Pieza audiovisual del mes de diciembre de 2023: Exposición temporal «Año de la Educación para las personas sordas»

En el marco de actividades académicas por el Año Institucional Charles Michel de L’Épée – Educación para las personas sordas. El Museo Pedagógico Colombiano tiene el gusto de presentarles la tercera pieza del mes en formato audiovisual, dedicada a la exposición temporal: «’Nada de nosotros sin nosotros’¹. Reconstruyendo la historia de la educación para las personas sordas en Colombia», inaugurada el pasado 15 de noviembre de 2023.

[1] Lema de la Organización de las Naciones Unidas - ONU en el día internacional de los sordos 26 de septiembre 2001.

Para conocer la exposición temporal, abierta hasta el 29 de marzo de 2024, convocamos a la comunidad sorda y oyente de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes y egresados sordos, investigadores de la Educación Especial, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

Igualmente los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales de Facebook: https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/, Instagram: https://www.instagram.com/museopedagogicoupn/?hl=es, y a explorar nuestra página web: http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Concepto Audiovisual: Yeimy Jimena Bejarano Baquero – Estudiante del Programa en Pedagogía.
Revisión:  Museo Pedagógico Colombiano.

 

Palabras clave: Historia de la Educación para las Personas Sordas; Lengua de Señas Colombiana;  Proyecto Manos y Pensamiento; Inclusión de Estudiantes Sordos a la Vida Universitaria; Formación de Maestros Sordos; Charles Michel de L’Épée; Colegio Nuestra Señora de la Sabiduría; Insor; Sordebog; Fenascol; Licenciatura en Educación Especial; William Stokoe; Thomas Gallaudet; Museo Pedagógico Colombiano.

Exposición temporal: «“Nada de nosotros sin nosotros». Reconstruyendo la historia de la educación para las personas sordas en Colombia».

Estimados/as visitantes el Museo Pedagógico Colombiano, la Universidad Pedagógica Nacional -UPN- y el Proyecto Manos y Pensamiento, tienen el gusto de invitarlos a participar en el lanzamiento de la exposición temporal: «’Nada de nosotros sin nosotros1. Reconstruyendo la historia de la educación para las personas sordas en Colombia».

[1] Lema de la Organización de las Naciones Unidas - ONU en el día internacional de los sordos 26 de septiembre 2001.

La inauguración de la exposición se desarrollará el 15 de noviembre de 2023 a las 5:30 p.m., y estará abierta al público general entre el 16 de noviembre de 2023 y hasta el 29 de marzo de 2024, en las instalaciones del Museo Pedagógico Colombiano, ubicado en el Centro Cultural Paulo Freire (UPN sede Calle 72 # 11-86).

Para agendar visitas y mediaciones, por favor seguir el siguiente enlace: “Nada de nosotros sin nosotros». Reconstruyendo la historia de la educación para las personas sordas en Colombia»

Pieza del mes de junio de 2023: Pupitre modelo Lancasteriano siglo XIX

El Museo Pedagógico Colombiano ha seleccionado como pieza del mes el Pupitre de modelo Lancasteriano de mediados del siglo XIX, con el ánimo de presentar el objeto más antiguo de nuestra colección, y al mismo tiempo, reseñar uno de los vestigios materiales más importantes de la educación formal en el marco del primer intento de sistema escolar para la instrucción pública en la incipiente República de Colombia en 1822. Y así, continuar nuestro compromiso con la divulgación de la cultura material producto de diferentes procesos educativos, que remiten a la caracterización de la historia de la educación y la pedagogía, y su importancia en la formación de sujetos.

La educación como hecho social, ha sido un pilar fundamental para el desarrollo de la sociedad, en consecuencia, se han creado e implementado diversos modelos para definirla como disciplina. La Escuela Lancasteriana, fue uno de tantos intentos de organización escolar, permeada por un momento histórico y cultural clave de la historia moderna de la sociedad: la Revolución Industrial, dicho proceso de transformación económica, social y tecnológica, nacido en el Reino Unido, impulsó un sistema que maximizó los recursos y brindó posibilidades de enseñanza a un mayor número de personas; así, el pupitre lancasteriano, se consideró una verdadera innovación del mobiliario escolar, gracias a su capacidad para organizar una buena cantidad de estudiantes, y, a muy bajo costo hacer masivo el acceso a las primeras formas de instrucción pública en las escuelas.

Como Método de Enseñanza Mutua o ‘Monitoral’, también se denominó a este sistema educativo propuesto por Joseph Lancaster en 1798. Entre sus características de funcionamiento, destacamos que, únicamente requería de un maestro para dictar clase a la mayor cantidad de estudiantes posibles (originalmente el método proponía entre 500 y 1000 niños); y los más aventajados en conocimientos, por su mérito eran nombrados como monitores, se ubicaban en uno de los extremos del pupitre, y, tenían como función, además, de controlar el orden y apoyar en la vigilancia, ayudar al perfeccionamiento y repetir entre sus compañeros (de menor nivel) la información brindada por el maestro. De esta manera, las denominadas escuelas de enseñanza mutua fomentaron la colaboración entre los estudiantes.

Modelo del mobiliario utilizado en las Escuelas Lancasterianas. (s.f.). [Ilustración]. Fuente: https://www.researchgate.net/figure/Figura-3-Asiento-del-monitor-y-de-los-alumnos-de-la-escuela-lancasteriana-Fuente_fig2_320233278


Este tipo de pupitre estaba compuesto por una estructura alargada construida en madera, en la que los alumnos se sentaban uno junto al otro, dispuestos en largas filas horizontales que podían medir entre 2,5 y 5 metros de largo. Sin embargo, el ejemplar que exhibimos es un recorte del modelo de época que incluye un compartimento frontal, utilizado comúnmente para almacenar libros y útiles escolares.

Al respecto:  “Otro modelo de pupitre similar al de la iglesia era empleado en las escuelas de enseñanza mutua o lancasterianas del territorio de Colombia en los años cuarenta del siglo XIX), estos escritorios eran comunes para toda la fila y medían aproximadamente de 2,5 metros y estaban ubicados a un metro de distancia unos de otros. Cada alumno tenía entonces cerca de 30 cm de escritorio a su disposición. Los asientos eran banquitos con un tope superior de 20 x 15 centímetros”. (Aldana, 1921).

El diseño del pupitre modelo lancasteriano, se convirtió en el mobiliario insigne del proyecto pedagógico que respondió a las necesidades de escolarización de la Gran Colombia. En este sentido, el método llegó en un momento histórico particular: la constitución de la nación colombiana como República después de los procesos de Independencia, por lo tanto, a partir de 1820, Fray Sebastián Mora introdujo los progresos de dicho método, implantado en España entre 1816 y 1818. Así, por órdenes de Francisco de Paula Santander se fundaron tres escuelas, dispuestas en Bogotá, Caracas y Quito. Desde 1810 el mismo Lancaster mantendría comunicación con Simón Bolívar por medio de cartas, contándole en 1826 acerca de sus progresos pedagógicos y diversas situaciones, que lo comprometían como lo refería él mismo, a representar una figura paternal para algunos jóvenes iniciados en el método y la formación de maestros.

La ley 8 del 2 de agosto de 1821 establece en Colombia la instrucción pública obligatoria para los niños entre 6 y 12 años de edad, y otros decretos que pretenden la uniformidad de métodos, y de contenidos, agregando el conocimiento de los derechos y deberes del hombre en sociedad y formación de maestros para la difusión del método lancasteriano” (Gutiérrez, 2014, p. 129).

A pesar de la gran acogida de las escuelas de enseñanza mutua, estas no lograron revocar los métodos de enseñanza previamente existentes y tampoco llegó a la totalidad de provincias del país, puesto que, la naciente República no contó con todos los recursos necesarios para implementar el método, y no había suficientes maestros que asumieran el cargo. No obstante, sobresale el trabajo de un importante pedagogo colombiano del siglo XIX, que buscó apropiar el método lancasteriano al contexto de aquel tiempo, su nombre fue José María Triana, quién en 1845, tradujo el Manual de Enseñanza Mutua para Escuelas de Primeras Letras, en el cual describió las generalidades del método, las reglas para ponerlo en práctica, y cómo se debía impartir la instrucción en gramática, escritura, aritmética, dibujo ‘linear’ y doctrina cristiana.

“En 1845 la Dirección General de Instrucción Pública le confiaba la redacción de manuales para los métodos de enseñanza primaria; y al mismo tiempo el Gobernador de la provincia de Bogotá, don Pastor Ospina, lo encargaba de fundar la Escuela Normal y de dar clases en ella por tres meses […] Al año siguiente (1846), el mismo gobernador Ospina le concedía privilegio para publicar y vender una obra de su propiedad con el título de Lecciones de Gramática Castellana arregladas al método de enseñanza mutua, aprobadas por la Dirección General de instrucción pública y mandadas enseñar en las escuelas de la nueva granada (719 á 720)” (Orjuela, 1910, 5).

Si bien, los pupitres del modelo lancasteriano evolucionaron y sufrieron algunas modificaciones en el curso del tiempo, su legado e incluso su uso persisten en la actualidad. Además, el método para el que se empleó, sentó bases importantes para el diseño de nuevos modelos educativos, y aún representa un hito significativo en la historia de la educación y la pedagogía desarrollada durante el siglo XIX y parte del siglo XX; influyendo sobre el sistema educativo, y la forma en que comprendemos la educación, la didáctica y la enseñanza, siendo estas dos últimas, parte fundamental de la práctica del saber pedagógico que le da sentido al maestro.

Para conocer, el Pupitre modelo Lancasteriano, la colección de otras tipologías de mobiliario escolar; otros objetos de la cultura material de la educación y la pedagogía; la colección de juegos y juguetes de diferentes periodos históricos; otros objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica pedagógica; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

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Palabras Clave: Método de Enseñanza Mutua; Joseph Lancaster; Escuela Lancasteriana, Sistema Escolar Colombiano, Instrucción Pública; Mobiliario Escolar; Pupitre; Monitores, República.

 

Autoría: Yeimy Jimena Bejarano Baquero – Estudiante del Programa en Pedagogía.
Revisión y corrección de estilo:  Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias:

García Sánchez, B. Y. (2006). Proyecto pedagógico de la Gran Colombia: una ruptura frente a los ideales republicanos. Revista Científica, (9), 69–113. https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/revcie/article/view/353/533 

Orjuela, L. (1910). José María Triana prócer de la independencia. Pedagogo el más antiguo de la República. Bogotá. Imprenta Nacional.

Aldana, L. (1921). Algo sobre higiene escolar. Bogotá: Imprenta de San Bernardo.

Granda, O. (2016). Mora Berbeo y la enseñanza mutua en la Gran Colombia. Revista Historia De La Educación Colombiana, 19(19), 81–105. https://revistas.udenar.edu.co/index.php/rhec/article/view/4130/5673

 

Pieza del mes de Marzo de 2023: Caja de cráneos dentados de pequeños mamíferos

Este mes el Museo hará reconocimiento a la enseñanza de la disciplina científica de la biología, que, en el contexto del aula escolar, retomó algunos pasos del Método Científico de investigación. Para este caso tendremos como referente la Caja de cráneos dentados de pequeños mamíferos, que pertenece a la colección de implementos escolares de la enseñanza de la biología y las ciencias naturales del Museo Pedagógico Colombiano.

La Caja se compone por una estructura rectangular de madera protegida con un panel frontal de vidrio que permite observar al detalle los cráneos de 6 distintos animales, los cuales están divididos según el tipo de dentadura de cada mamífero e incluye las etiquetas de cada uno escritas en alemán. En esta encontramos: un mono, un conejo, una zarigüeya, un erizo, un zorro y un ciervo. Se reconoce mediante dichos ejemplares, su edad, los hábitos e incluso la manera en la que murieron, siendo las colecciones sistemáticas de este tipo de cajas un recurso suma importancia para la historia de la investigación científica, que contribuyen a la resolución de numerosos problemas de carácter taxonómico, biogeográfico, ecológico, anatómico, evolutivo y genético, determinados s en parte gracias al estudio de ejemplares como estos y otros de índole similar que están depositados en diferentes colecciones científicas de otros museos y laboratorios.

En este orden de ideas, el proceso de limpieza aplicado para la calavera[1] de un mamífero dependerá del tamaño, edad, condición del ejemplar y por supuesto, las distintas técnicas que se han desarrollado a lo largo del tiempo, siendo la Taxidermia[2] el primer paso del proceso. Así, los métodos de limpieza para la eliminación total de la carne de un animal muerto, comprenden: ebullición, maceración con bacterias, el uso de químicos y varios artrópodos.

Podemos reconocer como vínculo científico relacionado con nuestra pieza, las numerosas experiencias de disección de animales desarrolladas en la escuela en años anteriores, prácticas lógicamente impulsadas desde el Método Científico ya referido, y con las cuales se buscaba observar para entender la anatomía y el funcionamiento de los diferentes sistemas y órganos de los seres vivos. La palabra disección en latín «dissectio onis«, refiere a la separación organizada de partes y órganos en un animal o humano para su respectivo estudio.

Según un artículo científico:

Entre las ventajas del uso de disecciones animales se encuentran la amplia
disponibilidad de muestras, el escaso coste y la no necesidad de disponer de estructuras
arquitectónicas específicamente dedicadas al almacenamiento y conservación de las piezas. Además, las piezas frescas son más parecidas a la realidad que las sometidas a métodos de conservación.
” (Brígido et al, 2021, 257).

Y aunque, el artículo refiere a la formación en medicina, no difiere de los objetivos que la formación en ciencias tiene en cualquier grado o especialidad, el acercamiento a la anatomía por medios propios, posibles de ver y documentar.

Con relación al uso específico de estos materiales en la historia de la institución que sirvió como precedente de la Universidad Pedagógica Nacional, hallamos un referente para el Cuarto y Quinto Año de formación y Enseñanza Objetiva, en las instalaciones de la Escuela Anexa del Instituto Pedagógico Nacional (IPN) para Señoritas, que incluyó el desarrollo de prácticas en las asignaturas de Botánica y Zoología, con el objetivo de que las futuras maestras se formarán profesionalmente en la enseñanza de las ciencias naturales, enfocadas especialmente en el estudio de los reinos de la naturaleza animal y vegetal. Tal como se sustentaba en el pensum:

Se tratará […] en Zoología de los animales domésticos y en general de los animales más importantes del país, y de algunos representantes de animales extranjeros. El valor instructivo de la asignatura no debe buscarse tanto en una descripción minuciosa, sino en las observaciones de los fenómenos de la vida y en la conexión de dichos fenómenos con el organismo de las plantas, del animal, así como los seres inertes de la tierra” (Ministerio de Educación Nacional, 1932, p. 104).

Pese a no tener registro exacto sobre los cursos académicos que hicieron uso directo del material reseñado, dichos recursos de enseñanza fueron parte de las colecciones del antiguo Museo de Biología del IPN para Señoritas creado en la década de los años treinta a partir de diferentes procesos de dotación material de útiles y recursos para la enseñanza, con los que se llenaron el Museo y los laboratorios de Química y Física.

Así, la Caja de Cráneos, perteneció a la diversa cantidad de materiales didácticos acopiados para la enseñanza de las ciencias en el antiguo Instituto Pedagógico conocemos que nuestra pieza del mes, fue traída directamente desde Alemania en el marco de las actividades de la Segunda Misión Pedagógica Alemana contratada el 24 de septiembre de 1926, y liderada por Franzisca Radke, por la cual se dotó al Instituto de los recursos físicos, didácticos y humanos necesarios para cumplir con su objetivo. Además del acercamiento a estos materiales, los aportes de aquella Misión Alemana propiciaron la transformación de la educación colombiana y, en el escenario político en que se desarrolló –gobierno liberal de Enrique Olaya Herrera (1930)–, se prestó especial atención a la educación y al progreso de la misma.

Museo de Biología del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas. (1932). [Fotografía]. Tomada de: Álbum Fotográfico del Instituto Pedagógico Nacional Para Señoritas, Escuelas Salesianas de Fotograbado, Tipografía y Encuadernación, 1932, Bogotá. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano, Colección IPN.

Para ese entonces, la enseñanza de la biología, estuvo atravesada de acuerdo con los conceptos y prácticas desarrolladas por la Misión, teniendo implicaciones en las temáticas, en la forma de problematizar la ciencia, y asimismo el método para abordar las lecciones en esta disciplina. Así, la propia asignatura se encargó de conceptualizar la forma para ser enseñada, ya que, los métodos basados en descripciones teóricas minuciosas fueron opacados ante la necesidad de observación y experimentación como proceso fundamental para entender aquellos sucesos de la naturaleza y la vida, y nuestro vinculo como parte de aquel extraordinario entramado ecológico, y es justamente esa conexión con las ciencias naturales la que sustentó el uso de dichos materiales didácticos, configurando tanto su pensum, como su posterior importancia para las colecciones de museos, que preservan y reivindican la historia natural; y en el contexto escolar, la forma como algunas nociones de las disciplinas científicas, permearon algunos de los saberes impartidos, especialmente a nivel de secundaria y en las instituciones de formación de maestros.

Curiosamente, muchos materiales de esta índole fueron objeto de censura ante el rechazo de las distintas teorías de evolución en el transcurso del siglo XIX, generando oposición a la difusión de la biología, debido a que, los círculos científicos de las comunidades religiosas que  regentaban las instituciones educativas de la época, dirigieron su preocupación sobre la higiene y la raza de la población, motivo por el cual, la biología tuvo más auge a partir de los discursos médicos de las primeras décadas del S. XX, discursos que intervinieron directamente en la escuela con lemas divulgados por el Ministerio de Instrucción y Salubridad Pública, por ejemplo: “higienizar antes que educar[3].

Por los motivos descritos, además de la importancia educativa y de exhibición, colecciones de esta naturaleza, constituyen un patrimonio no renovable y una fuente inagotable de información, insustituible para el conocimiento detallado de la fauna. Es así, como la didáctica aplicada para la zoología mediante recursos como nuestra pieza del mes, tiene entre otros fines de estudio, exponer las condiciones que permiten reconocer y diferenciar esta clase de especies animales, que gracias a sus cráneos dentados pueden ser objeto de comparación entre las condiciones climáticas, migraciones periódicas, tipos de alimentación, entre otras particularidades propias de su categoría.

Para conocer la Caja de cráneos dentados de pequeños mamíferos, otros elementos de la colección de la enseñanza de las ciencias naturales; los objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica educativa y pedagógica; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las nuevas instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

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Palabras Clave: Zoología; Biología; Cajas de Cráneos; Pequeños Mamíferos; Museo de Biología; Segunda Misión Pedagógica Alemana; Pedagogía; Enseñanza de las Ciencias Naturales; Historia de la Educación; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Autoría: Yeimy Jimena Bejarano Baquero – Estudiante del Programa en Pedagogía.
Revisión y corrección de estilo:  Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias:

Diaz, Mónica & Flores, David & Barquez, Rubén. (1988). Instrucciones para la preparación y conservación de mamíferos.

Didaktik der Biologie. (s. f.). Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg. https://www.biodidaktik.phil.fau.de/materialien-wp/zoologie-2/zoologie/

Colombiano, M. P. (2018, 3 septiembre). Pieza del mes de septiembre de 2018: Material de Enseñanza Espasa-Calpe: Serie Historia Natural Aplicada – Copyright MUSEO PEDAGÓGICO COLOMBIANO – All rights Reserved. http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/2018/09/03/pieza-del-mes-de-septiembre-material-de-ensenanza-espasa-calpe-serie-historia-natural-aplicada/

Colombiano, M. P. (2019, 18 noviembre). Museo de Biología IPN 1930 – Copyright MUSEO PEDAGÓGICO COLOMBIANO – All rights Reserved. http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/tag/museo-de-biologia-ipn-1930/

Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana – Bogotá.

Rodríguez, Y. Ortega, C. Valencia, P. Huerta, E. Montano, I. Brígido. (2021). Disección animal y digitalización, alternativa para la enseñanza de anatomía cuando la disección de cadáveres no es posible, Educación Médica. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1575181321000486

[1] Conjunto de los huesos de la cabeza mientras permanecen unidos, pero despojados de la carne y de la piel.

[2] Técnica de disecar animales para facilitar su exposición.

[3] Bernal Jiménez, R. (1932). La réforme educative en Colombia. Roma: Imprenta Augustinienne.

Pieza del mes de Febrero de 2023: Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas

Como pieza del mes, haremos reconocimiento a la historia de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), a partir de la revisión del Reglamento del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas -IPN para Señoritas- (publicado originalmente en 1932 por el Ministerio de Educación Nacional), Instituto antecesor de la ‘educadora de educadores’ que conocemos hoy. El Art. 1º. de la Ley 25 de 1917, promulgó que el instituto estaría

“[…] destinado a la educación en ciencia pedagógica de maestras de escuela inferior, superior y normal” (Ministerio de Educación Nacional, 1932, pág. 123),

considerado entonces como el seminario del magisterio femenino. De acuerdo con el Reglamento, el instituto comprendía cinco cursos para las estudiantes interesadas en ser maestras, una Escuela Anexa con seis cursos, asignaturas complementarias y un espacio dedicado a formar profesoras para Kindergarten.

Como lo enuncia el Reglamento, para ingresar al Instituto había dos posibilidades: la primera, por examen de admisión, el cuál facultaba el ingreso al primero, segundo o tercer curso, e incluía modalidad escrita y oral, mientras que, para segundo y tercer curso se incorporan materias concernientes al pensum del instituto; y, la segunda opción por medio de becas. Según el Art. 4º de la Ley 25, se financiaban por la nación, se otorgaban por concurso, y las postulantes debían presentar los siguientes documentos: solicitud de bautismo, dos certificados de salud, un texto donde se presentará la necesidad de la familia y la correspondiente firma del alcalde, si por alguna razón durante el proceso de formación se incumplía las responsabilidades establecidas, se retiraba la beca y era obligación pagar el tiempo de formación hasta el momento de cancelación de la beca.

Posteriormente, el segundo capítulo del Reglamento, describe los cinco cursos y su distribución, compuestos por veintisiete materias.

Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Capítulo II, Distribución de Materias, Art. 4. p. 124. [Imagen]. Fuente: Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana.

Cada curso expedía cuatro veces al año, un informe certificando la buena conducta, el proseguir religioso, las fallas y asimismo algunas observaciones. Las calificaciones se entregaban dos veces al año; y, respecto al punto enunciado para el retiro de una beca, se destacan: recibir en dos oportunidades mala calificación en conducta; sacar tres regulares en un año; obtener 2 (mal) como calificación en dos materias; y apenas lograr como nota 1 (muy mal) en una materia. Si se presentaba alguna de estas situaciones, en primera instancia el caso lo recibía la Junta consultiva, y luego el Consejo directivo tomaba la decisión. Sin embargo, era posible repetir un curso, pero únicamente cuando la alumna presentaba enfermedad por más de dos meses.

Un aspecto relevante, sobre el instituto, fue su condición de internado, y operó bajo un estricto horario:

Alrededor de las 6:30 a.m. las señoritas debían despertar y hasta las 8:00 a.m., el tiempo se utilizaba para bañarse, orar, desayunar y jugar en el patio, para comenzar el primer bloque de clases que finalizaba a las 12:25 p.m. Enseguida contaban con 45 minutos para almorzar, un breve momento de recreo y un espacio más amplio, para tomar el aire en las áreas externas o manualidades (según las condiciones climáticas) que culminaba a las 3:00 p.m.

En seguida comenzaba una segunda franja de estudio, y a las 4:40 p.m., tenían 20 minutos para tomar onces. Inmediatamente terminado este periodo de alimentación, las siguientes dos horas, se dividían así: de 5:00 p.m. a 5:45 p.m. actividades de recreo o lectura en la biblioteca -según los intereses de cada alumna-, y entre 6:00 p.m. y 6:45 p.m., iniciaba la tercera y última jornada académica de clases o estudio.

Después de 15 minutos de aseo a fin de prepararse para consumir la cena, esta se servía a las 7:00 p.m.; luego de 8:00 p.m. a 8:25 p.m. hacían la oración de la noche en la capilla, nuevamente  había un tiempo corto para  recreo o lectura y al final del día a las 8:45 p.m. debían acostarse, dando las inspectoras el último toque a las 9:00 p.m.; es preciso comentar que era totalmente prohibido hablar en los dormitorios, aunque sí, era permitido durante las comidas.

Como nos referimos a un espacio de formación educativa, lógicamente, se presentaban exámenes de fin de año, aunque solo destinados para las alumnas de tercer y quinto curso, los cuales eran similares a los de admisión, y se aplicaban con el objeto de comprobar las capacidades y aptitudes para el ingreso a los cursos de práctica, una vez revisados y aprobados, la Junta del jurado expedía el diploma de calificación o de grado, y se llevaba a cabo una sesión solemne; sin embargo la evaluación no terminaba ahí, se precisa que una vez ejercida por dos años la práctica, era necesario examinarla. Por otra parte, el Decreto 1575 de 1929, indicaba que, las alumnas de otras instituciones, también podían presentar dicho examen y recibir la titulación correspondiente.

El Instituto definía  en su reglamento las funciones y deberes de cada cargo, y las más relevantes en relación con el contexto pedagógico conforme a su misión, eran las siguientes: Consejo Directivo, integrado por la Directora, la Subdirectora y tres vocales[1] (de los cuales, dos debían ser maestros de la institución), cuidaban el cuerpo docente, presentaban aspirantes a nuevos profesores, proponían modificaciones de los programas académicos, decidían la expulsión de alumnas, la cancelación de becas, y proyectaban el presupuesto de funcionamiento; la Junta Consultiva, conformada por la Directora y los Maestros, para tomar    decisiones de corte disciplinar y conductual, y solicitar en primera instancia la cancelación de becas; y la Junta del Internado, compuesta por la Directora, las directoras de grupo y las inspectoras, cuyos deberes, eran ayudar con la vigilancia, el orden y el seguimiento del reglamento.

[1] Un vocal es una persona que pertenece a un consejo o a la dirección de un organismo. Cuenta con voz y voto, es decir, tiene capacidad de decisión en las deliberaciones que se lleven a cabo en el mismo. Fuente: https://economipedia.com/definiciones/vocal.html

En ese orden de ideas, la Directora tanto del IPN para Señoritas como de la Escuela Anexa debía elaborar el horario, examinar los diarios de las maestras, asistir a algunas clases y excursiones, observar los métodos seguidos por los profesores y realizar las correcciones pertinentes, escoger los temas más adecuados para los exámenes, dar permisos y licencias, presidir las juntas, manejar los cursos complementarios, estudiar los progresos de la disciplina pedagógica para ponerlos al servicio de los métodos del establecimiento, educar a las alumnas en el cumplimiento de sus deberes, controlar la correspondencia, mantener relación y comunicación con el Ministerio de Educación -MEN- con el propósito de dar a conocer las disposiciones del ramo a los miembros del Instituto, entre otras obligaciones.

La subdirectora vigilaba el cumplimiento del Reglamento, la disciplina general, el buen orden y el aseo, explicaba al conjunto de alumnas los objetivos de las reglas y normas, recibía el pago de pensiones y matrículas, y demás relacionados; en efecto, era quién reemplazaba a la directora y en algunos casos ejercía como catedrático, en este cargo existía una relación más estrecha con las estudiantes.

Los Catedráticos, eran nombrados por el MEN, dictaban clase, estudiaban y aplicaban los métodos más modernos acordes con su ramo, llevaban control en sus diarios de clase, vigilaban exámenes, calificaban y corregían trabajos de su asignatura, castigaban, hacían informes, asistían a juntas e informaban sobre la conducta de las alumnas. A las Directoras de Grupo, se les asignaba uno de los cinco cursos, vivían en el internado, vigilaban y mantenían el inventario de los elementos de salones de clase y dormitorios, planificaban una excursión para su grupo una vez al mes, y por demás cumplían los mismos deberes de los Catedráticos. Las Inspectoras con funciones fuera de la enseñanza, vigilaban las áreas externas y los baños de la institución, respondían por la conducta de cada estudiante, ayudaban al mantenimiento de la urbanidad y el trato respetuoso entre todas las alumnas en los recreos, cuidaban la higiene personal y la vestimenta, y también el orden de los cuartos.

Todas las alumnas eran internas y para acceder al Instituto Pedagógico, además de someterse al examen de admisión, su edad definía el rumbo de sus aspiraciones, así: debían tener mínimo 14 y máximo 17 años para ingresar al primer curso, el segundo admitía jóvenes con mínimo 15 y máximo 18 años, y para el tercer curso el rango iba entre los 16 y los 19 años. Igualmente, profesar la fe católica y tener buen proceder moral, no adolecer de enfermedades contagiosas, ni tener defectos físicos que pudieran hacer difícil el ejercicio docente (por ejemplo, tener la dentadura completamente arreglada), y bajo ninguna circunstancia ingresarían aspirantes expulsadas de otros colegios.

De acuerdo con el Art. 102 del Reglamento, al ingresar, debían llevar una vestimenta específica, no podían llevar joyas, y debían tener la dentadura arreglada, además, se prohibían las novelas de cualquier género, los vestidos cortos, y la comunicación por vía telefónica. Las visitas, se desarrollaban los domingos, y únicamente salían en caso de padecimiento médico, o en caso extremo si algún familiar enfermaba o fallecía.

Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Capítulo XVIII, De las Becas, Art. 102. p. 158-159. [Imagen]. Fuente: Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana.

Según las disposiciones del Art. 2 de la Ley 25 de 1917, el IPN para señoritas tendría una Escuela Anexa, constituida en un edificio contiguo (actual Edifico ‘P’ de la UPN), y entre sus propósitos misionales, se estipulaba: ejercitar la práctica pedagógica para las alumnas maestras matriculadas en el Instituto de cuarto y quinto curso, impartir instrucción moderna y completa, profundizar en la vocación de las alumnas con intereses en el magisterio, y dar bases sólidas para ingresar posteriormente al Instituto Pedagógico o alguna Escuela Normal.

Así, la Anexa ofrecía seis cursos de formación para alumnas -externas y semi internas-, que luego de dos años permitían a cada alumna practicar la enseñanza de todas las materias.

Reglamento de la Escuela Anexa. Capítulo II, De la Distribución de Materias, Art. 6. p. 179. [Imagen]. Fuente: Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana.

Respecto a la Forma de Enseñanza a la alumna maestra se le designaba un tema específico a dictar con 48 horas de anticipación, cuya preparación se entregaba 24 horas antes, actividad que era corregida y calificada por la respectiva profesora; la directora revisaba los avances de las estudiantes y cada quince días las maestras brindaban una clase modelo. Para su ingreso debían estar en un rango de edad de 7 a 14 años, ser católicas y presentar certificado de bautismo; y al igual que en el Instituto, las alumnas no podían tener el cabello suelto y largo, y también vestirían unos uniformes particulares.

 

 

 

 

 

Reglamento de la Escuela Anexa. Capítulo VII, De las Alumnas, Art. 36. p. 187. [Imagen]. Fuente: Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana.

 

 

Por otra parte, no se permitía tener más de 30 alumnas por grupo, y pese a la gratuidad de la enseñanza, la matrícula tenía un valor de $5, hay que mencionar que solo era posible ingresar pagando la pensión, no había becas, y, además, la formación en la Escuela Anexa no obligaba al Instituto incorporarlas al mismo, para tal aspiración, las alumnas maestras cumplirían las mismas condiciones y el proceso de las demás candidatas.

Para finalizar, es llamativo describir, los castigos, faltas y el sistema de corrección para las alumnas, donde, además, se expresaba según el Art. 124 que: “los castigos forman parte de la educación” (Ministerio de Educación Nacional, 1932, pág. 123), y estos, se aplicarían de acuerdo con la gravedad de la mala conducta cometida, contemplando en última instancia la expulsión.

Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Capítulo XXII, De los Castigos. p. 167-168. [Imagen]. Fuente: Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana.

 

 

Como documento normativo de la institución precedente de la UPN, nuestra pieza del mes, permite reconocer el valor histórico, pedagógico e incluso correctivo inscrito en cada uno de sus artículos, los cuales, facilitan hacer una clara distinción de la estructura organizativa de nuestra Universidad, y como documento que refleja, las apuestas por el reconocimiento de la educación magisterial y su misma historia. Además, el Reglamento, hace parte del Pensum y Programa del IPN antiguo, y nos interpela sobre la formación de maestros: ¿Cómo está pensado el método de instrucción o enseñanza? ¿Hay acaso un cambio en el propósito final de la formación del educador?; incluso el tema de género se hace central al contrastar el pasado y presente de la UPN. Así, damos a conocer parte de la reglamentación en que se complementaron las labores de formación para las maestras de la época. Un documento clave para la reconstrucción y preservación de las memorias que entretejen la historia de la educación en Colombia y principalmente el papel fundamental que, en esta, tiene la Universidad Pedagógica Nacional y su precedente anterior, el IPN para Señoritas.

Para conocer y consultar el Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas, otros documentos relacionados a historia y memoria de la Universidad Pedagógica Nacional, textos, manuales escolares y de alfabetización y demás archivos pertenecientes a los fondos documentales; y también los objetos e implementos escolares de la historia, memoria y la práctica educativa y pedagógica que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

 

Palabras clave: Reglamento; Alumnas; Ministerio de Educación Nacional; Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas; Escuela Anexa; Segunda Misión Pedagógica Alemana; Maestras; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Autoría: Yeimy Jimena Bejarano Baquero – Estudiante del Programa en Pedagogía.
Revisión y corrección de estilo:  Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias:

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.

Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana – Bogotá.

 

 

 

Libro: Para una historia de la Universidad Pedagógica Nacional La lucha por lo superior

Estimados/as visitantes y lectores, compartimos el libro: «Para una historia de la Universidad Pedagógica Nacional. La lucha por lo superior«, escrito por el profesor Alejandro Álvarez, quien, a partir de la revisión de las las raíces de la Universidad Pedagógica Nacional en relación con la Segunda Misión Pedagógica Alemana (1924- 1926), nos exhorta a recuperar la memoria y apropiar su historia desde 1927.

«Desde la fundación del Instituto Pedagógico Nacional, a finales de la década de 1920, la Universidad Pedagógica Nacional ha atravesado por varios momentos representativos que han marcado hitos importantes en sus aportes a la formación de maestros en Colombia. Sin embargo, a pesar de su impacto en la educación, hasta la fecha no se ha escrito una historia completa que de cuenta de sus múltiple facetas y de sus ricos aportes a la pedagógica, la didáctica, la formación y la educación. Aunque existen menciones de su efecto transformador en diferentes publicaciones, no se ha consolidado un relato que narré su proceso como la institución formadora de maestros por excelencia. Este libro, sin pretender llenar este vacío, es un aporte a la memoria institucional del alma mater y ofrece un recorrido por las experiencias más significativas que han marcado hitos constitutivos de su identidad, en medio de su permanente resignificación. La presente obra invita al lector a conocer el tránsito que la Universidad Pedagógica Nacional ha hecho por cuatro momentos diferentes; además, ilustra cómo han surgido nuevos retos en la academia universitaria y se pregunta por lo que significa hoy formar maestros al nivel de lo superior». Tomado de: http://repositorio.pedagogica.edu.co/handle/20.500.12209/17254

En el siguiente enlace se puede consultar la publicación: Para una historia de la Universidad Pedagógica Nacional. La lucha por lo superior

Pieza audiovisual del mes de noviembre de 2022: «Exposición temporal: Año María Montessori UPN 2022»

En el marco de las actividades por la conmemoración del Año Montessori UPN 2022, organizado por los 70 años de su fallecimiento. Hemos producido la primera pieza del mes audiovisual del Museo Pedagógico Colombiano, dedicada a la exposición: «María Montessori: Infancia, ambiente, libertad, acción y vigencia. Conmemorando los 70 años de su fallecimiento desde el Museo Pedagógico Colombiano».

Para conocer la exposición temporal «María Montessori: Infancia, ambiente, libertad, acción y vigencia. Conmemorando los 70 años de su fallecimiento desde el Museo Pedagógico Colombiano», abierta hasta el 9 de diciembre, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

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Concepto Audiovisual: Alejandra Cacante – Estudiante de la Licenciatura en Educación Infantil.
Revisión y corrección de estilo:  Museo Pedagógico Colombiano.

 

Palabras clave: Año María Montessori; Ambiente; Material Didáctico; Escuela Activa; Infancia; Formación de Maestras; Museo Pedagógico Colombiano; Universidad Pedagógica Nacional.

Pieza del mes de Octubre de 2022: Mobiliario escolar modelo Montessori

En el marco de la conmemoración del Año Montessori UPN 2022, hemos elegido como pieza del mes, el mobiliario de la colección del material didáctico Montessori del Museo Pedagógico Colombiano –MPC–. Consta de algunas piezas que fueron donadas por la profesora Nelly Mendoza en el año 2015, y fabricadas en la década de los 30. El mobiliario es una pieza representativa, y tal vez la más adoptada en todo el mundo, de la médica italiana María Montessori (1870–1952). A partir de sus trabajos de psicología experimental con niños denominados “anormales”, y de los estudios médicos aplicados a esta población –catalogada en ese entonces como “retrasada” o “deficiente”–, Montessori fundamentó un método de enseñanza para todos los infantes, que se consolidó como un enfoque pedagógico de vanguardia; en este año (2022) conmemoramos los 70 años de su fallecimiento.

El mobiliario Montessori se considera una revolución respecto al cuerpo del niño en la escuela. No podemos evitar hacer un contraste entre las pequeñas sillas y mesas coloridas, móviles y fáciles de transportar por los niños, con los largos y pesados pupitres de la escuela Lancasteriana. Reconocida por tener un gran número de estudiantes en las aulas, sus pupitres apilaban a varios niños, con el fin de cumplir el propósito de masificación de la educación, para el cual fue fundada.

Sin embargo, los inicios del siglo XX marcarían otras formas de trabajo con los niños. María Montessori está relacionada con el surgimiento del ‘Kindergarten’, o jardines de niños, de la mano con los saberes modernos que ayudaron a constituir la escuela en Colombia.

Modelo del mobiliario utilizado en las Escuelas Lancasterianas. (s.f.). [Ilustración]. Fuente: https://www.researchgate.net/figure/Figura-3-Asiento-del-monitor-y-de-los-alumnos-de-la-escuela-lancasteriana-Fuente_fig2_320233278

Este suceso dio lugar a la pedagogía activa en Colombia, empleada en las instituciones educativas para la formación de la educación inicial. En este nuevo surgimiento, Montessori revolucionó los parámetros educativos existentes, situando a los niños como los auténticos protagonistas del proceso educativo, para ello, hubo un cambio significativo en el ambiente y los materiales construidos para la enseñanza. En sus postulados, la adaptación de la escuela al mundo infantil tenía un valor pedagógico, asunto relacionado directamente con la nueva mirada sobre la infancia.

Montessori (1909) tuvo en cuenta “las necesidades del niño y satisfacerlas para que su vida pueda desenvolverse plenamente, es el fundamento de una nueva educación” (p. 35). En sus planteamientos, uno de los principios fundamentales fue disponer la escuela al alcance y tamaño del niño, entre tantas trasformaciones:

«La principal modificación que ha hecho sufrir al mobiliario escolar, es la supresión de los bancos. He hecho construir pequeñas mesas de solidas patas de forma rectangular, donde pueden sentarse cómodamente dos niños, que pueden ser fácilmente transportadas por los mismos. He hecho fabricar sillas de madera […] de formas elegantes, y pequeños sillones de mimbre. […] Encima de las pizarras cuelgan cuadros que representan niños, escenas de familia, escenas campestres, animales domésticos, en forma simple y graciosa”. Montessori, M. (1909). El Método de la Pedagogía Científica, Aplicado a la Educación de la infancia en las “Case dei bambini”. pp. 88. Editorial Araluce.

El mobiliario se adapta al tamaño del niño. Tiene que ser cómodo y alterable. Las mesas y las sillas deben ser tales que los niños puedan moverlas por sí mismos. El ambiente apela al impulso de los niños por la autoconstrucción y la urgencia de moverse; también acomoda su interés natural en su entorno. (ca. 1928). [Fotografía]. Fuente: https://www.vs.de/montessori/en/

Los cambios eran trasversales para el aprendizaje, debido a que el ambiente debía ser flexible, versátil y adecuado para que cada niño adoptara una postura acorde a su desarrollo a través del descubrimiento de su entorno.

En este sentido, preparar un ambiente adaptado al niño activo, se convirtió en una necesidad. Las clases fueron amuebladas con objetos al tamaño y fuerza de los niños, “con pequeñas sillas, mesitas, minúsculos objetos de tocador, tapetitos, toallas y vajillas” (Montessori, 1909, p.17). Estos objetos no eran solo pequeños, sino también ligeros para permitir a los niños moverlos, alzarlos, cambiarlos de sitio, o simplemente para adaptarse, al cuerpo y la mente infantil.

La filosofía educativa de María Montessori se basa en el desarrollo fisiológico y psicológico natural de los niños. Una parte importante del proceso es el simple desempeño y la práctica de las tareas de la vida cotidiana. (s.f.). [Fotografía]. Fuente: https://www.vs.de/montessori/en/

Asimismo, el ambiente poseía unas características físicas significativas para que el niño se sintiera en su mundo, entre ellas, la proporcionalidad del espacio, donde se tenía en cuenta la estética del lugar y los mobiliarios. Los objetos debían estar limpios, ordenados y al alcance de los niños; además los materiales propuestos por Montessori y objetos naturales como flores y plantas, eran organizados de forma armoniosa. En consecuencia, el objetivo era generar un ambiente de independencia en los niños, para que pudieran tener una libre elección y el control del error durante la manipulación de objetos.

En Colombia, con la inauguración de la Escuela Montessori y el Jardín Infantil en 1934, los ideales liberales del presidente Alfonso López Pumarejo, afectaron el funcionamiento del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas –IPN–, cambiando el rol de las maestras en formación, ya que, cuando la institución fue fundada en 1927, la labor de maestras se entendía como una extensión de la maternidad. Sin embargo, en el siglo XX con la fundación del Kindergarten se pensó que la formación de docentes mujeres era un asunto de vital importancia para el rumbo de la nación, en ese sentido, se trataba de una labor cualificada y organizada desde el saber y la experimentación pedagógica.

Grupo de niños del Kindergarten haciendo trabajo ‘estereognóstico’ con material didáctico Montessori en la Universidad Pedagógica Nacional Femenina. (ca. 1960). [Fotografía]. Fuente: Archivo Fotográfico, Museo Pedagógico Colombiano, Donación Nelly Mendoza.

Así, uno de los propósitos del Jardín Infantil fue la creación de la carrera de institutriz para niños, enfocada a la formación de maestras y dirigida principalmente a mujeres de clase media, capacitadas para enseñar en el Kindergarten, decisión que, reconocía la fuerza política de cambiar el rol femenino en la educación como sujeto político y activo, garantizando su acceso a la educación formal. Oportunidad, que permitió su reivindicación como mujer ciudadana, el desarrollo de su pensamiento crítico y el acceso a otras disciplinas del conocimiento.

En consecuencia, dicha apuesta posibilitó la instalación de más jardines en la ciudad y posteriormente en el país; la formación de estas mujeres se pensó para consolidar en ellas una racionalidad sobre el niño, su cuidado y educación, por consiguiente, se acabaron las múltiples suposiciones existentes sobre la infancia y su desarrollo en la vida. La fundación del Kindergarten adscrito al IPN para Señoritas remite por un lado a la educación de los más pequeños bajo los postulados de la Escuela Activa y por el otro, a la formación de mujeres educadoras creativas, participativas e innovadoras.

Resaltamos la importancia y vigencia del trabajo realizado por María Montessori, como también del conjunto de materiales multisensoriales y pequeños mobiliarios adaptados al entorno infantil, creados con base en sus postulados. Producidos masivamente a partir de años de experimentación, cada uno cuidadosamente diseñado, con una función específica y un porqué en la búsqueda de cumplir con un propósito educativo, tanto directo como indirecto, acorde con las necesidades, capacidades y el desarrollo consciente del niño.

Para conocer el mobiliario modelo Montessori, otros materiales didácticos de esta misma colección, los objetos e implementos escolares de la historia, la memoria y la práctica educativa y pedagógica; y los archivos, textos y manuales pertenecientes a los fondos documentales que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

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Finalmente extendemos la invitación para visitar la exposición «María Montessori: Infancia, ambiente, libertad, acción y vigencia. Conmemorando los 70 años de su fallecimiento desde el Museo Pedagógico Colombiano», que estará abierta hasta el 9 de diciembre en las instalaciones del Museo.

 

Palabras clave: Mobiliario; Ambiente; María Montessori; Material Didáctico; Escuela Activa; Infancia; Formación de Maestras; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias:

Montessoridecancun.com. Llerandi, T. (2022). Roma, 6 de enero de 1907: primera Casa de los Niños Montessori. Fecha de consulta: 08 Oct. 2022. Desde: https://montessoridecancun.com/pedagogia/index.php/lecturas-montessori/144-roma-6-de-enero-de-1907-primera-casa-de-los-ninos-montessori

Montessori, M. (1907). Palabras inauguración Casas dei Bambini. España: Blog Montessori para todos. Desde: https://montessoriparatodos.es

Asociación Montessori Española (2020). Biografía de María Montessori. Fecha de consulta: 08 Oct. 2022. Desde: http://asociacionmontessori.net/biografia/

Montessori, M. (1909). El Método de la Pedagogía Científica, Aplicado a la Educación de la infancia en las “Case dei bambini”. Editorial Araluce. Barcelona.

Proyecto Educativo Institucional IPN. (2019). Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Reseña Histórica. (2020). Instituto Pedagógico Nacional. Recuperado 08 de Oct de 2022, de IPN: Instituto Pedagógico Nacional (pedagogica.edu.co)

Sáenz, J., Saldarriaga, O., Ospina, A. (1997). Mirar la infancia: pedagogía, moral y modernidad en Colombia, 1903-1946. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia.

 

Exposición temporal: «Año María Montessori UPN 2022»

Estimados/as visitantes el Museo Pedagógico Colombiano y la Facultad de Educación de la Universidad Pedagógica Nacional, tienen el gusto de invitarlos a visitar la exposición temporal: «María Montessori: Infancia, ambiente, libertad, acción y vigencia. Conmemorando los 70 años de su fallecimiento desde el Museo Pedagógico Colombiano».

La exposición se desarrollará entre el 18 de octubre y el 9 de diciembre de 2022, en las instalaciones del Museo Pedagógico Colombiano, ubicado en el Centro Cultural Paulo Freire (UPN sede Calle 72 # 11-86).

Para agendar visitas y mediaciones, por favor seguir el siguiente enlace: Cronograma Visitas – Exposición temporal Año María Montessori UPN 2022

 

Pieza del mes de mayo de 2022: Examen de admisión IPN para Señoritas de 1927.

Como pieza del mes, hemos elegido el ‘Examen de Admisión del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, que hace parte de la colección de archivos y documentos que pertenecen al Fondo IPN del Museo Pedagógico Colombiano, el cual fue aplicado inicialmente en 1927 como uno de los requisitos para el ingreso del primer grupo de mujeres aspirantes a obtener el grado de maestras de escuela inferior, superior y normal, en el marco del inicio de labores académicas del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas –IPN para Señoritas–. En este orden de ideas: ¿tuviste que presentar algún examen de admisión para el colegio o universidad?, ¿cómo era su estructura y cuáles eran algunas de las preguntas? y, ¿en qué área tu desempeño era mejor?

Para entender el lugar que ocupó el examen en el marco de la estructura misional y de funcionamiento del antiguo IPN para Señoritas, es fundamental establecer su contexto, que se ubica en las disposiciones gubernamentales del Artículo 1° de la Ley 25 de 1917 “sobre Institutos Pedagógicos Nacionales”:

Habrá en la capital de la República un Instituto Pedagógico Nacional para Institutores y otro para Institutoras, donde se eduquen en la ciencia pedagógica maestros y maestras de escuela inferior, superior y normal, y profesores aptos para la enseñanza didáctica y para la dirección e inspección de la enseñanza pública nacional” (Ley 25 de 1917. Sobre Institutos Pedagógicos Nacionales. Diario Oficial. Año LIII. No. 16239. 9, noviembre, 1917).

Las cuales se materializaron con la construcción del edificio y la apertura de la institución femenina el 9 de marzo de 1927 en la ciudad de Bogotá, y por supuesto la presencia de la Segunda Misión Pedagógica Alemana (1924–1926), en cuyo seno se estableció la estructura académica, el pensum y el reglamento del IPN para Señoritas, redactados por el equipo de docentes y educadores liderados por Franzisca Radke, primera rectora del Instituto; quienes con apoyo del Gobierno Conservador de la época posibilitaron al conocimiento y ciencias de la educación otras formas de aplicación en los métodos de enseñanza y aprendizaje, que apuntaban a la modernización de las prácticas de formación de maestras de Colombia.

Establecida la necesidad de crear dos Institutos Pedagógicos Nacionales para institutores en Bogotá, uno masculino y otro femenino con el objetivo de formar maestros y maestras en las lógicas de la modernidad y el contexto. Fue hasta el 29 de abril de 1929 con la instalación de la luz por parte de la empresa de energía, cuando el grupo de docentes alemanes y maestros colombianos lograron implementar en condiciones realmente dignas y de comodidad, las propuestas y recomendaciones de la Misión, para que la educación colombiana estuviera en diálogo con su contexto desde la práctica como experiencia, evitando los procesos memorísticos, y cambiando el rol de la mujer en la educación, dándole la posibilidad para que se educaran en asignaturas a las que anteriormente por su género no podían acceder.

Al respecto, Radke mencionaba sobre la apertura del IPN para Señoritas:

“[…] se abrió el 9 de marzo de 1927, sin luz, sin agua, ni mobiliario. Se dormía sobre colchones colocados en el suelo; la noche se alumbraba con esperma y más tarde con lámparas de petróleo; la Avenida Chile estaba sin urbanizar, y el mismo barrio de Chapinero tan lejos de Bogotá, como cualquier otra ciudad. Un arca de piedra con las puertas abiertas, sin tapia, reja ni protección […]fue el principio del Instituto Pedagógico, por cierto, principio poco lujoso […]” (Radke, 1936, p.13)[1].

[1] Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, desde 1927 hasta 1935. pág. 13

La participación de la Segunda Misión Alemana aporto al sistema educativo colombiano, la profesionalización de maestros, profesores y la fundación de la carrera docente a nivel universitario; sus contribuciones fueron significativas para la historia de la formación docente y la construcción de la memoria pedagógica del país.

La intervención del equipo alemán en Colombia durante la Segunda Misión Pedagógica en el marco político del final de la ‘Hegemonía Conservadora’ (1900–1930) se enfocó en el carácter político de las ideas impartidas en la escuela, reformulando la Ley de Instrucción Pública existente hasta la época, para reformar la educación normalista y reestructurar la formación de maestros[2].

[2] Publicación de MUSEO PEDAGOGICO COLOMBIANO – UPN (Sept-2019). Fuente: http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/2019/09/16/pieza-del-mes-de-septiembre-de-2019-fotografia-de-franzisca-radke/

El Instituto iniciaría actividades académicas, con 69 estudiantes de diferentes regiones del país (Boyacá, Cundinamarca, Huila, Meta, Norte de Santander, Santander del Sur y Tolima) repartidas en 3 cursos, de este grupo, 31 fueron trasladadas directamente desde la Escuela Normal del Estado de Cundinamarca y, las 38 (futuras maestras) restantes, fueron las elegidas después de la presentación del examen de admisión que comprende nuestra pieza del mes.

En consecuencia, entre diciembre de 1926 y marzo de 1927, se presentaron 131 candidatas quienes presentaron el primer examen de admisión de manera escrita, el cual incluyó diferentes áreas del conocimiento, y varios tests de la Colección Termán, una herramienta creada por los psicólogos estadounidenses Lewis Madison Terman (1877–1956) y Maud Amanda Merril (1888–1978) en 1916, orientada a medir el coeficiente intelectual y el grado de aprendizaje de sujetos que tenían un mínimo nivel escolar, su estructura permitió analizar distintas áreas del conocimiento para determinar en qué nivel estaba la memoria a largo plazo, el sentido común, el vocabulario, la síntesis o selección lógica, la aritmética o concentración, el análisis, abstracción, planeación y organización de la información.

El examen quiso incluir todas las áreas del conocimiento sin importar la categoría: Redacción, Dictado Ortográfico, Matemáticas, Historia Patria, Geografía Patria, y religión. En ese orden de ideas, los cuestionarios de aquel examen divididos por áreas fueron los siguientes:

Un Dictado Ortográfico sobre el vuelo de un aeroplano; en Redacción se proponía redactar un texto que hablara sobre la experiencia de desplazamiento de las estudiantes a la ciudad, llamado: “Mi viaje a Bogotá”; en Religión eran varias preguntas sobre los misterios y verdades del catolicismo, los mandamientos, figuras religiosas representativas, la Oración y sus usos; en Aritmética se formulaban 8 ejercicios de suma, resta, multiplicación, división, fraccionarios, conversión de unidades y algunos problemas de lógica matemática; en Geografía las preguntas estaban orientadas al territorio colombiano, el dibujo del croquis, el  reconocimiento de las áreas de producción industrial, nombrar los ríos de un departamento específico, describir la región (ya separada desde 1903) de Panamá y mencionar las características de diversas regiones como Florencia, Quibdó, la Sierra Nevada de Santa Marta y el Orinoco; y por último, en el área de Historia, había que describir personajes históricos como los Chibchas, Cristóbal Colón, Francisco de Paula Santander, Antonio José de Sucre, Policarpa Salavarrieta, Tomás Cipriano Mosquera, y el periodo de la Colonia.

Esta era la descripción del examen de admisión que las candidatas a Institutoras tuvieron que presentar en aquella época; que incluso, a la luz de la formación académica que se recibe actualmente en primaria y secundaria, se podría concebir como una prueba de conocimiento que no debería tener mayor dificultad. No obstante, como ya se enunció anteriormente, solo 38 aspirantes pasaron la prueba, pero con puntajes realmente bajos a los esperados, resultados que representaron un antecedente en la historia de la educación del país, ya que, si bien el Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, simbolizó la oportunidad para muchas mujeres de acceder a la educación formal, por otro lado, expuso con preocupación otra realidad, los niveles de escolaridad e intelecto en comparación con los hombres.

Ante este panorama, los resultados generales de los puntajes no superaron los 440 puntos, cuando el resultado ideal obtenido por miles de alumnos adolescentes entre los 13 y 14 años, era de 1400. Pese a dicha realidad, se aceptaron los mejores puntajes considerando que los resultados no se debían a la falta de capacidad intelectual de las candidatas, sino que por el contrario no estaban acostumbradas a este tipo de exámenes. Justamente sobre este asunto, Francisca Radke comentaba sus apreciaciones sobre las entrevistas a las aspirantes:

se podía dar cuenta que las candidatas venían de un sistema educativo deficiente, pues a su juicio, se habían formado en escuelas con locales inadecuados, que carecían de materiales didácticos aptos para su enseñanza y con unos métodos que enfatizaban en la memorización” (Prieto, 1997, p. 5).

Ahora bien, es importante precisar algunos aspectos sobre la implementación y transformación del examen en Colombia en la primera mitad del siglo XX, para comprender bajo que parámetros se realizaban y con qué objetivos.

En este sentido, de acuerdo la investigación de maestría: “De hombre memorable a sujeto calculable: aproximación a una historia del examen escolar en Colombia 1870-1930”, realizada por Ania Quintero, se exponen dos premisas importantes en relación con nuestra pieza del mes, la primera está planteada en la tesis doctoral: “El peso de la tradición: evaluación educativa y cultura en Colombia. 1900–1968”, desarrollada por José Guillermo Ortiz (2012) donde la revisión sobre el examen se articula a los conceptos de clasificación social, evolucionismo y positivismo, como antecedente de la evaluación en Colombia; y la segunda es la correlación entre el desarrollo de la clase media en Colombia y la función selectiva que surge al diseñar y aplicar un examen de selección para el ingreso a la educación superior en una institución que apenas estaba iniciando labores; indudablemente el examen parecía estar articulado con la clasificación social.

Por otra parte, en el Capítulo III. Exámenes – Exámenes de Admisión del documento redactado por Radke en 1932: “Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico Nacional Para Señoritas”, se describía el proceso de propuesta y calificación del examen de admisión, las materias a evaluar de forma escrita y oral, los tiempos de presentación, y también, las advertencias frente a las trampas, así se enunciaba en el Artículo 12 del documento:

Los catedráticos presentarán a la Directora tres temas o problemas de sus asignaturas respectivas. Estos temas o problemas deben dirigirse principalmente a la inteligencia, y evitar todo aquello que sea exclusivamente de memoria. De estos la Directora escogerá el que le parezca más conveniente y lo dará al catedrático inmediatamente antes del examen, a fin de que él lo presente a las alumnas” (Radke, 1932, p. 126).

Entonces, una vez presentado el examen y luego de las tareas propias de revisión y calificación, el Jurado Calificador –que era nombrado de acuerdo con el Ministerio de Educación y presidido por el Instituto–, escogía tres grupos de acuerdo con los puntajes: 1. ° Aspirantes que pueden ser admitidas, 2. ° Regulares, y 3. ° Condicionales, refiriéndose a aquellas aspirantes que en unas materias no estaban suficientemente preparadas, pero que en otras eran muy buenas.

Sobre la metodología, el examen tenía dos partes, la aplicación escrita que comprendía: redacción, dictado ortográfico, matemáticas, religión, historia patria y geografía patria; y la que se presentaba de forma oral: sobre castellano y matemáticas, que solo se presentaba cuando las calificaciones en redacción, dictado y matemáticas fueran dudosas. De esta manera, la prueba escrita duraba 160 minutos, mientras que el examen oral, 7 minutos por cada materia.

Por último, el reglamento manifestaba en el Artículo 18 – Parágrafo IV, aspectos concernientes a ‘la copia’:

Las alumnas que durante el examen se comuniquen mutuamente sus conocimientos, o que de alguna u otra forma perjudiquen la severidad y rectitud que se debe guardar en él, serán castigadas con el retiro inmediato del examen en esta asignatura. Si la falta fuere de tal naturaleza que merezca un castigo mayor, no podrán presentar el resto de los exámenes o serán retiradas definitivamente del Instituto” (Radke, 1932, p. 129).

Como dato notable, de las 69 alumnas aspirantes que ingresaron en el año de apertura del Instituto, únicamente 15 de ellas obtuvieron el título como maestras el 5 de noviembre de 1929, representando escasamente el 21.7% de mujeres graduadas en la primera promoción.

Además, en una nota de prensa publicada por el periódico El Tiempo el 12 de marzo de 1977, sobre la conmemoración de los 50 años de la inauguración del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, su autora Gloria Helena Rey[3], curiosamente la titulaba: “¡Se ‘rajaron’ casi todas!”, haciendo alusión al ‘fracaso colectivo’ que representaron los resultados ‘casi vergonzosos’ del primer examen de admisión realizado; igualmente, destacaba los tímidos pasos con que la mujer iniciaba en aquella época su devenir por la igualdad de oportunidades para el acceso a la educación, la forma en que la formación y los contenidos que se impartían en ese momento marcaban la brecha entre mujeres y hombre, y como esta realidad establecía una barrera cultural entre los dos géneros.

[3] Primera mujer ganadora de un Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en 1978 con el artículo “La otra cara de Bogotá”.

Y por supuesto, recordaba algunos aspectos sobre el contexto, la planta docente inicial, el vínculo con Alemania, su primera rectora, el pasado histórico, la trayectoria hasta la fecha, la vida escolar y las prácticas pedagógicas (algunas pioneras) que se desarrollaban al interior del IPN para Señoritas; y, por último, recogía algunas memorias, experiencias y percepciones de estudiantes, docentes y directores del Instituto acerca de la conmemoración de los 50 años de la institución, que se celebraban a finales de la década de los 70’s.

Rey, G. (12 de marzo de 1977). Hace 50 años en el Instituto Pedagógico, ¡Se ‘rajaron’ casi todas! El Tiempo [Nota de prensa]. Fuente: Fondo IPN del Museo Pedagógico Colombiano.

Para finalizar, destacamos el legado del primer Examen de Admisión del IPN para Señoritas, como parte de los archivos históricos del antiguo Instituto Pedagógico Nacional, puesto que, conforman una de las fuentes primarias y documentales que nos ayudan a comprender la historia y trayectoria de la Universidad Pedagógica Nacional en el ámbito educativo colombiano; a rastrear la historia del examen escolar dentro del sistema escolar del país; y evidentemente, a comprender y esclarecer los procesos de lucha de la mujer que garantizaron su acceso a otras oportunidades educativas y académicas para la formación pedagógica cualificada como maestras, que, entre otras cosas, permitió la reivindicación de la mujer –ciudadana– como sujeto político y activo, el desarrollo de su pensamiento crítico, y el acceso a otras disciplinas del conocimiento, que antes se consideraban vedadas para ellas.

Por otra parte, resaltamos la importancia de los Fondos Documentales Bibliográficos (archivos periodísticos, manuales y libros), en razón de que su conservación, cuidado y difusión, es clave para la reconstrucción y preservación de las memorias que entretejen la historia de la educación en Colombia y el papel fundamental que en esta evolución ha tenido la Universidad Pedagógica Nacional y su precedente anterior, el IPN para Señoritas.

Para conocer y consultar el Examen de Admisión del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, otros documentos sobre la historia del IPN; otros textos, manuales de alfabetización y demás archivos pertenecientes al fondo documental; y también los objetos e implementos escolares de la historia y la práctica pedagógica que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m.  en las del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

Igualmente los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales Facebook: https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/, Instagram: https://www.instagram.com/museopedagogicoupn/?hl=es, y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos.

 

Palabras clave: Examen de Admisión; Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas; Franzisca Radke; Segunda Misión Pedagógica Alemana; Formación de Maestras; Mujer e Historia de la Educación; Maestras; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias:

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.

Museo Pedagógico Colombiano. Pieza del mes de septiembre de 2019: Fotografía de Francisca Radke. 2019. Bogotá. Recuperado de:  http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/2019/09/16/pieza-del-mes-de-septiembre-de-2019-fotografia-de-franzisca-radke/

Quintero. A. (2017). De hombre memorable a sujeto calculable: aproximación a una historia del examen escolar en Colombia 1870–1930. Universidad Pedagógica Nacional. Bogotá.

Prieto. V. (1997). El Instituto Pedagógico Nacional y la educación de la mujer. No. 34 (1927-1936). Universidades Incca de Colombia y Libre. Bogotá. Recuperado de: https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/RCE/article/view/5417/4444

Ruiz. L. Psicología y Mente. Articulo Test de Terman Merril: qué es y qué partes y pruebas contiene. Publicación en blog. Recuperado de: https://psicologiaymente.com/inteligencia/test-terman-merril

Aristizabal. M. (2011). Premio Simón Bolívar de Periodismo: Cuatro décadas de periodismo colombiano. p. 19. Recuperado de: https://repository.urosario.edu.co/bitstream/handle/10336/2283/AristizabalGarcia-Diana-2011.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Radke, F. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico de Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana – Bogotá.