En el marco de actividades por la conmemoración del Día del Maestro.
La Universidad Pedagógica Nacional -UPN- y la Academia Colombina de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales invitan al: Homenaje In Memoriam al profesor Carlos Eduardo Vasco Uribe.
Que se desarrollará el lunes 15 de mayo desde las 10:00 a.m., en las instalaciones de la UPN sede calle 72, auditorio multipropósito Simón Rodríguez.
Estimados/as visitantes el Museo Pedagógico Colombiano, la Universidad Pedagógica Nacional -UPN- y la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, tienen el gusto de invitarlos a visitar la exposición temporal: «Carlos Eduardo Vasco in memoriam: “Pensar seriamente es difícil; pensar seria y críticamente es muy difícil; pensar seria, crítica y autocríticamente es casi imposible”. Celebrando su vida y obra desde el Museo Pedagógico Colombiano».
La exposición se desarrollará entre el 16 de mayo y el 30 de agosto de 2023, en las instalaciones del Museo Pedagógico Colombiano, ubicado en el Centro Cultural Paulo Freire (UPN sede Calle 72 # 11-86).
La Universidad Pedagógica Nacional invita a toda la comunidad al lanzamiento de la revista Pedagogía y Saberes No. 58: «María Montessori. La mujer que revolucionó la educación a comienzos del siglo XX«. Este se realizará en el marco del sexto ciclo de conferencias 2023-1 alrededor delcampo de estudio: Educación Superior, Comunicación y Mediación por TIC.
Este mes el Museo hará reconocimiento a la enseñanza de la disciplina científica de la biología, que, en el contexto del aula escolar, retomó algunos pasos del Método Científico de investigación. Para este caso tendremos como referente la Caja de cráneos dentados de pequeños mamíferos, que pertenece a la colección de implementos escolares de la enseñanza de la biología y las ciencias naturales del Museo Pedagógico Colombiano.
La Caja se compone por una estructura rectangular de madera protegida con un panel frontal de vidrio que permite observar al detalle los cráneos de 6 distintos animales, los cuales están divididos según el tipo de dentadura de cada mamífero e incluye las etiquetas de cada uno escritas en alemán. En esta encontramos: un mono, un conejo, una zarigüeya, un erizo, un zorro y un ciervo. Se reconoce mediante dichos ejemplares, su edad, los hábitos e incluso la manera en la que murieron, siendo las colecciones sistemáticas de este tipo de cajas un recurso suma importancia para la historia de la investigación científica, que contribuyen a la resolución de numerosos problemas de carácter taxonómico, biogeográfico, ecológico, anatómico, evolutivo y genético, determinados s en parte gracias al estudio de ejemplares como estos y otros de índole similar que están depositados en diferentes colecciones científicas de otros museos y laboratorios.
En este orden de ideas, el proceso de limpieza aplicado para la calavera[1] de un mamífero dependerá del tamaño, edad, condición del ejemplar y por supuesto, las distintas técnicas que se han desarrollado a lo largo del tiempo, siendo la Taxidermia[2] el primer paso del proceso. Así, los métodos de limpieza para la eliminación total de la carne de un animal muerto, comprenden: ebullición, maceración con bacterias, el uso de químicos y varios artrópodos.
Podemos reconocer como vínculo científico relacionado con nuestra pieza, las numerosas experiencias de disección de animales desarrolladas en la escuela en años anteriores, prácticas lógicamente impulsadas desde el Método Científico ya referido, y con las cuales se buscaba observar para entender la anatomía y el funcionamiento de los diferentes sistemas y órganos de los seres vivos. La palabra disección en latín «dissectio onis«, refiere a la separación organizada de partes y órganos en un animal o humano para su respectivo estudio.
Según un artículo científico:
“Entre las ventajas del uso de disecciones animales se encuentran la amplia disponibilidad de muestras, el escaso coste y la no necesidad de disponer de estructuras arquitectónicas específicamente dedicadas al almacenamiento y conservación de las piezas. Además, las piezas frescas son más parecidas a la realidad que las sometidas a métodos de conservación.” (Brígido et al, 2021, 257).
Y aunque, el artículo refiere a la formación en medicina, no difiere de los objetivos que la formación en ciencias tiene en cualquier grado o especialidad, el acercamiento a la anatomía por medios propios, posibles de ver y documentar.
Con relación al uso específico de estos materiales en la historia de la institución que sirvió como precedente de la Universidad Pedagógica Nacional, hallamos un referente para el Cuarto y Quinto Año de formación y Enseñanza Objetiva, en las instalaciones de la Escuela Anexa del Instituto Pedagógico Nacional (IPN) para Señoritas, que incluyó el desarrollo de prácticas en las asignaturas de Botánica y Zoología, con el objetivo de que las futuras maestras se formarán profesionalmente en la enseñanza de las ciencias naturales, enfocadas especialmente en el estudio de los reinos de la naturaleza animal y vegetal. Tal como se sustentaba en el pensum:
“Se tratará […] en Zoología de los animales domésticos y en general de los animales más importantes del país, y de algunos representantes de animales extranjeros.El valor instructivo de la asignatura no debe buscarse tanto en una descripción minuciosa, sino en las observaciones de los fenómenos de la vida y en la conexión de dichos fenómenos con el organismo de las plantas, del animal, así como los seres inertes de la tierra” (Ministerio de Educación Nacional, 1932, p. 104).
Pese a no tener registro exacto sobre los cursos académicos que hicieron uso directo del material reseñado, dichos recursos de enseñanza fueron parte de las colecciones del antiguo Museo de Biología del IPN para Señoritas creado en la década de los años treinta a partir de diferentes procesos de dotación material de útiles y recursos para la enseñanza, con los que se llenaron el Museo y los laboratorios de Química y Física.
Así, la Caja de Cráneos, perteneció a la diversa cantidad de materiales didácticos acopiados para la enseñanza de las ciencias en el antiguo Instituto Pedagógico conocemos que nuestra pieza del mes, fue traída directamente desde Alemania en el marco de las actividades de la Segunda Misión Pedagógica Alemana contratada el 24 de septiembre de 1926, y liderada por Franzisca Radke, por la cual se dotó al Instituto de los recursos físicos, didácticos y humanos necesarios para cumplir con su objetivo. Además del acercamiento a estos materiales, los aportes de aquella Misión Alemana propiciaron la transformación de la educación colombiana y, en el escenario político en que se desarrolló –gobierno liberal de Enrique Olaya Herrera (1930)–, se prestó especial atención a la educación y al progreso de la misma.
Para ese entonces, la enseñanza de la biología, estuvo atravesada de acuerdo con los conceptos y prácticas desarrolladas por la Misión, teniendo implicaciones en las temáticas, en la forma de problematizar la ciencia, y asimismo el método para abordar las lecciones en esta disciplina. Así, la propia asignatura se encargó de conceptualizar la forma para ser enseñada, ya que, los métodos basados en descripciones teóricas minuciosas fueron opacados ante la necesidad de observación y experimentación como proceso fundamental para entender aquellos sucesos de la naturaleza y la vida, y nuestro vinculo como parte de aquel extraordinario entramado ecológico, y es justamente esa conexión con las ciencias naturales la que sustentó el uso de dichos materiales didácticos, configurando tanto su pensum, como su posterior importancia para las colecciones de museos, que preservan y reivindican la historia natural; y en el contexto escolar, la forma como algunas nociones de las disciplinas científicas, permearon algunos de los saberes impartidos, especialmente a nivel de secundaria y en las instituciones de formación de maestros.
Curiosamente, muchos materiales de esta índole fueron objeto de censura ante el rechazo de las distintas teorías de evolución en el transcurso del siglo XIX, generando oposición a la difusión de la biología, debido a que, los círculos científicos de las comunidades religiosas que regentaban las instituciones educativas de la época, dirigieron su preocupación sobre la higiene y la raza de la población, motivo por el cual, la biología tuvo más auge a partir de los discursos médicos de las primeras décadas del S. XX, discursos que intervinieron directamente en la escuela con lemas divulgados por el Ministerio de Instrucción y Salubridad Pública, por ejemplo: “higienizar antes que educar”[3].
Por los motivos descritos, además de la importancia educativa y de exhibición, colecciones de esta naturaleza, constituyen un patrimonio no renovable y una fuente inagotable de información, insustituible para el conocimiento detallado de la fauna. Es así, como la didáctica aplicada para la zoología mediante recursos como nuestra pieza del mes, tiene entre otros fines de estudio, exponer las condiciones que permiten reconocer y diferenciar esta clase de especies animales, que gracias a sus cráneos dentados pueden ser objeto de comparación entre las condiciones climáticas, migraciones periódicas, tipos de alimentación, entre otras particularidades propias de su categoría.
Para conocer la Caja de cráneos dentados de pequeños mamíferos, otros elementos de la colección de la enseñanza de las ciencias naturales; los objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica educativa y pedagógica; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las nuevas instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Palabras Clave: Zoología; Biología; Cajas de Cráneos; Pequeños Mamíferos; Museo de Biología; Segunda Misión Pedagógica Alemana; Pedagogía; Enseñanza de las Ciencias Naturales; Historia de la Educación; Museo Pedagógico Colombiano.
Autoría: Yeimy Jimena Bejarano Baquero – Estudiante del Programa en Pedagogía. Revisión y corrección de estilo: Museo Pedagógico Colombiano.
Referencias:
Diaz, Mónica & Flores, David & Barquez, Rubén. (1988). Instrucciones para la preparación y conservación de mamíferos.
Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana – Bogotá.
Rodríguez, Y. Ortega, C. Valencia, P. Huerta, E. Montano, I. Brígido. (2021). Disección animal y digitalización, alternativa para la enseñanza de anatomía cuando la disección de cadáveres no es posible, Educación Médica. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1575181321000486
[1] Conjunto de los huesos de la cabeza mientras permanecen unidos, pero despojados de la carne y de la piel.
[2] Técnica de disecar animales para facilitar su exposición.
[3] Bernal Jiménez, R. (1932). La réforme educative en Colombia. Roma: Imprenta Augustinienne.
Como pieza del mes, haremos reconocimiento a la historia de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), a partir de la revisión del Reglamento del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas -IPN para Señoritas- (publicado originalmente en 1932 por el Ministerio de Educación Nacional), Instituto antecesor de la ‘educadora de educadores’ que conocemos hoy. El Art. 1º. de la Ley 25 de 1917, promulgó que el instituto estaría
“[…] destinado a la educación en ciencia pedagógica de maestras de escuela inferior, superior y normal” (Ministerio de Educación Nacional, 1932, pág. 123),
considerado entonces como el seminario del magisterio femenino. De acuerdo con el Reglamento, el instituto comprendía cinco cursos para las estudiantes interesadas en ser maestras, una Escuela Anexa con seis cursos, asignaturas complementarias y un espacio dedicado a formar profesoras para Kindergarten.
Como lo enuncia el Reglamento, para ingresar al Instituto había dos posibilidades: la primera, por examen de admisión, el cuál facultaba el ingreso al primero, segundo o tercer curso, e incluía modalidad escrita y oral, mientras que, para segundo y tercer curso se incorporan materias concernientes al pensum del instituto; y, la segunda opción por medio de becas. Según el Art. 4º de la Ley 25, se financiaban por la nación, se otorgaban por concurso, y las postulantes debían presentar los siguientes documentos: solicitud de bautismo, dos certificados de salud, un texto donde se presentará la necesidad de la familia y la correspondiente firma del alcalde, si por alguna razón durante el proceso de formación se incumplía las responsabilidades establecidas, se retiraba la beca y era obligación pagar el tiempo de formación hasta el momento de cancelación de la beca.
Posteriormente, el segundo capítulo del Reglamento, describe los cinco cursos y su distribución, compuestos por veintisiete materias.
Cada curso expedía cuatro veces al año, un informe certificando la buena conducta, el proseguir religioso, las fallas y asimismo algunas observaciones. Las calificaciones se entregaban dos veces al año; y, respecto al punto enunciado para el retiro de una beca, se destacan: recibir en dos oportunidades mala calificación en conducta; sacar tres regulares en un año; obtener 2 (mal) como calificación en dos materias; y apenas lograr como nota 1 (muy mal) en una materia. Si se presentaba alguna de estas situaciones, en primera instancia el caso lo recibía la Junta consultiva, y luego el Consejo directivo tomaba la decisión. Sin embargo, era posible repetir un curso, pero únicamente cuando la alumna presentaba enfermedad por más de dos meses.
Un aspecto relevante, sobre el instituto, fue su condición de internado, y operó bajo un estricto horario:
Alrededor de las 6:30 a.m. las señoritas debían despertar y hasta las 8:00 a.m., el tiempo se utilizaba para bañarse, orar, desayunar y jugar en el patio, para comenzar el primer bloque de clases que finalizaba a las 12:25 p.m. Enseguida contaban con 45 minutos para almorzar, un breve momento de recreo y un espacio más amplio, para tomar el aire en las áreas externas o manualidades (según las condiciones climáticas) que culminaba a las 3:00 p.m.
En seguida comenzaba una segunda franja de estudio, y a las 4:40 p.m., tenían 20 minutos para tomar onces. Inmediatamente terminado este periodo de alimentación, las siguientes dos horas, se dividían así: de 5:00 p.m. a 5:45 p.m. actividades de recreo o lectura en la biblioteca -según los intereses de cada alumna-, y entre 6:00 p.m. y 6:45 p.m., iniciaba la tercera y última jornada académica de clases o estudio.
Después de 15 minutos de aseo a fin de prepararse para consumir la cena, esta se servía a las 7:00 p.m.; luego de 8:00 p.m. a 8:25 p.m. hacían la oración de la noche en la capilla, nuevamente había un tiempo corto para recreo o lectura y al final del día a las 8:45 p.m. debían acostarse, dando las inspectoras el último toque a las 9:00 p.m.; es preciso comentar que era totalmente prohibido hablar en los dormitorios, aunque sí, era permitido durante las comidas.
Como nos referimos a un espacio de formación educativa, lógicamente, se presentaban exámenes de fin de año, aunque solo destinados para las alumnas de tercer y quinto curso, los cuales eran similares a los de admisión, y se aplicaban con el objeto de comprobar las capacidades y aptitudes para el ingreso a los cursos de práctica, una vez revisados y aprobados, la Junta del jurado expedía el diploma de calificación o de grado, y se llevaba a cabo una sesión solemne; sin embargo la evaluación no terminaba ahí, se precisa que una vez ejercida por dos años la práctica, era necesario examinarla. Por otra parte, el Decreto 1575 de 1929, indicaba que, las alumnas de otras instituciones, también podían presentar dicho examen y recibir la titulación correspondiente.
El Instituto definía en su reglamento las funciones y deberes de cada cargo, y las más relevantes en relación con el contexto pedagógico conforme a su misión, eran las siguientes: Consejo Directivo, integrado por la Directora, la Subdirectora y tres vocales[1] (de los cuales, dos debían ser maestros de la institución), cuidaban el cuerpo docente, presentaban aspirantes a nuevos profesores, proponían modificaciones de los programas académicos, decidían la expulsión de alumnas, la cancelación de becas, y proyectaban el presupuesto de funcionamiento; la Junta Consultiva, conformada por la Directora y los Maestros, para tomar decisiones de corte disciplinar y conductual, y solicitar en primera instancia la cancelación de becas; y la Junta del Internado, compuesta por la Directora, las directoras de grupo y las inspectoras, cuyos deberes, eran ayudar con la vigilancia, el orden y el seguimiento del reglamento.
[1] Un vocal es una persona que pertenece a un consejo o a la dirección de un organismo. Cuenta con voz y voto, es decir, tiene capacidad de decisión en las deliberaciones que se lleven a cabo en el mismo. Fuente: https://economipedia.com/definiciones/vocal.html
En ese orden de ideas, la Directora tanto del IPN para Señoritas como de la Escuela Anexa debía elaborar el horario, examinar los diarios de las maestras, asistir a algunas clases y excursiones, observar los métodos seguidos por los profesores y realizar las correcciones pertinentes, escoger los temas más adecuados para los exámenes, dar permisos y licencias, presidir las juntas, manejar los cursos complementarios, estudiar los progresos de la disciplina pedagógica para ponerlos al servicio de los métodos del establecimiento, educar a las alumnas en el cumplimiento de sus deberes, controlar la correspondencia, mantener relación y comunicación con el Ministerio de Educación -MEN- con el propósito de dar a conocer las disposiciones del ramo a los miembros del Instituto, entre otras obligaciones.
La subdirectora vigilaba el cumplimiento del Reglamento, la disciplina general, el buen orden y el aseo, explicaba al conjunto de alumnas los objetivos de las reglas y normas, recibía el pago de pensiones y matrículas, y demás relacionados; en efecto, era quién reemplazaba a la directora y en algunos casos ejercía como catedrático, en este cargo existía una relación más estrecha con las estudiantes.
Los Catedráticos, eran nombrados por el MEN, dictaban clase, estudiaban y aplicaban los métodos más modernos acordes con su ramo, llevaban control en sus diarios de clase, vigilaban exámenes, calificaban y corregían trabajos de su asignatura, castigaban, hacían informes, asistían a juntas e informaban sobre la conducta de las alumnas. A las Directoras de Grupo, se les asignaba uno de los cinco cursos, vivían en el internado, vigilaban y mantenían el inventario de los elementos de salones de clase y dormitorios, planificaban una excursión para su grupo una vez al mes, y por demás cumplían los mismos deberes de los Catedráticos. Las Inspectoras con funciones fuera de la enseñanza, vigilaban las áreas externas y los baños de la institución, respondían por la conducta de cada estudiante, ayudaban al mantenimiento de la urbanidad y el trato respetuoso entre todas las alumnas en los recreos, cuidaban la higiene personal y la vestimenta, y también el orden de los cuartos.
Todas las alumnas eran internas y para acceder al Instituto Pedagógico, además de someterse al examen de admisión, su edad definía el rumbo de sus aspiraciones, así: debían tener mínimo 14 y máximo 17 años para ingresar al primer curso, el segundo admitía jóvenes con mínimo 15 y máximo 18 años, y para el tercer curso el rango iba entre los 16 y los 19 años. Igualmente, profesar la fe católica y tener buen proceder moral, no adolecer de enfermedades contagiosas, ni tener defectos físicos que pudieran hacer difícil el ejercicio docente (por ejemplo, tener la dentadura completamente arreglada), y bajo ninguna circunstancia ingresarían aspirantes expulsadas de otros colegios.
De acuerdo con el Art. 102 del Reglamento, al ingresar, debían llevar una vestimenta específica, no podían llevar joyas, y debían tener la dentadura arreglada, además, se prohibían las novelas de cualquier género, los vestidos cortos, y la comunicación por vía telefónica. Las visitas, se desarrollaban los domingos, y únicamente salían en caso de padecimiento médico, o en caso extremo si algún familiar enfermaba o fallecía.
Según las disposiciones del Art. 2 de la Ley 25 de 1917, el IPN para señoritas tendría una Escuela Anexa, constituida en un edificio contiguo (actual Edifico ‘P’ de la UPN), y entre sus propósitos misionales, se estipulaba: ejercitar la práctica pedagógica para las alumnas maestras matriculadas en el Instituto de cuarto y quinto curso, impartir instrucción moderna y completa, profundizar en la vocación de las alumnas con intereses en el magisterio, y dar bases sólidas para ingresar posteriormente al Instituto Pedagógico o alguna Escuela Normal.
Así, la Anexa ofrecía seis cursos de formación para alumnas -externas y semi internas-, que luego de dos años permitían a cada alumna practicar la enseñanza de todas las materias.
Respecto a la Forma de Enseñanza a la alumna maestra se le designaba un tema específico a dictar con 48 horas de anticipación, cuya preparación se entregaba 24 horas antes, actividad que era corregida y calificada por la respectiva profesora; la directora revisaba los avances de las estudiantes y cada quince días las maestras brindaban una clase modelo. Para su ingreso debían estar en un rango de edad de 7 a 14 años, ser católicas y presentar certificado de bautismo; y al igual que en el Instituto, las alumnas no podían tener el cabello suelto y largo, y también vestirían unos uniformes particulares.
Por otra parte, no se permitía tener más de 30 alumnas por grupo, y pese a la gratuidad de la enseñanza, la matrícula tenía un valor de $5, hay que mencionar que solo era posible ingresar pagando la pensión, no había becas, y, además, la formación en la Escuela Anexa no obligaba al Instituto incorporarlas al mismo, para tal aspiración, las alumnas maestras cumplirían las mismas condiciones y el proceso de las demás candidatas.
Para finalizar, es llamativo describir, los castigos, faltas y el sistema de corrección para las alumnas, donde, además, se expresaba según el Art. 124 que: “los castigos forman parte de la educación” (Ministerio de Educación Nacional, 1932, pág. 123), y estos, se aplicarían de acuerdo con la gravedad de la mala conducta cometida, contemplando en última instancia la expulsión.
Como documento normativo de la institución precedente de la UPN, nuestra pieza del mes, permite reconocer el valor histórico, pedagógico e incluso correctivo inscrito en cada uno de sus artículos, los cuales, facilitan hacer una clara distinción de la estructura organizativa de nuestra Universidad, y como documento que refleja, las apuestas por el reconocimiento de la educación magisterial y su misma historia. Además, el Reglamento, hace parte del Pensum y Programa del IPN antiguo, y nos interpela sobre la formación de maestros: ¿Cómo está pensado el método de instrucción o enseñanza? ¿Hay acaso un cambio en el propósito final de la formación del educador?; incluso el tema de género se hace central al contrastar el pasado y presente de la UPN. Así, damos a conocer parte de la reglamentación en que se complementaron las labores de formación para las maestras de la época. Un documento clave para la reconstrucción y preservación de las memorias que entretejen la historia de la educación en Colombia y principalmente el papel fundamental que, en esta, tiene la Universidad Pedagógica Nacional y su precedente anterior, el IPN para Señoritas.
Para conocer y consultar el Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas, otros documentos relacionados a historia y memoria de la Universidad Pedagógica Nacional, textos, manuales escolares y de alfabetización y demás archivos pertenecientes a los fondos documentales; y también los objetos e implementos escolares de la historia, memoria y la práctica educativa y pedagógica que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Palabras clave: Reglamento; Alumnas; Ministerio de Educación Nacional; Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas; Escuela Anexa; Segunda Misión Pedagógica Alemana; Maestras; Museo Pedagógico Colombiano.
Autoría: Yeimy Jimena Bejarano Baquero – Estudiante del Programa en Pedagogía. Revisión y corrección de estilo: Museo Pedagógico Colombiano.
Referencias:
Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas, desde 1927 hasta 1935. Bogotá: Editorial El Gráfico.
Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum – Programa y Reglamento del Instituto Pedagógico para Señoritas. Escuela Tipográfica Salesiana – Bogotá.
Estimados/as visitantes y lectores, compartimos el libro: «Para una historia de la Universidad Pedagógica Nacional. La lucha por lo superior«, escrito por el profesor Alejandro Álvarez, quien, a partir de la revisión de las las raíces de la Universidad Pedagógica Nacional en relación con la Segunda Misión Pedagógica Alemana (1924- 1926), nos exhorta a recuperar la memoria y apropiar su historia desde 1927.
«Desde la fundación del Instituto Pedagógico Nacional, a finales de la década de 1920, la Universidad Pedagógica Nacional ha atravesado por varios momentos representativos que han marcado hitos importantes en sus aportes a la formación de maestros en Colombia. Sin embargo, a pesar de su impacto en la educación, hasta la fecha no se ha escrito una historia completa que de cuenta de sus múltiple facetas y de sus ricos aportes a la pedagógica, la didáctica, la formación y la educación. Aunque existen menciones de su efecto transformador en diferentes publicaciones, no se ha consolidado un relato que narré su proceso como la institución formadora de maestros por excelencia. Este libro, sin pretender llenar este vacío, es un aporte a la memoria institucional del alma mater y ofrece un recorrido por las experiencias más significativas que han marcado hitos constitutivos de su identidad, en medio de su permanente resignificación. La presente obra invita al lector a conocer el tránsito que la Universidad Pedagógica Nacional ha hecho por cuatro momentos diferentes; además, ilustra cómo han surgido nuevos retos en la academia universitaria y se pregunta por lo que significa hoy formar maestros al nivel de lo superior». Tomado de: http://repositorio.pedagogica.edu.co/handle/20.500.12209/17254
Estimados/as visitantes y lectores, compartimos el número 17 de Historia y Memoria de la Educación (HME), revista de la Sociedad Española de Historia de la Educación (SEDHE), que publica artículos de investigación, ensayos bibliográficos, reseñas y otras colaboraciones pertenecientes al ámbito de la Historia de la Educación.
Los trabajos que conforman este número, incluyen monografías, investigaciones históricas y reseñas sobre el papel de las educadoras del siglo XX, en el marco de guerras civiles, dictaduras y exilios; como también otros artículos de interés general sobre la historia de la educación en algunos territorios hispanoamericanos.
Estimados/as visitantes y lectores, compartimos el Vol. 3 Núm. 1 de Anuario Mexicano de Historia de la Educación, revista electrónica anual editada por la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación AC y su propósito es promover el intercambio y discusión de los hallazgos de investigación en el área, que contribuyan a identificar los avances y retos teórico-metodológicos compartidos por la comunidad de historiadores de la educación a nivel nacional e internacional.
Los trabajos que conforman este número, incluyen artículos derivados del reciente Encuentro Internacional de Historia de la Educación organizado por la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación .
En el marco de las actividades por la conmemoración del Año Montessori UPN 2022, organizado por los 70 años de su fallecimiento. Hemos producido la primera pieza del mes audiovisual del Museo Pedagógico Colombiano, dedicada a la exposición: «María Montessori: Infancia, ambiente, libertad, acción y vigencia. Conmemorando los 70 años de su fallecimiento desde el Museo Pedagógico Colombiano».
Para conocer la exposición temporal «María Montessori: Infancia, ambiente, libertad, acción y vigencia. Conmemorando los 70 años de su fallecimiento desde el Museo Pedagógico Colombiano», abierta hasta el 9 de diciembre, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Concepto Audiovisual: Alejandra Cacante – Estudiante de la Licenciatura en Educación Infantil. Revisión y corrección de estilo: Museo Pedagógico Colombiano.
Palabras clave: Año María Montessori; Ambiente; Material Didáctico; Escuela Activa; Infancia; Formación de Maestras; Museo Pedagógico Colombiano; Universidad Pedagógica Nacional.