Pieza del mes de febrero de 2019: Olinguito Disecado

Como pieza del mes de febrero se ha seleccionado el ejemplar disecado del Olinguito (Bassaricyon neblina) de la colección enseñanza de las ciencias del Museo Pedagógico Colombiano. Esta especie fue identificada en 2013 por el Instituto Smithsonian de Washington quien señalo que “es la primera especie de mamífero carnívoro descubierta en América en 35 años” (BBC News, 2013, s.p).

El Olinguito es un mamífero carnívoro de pelaje esponjoso, cabeza redonda, con patas y cola corta; hace parte de la familia prociónidos (Procyonidae) al igual que los mapaches y coatíes, pertenece al género de los Bassaricyon y está clasificado en la especie neblina como alusión a la montaña andina donde habita. Los investigadores han asegurado que se desconocían las características de esta especie debido a que los pobladores de la montaña andina, donde es originario, lo asociaban al Olingo común que tiene similares características físicas; sin embargo, la especie descubierta es más pequeña, con cabeza redonda y es un ejemplar que hasta el momento solo se ha encontrado en la cordillera de los Andes específicamente entre Ecuador y Colombia.  

Olinguito disecado. Década de los años 30. Foto: Sergio Jiménez
Olinguito disecado. Década de los años 30. Foto: Sergio Jiménez

Pese a su reciente descubrimiento como especie diferenciada de su pariente el Olingo, el Olinguito que aquí se referencia perteneció al Museo de biología del Instituto Pedagógico Nacional-IPN, proyecto que empezó a consolidarse gracias a los aportes de la Segunda Misión Pedagógica en Colombia que en la década de los años treinta donó el mobiliario y gran parte de las colecciones de este Museo como la serie de historia natural aplicada producido por Espasa-Calpe, estuches con cráneos de diferentes mamíferos, órganos de mamíferos conservados en formol, herbarios de plantas del mundo, reproducciones en escayola de diferentes partes del cuerpo humano y una colección de especies de animales disecados. Las colecciones de este museo se enriquecieron con ejemplares cazados por maestras y estudiantes en las múltiples expediciones que se realizaron por el territorio colombiano y por donaciones de particulares como la del “señor don Misael Plazas [quien] donó la piel de un güío enorme para el Museo de Biología” (Radke, 1936, p.44).

Museo de biología IPN. Década de los años 30.
Museo de biología IPN. Década de los años 30.

El antiguo Museo del IPN hizo parte de una tradición de diversos museos escolares centrados en la historia natural (botánica, zoología, anatomía) que se extendió paulatinamente en Colombia a finales de siglo XIX, pese a que durante ese mismo periodo en Europa se estaban difundiendo análisis sobre los fenómenos que atañen a lo vivo con la biología. En el caso colombiano, en la primera década de siglo XX, instituciones de educación secundaria como el Colegio San Bartolomé y el Instituto de los Hermanos de la Salle, entre otros, comenzaron a equipar sus museos de historia Natural con ejemplares de plantas y dibujos de las mismas, además de una gran variedad de animales disecados e instrumentos científicos.

Respecto al IPN, fundado en 1927, la enseñanza de las ciencias naturales en sus inicios se concentró en tres secciones: biología dividida según el pensum de 1936 en tres cursos, zoología, botánica y anatomía; química orgánica e inorgánica; y física teórica y experimental. En el caso de Escuela primaria Anexa IPN, donde las futuras maestras realizaban sus prácticas pedagógicas, la enseñanza de la ciencia aún estaba enfocada en la historia natural como estudio de los reinos de la naturaleza: animal, vegetal y mineral; pero además retomó elementos sobre lo vivo (de la biología) que como se sustenta en el pensum:

El valor instructivo de la asignatura no debe buscarse tanto en una descripción minuciosa, sino en las observaciones de los fenómenos de la vida y en la conexión de dichos fenómenos con el organismo de las plantas, del animal, así como los seres inertes de la tierra (Ministerio de Educación Nacional, 1932, p.134).

En el centro se observa al Olinguito exhibido. Detalle de la fotografía del Museo de biología IPN. Década de los años 30.

Además de las asignaturas de historia natural con elementos teóricos de la biología, el IPN fue dotado de materiales de enseñanza a partir de una serie de las donaciones que se realizaron entre 1927 y 1936 por parte de instituciones nacionales e internacionales. Las colecciones del Museo de biología (denominado así por Radke, 1936) fueron enriquecidas, como se mencionó, por varias décadas con diferentes especies nacionales de animales disecados y con elaboraciones de las maestras en formación de herbarios e insectarios. Algunos de los ejemplares que se pudieron conservar del Museo de Biología del IPN y material antiguo del laboratorio de física y química fueron donados por esta institución al Museo Pedagógico Colombiano -MPC- lugar donde podrá conocer de cerca al Olinguito disecado y otros ejemplares que pertenecieron al Museo de biología IPN que ahora hacen parte de la colección enseñanza de la ciencia del MPC.

Para conocer el ejemplar disecado del Olinguito, otros elementos de la colección de la enseñanza de las ciencias naturales; los objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica educativa y pedagógica; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las nuevas instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

Igualmente los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales de Facebook: https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/, Instagram: https://www.instagram.com/museopedagogicoupn/?hl=es, y a explorar nuestra página web: http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos. 

 

Palabras Clave: Zoología; Biología; Olinguito; Museo de Biología; Segunda Misión Pedagógica Alemana; Pedagogía; Enseñanza de las Ciencias Naturales; Historia de la Educación; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias

Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum-programa y reglamento del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas. Bogotá: Escuela Tipográfica Salesiana.

Thomas, S. (15 agosto 2013). Conozca al Olinguito, una nueva especie de mamífero. BBC News. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/08/130814_ciencia_nuevo_mamifero_colombia_ecuador_olinguito_tsb

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: editorial el gráfico

Pieza del mes de diciembre de 2018: Ábaco de Madera

Como pieza del mes de diciembre se ha seleccionado el ábaco de madera, instrumento utilizado en la enseñanza de la matemática en el siglo XIX y primera mitad del siglo XX.

La enseñanza de los rudimentos de aritmética fue uno de los elementos más importantes de la escuela pública en lo que actualmente es el territorio de Colombia dada su utilidad práctica, como se evidencia en el trabajo de Don Agustín Joseph Torres, primer maestro en el territorio de Colombia en escribir y publicar un texto didáctico: la Cartilla Lacónica de las quatro reglas de aritmética práctica que se fijó como propósito en 1797 que “la puerilidad tenga algunos principios de instrucción en beneficio del bien público” (Torres, 1797, p. 1), esto en relación con la escasa instrucción de la gran mayoría de la población en esta materia y las necesidades de vida cotidiana de la Santafé colonial con su naciente actividad mercantil en el que la aritmética tenía una función primordial en la resolución de problemas domésticos y comerciales.

Como lo señala Parra (2017), la escuela pública que en principio estuvo orientada por el desarrollo de los rudimentos de la triada “contar, leer y escribir” gradualmente dio paso a diferentes asignaturas o ramos de instrucción pública que se institucionalizan en el siglo XIX según los tres niveles de enseñanza de la época: elemental, medio y superior[1]. En el caso de la matemática aparecen, además de la aritmética, saberes como geometría, dibujo lineal y en el nivel superior elementos de algebra y teneduría de libros (inscripción de valores existentes en soportes). Sin embargo, la aritmética continuó siendo el énfasis en los tres niveles escolares con algunas variantes en su contenido.

Los utensilios para la enseñanza de la aritmética elemental en la escuela fueron variados y rudimentarios atendiendo a la antigua necesidad humana de representar con objetos reales cantidades para su cálculo, por lo que se ha hecho uso de piedras, semillas, ramas de los árboles e incluso los dedos de las manos, entre otros objetos para facilitar su aprendizaje. Con la expansión de la escuela y con ella la enseñanza de las matemáticas y sus distintos usos, se empezaron a utilizar diversos objetos con intencionalidades específicas.

Uno de los implementos más difundidos en la escuela fue el ábaco (marco de madera con barras paralelas por las que se desplazan esferas de colores) empleado para enseñar operaciones aritméticas simples e identificar valor posicional (unidades, decenas, centena). Este instrumento fue empleado por comerciantes, según se tiene registro, desde la antigua China, aunque se encuentran versiones de su presencia en otras culturas como la griega y egipcia.

El ábaco europeo, de donde procede el modelo actual, se basa en el modelo de las mesas de ábaco chinas que posteriormente se simplificaron con los bastidores de madera. El uso del ábaco se empezó a sustituir a partir del siglo XV para darle prioridad al cálculo de cifras, como puede apreciarse en el grabado de la enciclopedia Margarita Philosophica de Gregor Reisch (MVHE, 2010) donde se enfrentan en una competencia matemática Pitágoras (con expresión victoriosa) usando el ábaco (derecha) y Boecio empleando la numeración india (izquierda); sobre ellos una alegoría de la Aritmética como una mujer sosteniendo dos libros.

Tomado de: https://ciencia-arte.blogspot.com/2011/05
Reisch, G. (1503). Alegoría de la Aritmética, entre los matemáticos Boecio y Pitágoras. Margarita Philosophica Nova. [Ilustración]. Tomado de: https://viajeporlahistoriadelasmatematicas.blogspot.com/2015/09/las-matematicas-medievales-entre-los.html

Si bien el cálculo de cifras predominó sobre el uso de los instrumentos, el ábaco se introdujo en la escuela como instrumento para la enseñanza intuitiva de las matemáticas según seguidores del método Pestalozzi como el español Mariano Vallejo (1779-1846) que recomienda en una de sus obras “empezar el estudio de la numeración auxiliándose de un tablero contador con filas móviles” (MVHE, 2010, p.4). En Colombia el ábaco es utilizado hasta nuestros días en la educación infantil para la enseñanza de las matemáticas.  

Los visitantes al Museo Pedagógico pueden observar en la colección objetos de enseñanza, además del ábaco (el cual no tiene una fecha exacta de elaboración dado su origen artesanal) otros implementos de enseñanza de la matemática como estuche de compases, reglas básicas y de cálculo, provienen de donaciones particulares e institucionales procedentes de diferentes nacionalidades y épocas.

 

Referencias

Museo Virtual de la historia de la Educación. Los ábacos escolares (1820-1860). Recuperado de:  https://www.um.es/muvhe/imagenes_categorias/3431_phpTqYDK8.pdf

Parra, G. (2017). Matemáticas como saber escolar en Colombia (1845–1906): gobierno, razón y utilidad. Pedagogía y Saberes, (47), 95.106. Recuperado de:  https://doi.org/10.17227/01212494.47pys95.106

 

 

 

 

 

 

Pieza del mes de noviembre de 2018: Pizarra de Piedra

Como pieza del mes de noviembre se ha seleccionado la pizarra de piedra del estudiante modelo de la década de los años veinte. Instrumento utilizado en la enseñanza  de la escritura en el siglo XIX y primera mitad del siglo XX.

La escritura es un proceso básico e imprescindible en la formación académica de cualquier ciudadano pese a los índices de analfabetismo que aún persisten en pleno siglo XXI. Al respecto es importante señalar que por varios siglos la escritura estuvo altamente restringida a gran parte de la sociedad, como en el periodo colonial donde incluso tuvo presencia un funcionario específico para desarrollar esta labor conocido como escriba o escribano, que se formaba a través de manuales sobre caligrafía o arte de escribir procedentes de España, personaje que tenía como función la redacción de documentos oficiales.

Aparte del escribano otros grupos empezaron a tener acceso a la escritura como los pertenecientes a familias pudientes quienes “iban a la escuela y debían aprender a leer y escribir en latín, para poder entrar a las escuelas que formaban sacerdotes y abogados y leer los textos escritos en ese idioma” (Lozano, 2010, p. 38), como los Colegios Mayores del Rosario y San Bartolomé. En el caso de las denominadas escuelas pías regentadas por comunidades religiosas, que no constituían escuelas en estricto sentido, se conformaban de agrupaciones de niños de diferentes edades algunas de los cuales accedían a la práctica de los rudimentos de lectura con el fin de que pudieran acercarse a los textos de la doctrina cristiana.

Con la paulatina descentralización de la educación dominada por la iglesia católica y una mayor presencia del Estado en el siglo XVIII, el surgimiento de la escuela pública y el maestro público que la regentaba, la escritura se empieza constituir como un saber escolar al alcance de un mayor número de personas como consta en los planes de estudio que menciona Lozano (2010) en los que se hacía alusión a textos específicos como el Arte de escribir. D Estevan Ximenez (1796), las Muestras de escritura para las escuelas primarias de la Nueva Granada (1859), El método en la enseñanza de la caligrafía de Cristina Sagest (1879), entre otros. También se mencionaba material para la enseñanza de la escritura como muestras de escritura, y en algunos casos elementos rudimentarios como trozos de carbón y hojas de papel cosido.

Entrada la segunda mitad del siglo XIX con la expansión de la escuela pública y con esta el acceso a la escritura se empiezan a difundir materiales especializados para este ramo de instrucción como plumas, engobes, tinteros y porta tintero; elementos básicos de los escolares de la época. Otros implementos de escritura empleados en la escuela fueron las pizarras en piedra y los pizarrines para escribir en esta. La pizarra de piedra que recibe su nombre por el material con la que se elaboraba, según registros fue utiliza en las escuelas de enseñanza mutua del siglo XIX replicando el modelo de escuelas europeas como se evidencia en un grabado de una escuela mutua de Francia.

Tomado de: Asanzi, A. (2006) La diffusione delle scuole di mutuo insegnamento nello Stato Pontificio (1819-1830).  Pisa: Editoriali e Poligrafici.

 El uso de la pizarra de piedra del estudiante fue criticado en Latinoamérica iniciando el siglo XX debido las reformas de higiene y limitaciones didácticas pues “la escritura sobre la pizarra es tan efímera como la oralidad. Una vez que es completado su espacio hay que proceder a borrarlo por lo que no es posible realizar relecturas o reflexiones sobre lo escrito” (Linares, 2007, p.25), esto explica el uso efectivo de la memoria en este tipo de escuela denominada tradicional. Pese a las críticas al uso la pizarra de piedra, esta fue utilizada hasta mediados del siglo XX en Colombia sobre todo en las escuelas rurales, debido a los altos costos de la producción del papel de los cuadernos escolares, situación que incluso condujo a la elaboración de pizarras acrílicas.

Tomado de: http://www.idep.edu.co/wp_centrovirtual/?page_id=837

Los visitantes al Museo Pedagógico pueden observar en la colección enseñanza de la escritura las pizarras y pizarrines además de otros objetos de escritura provenientes de diferente nacionalidad (España, Francia y Colombia) como plumas antiguas, plumas estilográficas, engobes, tintas, porta tintero, pizarra acrílica, cuaderno escolar, sellos de letras entre otros objetos que dan cuenta de los cambios de la escritura como saber escolar.

 

 

Pieza del mes de octubre de 2018: Visor Estereoscópico con Láminas de Geografía

Como pieza del mes de octubre se ha seleccionado el visor estereoscópico fabricado por la empresa alemana Zeiss Ikon en la década de los años veinte junto con un juego de fotografías estereoscópicas sobre paisajes del mundo, poblaciones y mapas que hacen parte de la colección enseñanza de la geografía del Museo Pedagógico Colombiano-MPC.

La empresa alemana Zeiss Ikon con sede en Stuttgart se fundó el 1 de octubre 1926 tras la fusión de la Carl Zeiss en Jena con varios de los grandes productores del momento: Heinrich Ernemann, la C.P. Goerz AG de Berlín y la Contessa-Nettel AG de Stuttgart, convirtiéndose así en el mayor productor de cámaras fotográficas y visores fotográficos europeos de la época.

Se presume que el visor estereoscópico para visualizar fotografías de 8×10 cm que hace parte de la colección enseñanza de la geografía del Museo Pedagógico fue elaborado en la década de los años veinte, según el registro de un catálogo de novedades de 1928 donde se evidencian las características del modelo del ejemplar del museo: cuerpo de madera maciza de roble, oculares de baquelita negra y metal. En la parte superior del visor portezuela de madera fijada al cuerpo del artículo con bisagras de metal cromado, el visor conserva también la placa de vidrio ahumado diseñado para dejar pasar la luz natural y así poder contemplar las imágenes impresas en las diapositivas que se insertan por una ranura lateral.

Las  fotografías estereoscópicas proyectadas con visores  han sido utilizadas en instituciones de enseñanza en Europa a finales del siglo XIX, cuando aparecen los primeros visores manuales, y en las primeras décadas del XX según registros como el de “Instituto Goya de Zaragoza y otros institutos de la época, en los que han sobrevivido estereoscopios y tarjetas que servían para la enseñanza de la geografía y de paso asombraban a los alumnos con su efecto tridimensional que se alcanzaba al visionar los pares de imágenes a través del visor” (Frutos, 2008 p.265). La fotografías estereoscópicas y el visor del Museo Pedagógico hicieron parte de un conjunto de materiales de enseñanza traído por la segunda Misión Pedagógica Alemana al Instituto Pedagógico Nacional-IPN en la década de los años treinta, institución que donó recientemente este material al MPC.

Las fotografías estereoscópicas también conocidas como placas de linterna (lichtbilderverlag) del fabricante alemán Th. Benzinger son imágenes formadas por dos hojas finas de vidrio, unidas por papel adhesivo. La cara interna de uno de ellos guarda la emulsión fotográfica (gelatina con haluros de plata) sobre la que está impresa una fotografía. 

 

 

 

Los ejemplares de placas de linterna del Museo tienen imágenes alusivas a paisajes, ciudades, mapas y poblaciones de varios lugares del mundo empleadas en el área de geografía en el Instituto Pedagógico Nacional que según el pensum de la década de los años treinta se dividía en geografía física de Colombia y el mundo y en Antropogeografía relacionada con “diferencia de caracteres físicos y de las lenguas. Asimilación de las razas a los climas. Las formas y grados diferentes de la cultura y su extensión respectiva sobre la tierra” (Ministerio de Educación Nacional, 1932 p.44). Además de las clases de geografía el IPN desarrollo una serie de excursiones de las estudiantes por gran parte el país, actividad  que tenía como propósito ampliar el horizonte conceptual y geográfico de las estudiantes con acercamientos reales a las características de las diferentes regiones de Colombia como complemento del recurso  las imágenes del mundo proyectadas con el visor estereoscópico. 

   Para conocer el visor estereoscópico y la colección de más de 60 láminas de linterna con imágenes de diferentes lugares del mundo visite las instalaciones del Museo Pedagógico Colombiano. 

Referencias

Catálogo Zeiss Ikon de 1928. Recuperado de: http://www.camarassinfronteras.com/historia/zeiss_ikon/zeiss_ikon.html

Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum-programa y reglamento del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas. Bogotá: Escuela Tipográfica Salesiana.

Frutos, E; Francisco J. (2008). El análisis de contenido y la organización de repertorios culturales: El caso de las placas de linterna mágica», en Revista Latina de Comunicación Social, 63, páginas 265 a 276. La Laguna (Tenerife): Universidad de La Laguna. Recuperado de: http://www.ull.es/publicaciones/latina/_2008/21_30_Salamanca/Francisco_Javier_Frutos.html

 

Pieza del mes de septiembre de 2018: Material de Enseñanza Espasa-Calpe: Serie Historia Natural Aplicada

Como pieza del mes de septiembre se ha seleccionado el material para la enseñanza de la historia natural producido por la editorial y productora de material didáctico Espasa-Calpe de nacionalidad española. 

Historia Natural aplicada: producción del tabaco. Espasa-Escalpe. Madrid
Historia natural aplicada: aceites. Espasa- Calpe. Madrid
Historia Natural aplicada: Alcornoque y la encina. Espasa-Escalpe. Madrid
Historia Natural aplicada: Minerales de construcción. Espasa-Escalpe. Madrid

Espasa fue una editorial española fundada en 1860 por José Espasa Anguera, que en 1925 se une con la editorial Calpe, fundada en 1918 por Nicolás María de Urgoiti. La empresa surgida de la fusión, denominada Espasa-Calpe con sede en Madrid, constituyó en su momento una de las empresas editoriales más importantes de la época publicando textos de literatura, filosofía derecho, entre otros temas. También produjeron publicaciones utilizadas en el ámbito escolar como libros de textos escolares, la reconocida enciclopedia Diccionario Espasa-Calpe y una serie catálogos de material didáctico (geografía, historia natural y matemáticas). La editorial empezó a producir en la década de los años 30 objetos para enseñanza de diferentes saberes escolares (conoció actualmente como material didáctico) como parte de un contrato con las escuelas españolas para el suministro de papelería y material de enseñanza.

Los ejemplares del material de enseñanza de la historia natural hacen parte de la colección objetos de enseñanza serie ciencias naturales del Museo Pedagógico Colombiano, gran parte de esta colección fue entregada por el Instituto Pedagógico Nacional recientemente. El material de enseñanza Espasa Calpe hizo parte de una serie de las donaciones que se realizaron al Instituto entre 1927 y 1936 por parte de instituciones nacionales e internacionales como “los Ministerios de Educación y de Gobierno; la Academia de Historia; la contraloría General; los señores Ministros de: Alemania, España, Gran Bretaña y Francia” (Radke, 1936, p. 46).

Este material fue empleado en las clases de ciencias naturales del Instituto en la década de los años 30, siendo en las décadas siguientes objetos de exhibición del laboratorio poco utilizados como apoyo didáctico de las clases. La enseñanza de las ciencias naturales en los inicios del IPN como institución formadora de Institutoras se concentró en tres secciones: biología dividida según el pensum de 1936 en tres cursos zoología, botánica y anatomía; química orgánica e inorgánica; y física teórica y experimental.

En el caso de Escuela primaria Anexa IPN, donde las futuras maestras realizan sus prácticas pedagógicas, la enseñanza de la ciencia aún estaban enfocada en la historia natural como estudio de los reinos de la naturaleza: animal, vegetal y mineral que como se sustenta en el pensum:

El valor instructivo de la asignatura no debe buscarse tanto en una descripción minuciosa, sino en las observaciones de los fenómenos de la vida y en la conexión de dichos fenómenos con el organismo de las plantas, del animal, así como los seres inertes de la tierra” (Ministerio de Educación Nacional, 1932, p.134).

No se ha encontrado registro con el que se pueda establecer exactamente que grados académicos (cursos) hacían uso del material, pero se presume que dicho material hacia parte de una de las colecciones del Museo de ciencias del IPN creado en la década de los años treinta a partir de diferentes donaciones, entre ellas de la segunda misión alemana, espacio en el que participaban los diferentes niveles escolares: Kindergarten, escuelas primarias anexas e institutoras.

Museo de ciencias. Instituto Pedagógico Nacional. 1930

Los invitamos a conocer   la colección completa del material de enseñanza de las ciencias se encuentra exhibido en las instalaciones del  Museo Pedagógico Colombiano UPN.

Para  conocer el ‘Material para la enseñanza de la historia natural aplicada Espasa-Calpe, otros materiales de la enseñanza de las ciencias, otros objetos de la historia y la práctica pedagógica, y los archivos pertenecientes al fondo documental que exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11–86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

Igualmente los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/ y a explorar nuestra página web http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos. 

 

Palabras clave: Editorial Espasa-Calpe; Enseñanza de las Ciencias Naturales; Biología; Zoología; Historia Natural; Pedagogía; Enseñanza Aplicada; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias

Catálogo Material de enseñanza 1934. recuperado de: http://www.um.es/muvhe/ficha-catalogo/espasa-calpe-1934-10464/

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935.Bogotá: editorial el gráfico.

Ministerio de Educación Nacional. (1932). Pensum-programa y reglamento del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas. Bogotá: Escuela Tipográfica Salesiana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pieza del mes de agosto de 2018: Material Didáctico Sellomat

Como pieza del mes de agosto se ha seleccionado el material didáctico para la enseñanza de matemáticas del nivel elemental: Sellomat, producido en el marco de la tercera Misión Pedagógica Alemana en Colombia (MPA) [1]  en convenio con el Ministerio de Educación Nacional en 1965. Este material, junto con otros de distintas áreas, se elaboró a partir de una evaluación diagnostica de los conocimientos básicos de estudiantes de primaria que realizó la Misión en 1967 en la que se identificaron: “elevados índices de deserción y mortalidad escolar, deficiente preparación del magisterio, escasez de recursos técnicos y materiales” (Martínez et al, 1994, p.52). En el área de matemáticas se estableció sobre los niños que finalizaron el primer año escolar que:

Aproximadamente el 80% de alumnado domina las operaciones dentro del espacio numérico hasta veinte, y menos del 40% es capaz de calcular hasta cien. Analizando este fenómeno se encontró que el niño no ha captado el conocimiento básico del sistema numeral, es decir, la estructura decimal (Ministerio de Educación Nacional, 1968, p. 1).

Según los hallazgos mencionados, se implementaron una serie de guías para el maestro donde se abordaban los conceptos matemáticos relacionados con el sistema numeral (guías 1º y 2º) y se elaboró el material didáctico sellomat con el fin de contribuir a superar las falencias del aprendizaje de la estructura decimal, esto en coherencia con los objetivos de la tercera Misión Alemana:

a) elaboración de guías para el desarrollo de los nuevos planes de estudio; b) elaboración de material didáctico auxiliar al maestro en su práctica de enseñanza y c) capacitación a los maestros en el uso de las guías y el material didáctico elaborado (Ramírez, 1978, p.12).

Sellomat se compone de una caja de madera con tres sellos uno de decena tamaño grande, uno de decena tamaño pequeño y otro de centena. Además cuenta con una almohadilla, tinta para sellos y su respectiva guía de aplicación del material con información técnica y didáctica para utilizarla. El material se utiliza, según la guía de la siguiente manera: estampar sellos de diez (tamaño grande) en el cuaderno del estudiante u hoja de papel, después los niños deberán colorear los círculos según los conjuntos que el maestro le indique para realizar diferentes operaciones matemáticas como lo indica la guía:  

Guía Sellomat, 1968 página 3
Guía Sellomat, 1968, página 3

 El ejemplar del material Sellomat de la colección implementos de enseñanza del Museo Pedagógico hizo parte de la donación que realizó la segunda Misión Alemana al Instituto Pedagógico Nacional en 1970 como una de las áreas de distribución del material didáctico a nivel departamental.

Referencias

Martínez, A; Noguera, C; Castro, J; (1994). Currículo y modernización, cuatro décadas de educación en Colombia. Bogotá: Foro Nacional por Colombia.

Ministerio de Educación Nacional. (1968). Guía Sellomat. Bogotá.

Ramírez, D. (1978). La Misión Pedagógica ante el Ministerio de Educación de Colombia. Bogotá: Ministerio de Educación Nacional.

Notas 

[1] Colombia ha tenido tres Misiones Pedagógicas Alemanas: la primera llegó a Colombia en 1872 con el fin de reformar y estructurar la enseñanza primaria y normalista; la segunda misión de 1926, tuvo como propósito la reestructuración de la formación de maestros y la dirección de los Institutos Pedagógicos para varones y señoritas (IPN); y la tercera, tuvo como objetivo el desarrollo de la enseñanza primaria mediante la capacitación del profesorado con el apoyo de guías y material didáctico.

Pieza del mes de julio de 2018: Fotografía del Edificio Escolar IPN

Como pieza del mes  se ha seleccionado una fotografía de la década de los años treinta de la construcción antigua del Instituto Pedagógico Nacional para señoritas (IPN) ubicada en Chapinero entre la calle 72 y calle 73. En la fotografía se ve bajo los cerros orientales: patio principal, a la izquierda capilla, fondo (izquierda) laboratorios, primer piso comedor y cocina, segundo piso salones de clase; y tercer piso, dormitorio de estudiantes y profesoras.  

La construcción arquitectónica del IPN estuvo determinada en sus inicios por lo que Castro (2009) denominó el modelo de la Unidad homogénea, que consistió en la articulación de diferentes niveles y procesos de formación que tenían un mismo propósito: la formación de maestras idóneas para todos los niveles de enseñanza. El Instituto Pedagógico Nacional fue concebido como institución modelo para la formación de maestras colombianas desde el primer Congreso Pedagógico celebrado en Colombia en 1917, evento en el  que se decretó mediante la Ley 25 de 1917 la creación en la capital de la republica de “un instituto pedagógico para institutores y otro para institutoras” (Congreso de Colombia, 1917), para este fin el gobierno conservador contrató en 1926 una Misión Pedagógica Alemana, la segunda en Colombia, para dirigir y organizar los dos institutos y además definió que:

Para la organización y buen funcionamiento de los institutos pedagógicos […] el gobierno procederá a construir en la capital de la republica dos edificios que, por su capacidad y condiciones, corresponden a las exigencias técnicas y a los adelantos de la ciencia pedagógica moderna (Artículo 2. De 1917).

En el caso del Instituto para señoritas, como parte de los compromisos del gobierno nacional, se inauguró en 1926 la construcción del edificio escolar para el Instituto conocido en la época como el palacio de la Avenida Chile. El edificio escolar fue diseñado por el arquitecto Pablo de la Cruz quien “siguió las referencias de los pedagogos europeos y norteamericanos de modo que lo proyectó como un colegio campestre ajustado técnica y estéticamente a los requerimientos de un establecimiento moderno” (Corporación La Candelaria, 2006, p.75), el resultado fue un Instituto con  amplias zonas verdes, habitaciones de internado y otras características modernas para la época como la biblioteca y las pistas deportivas. El instituto Pedagógico abrió sus puertas a las jóvenes estudiantes de los departamentos del país el 9 de marzo de 1927 con un complejo arquitectónico que constaba de:

La casa principal, capilla, biblioteca, museo, gabinete de física, 16 salones de clase,  colecciones, administración, 13 dormitorios; 11 habitaciones de empleadas y profesoras internas; 27 baños de regadera; una piscina; 26 servicios higiénicos,  cocina (…), biblioteca de las alumnas, enfermería y dentistería (Radke, 1936,p. 9)

Además del espacio para la formación de institutoras, se construyeron y adecuaron entre 1929 y 1955 una serie de edificaciones para los otros niveles de formación que complementaban la formación de las institutoras: Escuela Anexa (1926), Kindergarten (1933) y la primera edificación de la Universidad Pedagógica Nacional Femenina (1955) edificio A. Gran parte de la antigua construcción del Instituto Pedagógico Nacional inaugurada en 1926 tuvo que ser demolida a causa del sismo de 1967 que dejo la estructura en lamentables condiciones por lo cual en 1968 el Instituto Pedagógico se trasladó para el predio de la calle 127. En el mismo año empezaron las construcciones en la calle 72 de los otros edificios para la Universidad Pedagógica Nacional.

La pieza del mes a la que se hizo referencia en este texto y otras fotografías antiguas del IPN son exhibidas en las instalaciones del Museo Pedagógico Colombiano, también se pueden apreciar algunas de ellas en la exposición virtual IPN Patrimonio Pedagógico.

 

Referencias

Castro, J. (2009). Memoria institucional y acontecer pedagógico. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.

Corporación La Candelaria. (2006). Atlas histórico de Bogotá 1911-1948. Bogotá: Editorial Planeta.

Radke, F. (1936). Historia del Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas desde 1927 hasta 1935. Bogotá: editorial el gráfico.

 

 

 

Pieza del mes junio de 2018: Cilindros de Botón (Material Montessori)

Los cilindros de botón son uno de los objetos más reconocidos del material Montessori utilizado en varias escuelas alrededor del mundo desde el siglo XX. El material didáctico Montessori se sustenta en el trabajo que desarrolló la italiana María Tecla Artemisia Montessori (1870—1952) médica con formación en biología y antropología que a partir de su trabajo de psicología experimental con niños, denominados en la época, ‘anormales‘ y de los estudios de esta población de los médicos franceses Jean Itard (1774—1838) y Edward Séguin (1812—1880), fundamentó un método de enseñanza para niños normales que se consolidó como método pedagógico a través de la experiencia de las ‘casas bambini‘ que inicialmente fueron inauguradas en barrios obreros de Italia para evitar el abandono de los niños en las calles.

Tres son los pilares del método de enseñanza de Montessori: “el ambiente adecuado, el maestro humilde y el material científico» (Montessori, 1950, p. 15). Para ella el ambiente hacía referencia al lugar adecuado por el adulto para que el niño creciera y se descubriera a sí mismo en medio de su mundo, en consecuencia el maestro debe conocer y respetar la personalidad del niño y su grado de desarrollo. Referente al material, para la médica italiana (2013) los mismos objetos, sensitivamente atractivos, podían tener un poder de sugestión, reclamando la actividad del niño para que desarrollen habilidades mediante su manipulación, es por ello que resaltaba dichos objetos en la experiencia de las Casas Bambini:

Al mismo tiempo, hice fabricar un material científico exactamente igual al que yo usaba en una institución de niños con discapacidad mental, el cual por haber sido utilizado para ese objeto nadie pensó que pudiera llegar a ser un material escolar. No hay que imaginar que el “ambiente” de la primera Casa de los niños fuera amable y gracioso como el que presentan en la actualidad estos colegios (Montessori, 1907, p.1).

Montessori en su método hacía referencia a diferentes materiales de enseñanza para el desarrollo de diferentes habilidades como: discriminación visual, motricidad, lectura, matemática y vida cotidiana (higiene y cuidado de sí). Los Cilindros de botón hacen parte de los materiales sensoriales específicamente para trabajar la percepción visual de las diferentes dimensiones (grosor altura y tamaño), junto con la torre rosa, escalera marrón, cilindros sin botón, listones rojos entre otros. Los cilindros tienen por función desarrollar la discriminación visual y dimensional, así como mejorar el agarre de pinza (movimiento básico de la escritura). Uno de los sentidos que más se desarrollaba mediante este material, es el denominado por Montessori como el estereognóstico, definido como el sentido por el cual el niño mediante el tacto descubre e identifica volúmenes.

Los ejemplares de los cilindros de botón de la colección del Museo Pedagógico se componen de tres soportes macizos de madera con las siguientes dimensiones: 46 cm de largo, 6 cm de altura y 6 cm de ancho. Cada bloque de madera tiene diez orificios donde se encajan diez piezas de madera de forma cilíndrica que tienen en la punta un botón torneado del misma material. Los bloques de madera tienen las siguientes características:

Cilindros de Botón. Colección Montessori. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.

 

Bloque 1: diferente altura y diferente grosor.

 

 

 

 

 

Cilindros de Botón. Colección Montessori. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.

 

 

 

Bloque 2: misma altura diferente grosor.

 

 

 

 

Cilindros de Botón. Colección Montessori. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.

 

 

 

 

Bloque 3: mismo grosor diferente altura.

 

 

 

 

 

 

 


La manera de emplear este material según El método de la pedagogía científica de Montessori era entregar al niño la totalidad de los cilindros de botón incrustados en los listones de madera para que él interactuara con estos, así:

Después de que el niño se ha ejercitado durante algún tiempo en el manejo de los encajes sólidos (cilindros) y ha adquirido seguridad en el ejercicio, la maestra coge todo los cilindros de igual altura y los coloca sobre la mesa uno al lado del otro. Entonces escoge los dos extremos y dice: este es el lado más grueso o este es el lado más delgado, colocándolos de lado para que el contraste sea más evidente (Montessori, 1950, p. 69).

Sucesivamente la maestra mostraba a los niños las diferencias y características de cada cilindro respecto a los otros y finalmente realizaba un ejercicio de comprobación con el niño solicitándole que indicara alguna relación dimensional. Otros materiales de la colección material didáctico Montessori que se encuentran en el Museo Pedagógico son: cubos de 1000, caja de cuentas doradas, caja de usos, tablillas de 100, tablas de Seguin, resaques de madera y bastidores con cordones.

Para conocer el Cilindros de Botón Montessori, otros materiales didácticos de esta misma colección, los objetos e implementos escolares de la historia, la memoria y la práctica educativa y pedagógica; y los archivos, textos y manuales pertenecientes a los fondos documentales que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

Igualmente los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales de Facebook: https://www.facebook.com/museopedagogicocolombiano/, Instagram: https://www.instagram.com/museopedagogicoupn/?hl=es, y a explorar nuestra página web: http://museopedagogico.pedagogica.edu.co/ para visualizar y compartir nuestros contenidos. 

 

Palabras clave: Cilindros de Botón; Sentido estereognóstico; María Montessori; Material Didáctico; Escuela Activa; Infancia; Formación de Maestras; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias:

Montessori, M. (1950). El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia. Barcelona: Biblioteca Nueva.

Montessori, M. (2013) El niño el secreto de la infancia. México: Editorial Diana.

Montessori, M. (1907). Palabras de inauguración casa dei Bambini. España: Blog Montesorri para todos. Recuperado de: https://montessoriparatodos.es

Pieza del mes de mayo de 2018: Cartilla Lacónica de las Quatro Reglas de Aritmética Práctica

Para el mes de mayo, mes en que conmemoramos al maestro en nuestro país, escogimos esta “lacónica” cartilla de 22 páginas, publicada en 1797, porque se trata del primer texto de carácter didáctico publicado por un maestro en el territorio de lo que es hoy Colombia. La cartilla, como lo mencionan los investigadores Martínez, Castro y Noguera (1999, p. 109), “constituye un acontecimiento discursivo sin precedentes para aquel momento, en el que el acto de escribir estaba restringido a una preclara élite, y la circulación de impresos, celosamente controlada por el poder civil y eclesiástico”[1]. Su autor, Don Agustín Joseph de Torres, encarnó el ideal del maestro como intelectual en la medida en que, a pesar de sus precarias condiciones laborales, a pesar de sus “urgencias lloradas” (como él mismo llamaba a su injusta situación que lo mantuvo a lo largo de su vida laboral como una especie de mendigo de un salario), consiguió escribir una cartilla, obtener el permiso para publicarla por parte de las autoridades virreinales y eclesiásticas y, además, financiarla de su propio peculio.

Don Agustín Joseph de Torres, nombrado maestro desde diciembre 13 de 1775, fue el cuarto maestro de la escuela de San Carlos de Santafé, primera escuela pública de la ciudad y de todo el Virreinato. Dicha escuela fue el lugar donde, por más de cuatro décadas, Don Agustín procuró, como él decía, “la más perfecta educación en costumbres, letras e instrucción de la Religión”. Así aparece de su pulso y letra en uno de los expedientes del Archivo Nacional Histórico de Madrid[2], el registro de su voz, como una entre otras de muchos otros maestros que en el Virreinato de la Nueva Granada escribieron, antes que cartillas o materiales escolares, sendos expedientes con los que reclamaban el justo pago de su salario o el aumento del mismo para no perecer ahogados en sus “urgencias lloradas”.

Portada de la Cartilla Lacónica de las quatro reglas de aritmética práctica. 1797

El trabajo de Don Agustín Joseph con su cartilla representa el saber de la aritmética práctica, saber derivado de las necesidades de vida cotidiana de la Santafé colonial con su naciente actividad mercantil en el que la aritmética tenía una función primordial en la resolución de problemas domésticos y comerciales. Como lo señala el propio maestro Torres, la cartilla tenía como propósito que “la puerilidad tenga algunos principios de instrucción en beneficio del bien público” (Torres, 1797, p. 1) dada la escasa instrucción de la gran mayoría de la población en esta materia.

Se conmemora la publicación de esta cartilla lacónica en el marco de la celebración del día del maestro como una tentativa de recuperar la propia historia de los avatares y vicisitudes del magisterio nacional y en contraposición al carácter meramente religioso que tiene en Colombia el día 15 de mayo (la canonización de San Juan Bautista, fundador de la comunidad de Hermanos de las Escuelas Cristianas). De esta forma, pretendemos llamar la atención sobre un maestro público como Don Agustín Joseph de Torres que no es sólo un caso entre otros. Si bien su rostro y muchos datos de su vida nos resultan desconocidos, consiguió lo que bien puede considerarse un acontecimiento de orden pedagógico: escribir y publicar un texto para la enseñanza, una Cartilla Lacónica de las Quatro Reglas de Aritmética Práctica.

Esta Cartilla es pieza fundamental de una exposición organizada por el IDEP y el Museo Pedagógico en 2005 Paradojas del Maestro que tiene una versión virtual en las exposiciones de esta página. La cartilla digitalizada se cuenta digitalizada en la sección de manuales escolares.

Referencias bibliográficas

Martínez, A; Castro, O; Noguera, E. (1999). ). Maestro, escuela y vida cotidiana en Santafé colonial. Bogotá: Sociedad Colombina de Pedagogía- SOCOLPE.

Torres A. (1797). Cartilla Lacónica de las quatro reglas de Aritmética práctica. Santafé: imprenta patriótica.

Notas 

[1] La alusión de la cartilla Lacónica de las quatro reglas de Aritmética práctica como hecho singular de un maestro público de finales de siglo XVIII se encuentra descrito en el libro Maestro, escuela y vida cotidiana en Santafé colonial  (1999) de los autores Alberto Martínez Boom, Jorge Orlando Castro y Carlos Ernesto Noguera. Texto producido en el marco del proyecto de investigación Historia de la práctica pedagógica durante la Colonia, financiado por la Universidad Pedagógica Nacional y Colciencias.

[2]Archivo Histórico Nacional de Madrid, Sección Jesuitas, Legajo 92, documento 17.

Pieza del mes de abril de 2018: Mobiliario Escolar Antiguo

Colección mobiliario escolar Museo Pedagógico Colombiano UPN.

Con mobiliario escolar se hace referencia comúnmente a varios de los objetos de los salones de clases (estantes, bibliotecas, mesas auxiliares), sin embargo en los tratados sobre higiene del siglo XIX y XX este concepto se encuentra referido a los muebles, o cuerpos de carpintería, destinados al uso de los estudiantes, es decir a las mesas y los bancos que sirven a los alumnos para los ejercicios de escritura principalmente (Alcántara, 1912). En las escuelas de habla hispana, a estos muebles se le conoce como pupitre palabra que proviene del latín pulpitum, referida al púlpito, lugar utilizado en las iglesias para leer las Sagradas Escrituras y llevar a cabo la predicación.

Solo a mediados del siglo XIX en Europa, se empiezan a construir modelos uniformes de muebles para las escuelas y en América hasta la primera década del siglo XX. Uno de los primeros documentos en España que se relaciona con mobiliario o menaje escolar es el Reglamento de las Escuelas Públicas de 1838 en donde se señala que:

Las mesas de escribir [deben] ser largas y estrechas (de 16 a 18 pulgadas de anchura), con la conveniente inclinación para que puedan trabajar los niños con comodidad […] y a distancias proporcionadas sobre la parte superior de las mesas, se fijaran tinteros de modo que uno de ellos pueda servir para los discípulos (Reglamento de los Escuelas Públicas de España, 1838, Art. 6. Citado por Juárez, 1999, p. 61).

Algunas escuelas del siglo XIX en Europa, incluso hasta el siglo XX en América, el banco de madera destinado para los estudiantes conservaba el mismo diseño de los bancos de madera de la iglesia. El diseño de estos bancos no incluía espaldar, tenía espacio para tres o más niños y su disposición en el aula era también similar al del templo, a excepción de los lugares destinado para las niñas en la periferia del salón como se observa en la pintura de Anker de 1849.

Escuela de pueblo en 1848. Óleo de Albert Anker (1831-1910) Museo de Arte de Berna.

Otro modelo de pupitre similar al de la iglesia era empleado en las escuelas de enseñanza mutua o lancasterianas (1845), los escritorios eran comunes para toda la fila y medían aproximadamente de 2,5 metros y estaban ubicados a un metro de distancia unos de otros. Cada alumno tenía entonces cerca de 30 cm de escritorio a su disposición. Los asientos eran banquitos con un tope superior de 20 X 15 Centímetros.

Método británico de educación lancasteriana. (1816). Obsérvese al monitor de alumnos enseñando a los miembros de su escuela. Fuente: https://picryl.com/media/lancaster-frontispice-9ace68

El diseño de mobiliario escolar en Colombia empieza a ser regulado por el discurso de la higiene, como es posible identificarlo en la tesis de Aldana (1921) en donde señala que “el mobiliario escolar decide el porvenir físico del niño y por consiguiente debe ponerse cuidado especial en su construcción” (p: 14), postura que determina la implementación de especificaciones precisas para su diseño, más allá de criterios estéticos y prácticos con que se elaboraban en las carpinterías, los cuales empezaron a suscitar una serie de críticas:

La actual mesa de nuestras escuelas es demasiado larga; permite la acumulación de muchos niños, los cuales se apiñan unos contra otros haciendo demasiado difícil la escritura. El banco está muy separado del asiento en la generalidad de los casos, lo que obliga a los alumnos a sentarse en la orilla, con el cuerpo inclinado hacia delante; de esto resulta una curvatura dorsal, la compresión de los órganos abdominales perturbando la circulación y el trabajo intelectual (p: 14-15).

Otra crítica que predominó durante varios años fue que el mobiliario escolar de las escuelas rurales, no contaban con las condiciones necesarias como se afirma: “la mayor parte sólo cuenta con un tablero mal construido y sin barniz, los niños permanecen la mayor parte del día encerrados en un cuarto reducido y oscuro y sentados sobre un adobe o sobre un tarima” (Cély, 1925). De otro lado, este mobiliario era insuficiente para la cantidad de estudiantes que asistían a las escuelas rurales, al respecto se declara “conozco una escuela rural con veinte a veinticinco alumnos de asistencia media, donde todo el mobiliario consiste en una banca-mesa […], una casi-mesa y el taburete de la maestra” (Jácome, 1935).

De acuerdo con Noguera, a mediados de 1930 los locales escolares carecían de las condiciones higiénicas y pedagógicas mínimas, además, el mobiliario escolar era extremadamente inadecuado. Condición expuesta en los Informes del director de Educación del Departamento de Cundinamarca:  

«Aún en 1935 el jefe del Servicio Médico Escolar de Bogotá se quejaba de la ausencia de bancos suficientes, motivo por el cual los niños se veían obligados a sentarse en número de seis a ocho en bancos destinados sólo a cuatro personas. En varias escuelas, ante la carencia de pupitres, los niños tenían que recurrir a ladrillos o a sus prendas de vestir que, dobladas, colocaban sobre el suelo a modo de asiento. Pero no sólo era la escasez de bancos, como anotara el médico escolar, a ello había que agregar sus pésimas condiciones: bancos sin espaldar alguno, con madera imperfecta, pupitres iguales en los cuales debían acomodarse niños de todas las edades y tallas, o asientos pequeñísimos que no correspondían a la altura de la mesas destinadas a grupos.» (Del Corral, 1935: 58).

Mobiliario escolar unipersonal. (ca. 1920). Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.

Como resultado de las críticas al mobiliario escolar, se establecieron una serie de reglas básicas que debían tener en cuenta la anatomía del niño para su fabricación. En este sentido, el mobiliario debía posibilitar que: “la cabeza esté derecha y bien equilibrado sobre la columna vertebral, la frente ligeramente inclinada y los ojos separados del libro por lo menos 35 centímetros; los omoplatos a la misma altura en línea horizontal […]” (p:15). Situación que produjo la implementación de pupitres unipersonales como los que se utilizan en la actualidad.

 

Referencias:

Aldana, L. (1921). Algo sobre higiene escolar. Bogotá: Imprenta de San Bernardo.

Noguera Ramírez, C. E. (2012). La reforma educacionista en Bogotá 1920-1936: ¿instruir, educar o higienizar al pueblo? / Carlos Ernesto Noguera. En Historia de la educación en Bogotá.

Del Corral, A. (1935). Informe del director de Educación del Departamento al señor gobernador de Cundinamarca. Bogotá: Imprenta del Departamento.