Sohn. Fecha de consulta: 13 Feb. 2020. Desde: http://www.stockert-sohn.de/

Catawiki.es. (2020). Alemania – Touristen Kompass / Marschkompass 2.WK D.R.P. für die Hitlerjugend und Werhmacht – Catawiki. Fecha de consulta: 11 Feb. 2020. Desde: https://www.catawiki.es/l/28200409-alemania-touristen-kompass-marschkompass-2-wk-d-r-p-fur-die-hitlerjugend-und-werhmacht

AristaSur. (2020). Norte magnético, norte geográfico y norte Lambert | AristaSur. Fecha de consulta: 11 Feb. 2020. Desde: https://www.aristasur.com/contenido/norte-magnetico-norte-geografico-y-norte-lambert

Fuerthwiki.de. (2020). C. Stockert & Sohn – FürthWiki. Fecha de consulta: 19 Feb. 2020. Desde: https://www.fuerthwiki.de/wiki/index.php/C._Stockert_%26_Sohn

[1] El Norte magnético, es el que nos indica la brújula. La aguja magnética móvil se alineará con las líneas de fuerza del campo magnético de la Tierra, indicándonos dónde se encuentra el Norte magnético. La ubicación de este punto no está en un lugar estable, sino que cambia diariamente y de manera predecible unos cientos de metros (en el último siglo se ha desplazado 1100 kms). Fuente: https://www.aristasur.com/contenido/norte-magnetico-norte-geografico-y-norte-lambert

[2] El Norte geográfico, también se le conoce como Norte verdadero y es el que usa la Tierra como eje de giro imaginario para su movimiento de rotación. Por tanto, no coincide con el Norte magnético. Fuente: https://www.aristasur.com/contenido/norte-magnetico-norte-geografico-y-norte-lambert

[3] Carlson, John B. (Lodestone Compass): «Chinese or Olmec Primacy? Multidisciplinary Analysis of an Olmec Hematite Artifact from San Lorenzo, Veracruz, Mexico.» Science, New Series, Vol. 189, No. 4205 (Sep. 5, 1975), pp. 753-760 (753).

[4] Obras históricas, habían mencionado coches provistos de brújulas que los emperadores empleaban en sus expediciones a través de su imperio. Llamadas carrozas magnéticas, éstas eran coches de dos ruedas, y delante del asiento se encontraba una pequeña estatua móvil alrededor de un pivote y con un brazo extendido en que había una pequeña barrita imantada, gracias a la cual el brazo indicaba siempre la dirección del Sur. Fuente: http://www.mjcv.es/susanaoubina/Inventos_Inventores/enlaces/chinos.html

[5] La rosa de los vientos, es un instrumento marino usado en las cartas de navegación que se utiliza para representar la circunferencia del horizonte mediante el uso de 32 rombos unidos por sus extremos. Frecuentemente también se puede ver una flor de lis, que se utiliza para representar el Norte. Es común ver también un esquema que simboliza el posible rumbo y magnitud de los vientos. Este esquema suele aparecer representado en los compases magnéticos o las brújulas y ayudan a la orientación. Fuente: https://geografia.laguia2000.com/general/rosa-de-los-vientos

[6] Rupes Nigra, es una isla fantástica, constituida de roca negra imantada, que se creía estaba ubicada en el polo Norte. La existencia de dicha isla pretendía explicar por qué las brújulas señalaban siempre al Norte magnético desde cualquier punto. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Rupes_Nigra

[7] El Heer (Wehrmacht, ejército, en alemán) eran las fuerzas terrestres de la Wehrmacht, las Fuerzas Armadas alemanas desde 1935 a 1945. La Wehrmacht también incluía a la Kriegsmarine (Marina de guerra) y la Luftwaffe (Arma Aérea). Durante la Segunda Guerra Mundial, un total de unos 15 millones de soldados sirvieron en el Heer, de los cuales murieron unos 4 millones. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Heer_(Wehrmacht)

Pieza del mes de diciembre de 2019: Armonio Schiedmayer

Como pieza del mes, hemos seleccionado el Armonio que pertenece a la colección material de objetos históricos de enseñanza del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, que exhibimos en la sala “IPN Patrimonio Pedagógico” del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto elaborado en la década de 1920, por la compañía alemana Schiedmayer Pianofortefabrik.

celesta-schiedmayer (2019). Schiedmayer Pianofortefabrik (formerly J. & P. Schiedmayer), Neckarstrasse 12, Stuttgart. [Imagen]. Recuperada de: https://www.celesta-schiedmayer.de/wp-content/uploads/2016/04/JP-Pianofortefabrik-Stuttgart-Neckarstrasse-12.jpg
Schiedmayer, es el apellido de una familia alemana que desde 1735 y que por casi 300 años ininterrumpidos han fabricado instrumentos de teclado, siendo un evento raro en la historia que los miembros de la misma familia en diferentes generaciones se hayan dedicado al mismo oficio.

La historia comienza con Balthasar Schiedmayer (1711-1781), que en 1735 había construido su primer clavicordio y sería el patriarca de esta dinastía de fabricación de pianos. Sus hijos: Johann Christoph Georg Schiedmayer (1740-1820), Adam Achatius Schiedmayer (1745-1817) y Johann David Schiedmayer (1753-1805), además de ser pianistas, también aprenderían el arte de fabricarlos y heredarían una amplia base de conocimientos y habilidades, además de la casa y el taller. El más famoso de ellos fue Johann David, que aprendió los conceptos de la fabricación de piano de su padre, y su fama se extendió después de establecer en 1781 su propio taller en Nuremberg.  

En la siguiente generación Johann Lorenz Schiedmayer (1786-1860) hijo de Johann David también aprendió el oficio y dirige el taller de Nuremberg, luego conoce al pianista Carl Friedrich Dieudonné y se trasladan a Stuttgart. Así, nace en 1809 la firma Dieudonné & Schiedmayer, donde las técnicas de producción se mejoran continuamente, introduciendo el mecanismo inglés de percusión. Pronto su empresa se hizo conocida más allá de la región, y una demanda cada vez mayor requirió la ampliación de las instalaciones. Cuando Dieudonné muere, Johann Lorenz se convirtió en el único propietario, emprendiendo esta tarea con éxito, como lo evidencia la larga lista de clientes y envíos a nivel mundial; virtuosos y compositores de piano, como Friedrich Silcher, Clara Schumann y Franz Liszt, estaban estrechamente asociados con la firma Schiedmayer.

En 1845, los hijos mayores de Johann Lorenz, Adolf y Hermann se convirtieron en socios de su padre, y se establece la firma Schiedmayer & Söhne, Pianofortefabrik; mientras que los hijos menores Julius y Paul, son enviados a París, para estudiar la fabricación de armonios. En 1853, regresan a Stuttgart y su padre les construye un taller y fundan la firma J. & P. Schiedmayer, primera fábrica de armonios en Alemania, que pronto comenzó a construir pianos y celestas, y algunos instrumentos musicales mecánicos; más tarde en 1875 la firma cambiaría su nombre a Schiedmayer Pianofortefabrik, marca del armonio que exhibimos en el Museo.

pianohistory.info (2019). Schiedmayer. Nombres y logos de la firma Schiedmayer. [Imagen]. Recuperada de: http://www.pianohistory.info/numbers_files/image078.jpg
 

Se acordó entonces, que Schiedmayer & Söhne exclusivamente fabricaría pianos, mientras que J. & P. Schiedmayer construiría armonios. Cuando, Johann Lorenz, muere en 1860, y en contra de sus deseos, los hijos menores comenzaron a fabricar pianos, mientras que los mayores comenzaron a construir armonios. Así los parientes se convirtieron en competidores.

Copete, H. (2019). Schiedmayer Harmonium Schiedmayer Pianofortefabrik Stuttgart.  [Fotografía]. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.
Desde ese momento y hasta 1992, Schiedmayer, ha tenido diferentes propietarios y variaciones de nombre. En ese orden de ideas, en 1874 Erwin Müller-Schiedmayer –nieto de Johann Lorenz–, hijo de Louise Schiedmayer y Karl Müller, estableció la empresa Müller-Schiedmayer en 1874.

El auge económico de finales del S. XIX y las exportaciones mundiales ayudaron a la obtención de premios, medallones y diplomas honoríficos para la firma, éxito que no hubiera sido posible sin el legado de Johann Lorenz a sus hijos, una planta que paso de ser un simple taller a una importante empresa industrial.

En 1909 se celebró el centenario de la firma. Pero cuando estalla la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la firma sufriría pérdidas, escasez de materiales y trabajadores, y cierre de fronteras. Al finalizar esta Guerra, la generación Schiedmayer de la época, logra revivir la empresa hasta cierto punto. Pero nuevamente con la Segunda Guerra Mundial (1939-1944), los Schiedmayers atravesaron las mismas dificultades, e infortunadamente en 1944, la planta fue alcanzada por bombas y la obra de vida de la familia es destruida. Terminada la Segunda Guerra, la posibilidad de reconstrucción parecía remota.

Hasta los años 60, Gustav Schiedmayer (1883-1957) –bisnieto de Johann Lorenz– y su hijo Georg Schiedmayer (1931-1992) inician la reconstrucción. Y en 1969, Georg propietario de Schiedmayer & Söhne, asume el control de Schiedmayer Pianofortefabrik, y la producción de los instrumentos se transfirió a la planta de Altbach. Ya en 1980 la fabricación de pianos se cerró por completo, y la firma se renombró Schiedmayer & Sons, GmbH & Co. KG., dedicándose únicamente en la fabricación de Celestas[1] y Glockenspiels[2].

En 1992, Elianne Schiedmayer –viuda de Georg–, pianista y pedagoga musical, hereda y asume dirección de la firma y también de Schiedmayer Pianofortefabrik –liquidada en 2008–. Y en 1995 funda Schiedmayer Celestabau GmbH, que desde 2003 opera como Schiedmayer Celesta GmbH, empresa que se especializó en la producción de celestas (según la construcción y especificaciones originales de Victor Mustel, su inventor en 1886) y teclados Glockenspiel con resonadores de madera.

Los instrumentos Schiedmayer son producidos desde 2000 en la sede central de Wendlingen, y su éxito mundial se debe a la alta calidad artesanal de su fabricación, que deriva no solo de la habilidad y experticia de sus trabajadores, sino también de la combinación, preparación y uso exclusivo de los mejores materiales junto con más de 120 años de experiencia.

Sobre los armonios, son instrumentos de viento con teclado, muy comunes en la música devocional y en los coros de iglesia. El nuestro, en la parte superior cuenta con un sistema de registros accionados por diez tiradores (perillas) que se halan y con los cuales se consigue producir sonidos diferentes; debajo de éstos, está el teclado de 5 octavas (61 teclas), que controla el paso del aire por unas lengüetas metálicas que producen sonido. También, cuenta con un registro que se acciona con las rodillas y permite el paso de aire por todas las lengüetas, de este modo se llegan a simular dos y hasta tres teclados distintos. Y en la parte inferior tiene dos pedales, que accionan los fuelles que dejan entrar el aire que hacen que el armonio tenga sonido.

Sobre su importancia en el Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, fue traído por la Segunda Misión Pedagógica Alemana –contratada por el gobierno conservador en 1924– para las clases de Gimnasia y de Música, en este sentido la Educación Física y la Enseñanza Musical han sido ejes fundamentales en la apuesta formativa del IPN, aportando desde su fundación –y durante más de 90 años de historia– metodologías de enseñanza e innovación en las áreas de desarrollo físico y cultural.

Álbum Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas. (1932). Salón de Música. [Imagen]. Fuente: Fondo del Instituto Pedagógico Nacional (f-ipn001, caja 1), Museo Pedagógico Colombiano.
Como lo demuestran los hitos fundantes del Instituto, se apostó por una pedagogía práctica: aprender haciendo, aprender trabajando, aprender viajando. Más allá de las disciplinas, lo que importaba era la vivencia de experiencias que edificara la mente, y cultivara el espíritu y el cuerpo. Así lo reseñaba Radke:

Considerando la necesidad de interrumpir la monotonía del internado se han cultivado con especial cuidado aquellas diversiones que despiertan el mayor interés de las alumnas. Hemos observado que son las preferidas por ellas las ocupaciones siguientes:

1. El deporte y la gimnasia; 2. Las excursiones; 3. Las distracciones de orden artístico e intelectual”. [3]

De esta manera, además de la impronta en Educación Física al promover la formación armónica de los sujetos; el IPN también le dio importancia especial a la Música, considerándola esencial en la educación integral de sus alumnas. Al punto que, desde sus inicios en 1927 y de forma más contundente desde la segunda década de creado, comenzó la formación con instrumentos de cuerda, instrumentos de percusión, entre otros donados por la Segunda Misión Alemana. Así, la apuesta formativa por la música se consolidó mediante la creación de diferentes grupos musicales, uno de los primeros fue el grupo de cámara:

Para contribuir de su parte a la educación musical de las alumnas y de sus padres –gremio bastante numeroso–el Instituto resolvió en 1933 la iniciación de sus propios conciertos. Por muchas razones la forma más conveniente fue la música de cámara. Los más famosos artistas nacionales se pusieron inmediatamente a la disposición de la dirección”.[4]

La calidad en la interpretación de obras clásicas de Haydn, Mozart, Beethoven, Schumann, entre otros, de las agrupaciones musicales creadas en el IPN como coros, ensamble de cuerdas y vientos, les permitió tener presentaciones en auditorios reconocidos como el Teatro Jorge Eliecer Gaitán y el Teatro Colón, en una época en que dichos escenarios estaban destinados para músicos profesionales.

Para conocer el Armonio Schiedmayer, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

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Palabras clave: Armonio; Schiedmayer; Música; Pedagogía; Enseñanza; Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas; Segunda Misión Pedagógica Alemana; Museo Pedagógico Colombiano.

 

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Referencias

Musiki.org.ar. (2019). Armonio – musiki. Fecha de consulta: 27 Nov. 2019. Desde: http://musiki.org.ar/Armonio 

Armonio. (2019, 12 octubre).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 29 Nov. 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Armonio

Schiedmayer. (2019, 3 julio).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 28 Nov. 2019. Desde: https://en.wikipedia.org/wiki/Schiedmayer

Schiedmayer Celesta GmbH. (2019). Schiedmayer Celesta GmbH – Company History since 1735 | Schiedmayer Celesta GmbH. Fecha de consulta: 25 Nov. 2019. Desde: https://www.celesta-schiedmayer.de/en/company/company-history/

Pianohistory.info. (2019). Serial Numbers For Schiedmayer Pianos. Fecha de consulta: 26 Nov. 2019. Desde: http://www.pianohistory.info/numbers.html

Álvarez Gallego, A. (2018). IPN: Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación. A propósito de la ley que declara al Instituto Pedagógico Nacional patrimonio histórico cultural de la nación: La escuela como acontecimiento de la cultura. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Álbum Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas [álbum fotográfico]. (1932). Fondo del Instituto Pedagógico Nacional (f-ipn001, caja 1), Museo Pedagógico Colombiano. Escuelas Salesianas de fotograbado, tipografía y encuadernación. Bogotá, Colombia.

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

[1] La celesta es un instrumento musical de percusión, es un armonio, con la apariencia de un pequeño piano vertical. Su nombre proviene del francés: céleste (celestial). Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Celesta

[2] El glockenspiel es un instrumento de percusión idiófono, que consiste en un juego de láminas metálicas afinadas, y es percutido con baquetas de madera, de metal o de plástico. Físicamente, es similar a otros instrumentos de percusión de láminas, como el xilófono, la marimba y el vibráfono.

Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Glockenspiel

[3] Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico. P. 34.

[4] Ibídem. P. 40.

Pieza del mes de noviembre de 2019: Herbario IPN

Como pieza del mes de noviembre hemos seleccionado el Herbario (Tomo III) que pertenece a la colección de implementos escolares de la enseñanza de la biología y las ciencias naturales del Museo Pedagógico Colombiano. Pieza de fabricación manual elaborada el 13 de mayo de 1973, por un grupo de estudiantes de los cursos de tercer grado del Instituto Pedagógico Nacional.

El interés y la difusión en Colombia por las ciencias naturales (saber escolar de aparición más reciente) estuvo marcada por tres acontecimientos: la Real Expedición Botánica liderada por José Celestino Mutis y desarrollada en el Nuevo Reino de Granada entre 1783 y 1808; la Comisión Corográfica organizada por Agustín Codazzi entre 1850 y 1862 cuyo propósito fue hacer la descripción del territorio de la República de la Nueva Granada y elaborar mapas corográficos[1] de cada provincia, y que se convertiría en la base del desarrollo de lo que hoy es Colombia; y finalmente la creación de las primeras cátedras universitarias de historia natural con áreas de estudio como botánica, zoología, anatomía; anexas a las ya existentes de medicina.

La enseñanza de la historia natural, en Colombia predominó hasta mediados del S. XX, sin embargo existieron iniciativas de divulgación de la biología en el país –entendida como los fenómenos que conciernen a los seres vivos y sus procesos vitales– como algunas cátedras de Biología en la Universidad Republicana, en el Externado de Colombia y en la Universidad del Rosario, donde se discutía en torno a las teorías del origen de la vida y la teoría celular, que se reforzaban con la experimentación sobre la naturaleza de los seres vivos.

La historia natural como saber se extendió paulatinamente a finales de S. XIX, en instituciones de educación secundaria como el San Bartolomé y el Instituto de los Hermanos de la Salle, entre otras. Colegios que para inicios del S. XX empezaron a equipar sus instalaciones con ejemplares de plantas y dibujos botánicos, animales disecados, esqueletos, órganos animales y diferentes tipos de minerales conservados en los denominados Museos Escolares.

Sin embargo, las iniciativas para difundir la biología no recibieron acogida en los círculos científicos de las comunidades religiosas que administraban la mayoría de las instituciones educativas del S. XIX, debido al rechazo a las Teorías de la Evolución. Por este motivo, la biología tuvo más auge en los discursos médicos de las primeras décadas del S. XX con debates en torno a la raza y la preocupación por la higiene de la población, discursos que intervinieron directamente en la escuela con lemas divulgados por el Ministerio de Instrucción y Salubridad Públicas como por ejemplo: “higienizar antes que educar[2] y que se desarrollaban alternamente con la enseñanza de la historia natural incorporando algunos elementos de la biología y con los primeros títulos de Licenciatura en Biología expedidos en 1935 por la Universidad Nacional.

La enseñanza de la historia natural en el S. XX y el material para desarrollarla empezó a incluir algunas nociones de biología en secundaria y en las instituciones de formación de maestros como el caso del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas (IPN), que según el pensum de 1936, concentró la enseñanza de las ciencias naturales en tres secciones: biología dividida en cursos de zoología, botánica y anatomía; química orgánica e inorgánica; y física teórica y experimental.

En el caso de la Escuela Anexa del IPN, donde las futuras maestras realizaban sus prácticas pedagógicas, la enseñanza de esta ciencia aún se enfocaba en la historia natural como la disciplina científica que hace énfasis en la conservación de muestras y especímenes provenientes del mundo natural; pero incluyó elementos sobre lo vivo (de la biología) que como se sustenta en el pensum:

 “El valor instructivo de la asignatura no debe buscarse tanto en una descripción minuciosa, sino en las observaciones de los fenómenos de la vida y en la conexión de dichos fenómenos con el organismo de las plantas, del animal, así como los seres inertes de la tierra[3]

Además de las asignaturas de historia natural con elementos teóricos de la biología, el IPN fue dotado de materiales de enseñanza a partir de las donaciones que se realizaron entre 1927 y 1936 por instituciones nacionales e internacionales como “los Ministerios de Educación y de Gobierno; la Academia de Historia; la contraloría General; los señores Ministros de: Alemania, España, Gran Bretaña y Francia[4] y de manera más contundente por la segunda Misión Pedagógica Alemana que además de instrumentos musicales y de gimnasia donó el mobiliario y gran parte de las colecciones del Museo de Historia Natural que tenía sede en el IPN, como por ejemplo el material de enseñanza Espasa-Calpe: serie historia natural aplicada que también exhibimos en el Museo, estuches con esqueletos de diferentes especies animales, órganos de mamíferos conservados en formol, herbarios de plantas del mundo, reproducciones en escayola de partes del cuerpo humano y una colección de animales disecados.

Las colecciones del Museo de Historia Natural fueron enriquecidas por varias décadas con especies nacionales de animales disecados y con herbarios e insectarios hechos por las maestras en formación. Algunos ejemplares conservados del Museo de Historia Natural del IPN y materiales antiguos del laboratorio de física y química fueron donados al Museo Pedagógico Colombiano y como el Herbario que exhibimos ahora hacen parte de nuestra colección de objetos de enseñanza de las ciencias.

Los herbarios son colecciones de plantas secas que se conservan aplastadas entre hojas de papel. Cada planta incluye al menos su nombre científico y su nombre común; y son la herramienta más antigua del naturalista, en la antigüedad los griegos ya creaban herbarios para organizar sus estudios sobre las plantas. Actualmente, también se refieren a la institución que se encarga de conservar una colección de este tipo, colecciones que hacen referencia a la flora de una región, un país o un área geográfica determinada, y que además de ser fuente primaria de información biológica, son herramientas indispensables para el conocimiento del patrimonio natural y vegetal, y se constituyen como tesoros patrimoniales que se deben proteger.

Hacer un herbario es sencillo y puede ser emocionante, especialmente porque su creación implica la búsqueda y recolección de las plantas, y así mismo la exploración de un territorio y su entorno, actividades que permitían a los estudiantes conocer mejor el mundo de las plantas, entender las diferencias que hay entre cada especie y familiarizarse con la diversidad de formas, colores y texturas del mundo vegetal.

Para recolectar las plantas, hay que asegurarse, que no estén protegidas o en peligro de extinción, ya que su recolección puede estar prohibida por la ley. Una vez localizadas, se recogen con delicadeza y sin arrancarlas. A continuación, se colocan en una caja. Luego se procede a secar las plantas proceso que dura entre 10 y 15 días –secarlas adecuadamente permitirá su buena conservación–, posteriormente es necesario prensarlas con elementos que hagan la presión necesaria para que éstas eliminen agua, se conserven sin perder sus características principales y su aspecto sea lo más similar posible al que tenían en la naturaleza. Luego de la espera, se levantan con cuidado los materiales utilizados para el secado, se toma suavemente cada planta seca y se pegan sobre una página del herbario con un poco de pegamento o papel adhesivo; y para finalizar en la etiqueta de la parte inferior de la página anotamos cuidadosamente el nombre de la planta, la fecha de recolección, dónde se encontró, entre otros datos.

Por ejemplo las fichas de nuestro Herbario, contienen datos básicos como el Nombre Vernáculo o común; datos taxonómicos como el Phylum[5], la Clase, el Orden, y la Familia de la planta; datos del territorio explorado y el tiempo en que se hizo el ejercicio como la Localidad y la Fecha; y por último la persona o grupo Colector.

Detalle de la ficha de identificación de la planta de Pepino. Jiménez, S. (2017). Herbario del Instituto Pedagógico Nacional de 1973. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Respecto a sus características, reúne 95 especímenes de diferentes organismos de clima frío, clasificadas en tres grupos: Plantas Ornamentales, Plantas de Cultivo y Maleza, las cuales provienen de tres sitios distintos, pero de características ambientales semejantes como Bogotá, Fontibón y Sibaté; y su estado de conservación es bueno.

En general, los herbarios son elementos que tienen dos objetivos, desde una perspectiva académica promover la documentación, clasificación, identificación e investigación de la flora, los ecosistemas y ambientes naturales, de un territorio determinado y apoyar la educación dentro de áreas diversas como la taxonomía, botánica, anatomía, morfología vegetal, medicinal, entre otras; y desde una perspectiva humana contribuir a generar una mayor conciencia y valoración de los recursos naturales como una fuente de riqueza en nuestro territorio.

Como material de apoyo para la enseñanza de las ciencias naturales y la compresión biológica de nuestro entorno, entendemos la importancia de los herbarios, primero, como documentos para conocer las plantas locales, regionales, nacionales e internacionales; conservar ejemplares de las plantas endémicas (propias y exclusivas de zonas determinadas) y en peligro de extinción; y especialmente educar formal e informalmente a las personas sobre la importancia y la diversidad de las plantas; y segundo, como materiales documentales de la evolución biológica del territorio para la reflexión académica, la labor pedagógica y el contexto educativo, desde una perspectiva de conversación  y protección del medio ambiente y nuestra naturaleza.

Para conocer el Herbario del IPN, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

También los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Herbarios; Ciencias Naturales; Biología; Medio Ambiente, Pedagogía; Enseñanza; Plantas Naturales; Museo Pedagógico Colombiano.

 

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Referencias

Udea.edu.co. (2019). Herbario. Fecha de consulta: 14 Nov. 2019. Desde: http://www.udea.edu.co/wps/portal/udea/web/inicio/unidades-academicas/ciencias-exactas-naturales/herbario

Klorane Botanical Foundation. (2019). La elaboración de un herbario. Fecha de consulta: 15 Nov. 2019. Desde: https://www.kloranebotanical.foundation/es/la-elaboracion-de-un-herbario

Herbario. (2019, 27 octubre).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 15 Nov. 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Herbario#Tipos_de_herbarios_y_de_colecciones

Reserva el Edén. (2019). El herbario y su importancia. Fecha de consulta: 18 Nov. 2019. Desde: http://reservaeleden.org/plantasloc/alumnos/manual/07a_el-herbario.html

Bernal Jiménez, R. (1932). La réforme educative en Colombia. Roma: Imprenta Augustinienne.

Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum-programa y reglamento del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas. Bogotá: Escuela Tipográfica Salesiana.

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

[1] La corografía (del griego, χῶρος (chṓros), que significa un trozo de tierra ocupado por una persona o cosa) es la descripción de un país, de una región o de una provincia. Presta especial atención a las condiciones físicas del terreno y al paisaje, además se tiene en cuenta el estudio de los topónimos. Este tipo de estudios eran muy valorados por sus implicaciones económicas. Los objetos de estudio del corógrafo son, primero, la toponimia, después la situación así como sus límites y extensión. Posteriormente, estudia los rasgos climáticos más destacados, acabando por la comunidad humana que la conforma.

Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Corograf%C3%ADa

[2] Bernal Jiménez, R. (1932). La réforme educative en Colombia. Roma: Imprenta Augustinienne.

[3] Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum-programa y reglamento del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas. Bogotá: Escuela Tipográfica Salesiana.

[4] Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.

[5] El Filo (phylum, plural phyla) (también, tronco o tipo de organización) es la categoría taxonómica que agrupa a los organismos relacionados entre sí en el tiempo por vía de descendencia evolutiva, desde sus primeros representantes hasta los actuales.  Es una categoría situada entre el reino y la clase, y usada en los reinos animales (35 filos), fungi (6 filos), protistas y dominio bacterias, y en botánica (reino plantas) (12 filos). Fuentes: https://www.biodic.net/palabra/phylum/#.XdL089VKiM8
https://es.wikipedia.org/wiki/Filo

Pieza del mes de octubre de 2019: Cuaderno Escolar

Como pieza del mes de octubre hemos seleccionado el cuaderno escolar que pertenece a la colección de implementos escolares de la enseñanza de la escritura del Museo Pedagógico Colombiano. Objeto de manufactura industrial, fabricado de papel en Bogotá en la década de 1940, por la tienda de útiles para escuela y colegios “Herrera Hermanos” y que se usa para tomar notas, y almacenar y organizar información de diferente índole.

Recordemos la escritura como un proceso fundamental en la formación de ciudadanos activos para la sociedad, y que por varios siglos su ejercicio fue restringido, como en el periodo colonial americano cuando únicamente el escribano desarrollaba esta labor; más adelante también otros grupos sociales accederían a este saber cómo por ejemplo los de familias adineradas.

Al descentralizarse lentamente el dominio religioso sobre la educación, existir una mayor presencia del Estado en el S. XVIII y con el surgimiento de la escuela pública, la escritura comienza a constituirse como un saber al alcance de un mayor número de personas. Con la expansión de la escuela y el acceso colectivo a la escritura se empiezan a crear materiales y elementos básicos para materializar el proceso de escritura de los escolares de la época, esto desde la segunda mitad del S. XIX con las pizarras en piedra y los pizarrines (para escribir en esta), y hasta la segunda década del S. XX, cuando hace su aparición el cuaderno escolar, como formato para la escritura.

Considerando que hace más de 5000 años el hombre invento la escritura, los primeros vestigios y huellas de las escrituras dejadas por los primeros individuos y grupos humanos aún los encontramos en soportes como madera y piedra; luego en el año 3000 a.C. se escribiría sobre papiro y otros medios elaborados a partir de materiales vegetales, esto en el Antiguo Egipto. En el periodo grecorromano, junto al papiro, el pergamino elaborado a partir de pieles animales gozaría de gran popularidad hasta la Edad Media.

La tradición histórica considera que el primer proceso de fabricación del papel fue desarrollado en la China, en el S. II a. C., técnica que se expandió por parte de Asia alrededor del 750, y que también llegaría al mundo árabe, siendo ellos quienes lo introducen en España en el S. XI, estableciéndose en el año 1056 la primera fábrica de papel europea. A partir de este momento se difundió el proceso al Mediterráneo europeo, desde donde se propaga por todo el continente.

A partir del S. XV, la aparición de la imprenta generó un aumento del uso del papel, pero fue hasta 1840 que se fabrican diferentes materiales que sustituirían al papel, como el resultante de la pulpa del proceso mecánico de trituración de madera, y en 1850 con el primer proceso químico. Desde entonces el papel se ha convertido en uno de los productos emblemáticos de la cultura humana, elaborándose no solo de trapos viejos o algodón sino también de gran variedad de fibras vegetales.

El cuaderno en el formato que conocemos hoy, fue inventado en 1902 en Australia por J.A. Birchall propietario de la librería, antigua editorial y luego empresa de suministros educativos y papelería Birchalls Ltd., con sede en la isla de Tasmania, que funcionó desde 1844 y hasta el año 2017. Denominado por su inventor como Silver City Writing Tablet (la tableta de escritura de Silver City).

A pesar de no tener una gran aceptación al momento de su invención, fue él mismo quien fabricó el primer bloc de notas o libreta comercial, cuando se le ocurrió unir –de forma ordinaria– varios folios o papeles junto a una cartulina, en lugar de dejarlo como hojas sueltas, para conformar lo que hoy llamamos cuaderno.

Pese a que América Latina los primeros cuadernos aparecieron durante la segunda mitad del siglo XIX, es hasta el periodo comprendido entre 1920 y 1930, cuando comienza la producción de los primeros para las aulas escolares de nuestro país. Periodo que coincidió con el auge de la industria manufacturera en Colombia conformada en sus inicios por empresas cementeras, de producción de textiles y por fábricas productoras de tabaco y de bebidas alcohólicas. Las dos últimas en su momento fueron las industrias que apoyaron económicamente las labores de escuela. Por este motivo –y como dato curioso– éstas industrias tenían derecho a imprimir sobre las portadas de esta serie de primeros cuadernos, publicidad que inducía al consumo de cigarrillos y alcohol, característica que daría mucho de qué hablar si sucediera actualmente, sin embargo recordemos que hoy día una parte de los impuestos pagados por la industria de licores, entre otras se invierten en la educación del país.

Debido a los altos costos de la producción del papel para la fabricación de los cuadernos escolares, los primeros cuadernos utilizados como el que exhibimos en nuestro Museo solo tenían 10 hojas (20 páginas) para tomar apuntes ya que a inicios del S. XX en Colombia, el papel era un recurso muy escaso y de alto valor económico, situación que –a pesar de los problemas de salud e higiene– prolongo el uso de la pizarra de piedra en las escuelas rurales hasta mediados del S. XX.

Además tener un número tan reducido de hojas respecto a los cuadernos que usamos actualmente que tienen desde 50 y hasta 250 hojas, en los cuadernos de la época identificamos la existencia de limitaciones didácticas por el poco espacio para anotar y así mismo el concepto de la “economía de la escritura”, en el que el estudiante de la época debía determinar cuál información registraba y cual no, según sus intereses escolares, procesos de estudio y las formas en que cada uno organizaba la información, esto con el objetivo de facilitar y consolidar los procesos de aprendizaje de ideas y conceptos.

Pese a que la inserción del cuaderno en parte fue apoyada y reforzada como una de las reformas de algunos representantes de la Escuela Nueva para optimizar el funcionamiento de la escuela y transformar la experiencia educativa, la condición ya descrita del espacio limitado llevaron al maestro y al estudiante a realizar sus labores en el marco de una tipología de escuela más moderna pero con la coexistencia de algunas prácticas de la denominada Escuela Tradicional, ya que la relectura y reflexión sobre lo escrito, se basó únicamente sobre los pocos apuntes realizados en estos primeros cuadernos y la transmisión de conocimientos nuevamente, se dio a través del uso efectivo de la memoria y la escritura a partir de lo que se hubiese transcrito.

Sumado al proceso de higienización de la escuela por motivos de salubridad y a las innovaciones metodológicas propias de unos modelos pedagógicos que evolucionaban en esa época, cuando la producción del papel fue masiva en diferentes partes del mundo, su fabricación fue mucho más económica, por lo que su uso se masificó aceleradamente y en poco tiempo el cuaderno único escolar en el contexto latinoamericano pasó a un ser un material indispensable como soporte de la memoria y el aprendizaje, y como herramienta para la circulación y transcripción de información y saberes a través la escritura en las escuelas de todo el mundo. Finalmente, sobre el papel es otra cosa, guarda todo lo que se le confía, y como dice el viejo refrán: «la palabra vuela y lo escrito queda«[1].

Hoy en día como Museo entendemos la importancia de los cuadernos escolares antiguos como una fuente histórica interesante para comprender los procesos personales y autónomos de cada estudiante para la adquisición de conocimientos y su relación con la historia de la infancia, la historia de la educación y el desarrollo de la caligrafía y la cultura escrita, y así mismo como un elemento cultural y documental para la reflexión académica, la labor pedagógica y el contexto educativo.

Para conocer el cuaderno escolar, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

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Palabras clave: Cuadernos Escolares; Escritura; Implementos Escolares; Pedagogía; Enseñanza; Papel; Museo Pedagógico Colombiano.

 

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Referencias

Calameo.com. (2019). Historia del cuaderno escolar. Fecha de consulta: 11 Oct. 2019. Desde: https://es.calameo.com/read/000918535332814c797bd

Papel. (2019, 7 octubre).  Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 15 Oct. 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Papel

G2 Innovation Australia. (2019). The Silver City Writing Tablet & Other Innovations From Tasmania. Fecha de consulta: 15 Oct. 2019. Desde: https://www.g2innovation.com.au/blog/2018/3/21/the-silver-city-writing-tablet-other-innovations-from-tasmania

Ainos blog. (2019). Historia del Cuaderno: Curiosa y breve historia del inventor del cuaderno. Fecha de consulta: 10 Oct. 2019. Desde: https://www.ainospublicidad.es/blog/historia-del-cuaderno/

Cole, V. (2019). La historia del cuaderno – Viva el Cole. Fecha de consulta: 15 Oct. 2019. Desde https://www.vivaelcole.com/blog/la-historia-del-cuaderno/

Llin, M., & Segal, E. (1). La historia del cuaderno. Magazín Aula Urbana: Una ciudad para tocar, oler y sentir, (26), 18-19. Fecha de consulta: 11 Oct. 2019. Desde: https://revistas.idep.edu.co/index.php/mau/article/view/1149

Rodríguez Tarquino, J. (2017). Voces históricas del Instituto Pedagógico Nacional. Revistas.pedagogica.edu.co. Volumen 5 Nº 43 / julio – diciembre de 2017. Fecha de consulta: Septiembre 9, 2019. Desde: https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/NYN/article/download/8529/6472/  

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

[1] Verba volant, scrīpta mānent, es una cita latina tomada de un discurso de Cayo Tito al senado romano, y significa «las palabras vuelan, lo escrito queda». Se resalta con ella la fugacidad de las palabras, que se las lleva el viento, frente a la permanencia de las cosas escritas. En español se dice: lo escrito, escrito está y a las palabras se las lleva el viento. Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Verba_volant_scripta_manent

Pieza del mes de septiembre de 2019: Fotografía de Franzisca Radke

Como pieza del mes de septiembre hemos seleccionado una Fotografía de Franzisca Radke de la década de los cincuenta que pertenece a la colección fotográfica del Museo Pedagógico Colombiano. Ella nació en Aquisgrán (Alemania) en 1892 y falleció en Boppard del Rhin en 1985; y en su formación académica se especializó en alemán y francés, realizó estudios de geografía y se doctoró en filosofía en las universidades de Bonn, Berlín y Marburgo; llega a Colombia en 1926 y es una figura significativa para la historia de la formación docente y la construcción de la memoria pedagógica del país por ser pionera en la configuración y organización del sistema educativo colombiano que impulsó la profesionalización de maestros, profesores y la fundación de la carrera docente a nivel universitario.

Para contextualizar, el equipo alemán dirigido por Radke llega por primera vez en el marco de segunda de las tres Misiones Pedagógica Alemanas que se desarrollaron en Colombia, las cuales enmarcaron el horizonte educativo nacional –tengamos en cuenta que indiferente del partido político que lidere cada gobierno, la educación ha sido un camino para alcanzar el desarrollo y la modernización, incluso también ha sido instrumento para el adoctrinamiento–.

La intervención del equipo alemán en Colombia durante la Segunda Misión Pedagógica (1924–1935) contratada por el gobierno conservador de Pedro Nel Ospina (1922–1926) en el marco político de la hegemonía conservadora (1900–1930) se enfocó en el carácter político de las ideas impartidas en la escuela, sugirió el cambio del rol de la mujer en la educación, incluyendo su formación académica en los grados de bachillerato, diseño la Ley de Instrucción Pública de la época para reformar la educación normalista y reestructuró la formación de maestros dando las directrices de organización para los institutos pedagógico de varones y señoritas.

Fruto del trabajo conjunto entre el gobierno y el equipo alemán, el 9 de marzo de 1927, el Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas (IPN) abre sus puertas –en el antiguo edificio escolar construido para el Instituto conocido como el palacio de la Avenida Chile, ubicado en Chapinero entre las calles 72 y 73– con el fin de formar mujeres docentes, quienes obtenían el título profesional y oficial de “Institutora”, siendo Franzisca Radke la primera directora del Instituto.

El Instituto, sería el primer proyecto estatal de unificación para la formación de la actividad de los maestros y la enseñanza en el país bajo un régimen laico y el control directo del gobierno nacional. En el IPN se aplicó un conjunto de conceptos y prácticas introducidos por Radke, como la Escuela Activa que estaba en contra de la educación ‘memorística’; la Psicología Experimental, la Psicología Social relacionada con la orientación profesional y la educación especial; la Higiene Escolar; los exámenes escolares, y la experimentación con los métodos activos.

Para 1928, el Instituto, había adquirido un carácter nacional, al contar con alumnas de la mayoría de los departamentos del país, y se convirtió en una institución experimental, cuyas innovaciones reorientaron la legislación pública que definía la formación del magisterio en Colombia.

En 1929, el Instituto empieza su crecimiento como lo determina el Decreto 145 del 28 de enero de 1927, dando cumplimiento a la Ley 25 del 6 de noviembre 1917, que dice en el Artículo 1º:

Habrá en la capital de la república un Instituto Pedagógico Nacional para institutores y otro para institutoras, donde se eduquen en la ciencia pedagógica maestros y maestras de escuela inferior, superior y normal, profesores aptos para la enseñanza didáctica y para la dirección e inspección de la enseñanza pública nacional[1].

De acuerdo con lo enunciado en este artículo, entre 1927 y 1934, se crearon los diferentes programas que cubrieron todos los niveles educativos, de esta manera surgen los siguientes: en 1927 el de Formación de Maestras a nivel inferior y superior, en 1929 la Escuela Anexa Primaria, en 1933 la Escuela Montessori para maestras de Kindergarten desde la cual se puso en servicio el primer Jardín Infantil público del país en 1934, y finalmente la Primera Facultad de Educación para mujeres en 1955 germen para la creación de la Universidad Pedagógica Nacional.

Durante este período, el Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas reemplazó a la Escuela Normal Femenina del Estado de Cundinamarca. Radke y su equipo no sólo se encargaron de la organización académica del Instituto, sino que también buscó condiciones más dignas para las estudiantes. En su paso por el IPN introdujo en las instancias estatales e institucionales la idea de que para formar hay que estar bien formado, y asimismo, formando educadores más creativos, participativos e innovadores, éstos podrían tener la capacidad de formar estudiantes civilmente activos y conscientes de sus derechos y deberes como ciudadanos y de su responsabilidad colectiva con el país.

Sin embargo, cuando el partido conservador pierde las elecciones presidenciales, desde 1930 y hasta 1945, los gobiernos liberales especialmente el de Enrique Olaya Herrera y Alfonso López Pumarejo efectuaron cambios en torno al proyecto educativo nacional, y le también exigen abandonar el país debido a supuestas afinidades con el Partido Nacional Socialista (Nazi) alemán.

Francisca Radke, regresa a Colombia entre 1952 y 1957, y su segunda estancia coincide nuevamente con gobiernos conservadores. Durante este período analiza los avances de sus aportes e identifica algunos retrocesos en el panorama educativo nacional –ocurridos en los gobiernos liberales–. Sin embargo, impulsó el ascenso de la formación docente al estatus de carrera universitaria, surgiendo de este proceso la Universidad Pedagógica Nacional Femenina en 1955, la cual se transformó en Universidad Pedagógica Nacional de Colombia desde 1962.

La inclusión del concepto de pedagogía en la realidad educativa de Colombia y la aplicación de éste en la disciplina y la profesión docente, fueron quizás uno de sus más importantes aportes a nivel de la formación de las prácticas pedagógicas. Además de los aporte referidos, Franzisca Radke también hizo énfasis en la importancia de las capacidades y compromisos de la mujer con la sociedad como seres políticamente activos, considerándosele a la luz de nuestros tiempos contemporáneos como una precursora de la lucha por los derechos de igualdad de género en Colombia, pues a través de su preocupación por la difusión de los derechos de la mujer y su acceso a la educación, enfatizó con vehemencia y carácter político a favor del empoderamiento civil femenino.

Antes de Franzisca Radke el ejercicio de la enseñanza en Colombia, nunca fue muy riguroso y en el horizonte gubernamental no existía el concepto de ‘formación continuada’ para la organización, dotación y cualificación de los maestros, incluso no se pensaba en la educación como una herramienta útil y potente para la formación del carácter de los estudiantes. Además sus contribuciones proponen al Ministerio de Educación Nacional y otras instituciones relacionadas, que las tareas de enseñanza debían tener un contenido diseñado y adaptado para los contextos económicos, sociales y políticos propios del territorio. En este sentido a la luz de la perspectiva del S. XXI, y teniendo en cuenta los desaciertos históricos del sistema educativo colombiano, la labor de Radke es una excepción y un caso para destacar y analizar nuevamente.

Para conocer la fotografía de Francisca Radke, sus textos, otras piezas de la colección fotográfica, los archivos pertenecientes al fondo documental y los objetos de la historia y la práctica pedagógica que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional.

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Referencias

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.

Rodríguez Tarquino, J. (2017). Voces históricas del Instituto Pedagógico Nacional. Revistas.pedagogica.edu.co. Volumen 5 Nº 43 / julio – diciembre de 2017. Fecha de consulta: Septiembre 9, 2019. Desde: https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/NYN/article/download/8529/6472/  

Fundación Francisca Radke. (2019). Franzisca Radke Fundación Francisca Radke. Fecha de consulta: Septiembre 9, 2019. Desde: https://www.fundacionradke.org/franzisca-radke/

Cogollo, C. (2005). Franzisca Radke. (2005). Franzisca Radke. Fecha de consulta: Septiembre 6, 2019. Desde: https://www.semana.com/especiales/articulo/franzisca-radke/75487-3

Rodríguez R., J. (2019). El papel de las misiones pedagógicas alemanas en la educación colombiana. Noticia – Universidad del Norte. Uninorte.edu.co. Fecha de consulta: Septiembre 6, 2019. Desde: https://www.uninorte.edu.co/web/grupo-prensa/noticia?articleId=14224669&groupId=73923

Aprende.colombiaaprende.edu.co. (2018). Franzisca Radke, pionera de la educación en Colombia. Colombia Aprende. Fecha de consulta: Septiembre 7, 2019. Desde: https://aprende.colombiaaprende.edu.co/es/agenda/noticias/franzisca-radke-pionera-de-la-educaci%C3%B3n-en-colombia

ipn.pedagogica.edu.co. (2019). IPN: Instituto Pedagógico Nacional. Reseña histórica \ Desde 1927 hasta el 2000. Fecha de consulta: Septiembre 7, 2019. Desde: http://ipn.pedagogica.edu.co/vercontenido.php?idp=1&idh=11&idn=279

[1] Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico. Pág. 5

Pieza del mes de agosto de 2019: Libro Nacho

Como pieza del mes de agosto hemos seleccionado la Cartilla Nacho –Libro Inicial de Lectura– de la colección de Manuales Escolares perteneciente al Fondo Documental del Museo Pedagógico Colombiano. También llamado “Nuevo Silabario Nacho”, es una cartilla de fabricación industrial empleada en la enseñanza de la lectura durante la década de los años 70’s en Colombia y teniendo gran cobertura en América Latina.

Para contextualizar, la lectura es un proceso básico e imprescindible en la formación académica y la configuración de carácter de cualquier ciudadano, en este sentido la escuela pública en un principio estuvo orientada por el desarrollo de los fundamentos de la triada “Contar, Leer y Escribir”, que se incluyó en las diferentes ramas de instrucción pública que se institucionalizaron en el siglo XIX en Colombia, no en vano las tres ramas de la educación durante este siglo fueron la lectura y escritura, la aritmética y la religión. Se aseguraba entonces, que si una persona no era capaz de desarrollar las habilidades de la triada, no podía ser un ciudadano organizado, activo y eficiente para cumplir los deberes que una sociedad en constitución y consolidación como la nuestra le exigía.

El ejercicio de la lectura ha estado presente en diferentes periodos de la historia de la humanidad, y nos habla de prácticas sociales de los hombres en la sociedad y de contextos políticos, socioculturales y coyunturales específicos del pasado.

En la antigüedad aproximadamente hace 5000 años la lectura se hacía a partir de los primeros jeroglíficos, mientras que hace 3500 años aparecieron los alfabetos fonéticos más antiguos.

Entre el S. II y el IV, la introducción del pergamino permitió la redacción de obras compuestas por varios folios que podían guardarse juntos y leerse consecutivamente. Alrededor del S. X las palabras se escribían una tras otra, sin espacios en blanco ni puntuación (Scriptio continua[1]):

Entre la Edad Media y el Renacimiento, los temas para el material de lectura no eran libres ya que la Iglesia Católica censuró muchos libros y documentos, tanto que esta Institución por medio de licencias determinaba que material se imprimía y cual era de libre circulación o por el contrario se prohibía –por estar en contra de sus ideas–. Esta clase de censura, también se aplicó en otros periodos de la historia a muchos documentos y obras que tuvieran alguna intención didáctica o política.

En territorio europeo, durante el S. XVIII la lectura se convirtió en una actividad de muchas personas, ejemplo de esto, hasta la Primera Guerra Mundial los obreros, leían en voz al alta las denominadas Novelas por entregas[2]. Por tanto, en Europa, la lectura oral, el canto y la salmodia –cantos de salmos– ocuparon un lugar central en la vida cotidiana de los ciudadanos, como también, lo fue para la cultura de masas este tipo de Novelas.

Durante el siglo XIX, la mayor parte de los países occidentales como por ejemplo los de nuestro contexto geográfico procuraron la alfabetización de su población a través de la religión, y el mejor instrumento para este proyecto y el que tuvo mayor efectividad en cuanto a la enseñanza de la lectura en la población fue la Biblia, considerándose que uno de los derechos de los individuos era ser capaz de leer las Sagradas Escrituras; de manera que la Escuela Tradicional en Colombia consideraba que un buen ciudadano debía conocer a Dios para ser un buen cristiano, y saber leer y escribir correctamente.

Actualmente el acceso a materiales de lectura de diferentes temáticas y en distintos idiomas, se ha masificado y las formas de acceder a éstos también, ya que existen diferentes formatos además del físico, teniendo entonces material que podemos leer en línea, libros electrónicos, libros digitales y libros virtuales. Además, la lectura sigue muy vigente como uno de los principales medios por los cuales la sociedad recibe información (incluso sea por medio de una pantalla), condición que se consolidó, a partir de la Revolución Industrial (1760-1840), ya que antes de ésta la gente alfabetizada era un pequeño porcentaje de la población en cualquier nación.

Retomando la historia de nuestra pieza del mes, respecto a su autoría se manejan dos versiones, una fuente señala como autor en 1972 a Jorge Luis Osorio Quijano director de Susaeta, ediciones & cía. Ltda., empresa colombiana que desde “Hace más de Cincuenta años, en todos los países de Latinoamérica y del Caribe, ha desarrollado materiales pedagógicos y didácticos para Docentes de Calidad, siempre inspirados en los más altos estándares, que buscan alcanzar la Excelencia Educativa[3]; mientras que otra fuente indica que el autor o ideólogo de la cartilla es un maestro dominicano de los años 60 llamado Melanio Hernández.

Redactado inicialmente desde el ‘Método de palabras normales’, este libro para alfabetizar se fundamenta según palabras del maestro dominicano Melanio Hernández: “en que para una palabra tiene sentido para un niño, mientras que una sílaba no[4]. De manera que en su interior se escribieron palabras y oraciones que pudieran ser recordadas y comprendidas fácilmente por los maestros y estudiantes de la década de los 70, que es cuando hace aparición la cartilla.

Sobre la estructura de Nacho, las páginas iniciales comienzan con ejercicios manuales basados en el dibujo de líneas, para luego identificar visualmente la forma y el símbolo de cada vocal mediante ejemplos gráficos de diferentes elementos, y finalizar con ejercicios de caligrafía de cada símbolo, desarrollando gradualmente la psicomotricidad y el desarrollo de habilidades, destrezas y la adquisición de hábitos y aptitudes de escritura para alcanzar el nivel de éxito en el aprendizaje del niño; como también la posibilidad de tejer relaciones y asociar cada vocal, cada palabra y cada elemento que ejemplifique las mismas.

En las siguientes páginas presenta diferentes palabras y fonemas relacionados con temas comunes a la vida escolar y familiar, con ilustraciones a todo color para centrar la atención y lograr una mejor visualización y entendimiento de las letras, vocablos o expresiones que están escritas y también para facilitar la asociación de estos conocimientos básicos con los diferentes entornos. Esta parte de la cartilla, se complementa con ejercicios de escritura y lectura, donde se copian, repiten o transcriben frases sencillas, esto para corregir y consolidar la correcta escritura.

La parte final la cartilla, destaca algunos párrafos cortos con los que se espera que el niño practique la lectura básica, y reúne algunos cuentos, fábulas y poesías infantiles; textos elementales sobre identidad nacional con temas como la bandera, el escudo, el día de la independencia; y textos sobre temas cotidianos como el aseo y la escuela, entre otros de diferentes temáticas como festividades, lugares, animales, etc.

De manera que el objetivo principal de Nacho, es iniciar a los niños en el ejercicio de la lectura y la escritura, y fomentar la práctica de éstos procesos de comprensión y transmisión de información o ideas, a través de un conjunto de ejercicios prácticos que se materializan en la cartilla teniendo como apoyo el concepto de ‘alfabetización visual’, el cual se sustenta en el uso de imágenes para la enseñanza de la lectura y escritura, y con el que también se pretende crear consciencia en los niños de que se puede leer no solo lo que está escrito a través de palabras sino también el ambiente, lugar y contexto donde se habita, y de esta manera propiciar procesos de significación completos y procesos de construcción humana para la representación de la realidad.

Destacamos el legado dejado por esta joya de la educación como instrumento de iniciación para la enseñanza de la lectura y la escritura básica en el S. XX, sin embargo consideramos que Nacho debería estar más adaptada en sus contenidos a la realidad colombiana o latinoamericana de hoy día. Pese a que su contenido sigue intacto como en su primera edición, y en parte está “descontextualizado” y no responde a las dinámicas socioculturales contemporáneas ni a muchas de las realidades a las que se enfrentan los infantes, hoy en día muchos maestros, padres y niños de los primeros grados de primaria aún utilizan este libro para enseñar, aprender y afianzar conocimientos.

Para conocer la Cartilla Nacho –Libro Inicial de Lectura–, otros libros, manuales de alfabetización y demás archivos pertenecientes al fondo documental, y los objetos de la historia y la práctica pedagógica, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 127 Nº 11–20, en el Instituto Pedagógico Nacional. 

También los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

Palabras clave: Lectura; Escritura; Textos Escolares; Pedagogía; Educación; Maestros; Museo Pedagógico Colombiano. 

 

Referencias

Lectura. (2019, 8 agosto). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://es.wikipedia.org/wiki/Lectura

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar.

InformativosTA (2019). Autor dominicano del libro “Nacho” cuenta cómo le surge la idea. [Video] Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://www.youtube.com/watch?v=wSSGt-wKo80

Prezi.com. (2019). La figurativización como proceso de lectura y escritura en la cartilla «Nacho». [Online] Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://prezi.com/ejpxldcpi5q0/la-figurativizacion-como-proceso-de-lectura-y-escritura-en-la-cartilla-nacho/

EL SABIO DE LAS 4 ESTACIONES. (2019). EL NUEVO NACHO. [Online] Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://elsabiodelas4estaciones.wordpress.com/2017/06/08/el-nuevo-nacho/

Ynoa, V. (2019). Conozca El Autor Del “Libro Nacho” Con El Que Aprendiste A Leer, Cuenta Como Surgió Todo. [Online] Blanco Arriba, Tenares. Fecha de consulta: Agosto 8, 2019. Desde: https://blancoarriba.wordpress.com/2015/09/08/conozca-el-autor-del-libro-nacho-con-el-que-aprendiste-a-leer-cuenta-como-surgio-todo/

Chica Salazar, A., Rivera, L. and Bermúdez Montaño, S. (2017). Las representaciones sociales sobre la cartilla “Nacho Lee” en los niños y niñas de primero de primaria de la Institución Educativa Alfonso López Pumarejo. Licenciatura. Universidad Tecnológica de Pereira.

Diario El Tiempo, C. (2005). LAS CARTILLAS QUE ENSEÑAN LAS PRIMERAS LETRAS. [Online] El Tiempo. Fecha de consulta: Agosto 9, 2019. Desde: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1688583

La Silla Llena. (2019). [Online] La cartilla Nacho, ¿o el símbolo del macho? Fecha de consulta: Agosto 9, 2019. Desde: https://lasillavacia.com/silla-llena/red-etnica/historia/la-cartilla-nacho-o-el-simbolo-del-macho-67021

Diario El Colombiano. (2013). Nacho y Coquito no se olvidan. [Online] Fecha de consulta: Agosto 12, 2019 Desde: https://www.elcolombiano.com/historico/nacho_y_coquito_no_se_olvidan-OYEC_268035

[1] Scriptio continua («Escritura continua» en Latín) es un estilo de escritura en el que no se utilizan espacios para separar las palabras, además de escribirse todo en mayúsculas y sin signos de puntuación. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Scriptio_continua

[2] Novela por entrega, designa una forma comercial de presentar la novela, tratándose de una creación fragmentada que se va entregando sucesivamente al lector. Fue una corriente de la literatura narrativa que captó la atención de un amplio sector lector, llegando incluso a capas sociales poco habituadas a la lectura. Fuente: https://prezi.com/a8ewbnbocqw0/novela-por-entrega/

[3] SUSAETA ediciones. Nosotros. Fuente: http://www.susaeta.com.co/nosotros/

[4] InformativosTA [informativosteleantillas]. (2015, septiembre 8). Autor dominicano del libro “Nacho” cuenta cómo le surge la idea. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=wSSGt-wKo80