Estimados/as visitantes en el marco de actividades institucionales por al Año Pierre Parlebas. El Museo Pedagógico Colombiano, el Museo Itinerante e Interactivo de la Educación Física y la Facultad de Educación Física, tienen el gusto de invitarlos a visitar la exposición temporal: «La Revolución Copernicana de la enseñanza de la Educación Física y el Deporte: Pierre Parlebas».
La exposición destaca la vida, obra y legado pedagógico/científico en relación con la enseñanza de la educación física y el deporte del profesor francés Pierre Parlebas; junto con hitos históricos del deporte a nivel nacional e internacional; y piezas emblemáticas del Museo Itinerante e Interactivo de la Educación Física de la UPN. Y se desarrollará entre el 18 de septiembre y el 31 de octubre de 2024, en las instalaciones del Museo Pedagógico Colombiano, ubicado en el Centro Cultural Paulo Freire (UPN sede Calle 72 # 11-86).
El presente mes el Museo Pedagógico Colombiano destacará como pieza del mes la memoria con relación a la vida, obra pedagógica y legado conceptual del maestro y pedagogo Martín Restrepo Mejía, quien nació el 2 de noviembre de 1861 en Medellín en el seno de una familia antioqueña y al parecer falleció en Cali a mediados de los años treinta del siglo XX cuando tenía un poco más de 70 años. Desde muy joven migró junto con su familia de un lugar a otro sin rumbo fijo. Particularidades de su origen social incidirían en que se refugiara profundamente en la religiosidad, por tal motivo al tiempo que desarrolló su trabajo académico, lograría el reconocimiento de misiones religiosas de la iglesia católica cercanas con el sector político conservador del país, especialmente, quienes lideraron el periodo de la Regeneración entre 1878–1898.
Eventualidades de la vida lo llevaron a ocupar un cargo como profesor de párvulos en el año de 1876, pero en el mismo año se agudizó la disputa político-militar por la formación espiritual de la población colombiana denominada la “guerra de escuelas”, un conflicto entre liberales y conservadores que tuvo como detonante la separación de la escuela con la iglesia, condición que los conservadores no aceptarían ya que, creían profundamente que la enseñanza debía estar guiada por los principios de la doctrina cristiana.
De acuerdo con Oviedo: “El radicalismo liberal sustituyó en 1872 la educación religiosa, heredada de España, por la pedagogía pestalozziana. El conservatismo reaccionó para restablecer la espiritualidad del alma y la educación escolástica regentada por la Iglesia. Las ideas políticas sobre la mente humana fueron un lema de batalla y la educación su escenario bélico.”
Restrepo se caracterizó por una profunda dedicación e interés con los procesos y la práctica pedagógica, la didáctica y la maestranza escolar; ser maestro y reflexionar por el proceso de formación de educadores, fueron sus compromisos de vida. Por este motivo en 1878 se dirigió al municipio de Buga para fundar una pequeña escuela para posteriormente trasladarse a Cali y en 1885 comenzó a dirigir el Colegio de Jesús junto con su hermano Luis.
Considerado uno de los pioneros de la pedagogía en Colombia, Martín Restrepo Mejía elaboró varios manuales para aplicar en la escuela, guiado por el método propuesto por E. Pestalozzi (1746–1827) quién entendió al niño relacionado directa y libremente con su entorno, según las pautas del educador suizo, la educación del niño está ligada a la experiencia y debía ser concebido: “bajo un sano sistema pedagógico en el que la cruz de la civilización moderna debía sopesarse con la eficacia de la pedagogía cristiana”.
Así, la pedagogía propuesta por Restrepo Mejía se fundamentó en la doctrina religiosa, pues, la consideraba un verdadero sistema de educación, y una escuela moderna no podía desconocer el conjunto de principios y leyes de los lineamientos cristianos, ya que, en términos prácticos, la religión era la base fundamental para construir sujetos con capacidades y desarrollar continuamente la especie, el individuo y sus aptitudes.
En 1888 en el marco de los resultados de un concurso para los maestros del país propuesto por el Ministerio de Instrucción Pública, Restrepo y su hermano fueron ganadores por el libro titulado: “Elementos de pedagogía”. A finales del siglo XIX se considerada su obra cumbre y se consolidó como el manual principal para la formación de maestros en las escuelas normalistas y anexas del país.
Posteriormente, entre 1892 y 1898 fue maestro de filosofía en la Universidad del Cauca; también fue Inspector General de Instrucción Pública del departamento del Cauca; y, por último, se le designó como rector de la Universidad del Cauca, alternando sus actividades directivas con la enseñanza, al desempeñarse como profesor de castellano en la Escuela Normal de Institutoras de Popayán, esta experiencia llevó a Restrepo a pensar la manera de enseñar lengua castellana y la forma e instruir a los nuevos educadores. Además, aplicó directamente algunos manuales y escritos que había redactado; durante esta etapa, en 1893, ajustó y publicó la segunda edición de Elementos de Pedagogía, texto presentado para la formación de maestros en las escuelas normales.
Posteriormente, en 1894 publicó “Gramática de la lengua española”, donde abordó los fundamentos de nuestra lengua, obra que se enfocó en la instrucción de los jóvenes estudiantes de colegios y los métodos adecuados para la aplicación práctica de la gramática castellana.
En 1907, se trasladó a Bogotá para dar conocer tres obras que había escrito producto de su reflexión y práctica pedagógica de años anteriores, ellos fueron: “Aritmética para las escuelas”, “Geografía Universal” e “Historia sagrada y eclesiástica en sus relaciones con la historia universal”.
El primero, se basó en iniciativas de carácter intuitivo, inductivo y deductivo, para hacer sencillo el aprendizaje y transmitir los conocimientos matemáticos al estudiante. En el segundo texto, recopiló datos descriptivos sobre geografía que todo niño debía conocer de memoria, la obra se dividió en tres secciones: la primera contenía, nociones fundamentales de geografía; la segunda, tenía noticias de diferentes países del mundo, que permitían ampliar la información de la primera sección; y en la última, el maestro encontraba datos numéricos y estadísticos. En el último texto, dio a conocer diferentes acontecimientos religiosos en relación con la historia de la humanidad, desde el nacimiento de Cristo y hasta inicios del siglo XX en Colombia.
En 1912 fundó en Bogotá una Escuela que llevaba su nombre; y en 1922 migró a la ciudad de Tunja para dirigir el Colegio de Boyacá. Sobre este periodo se destaca la obra “Pedagogía doméstica” de 1914, que se ubicaba en el discurso higienista de la época, puesto que, pretendía incidir en la formación y condición moral de obreros, campesinos y pobladores humildes.
“A nivel intelectual se destaca su admisión a la Academia Colombiana de la Lengua en 1915, un año después representó al país ante la Unión Intelectual Latinoamericana, miembro de la junta organizadora del Primer Congreso Pedagógico Nacional (1917), allí participó en calidad de representante del profesorado de su colegio privado y como lector y evaluador de los trabajos que se presentaron para las secciones de enseñanza primaria y profesional. También, fue Editor y director durante 1914 y 1915 del periódico semanal infantil La Niñez.” Martínez Velasco, M. A. (2021).
Una de las obras de Restrepo Mejía con que cuenta la colección bibliográfica del Museo Pedagógico Colombiano, es la segunda edición del texto “Geografía de las escuelas” publicado en 1909, esta contiene en la primera parte lecciones de geografía astronómica que describen el sistema solar; el movimiento del planeta Tierra sus movimientos y relaciones con los demás cuerpos celestes; la luna, entre otras. Posteriormente, abarca diferentes lecciones de geografía física, que describen los aspectos físicos de la superficie del planeta; los continentes, su topografía e hidrología; el clima y la temperatura; los reinos de la naturaleza, entre otros temas. Luego, incluye lecciones de geografía descriptiva, donde caracteriza los seres humanos, los pueblos, las comunidades; también describe distintos fenómenos sociales, religiosos, lingüísticos, etc. Y, por último, a través de un relato detallado del territorio nacional, aborda diferentes accidentes geográficos de Colombia, como su localización, su división natural, su orografía, sus numerosos cuerpos acuáticos; su diversidad etnográfica; varias nociones históricas en relación con la exploración, descubrimiento y fundación de las ciudades colombianas desde la época de la colonización; para finalizar con una breve descripción de la división política del país a inicios del siglo XX.
La obra teórica de Martín Restrepo Mejía se considera una de las primeros cimientos para la constitución del Campo intelectual de la pedagogía en Colombia, que también se relaciona con una serie de acontecimientos a tener en cuenta: el Decreto Orgánico de Instrucción Pública de 1870 (también conocida como la Reforma educativa liberal del siglo XIX, que posteriormente contrató la primera misión pedagógica alemana); el Plan Zerda de 1893 (en el contexto de La Regeneración), la primera Ley Orgánica de Educación conocida como la Ley 39 de 1903; la realización del Primer Congreso Pedagógico Nacional de 1917; la fundación de la Escuela Normal Superior de Colombia, los Institutos Pedagógicos Nacionales femenino y masculino de Bogotá y Tunja; y la consolidación de las Facultades de Educación a mediados del siglo XX.
Para concluir, de acuerdo con Jiménez Becerra: “Al abordar en retrospectiva la vida y obra de Martín Restrepo Mejía, debemos reconocer que, a pesar de su adscripción al partido conservador y su relación con la Iglesia Católica, fue un maestro e intelectual de la educación que modernizó el pensamiento pedagógico colombiano desde finales del siglo XIX y, por lo menos, hasta 1920. Su incidencia en la pedagogía colombiana es insoslayable ya sea en lo que respecta a la manera como asume la reflexión científica de la educación, ya sea por su concepción de infancia y de maestro, ya sea por su incidencia en las Escuelas Normales en las que se formaron los maestros de la época en mención.”
Para consultar algunos textos publicados por Martín Restrepo Mejía, otros manuales escolares en relación con el campo intelectual de la educación y la pedagogía; diferentes objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica educativa y pedagógica; la colección de juegos y juguetes; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano. Convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Palabras Clave: Martín Restrepo Mejía; Campo Intelectual de la Pedagogía; Escuelas Normales; Formación de Maestros en Colombia; Instrucción Pública; Lengua Castellana; Aritmética; Geografía; Pestalozzi; Museo Pedagógico Colombiano.
Autoría: Erika Liliana Guerra Forero – Estudiante de la Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Sociales. Revisión y corrección de estilo: Museo Pedagógico Colombiano.
Bibliografía:
Jiménez Becerra, A. (2017). Pensamiento pedagógico colombiano: Martín Restrepo Mejía. Una mirada a sus conceptos de pedagogía, infancia, maestro y escuela. Revista Historia de la Educación Latinoamericana, Vol. 19 No. 29. http://www.scielo.org.co/pdf/rhel/v19n29/0122-7238-rhel-19-29-00245.pdf
Martínez Velasco, M. A. (2021). Notas para la configuración histórica de la pedagogía de párvulos en Colombia: aportes desde Martín Restrepo Mejía, 1888-1930. Espacio, Tiempo y Educación, 8(1), pp. 9-30. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7963938
Para esta ocasión el Museo Pedagógico Colombiano, de acuerdo con su compromiso histórico con la conservación e investigación de la memoria escolar, la difusión de la cultura material educativa, y el estudio sobre los textos y manuales utilizados en la escuela, eligió como pieza del mes el Catecismo de la Doctrina Cristiana escrito por el sacerdote jesuita, teólogo y catequista español Gaspar Astete (1537–1601), quién una vez ordenado en 1571 en la Compañía de Jesús, además, de dedicarse a orientar en la oración y los misterios de la fe, se desempeñó como profesor de Filosofía, Humanidades, Arte y Teología en distintas ciudades europeas.
Histórica y colectivamente su apellido se asocia más con el modelo de instrucción para la catequesis de muchos fieles donde la Iglesia Católica tuvo gran influencia entre el siglo XVII y buena parte del siglo XX. Sin embargo, el padre Astete, publicó otras obras: El modo de rezar el Rosario, Salmos y oraciones (1593); Del gobierno de la familia (1597); Del estado de religión (1603); y Gobierno de la familia y estado de viudas y doncellas (1603).
La edición más antigua de este Catecismo data de 1599, contiene la doctrina cristiana predominante desde finales del siglo XVI y se tituló: «Doctrina cristiana y documentos de crianza»; por su amplia difusión, cuenta con más de 1000 ediciones, y se tradujo a todas las lenguas europeas. También conocido como el Catecismo del padre Astete fue redactado mediante el sistema pregunta–respuesta y contiene la exposición concisa de lo que un ‘buen cristiano’ debe saber y cumplir para llegar a la salvación de su alma, dejar huella a través de la evangelización de otros, y según su autor lograr la redención de la humanidad.
El impacto de la obra que reseñamos sirvió para la renovación de la iglesia católica a través de la expansión de los postulados la Contrarreforma y, asimismo para los procesos masivos de evangelización del ‘Nuevo Mundo’ americano. En este sentido, la organización del Catecismo y la brevedad del lenguaje para su lectura y compresión permitió un desarrollo, y memorización sencilla de los temas; y sin duda, la difusión y propagación de la fe católica.
Desde su publicación, solo a partir de 1788 el texto original incluyó nuevos contenidos y tuvo las primeras modificaciones. Por ejemplo, para estimular la memorización y el entendimiento entre adultos y niños, la estructura gramatical de las respuestas iniciaba repitiendo el enunciado de cada pregunta; y las preguntas fueron reorganizadas según su importancia. Por otra parte, se adaptaron algunos contenidos a las enseñanzas vigentes por la Iglesia Católica; y durante el siglo XIX la obra fue traducida a otros idiomas. Al respecto, las dos ediciones que resguarda el Museo se revisaron y reformaron por la Conferencia Episcopal de 1936 y 1956 respectivamente.
El Catecismo de Astete como herramienta para la instrucción de la Doctrina Cristiana, iniciaba con un apartado denominado: ‘Verdades Preliminares’, que introducía al devoto con relación al nombre de Cristo y la insignia del cristiano: la santa Cruz, es decir, explicaba las razones por las que, un cristiano debe rendirse ante la Cruz, y el uso de la persignación como costumbre para distintas situaciones. Este apartado, también incluía, temas relacionados con el fin de la creación del hombre; el propósito de amar, servir, orar y creer en Dios; y la importancia de practicar la Doctrina Cristiana.
Luego, la primera parte desglosa y describe cada una de las frases del Credo, explicando así, los artículos de la fe, su origen apostólico, la vida de Jesucristo, la labor de la Iglesia Católica, y los motivos por los cuales se deben creer las verdades que Dios ha revelado en las Sagradas Escrituras.
El Catecismo, incluye otras oraciones principales de la fe católica como el Padre Nuestro; el Ave María y la Salve Regina, haciendo énfasis en por qué se deben honrar a los ángeles y a los santos. En esta parte, se profundiza en la necesidad de orar, las peticiones que se hacen por medio de ellas, el fundamento de cada una, y la forma de realizarlas. Posteriormente, se explican los diez Mandamientos de la Ley de Dios, referidos como las «obligaciones que tenemos para con Dios, para con el prójimo y para con nosotros mismos», con su cumplimiento conseguimos la salvación eterna y el perdón de los pecados; igualmente, se enumeran los cinco Mandamientos de la Santa Madre Iglesia, entre ellos oír Misa todos los domingos, y practicar la confesión de los pecados.
La cuarta parte detalla los dones de la gracia; la práctica de la fe, la esperanza y la caridad; las virtudes morales; los dones y frutos que proceden del Espíritu Santo; las bienaventuranzas; y los siete sacramentos de la Iglesia. Además, de los temas referidos, se instruía en otras cuestiones contempladas en la práctica de la Doctrina Cristina, entre ellas: el acto de contrición para el arrepentimiento; las obras espirituales y corporales de la misericordia; y el aprendizaje para rezar los misterios del Santo Rosario.
Generalmente los catecismos se relacionan en mayor medida, con los manuales escolares utilizados por la Iglesia para la enseñanza de la religión católica y la ley divina. El método concebido para enseñar y aprender mediante la recitación y repetición, y para grabar en la memoria los contenidos: “repetición de viva voz”, estructuraba los textos por medio de preguntas y respuestas, facilitando el conocimiento de las lecciones entre maestros, alumnos, lectores y fieles católicos.
En esa época, la Iglesia Católica ostentaba un rol influyente con relación a los lineamientos del acontecer educativo. Por tanto, manuales escolares como el Catecismo Astete y otros de su naturaleza que circulaban por el sistema educativo colombiano entre el siglo XIX y XX, fueron uno de los modelos de mayor aplicación dentro del ámbito escolar, estableciéndose cómo un dispositivo de control con varios fines: la instrucción moral y religiosa de la población, la definición de normas para la formación de un modelo de ciudadano católico dentro del acontecer político del país, y la aceptación de las doctrinas esenciales para el establecimiento de una pedagogía que propendía hacer de Colombia un Estado Católico.
Otro factor determinante fue la Constitución Política de 1886, que por su carácter ‘centralista, hispánica y confesional’, organizó el sistema de instrucción pública con base en los dogmas y la moral católica, decretando como obligatorias la enseñanza de la religión y las prácticas piadosas, en universidades, colegios y escuelas. De esta manera, las políticas educativas aplicadas por el programa de la ‘Regeneración’ de Rafael Núñez, restauraron el control ideológico de la Iglesia en la enseñanza pública, devolvieron a la educación religiosa la función de eje de la formación, y entregó sectores del sistema educativo a las congregaciones religiosas.
En ese contexto, los manuales fueron una herramienta que concentró conocimientos y fundamentos que hacían parte esencial del proceso educativo. Así, la formación escolar se enfocó en la concreción de un ciudadano católico, en la consolidación de la República y el fomento del patriotismo, por medio de catecismos religiosos y políticos, manuales de urbanidad, higiene y buenas costumbres, y en textos escolares para la enseñanza de la historia y la geografía.
Sin embargo, diversas críticas al uso escolar de la obra del Padre Astete señalan que, la educación de ese momento asumió un rol adoctrinador, asumiendo al colombiano en formación como una ‘tabula rasa’ sobre quién se escribía sin tomar en cuenta su criterio o su capacidad de discernimiento. A dicho modelo se le intentaron oponer otras posturas políticas, que buscaban transformar el sistema educativo e instaurar uno orientado en la formación laica, libre y no confesional, subrayando la separación entre la Iglesia Católica y la educación nacional.
Para consultar el Catecismo de la Doctrina Cristiana, otros manuales escolares y catecismos para la enseñanza de la religión y la doctrina cristiana; diferentes objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica educativa y pedagógica; la colección de juegos y juguetes; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano. Convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Palabras clave: Catecismo de la Doctrina Cristiana; Catecismos religiosos; Educación de la fe; Gaspar Astete; Iglesia Católica; Enseñanza de la religión; Formación de ciudadanos; Pedagogía; Educación; Museo Pedagógico Colombiano.
Autoría: Erika Liliana Guerra Forero – Estudiante de la Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Sociales. Revisión y corrección de estilo: Museo Pedagógico Colombiano.
“El idioma castellano es el más fácil del mundo para aprender a leerlo y escribirlo como lengua materna.” Adrián Dufflocq
Como pieza del mes, el Museo Pedagógico Colombiano eligió el Silabario Hispano Americano, texto que hace parte de la colección de Manuales Escolares que pertenecen a los Fondos Documentales que el Museo conserva y tiene a disposición para consulta. Publicado en 1945, es un libro de enseñanza y alfabetización creado por el profesor chileno Adrián Dufflocq Galdames (1905–1984). Apasionado por la lengua castellana y su estructura gramatical, elaboró varias cartillas para enseñar a leer y escribir a su hijo, que posteriormente darían origen a la pieza que reseñamos.
Cuenta con más de 90 ediciones en todos los países de habla hispana, y su difusión fue tan amplia, ya que, fue una importante herramienta para reforzar los métodos de aprendizaje de la lectura y la escritura; por su aplicación en los primeros años de escolaridad; y también, como un material efectivo para superar el analfabetismo en la población adulta.
Los primeros silabarios eran cartillas con listados de sílabas y letras, para enseñar a leer usadas en las escuelas y otras instituciones regentadas por comunidades religiosas, que tenían el privilegio para la creación de estos textos, que, además, de incluir contenidos religiosos, eran concebidos para el adoctrinamiento cristiano. El método de enseñanza de estas primeras cartillas se fundamentó en el aprendizaje memorístico de sílabas que conformaban oraciones para la doctrina católica. Por ejemplo, la Nueva cartilla de primeras letras impresa en México entre mediados del siglo XVI y finales del siglo XVIII, se considera uno de los primeros silabarios de nuestro continente, que relacionaba los ejercicios silábicos con imágenes religiosas.
Era común también que estas cartillas incluyeran algunos ejercicios silábicos que a la vez eran fórmulas de adoctrinamiento religioso; como la oración de protección “Por–la–se–ñal–de–la–san–ta–cruz…”, […] a manera de enlace entre la presentación de las sílabas y los contenidos religiosos. (González, 2011)
Ahora bien, con las reformas borbónicas, los contenidos de los nuevos silabarios adoptaron las ideas del racionalismo y la Ilustración, que buscaban ampliar y presentar los contenidos en forma enciclopédica, incluyendo listados más completos y de casi todas las sílabas en uso. Posteriormente, con los procesos de laicidad en la educación, los contenidos fueron reemplazados para respaldar y legitimar valores en relación con la idea de patria, la identidad nacional y el civismo.
Por otra parte, con el nacimiento y masificación de la educación pública en América, los ‘silabarios modernos’ publicados entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, comprendieron nuevos métodos de enseñanza de la lectura que reaccionaban al aprendizaje memorístico del alfabeto. Así, fue expresa la necesidad de crear un sistema basado en la práctica de la lectura de palabras, puesto que, la enseñanza a partir de letras y sílabas sueltas nada decían al entendimiento del educando.
Para finales del siglo XIX, los progresos en las técnicas y los sistemas de impresión revolucionarían la publicación de manuales escolares y otros textos de uso escolar. De esta forma, los silabarios, contenían numerosas ilustraciones como apoyo visual para el mejoramiento del aprendizaje de sílabas y palabras, y del método de lectura y escritura. La incorporación de imágenes hizo más ameno, interesante y fácil su uso, y, la apropiación de los contenidos; asimismo, cada palabra se asociaba no solo a la forma en que se escribía y pronunciaba, sino también al concepto representado en cada imagen que las acompañaba.
En el contexto chileno, se considera al ‘silabario’ como uno de los movimientos educativos precursores del proceso independentista, junto con ello, el Congreso Nacional Chileno promulgó la Ley General de Instrucción Primaria de 1860, donde el ‘silabario’ se instaló como la herramienta insustituible para vencer el analfabetismo.
Precursor al SilabarioHispano Americano, se destaca uno de los más efectivos de finales del siglo XIX, publicado en 1884 por la Imprenta F. Brockhaus en Leipzig (Alemania): el Nuevo método (fonético–analítico–sintético) para la enseñanza simultánea de la lectura y escritura compuesto para las escuelas de la República de Chile, conocido como Silabario Matte. Creado por Claudio Matte Pérez (1858–1956) uno de los primeros educadores chilenos en insertar dibujos a sus libros, que, aprovechó las asociaciones visuales que se podían establecer entre las imágenes, la representación escrita de sonidos o palabras, y, su significado. Su éxito lo llevó a ser oficializado por el Gobierno de Chile para la enseñanza, y luego se popularizó en otros países de América Latina.
Con base en la propuesta del Silabario Matte, el profesor Adrián Dufflocq se basó para publicar su trabajo, que buscaba lograr la simultaneidad de la escritura y la lectura, asociando imágenes con textos; además, incorporó el detallado trabajo del artista Mario Silva Ossa (1913-1950), dibujante e ilustrador gráfico de decenas de cuentos y novelas de autores chilenos y europeos, quién plasmó su aporte en el texto escolar de 1945, cuyas imágenes en plumilla, aguada y acuarela se inspiraron en la estética de las ilustraciones de los cuentos clásicos.
El título, fue reflejo de la inspiración latinoamericanista e hispánica con que se concibió la obra, introduciendo en los contenidos información sobre otros países de la comunidad española y americana. Igualmente, por el deseo de integración expresado en el SilabarioHispanoamericano, tenía reproducciones de las banderas de todos los países hispanos. Por otra parte, en la contraportada, el autor dedicó su trabajo: “A los niños de habla española, con mi fervoroso deseo de hacerles llano y fácil el camino en este primer paso del conocimiento de nuestra hermosa lengua.”
De acuerdo con el prólogo, el autor utilizo experiencias de la psicología infantil para elaborar el libro con el propósito de aportar a la labor del profesor de primaria y que, a la vez, sirviera a los adultos analfabetos para encontrar: “la ruta más corta en la senda luminosa del saber”. Adicionalmente, la simplicidad del texto permitió que lo utilizaran familias que se encontraban alejadas de los centros educativos, ya que, mientras los padres supieran leer y escribir, podían ser maestros de sus hijos solo siguiendo las instrucciones formuladas.
El prólogo, también comentaba sobre el método fónico–sensorial–objetivo–sintético–deductivo, el cual según Dufflocq rompió con los métodos anteriores:
Contiene una veintena de innovaciones en las normas de enseñanza, que la orientan, decididamente, hacia dos principios básicos pedagógicos: “de lo conocido a lo nuevo” y “de lo simple a lo compuesto”. Todo ello apoyado en plan sensorial que caracteriza al sistema. […] Con este nuevo método, el alumno tiene la satisfacción de traducir por sí solo lo que hay escrito en este libro, bastando únicamente que lo guíen al comienzo de cada lección. Quien lea las instrucciones indicadas más adelante y observe el mecanismo que mueve y enlaza las lecciones entre sí, advertirá que en este Silabario no hay necesidad de leerle al alumno palabra alguna a través de todo el libro, y, por lo tanto, no podrá aprender de memoria sus lecciones. (Dufflocq, 1953)
Bajo el método deductivo del Silabario Hispano Americano, el maestro en muchos casos pasaba a desempeñar un papel de observador, debido a que, con una breve instrucción, los estudiantes podían continuar las lecciones de forma autodidacta. Así, aprendían sonidos completos (cimiento del lenguaje fonético), para establecer relaciones entre los sonidos del habla y su representación escrita.
El método aplicó la separación de las palabras en sílabas, y agregó el uso de las consonantes p, l, y m para iniciar el aprendizaje. Asimismo, como ya se referenció las imágenes hicieron más fácil la asimilación y asociación de las palabras con objetos, formas, sujetos, etc. Una vez se avanzaba en las lecciones, el texto tenía varios cuentos cortos para el aprendizaje de la lectura, siendo el elemento para finalizar el proceso de alfabetización del educando.
Actualmente el Silabario sigue vigente, y se considera un instrumento práctico para las escuelas y procesos de alfabetización. En este sentido, según el autor, el aprendizaje en los niños sería significativo si las primeras herramientas para dicho fin captaban su interés y estimulaban su curiosidad.
Si el niño comprendía la utilidad del primer libro que llegaba a sus manos, podría tener un proceso de formación fructífero para desarrollar sus capacidades; para acercarse, explorar y descubrir el mundo que comenzaba a conocer; y por supuesto, el propósito de la obra: aprender a leer.
Para el profesor Adrián Dufflocq, la obra era una herramienta escolar capaz de infundir ánimo y convicción en el niño. Ella podría ser un fundamento potente para determinar su proceder en la vida, en la que, es decisiva la primera instrucción escolar recibida. De este modo, se evidencia la importancia del Silabario Hispano Americano a partir de tres contextos: espacial, temporal y referencial.
En el espacial, el libro se popularizó en todos los países de habla hispana (incluyendo España donde, fue aprobado y aplicado como sistema de aprendizaje). Desde el contexto temporal, se ha destinado para la enseñanza en primaria desde su publicación en 1945 hasta hoy, siendo una importante obra elogiada por maestros y pedagogos; igualmente fue comercializado por diferentes editoriales y conocidas librerías, incluso circulando versiones en el mercado pirata. Y, para el referencial, el Silabario procuró mejoras a versiones de otros textos similares publicados durante el siglo XIX, como, por ejemplo, el ya referenciado Silabario Matte de 1884 escrito por el educador Claudio Matte; y también, el silabario de 1849 creado por el profesor argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811–1888), conocido como Método de lectura gradual.
Como se mencionó anteriormente, España certificaba oficialmente el 14 de diciembre de 1951, a través de la Escuela Preparatoria del Instituto “Ramiro de Maeztu” de Madrid al profesor Dufflocq por enseñar a leer y escribir a 20 niños de 5 y 6 años, en 45 días utilizando el Silabario. Con ese propósito, el Instituto aplicó un examen que comprobó la eficacia de la obra del profesor chileno, prueba que contó con la supervisión del Inspector General de Enseñanza Primaria de España y otras autoridades docentes españolas.
Además del testimonio anterior sobre sus resultados, se presentaban otras opiniones positivas de maestros y directores de distintas escuelas superiores e institutos, sobre la utilidad del Silabario como herramienta de uso escolar.
“El resultado obtenido en esta escuela fué espléndido, pues como a los cinco meses sabían leer y escribir correctamente, siendo que el curso de niñas está formado por alumnas cuya inteligencia está un poco bajo de lo normal. Nora Alvarado, Escuela Superior de Nigas NQ 52, Valparaíso”. (Dufflocq, 1953)
Como material para los procesos de alfabetización en adultos, resultó muy eficiente, ya que, con una breve instrucción, el adulto analfabeto comprendía el método y posteriormente, continuaba por su cuenta con las lecciones, logrando el aprendizaje en cuatro o cinco semanas.
“De 100 alumnos campesinos […], 96 fueron promovidos a Segunda Preparatoria leyendo correctamente. Miguel Jaramillo Benítez. Director, Chincolco”. (Dufflocq, 1953)
En conclusión, destacamos la obra del profesor Adrián Dufflocq, por ser una importante herramienta pedagógica para la instrucción escolar en la primera infancia y los procesos de alfabetización de adultos en el territorio hispano. Su legado, es una pieza fundamental para construir, historiografiar y narrar los procesos educativos; y en efecto, para la colección bibliográfica del Museo Pedagógico Colombiano, como un documento histórico fundamental con relación a los procesos de enseñanza–aprendizaje en los ramos de la lectura y la escritura de diferentes generaciones hispanohablantes de la segunda mitad del siglo XX.
“El Silabario Hispano Americano ha sido para los maestros como un hallazgo bendito. Hilda G. De Poblete. Directora Escuela Montessori, Talca”. (Dufflocq, 1953)
Para conocer el Silabario Hispano Americano, otros manuales escolares en relación con la enseñanza de la lectura y la escritura; diferentes objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica educativa y pedagógica; la colección de juegos y juguetes; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano. Convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Palabras clave: Silabario Hispano Americano; Adrián Dufflocq; Silabarios; Enseñanza de la lectura; Enseñanza de la escritura; Manuales Escolares; Pedagogía; Educación; Museo Pedagógico Colombiano.
Autoría: Cristian Camilo Idarraga Ballén – Estudiante de la Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Sociales. Revisión y corrección de estilo: Museo Pedagógico Colombiano.
El presente mes el Museo Pedagógico Colombiano destacará como pieza del mes la Brújula de Inclinación y Declinación Magnética que pertenece a la colección de implementos escolares de la Educación Secundaria, en relación con la enseñanza de la geografía y las ciencias en el ramo de la física. Elemento fabricado aproximadamente a mediados de la década de 1920, por la compañía alemana E. Leybold’s Nachfolger A.G. ubicada en la ciudad de Colonia.
Leybold hace referencia al apellido homónimo del comerciante alemán Ernst Leybold (1824-1907) que en calidad de gerente de la empresa Kothe, en 1851 asumió financieramente los rumbos de esta, y finalmente se hizo cargo desde 1863 bajo el nombre de E. Leybold. En 1870 la empresa fue vendida, pero siguió operando como E. Leybold’s Nachfolger.
La compañía, comenzó como un negocio de ventas e importación de cristalería médica, envases de ungüentos, termómetros, balanzas, suministros y equipamientos para farmacias; posteriormente desde 1854, amplió la gama de productos con equipos físicos-técnicos, farmacéuticos, químicos, y otras disciplinas científicas. De tal manera, a finales de 1850 no solo ofrecía un catálogo completo de productos, sino que garantizaban la fabricación de cualquier equipo farmacéutico, químico, físico, matemático y técnico que no hiciera parte del catálogo siguiendo las especificaciones del diseño.
Tal fue el éxito de la empresa, que, en 1867 Leybold decidió crear su propia fábrica de equipos científicos, técnicos y didácticos. Consolidándose también, como uno de los principales proveedores de instrumentos para laboratorio en escuelas, universidades y centros de estudios de Alemania.
Según los hitos históricos oficiales del fabricante en 1871, la variedad de productos incluía 585 equipos físicos y armarios de instrumentos de física, compuestos por colecciones completas de equipos que se ofrecieron por primera vez desde entonces. Para 1876 Leybold, publicó el primer catálogo de equipos físicos para el uso en escuelas secundarias e institutos; gradualmente se incluyeron aparatos químicos para laboratorio.
Luego en 1880 le siguió un folleto especial sobre el trabajo de William Crookes, quién a partir de experimentos con tubos de rayos catódicos contribuyó al desarrollo de las bombas de vacío, cuyo éxito tecnológico inició en 1906. Las innovaciones en el campo fueron tan relevantes qué posteriormente, le siguió la invención de la bomba de aire molecular, el principio básico de la bomba turbo-molecular y el uso de la bomba de difusión.
De acuerdo con la introducción del ‘Catálogo de Aparatos de Física’:
“Al comparar este catálogo con las ediciones precedentes se nota fácilmente que muchos aparatos han sido perfeccionados y que hemos creado muchos nuevos. Hemos, al contrario, suprimido todos aquellos que no presentan sino un interés histórico o que no se prestan para una enseñanza viva. Nos hemos esforzado en realizar aparatos de construcción simple; pero que a la vez pueden ser utilizados para numerosas experiencias. Los modernos aparatos Leybold hacen la enseñanza más fácil, y por el mismo gasto, permiten aplicaciones múltiples en dominios muy amplios. Algunos aparatos, cuya adquisición puede ser hecha progresivamente, constituyen el objeto de combinaciones racionales juiciosamente establecidas. Estamos a la entera disposición de nuestros favorecedores para completar las indicaciones del presente catálogo.” (Leybold’s Nachfolger, 1939).
La brújula de inclinación y declinación también conocida como compás magnético, es un instrumento que permite estudiar las propiedades del campo magnético en cada punto de la superficie de nuestro planeta. Asimismo, permite establecer el sentido de orientación, posición y navegación basado en las líneas magnéticas que existen en la Tierra, ya que, el campo magnético genera la indicación precisa. Además, se utilizaba para determinar los puntos cardinales y el meridiano magnético.
Es importante precisar que la inclinación magnética se presenta por el ángulo que forma el campo magnético terrestre con el plano horizontal de la superficie de la tierra y es resultado de la tendencia que tienen los objetos imantados a alinearse con las líneas generadas por el campo magnético.
La historia de la brújula de inclinación está ligada directamente a la navegación y a los descubrimientos desarrollados por la necesidad de orientarse en condiciones de adversidad. Uno de los hitos principales para la invención de la brújula de inclinación fue la expedición polar del navegante y botánico británico James Clark Ross (1800-1862) en 1831 en la que localizó la posición del Polo Norte Magnético. Ross utilizó un instrumento llamado Dip-circle (Círculo de inclinación) para medir la inclinación del campo magnético en las regiones polares, el procedimiento ayudó a establecer una relación entre la inclinación magnética y la latitud geográfica.
A medida que avanzó el siglo XIX, los progresos y estudios científicos sobre el campo magnético contribuyeron a una mejor comprensión del lugar que habitamos. De esta forma, en 1838 el matemático, astrónomo y físico alemán Carl Gauss (1777-1855) propuso la teoría de un dipolo magnético, descrito como:
“[…] un sistema compuesto por dos polos magnéticos iguales y opuestos (polo norte magnético y polo sur magnético) separados por una distancia finita. Este sistema presenta una estructura fundamental que ayuda a entender las propiedades magnéticas en la naturaleza”. (¿Qué es un dipolo magnético?, 2024)
Posterior a dichos descubrimientos en relación con el magnetismo, la brújula de inclinación y declinación como instrumento fue evolucionando. El artefacto está conformado por dos agujas imantadas, que se apoyan sobre una pieza fabricada con centro de ágata (una variedad de mineral de roca volcánica) que permite su deslizamiento. La aguja vertical indica la inclinación magnética de un lugar específico, mientras que la horizontal indica la dirección de los polos magnéticos terrestres.
El estudio del campo magnético terrestre se benefició significativamente de la brújula de inclinación. El dispositivo posibilitó mediciones precisas de la inclinación magnética en diversas ubicaciones y latitudes, arrojando luz sobre la generación y comportamiento del campo magnético de nuestro planeta, que tiene como función principal protegernos contra los impactos masivos de energía; los efectos de las tormentas solares; y la radiación de otros cuerpos celestes. Es decir, funciona como un escudo natural, que hace a nuestro planeta apto para la vida.
Junto con los aportes en la rama física del magnetismo, el instrumento también ha sido de suma importancia en otras áreas. En la navegación, ha contribuido a viajes marítimos más seguros y precisos, ya que, los marinos han podido determinar su posición en alta mar calculando la latitud magnética mediante la medición de la inclinación del campo magnético terrestre con respecto a la superficie de la Tierra.
Para la exploración de las regiones polares, ha permitido mediciones precisas del campo magnético en latitudes próximas a los polos, mejorando la comprensión de la geografía magnética polar y una navegación más precisa en entornos desafiantes.
Finalmente, en el campo de la geofísica y la geología, se ha utilizado para realizar mediciones detalladas del campo magnético en distintas ubicaciones, estas mediciones son esenciales para entender la estructura interna de la Tierra y estudiar fenómenos geológicos como la tectónica de placas y la formación de minerales.
Para conocer la Brújula de Inclinación y Declinación E. Leybold’s Nachfolger A.G., otros objetos en relación con la enseñanza de la geografía; otros objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica educativa y pedagógica; la colección de juegos y juguetes; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Palabras Clave: Brújula de inclinación y declinación; Navegación; Orientación; Geografía; E. Leybold’s Nachfolger; Magnetismo; Pedagogía; Enseñanza; Implementos Escolares; Museo Pedagógico Colombiano.
Autoría: Erika Liliana Guerra Forero – Estudiante de la Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Sociales. Revisión y corrección de estilo: Museo Pedagógico Colombiano.
En su compromiso con la conservación, investigación y difusión de la memoria escolar y el estudio sobre la infancia, como también el estudio histórico sobre sus colecciones materiales, el Museo Pedagógico Colombiano eligió como pieza del mes el set de construcción metálica ‘Mecano‘ de la colección de juegos y juguetes del Museo Pedagógico Colombiano.
Basado en la ingeniería mecánica el modelo fue ideado por el inventor, político y negociante Frank Hornby y está compuesto por diferentes piezas metálicas como: tiras, engranajes, poleas, ruedas, ejes, tornillos, tuercas, placas metálicas, entre otros, que encajan y se acoplan entre sí para crear objetos de construcciones cotidianas simples o de mayor complejidad. Mediante la manipulación de palancas y engranajes, fue concebido no solo como un juguete, sino como un mecanismo que cumplía una función educativa para la enseñanza de principios mecánicos básicos, que estimulaba el desarrollo de la creatividad, la lógica y las capacidades sensoriales y corporales.
Fue creado a finales del siglo XVIII en Inglaterra y su comercialización inició en 1901. Conocido como “Mechanics Made Easy” (mecánica simplificada o mecánica hecha fácil) fue patentado por su creador en 1907. Liverpool fue la ciudad en la que se estableció la primera fábrica, pero la alta producción, exigió la creación de una fábrica de mayor capacidad.
La popularización del invento conllevó al registró de la marca comercial Meccano Ltd., y a su expansión a otros países europeos como Alemania, Francia y España en las primeras dos décadas del siglo XX. En este sentido, en España se comercializó una imitación llamada ‘Metaling’ que incluía piezas similares, y aunque las portadas de los manuales de instrucciones eran distintos tenían las mismas ilustraciones de los modelos originales. Entre 1930 y 1931, la marca española acordó con Meccano Ltd. conceder la licencia para la producción y comercialización de Meccano en España.
En Colombia ‘Mecano – The Best’ fue producido por la fábrica Franco–Colombiana C‘hristian Le Paliscot establecida en la ciudad de Bogotá, y el folleto informativo tenía la siguiente descripción: “El juego de construcciones metálicas “MECANO” ha sido concebido y realizado para desarrollar la mente constructiva y el genio inventivo del niño. Con las piezas de la caja “MECANO No. 1” se pueden hacer más de cien (100) construcciones diferentes, la mayor parte de ellas móviles con la ayuda de ruedas de transmisión y de los engranajes especiales.”
Respecto a la fábrica Franco–Colombiana no se halló información, pero una de las fuentes consultadas[1], menciona que el modelo colombiano fue posterior al modelo –Mekanik– de procedencia alemana datado del año 1948, además el diseño y medidas de las piezas es similar.
El juego consta de diferentes piezas metálicas y plásticas con la capacidad de ensamblarse entre sí para la creación de distintos modelos como por ejemplo columpios, carretillas, sistemas de piñones, automóviles, grúas, plataformas, entre otros.
Originalmente contiene un conjunto de piezas contenidas en pequeñas cajas (caja A, caja I, caja II) con 408 piezas, entre las que se encuentran: ejes de 5 centímetros, poleas de trasmisión, tornillos de diferente calibre, tuercas, trinquetes, piñones, llantas, ruedas, manivelas, entre otros. Los tamaños varían, hay algunas muy pequeñas, como también herramientas para el acople o ensamble de las piezas entre sí de fácil manipulación para los niños: destornilladores y llaves inglesas, muy similares al ‘Mekanik’ alemán.
Los colores de las piezas en el modelo original eran rojo, verde y amarillo, pero estos podían variar de acuerdo al fabricante. Para el caso colombiano, combinaba verde oscuro, rojo, mientras que, las piezas plásticas eran de color negro. Igualmente, es importante recalcar que los juguetes de construcción como Mecano, en su mayoría se destinaron principalmente para los niños varones.
Mecano se produjo como un juguete armable y desarmable con el objetivo de terminar con la idea de un juguete estable y terminado. Por ese aspecto, la creación de este tipo modelo de juguetes, tenía una intención por estimular la curiosidad, el ingenio, la intriga, y la creatividad. En el ámbito educativo, nuestra pieza del mes, se podría situar en relación con la Escuela Activa, que encuentra en la ‘acción’ un postulado que favorece la actividad psicomotora de los niños en el proceso enseñanza-aprendizaje. En este método pedagógico a través de la exploración; el juego; los materiales didácticos; la adecuación de los espacios al tamaño de la niñez; la actividad sensorial y el movimiento; los niños se transformaron en el centro del proceso educativo, recordemos que adaptar de la escuela al mundo infantil tuvo un propósito pedagógico, que asentó una nueva mirada sobre la infancia.
Al respecto, Mecano coadyuva al desarrollo de habilidades como: el pensamiento lógico, la creatividad y, la destreza motora. Tengamos en cuenta que, en el desarrollo del pensamiento lógico, la construcción de distintos modelos supone analizar, seguir instrucciones, idear pasos y enfrentarse a desafíos. Para el uso de este modelo, la creatividad es fundamental ya que, da la posibilidad para idear y construir autónomamente los modelos imaginados. Mientras que, las habilidades motrices se desarrollan mediante la manipulación de un conjunto de piezas metálicas y algunas herramientas fabricadas a escala, junto con ellas los niños aprenden a encajarlas para la construcción de formas de construcción, considerando que la cartilla incluida únicamente contiene ilustraciones. En particular, este juguete se usó en las aulas para aprender nociones sobre física, mecánica y matemáticas de manera didáctica.
Por otra parte, este modelo de juguete fue notable para la época en que fue producido, como menciona Cuervo (2017): “el juguete representa la mediación material en las relaciones de los niños con la sociedad” puesto que, en la primera mitad del siglo XX los procesos industriales en Colombia tomaron relevancia en el contexto del impulso de desarrollo económico en la etapa de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI). Etapa que buscaba romper con la dependencia industrial a través de las potencias económicas del polo europeo, y cuyo escenario coincidió con la etapa de crecimiento, desarrollo urbano y la construcción de una economía independiente en Latinoamérica. La escuela y los niños no fueron ajenos a dicho proceso, “los juguetes representan la vida en miniatura y por esto, en ellos se pueden leer concepciones del mundo y de la forma como éstas van evolucionando con el tiempo” (Cuervo, 2017); de esta manera, se relaciona este tipo de juguete y su recreación en Colombia a partir del contexto económico e industrial referenciado y sustentado en la siguiente descripción:
«[…] se construyeron posturas que veían en el juego y el juguete la posibilidad de educar e inculcar valores positivos, para formar ciudadanos productivos, trabajadores y útiles; siempre dentro del marco de una concepción de infancia en la que se entendía como la etapa en la que los niños se debían formar para la naciente sociedad moderna e industrial.” (Cuervo, 2017, p. 29).
Para conocer el juego de construcciones metálicas “Mecano”, la colección de otros juegos y juguetes de diferentes materiales y periodos históricos, otros objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica educativa y pedagógica, y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Juguetes; Mecano; Juguetes de construcciones metálicas; Producción Industrial; Juguetes armables; Cultura Material; Hombre; Infancia; Género; Museo Pedagógico Colombiano.
Autoría: Cristian Camilo Idarraga Ballen – Estudiante de la Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Sociales. Revisión y corrección de estilo: Museo Pedagógico Colombiano.
La Exposición Virtual, es fruto de un proyecto patrimonial coordinado por el Museo Pedagógico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, en colaboración con el Museo Pedagógico de la Universidad de Huelva y con el Museo Andaluz de la Educación de Alhaurín de la Torre (Málaga). Ha sido comisariada por el profesor Pablo Álvarez Domínguez y por las profesoras Mª José Rebollo Espinosa y Mª Celi Chaves Vasconcelos. Se trata de un proyecto de transferencia del conocimiento en el ámbito de la museología de la educación, concebido con la pretensión de poner a disposición de la comunidad universitaria y de la ciudadanía una serie de discursos museográficos y hermenéuticos, ligados a nuevas narrativas y sensibilidades, pensadas como alternativas a las que, desde un punto de vista androcéntrico, han ido configurando la historia de la educación más tradicional.
La muestra ha sido pensada como una oportunidad para la difusión y promoción de bienes patrimoniales de carácter histórico educativo a través de un ejercicio de divulgación del patrimonio educacional desde una perspectiva de género. La propuesta permite la visibilización y puesta en valor del género femenino como ingrediente esencial a la hora de reconstruir, estudiar, analizar e interpretar la historicidad patrimonial del hecho educativo de una forma más vivencial y sentida. Esta iniciativa de extensión cultural surge con la pretensión de presentar y dar a conocer a la comunidad una colección de objetos museístico pedagógicos, escritos y materiales educativos referenciados como artefactos, que de una u otra forma fueron utilizados por las mujeres en la historia. La exposición se propone dar a conocer distintos instrumentales, fuentes documentales y sensibilidades en perspectiva femenina, que contribuyen a revelar todo aquello que tiene que ver con la vida cotidiana, las identidades y los procesos educativos vividos por niñas y mujeres.
Alrededor de 100 piezas pertenecientes al patrimonio educativo expuesto en los tres museos pedagógicos andaluces mencionados, se han elegido y pensado para dialogar con ellas desde un posicionamiento crítico emocional, así como para ser relacionadas con la educación femenina y la cotidianeidad de niñas y mujeres en perspectiva histórica y patrimonial. Cada uno de los objetos elegidos va acompañado de una serie de reseñas producidas por un nutrido grupo de personas, vinculadas de alguna manera al ámbito docente -universitario o museístico-, y cuyos textos se encargan de subrayar su concepción objetual y lo que cada pieza representaba/inspiraba específicamente para la vida, la educación y la cotidianeidad femenina. La exposición nos permite reflexionar sobre la importancia de rescatar a través de la memoria y el patrimonio pedagógico, la historia de la educación de las mujeres, que durante tanto tiempo ha permanecido silenciada e incluso borrada.
El Museo Pedagógico Colombiano ha seleccionado como pieza del mes el Pupitre de modelo Lancasteriano de mediados del siglo XIX, con el ánimo de presentar el objeto más antiguo de nuestra colección, y al mismo tiempo, reseñar uno de los vestigios materiales más importantes de la educación formal en el marco del primer intento de sistema escolar para la instrucción pública en la incipiente República de Colombia en 1822. Y así, continuar nuestro compromiso con la divulgación de la cultura material producto de diferentes procesos educativos, que remiten a la caracterización de la historia de la educación y la pedagogía, y su importancia en la formación de sujetos.
La educación como hecho social, ha sido un pilar fundamental para el desarrollo de la sociedad, en consecuencia, se han creado e implementado diversos modelos para definirla como disciplina. La Escuela Lancasteriana, fue uno de tantos intentos de organización escolar, permeada por un momento histórico y cultural clave de la historia moderna de la sociedad: la Revolución Industrial, dicho proceso de transformación económica, social y tecnológica, nacido en el Reino Unido, impulsó un sistema que maximizó los recursos y brindó posibilidades de enseñanza a un mayor número de personas; así, el pupitre lancasteriano, se consideró una verdadera innovación del mobiliario escolar, gracias a su capacidad para organizar una buena cantidad de estudiantes, y, a muy bajo costo hacer masivo el acceso a las primeras formas de instrucción pública en las escuelas.
Como Método de Enseñanza Mutua o ‘Monitoral’, también se denominó a este sistema educativo propuesto por Joseph Lancaster en 1798. Entre sus características de funcionamiento, destacamos que, únicamente requería de un maestro para dictar clase a la mayor cantidad de estudiantes posibles (originalmente el método proponía entre 500 y 1000 niños); y los más aventajados en conocimientos, por su mérito eran nombrados como monitores, se ubicaban en uno de los extremos del pupitre, y, tenían como función, además, de controlar el orden y apoyar en la vigilancia, ayudar al perfeccionamiento y repetir entre sus compañeros (de menor nivel) la información brindada por el maestro. De esta manera, las denominadas escuelas de enseñanza mutua fomentaron la colaboración entre los estudiantes.
Este tipo de pupitre estaba compuesto por una estructura alargada construida en madera, en la que los alumnos se sentaban uno junto al otro, dispuestos en largas filas horizontales que podían medir entre 2,5 y 5 metros de largo. Sin embargo, el ejemplar que exhibimos es un recorte del modelo de época que incluye un compartimento frontal, utilizado comúnmente para almacenar libros y útiles escolares.
Al respecto: “Otro modelo de pupitre similar al de la iglesia era empleado en las escuelas de enseñanza mutua o lancasterianas del territorio de Colombia en los años cuarenta del siglo XIX), estos escritorios eran comunes para toda la fila y medían aproximadamente de 2,5 metros y estaban ubicados a un metro de distancia unos de otros. Cada alumno tenía entonces cerca de 30 cm de escritorio a su disposición. Los asientos eran banquitos con un tope superior de 20 x 15 centímetros”. (Aldana, 1921).
El diseño del pupitre modelo lancasteriano, se convirtió en el mobiliario insigne del proyecto pedagógico que respondió a las necesidades de escolarización de la Gran Colombia. En este sentido, el método llegó en un momento histórico particular: la constitución de la nación colombiana como República después de los procesos de Independencia, por lo tanto, a partir de 1820, Fray Sebastián Mora introdujo los progresos de dicho método, implantado en España entre 1816 y 1818. Así, por órdenes de Francisco de Paula Santander se fundaron tres escuelas, dispuestas en Bogotá, Caracas y Quito. Desde 1810 el mismo Lancaster mantendría comunicación con Simón Bolívar por medio de cartas, contándole en 1826 acerca de sus progresos pedagógicos y diversas situaciones, que lo comprometían como lo refería él mismo, a representar una figura paternal para algunos jóvenes iniciados en el método y la formación de maestros.
“La ley 8 del 2 de agosto de 1821 establece en Colombia la instrucción pública obligatoria para los niños entre 6 y 12 años de edad, y otros decretos que pretenden la uniformidad de métodos, y de contenidos, agregando el conocimiento de los derechos y deberes del hombre en sociedad y formación de maestros para la difusión del método lancasteriano” (Gutiérrez, 2014, p. 129).
A pesar de la gran acogida de las escuelas de enseñanza mutua, estas no lograron revocar los métodos de enseñanza previamente existentes y tampoco llegó a la totalidad de provincias del país, puesto que, la naciente República no contó con todos los recursos necesarios para implementar el método, y no había suficientes maestros que asumieran el cargo. No obstante, sobresale el trabajo de un importante pedagogo colombiano del siglo XIX, que buscó apropiar el método lancasteriano al contexto de aquel tiempo, su nombre fue José María Triana, quién en 1845, tradujo el Manual de Enseñanza Mutua para Escuelas de Primeras Letras, en el cual describió las generalidades del método, las reglas para ponerlo en práctica, y cómo se debía impartir la instrucción en gramática, escritura, aritmética, dibujo ‘linear’ y doctrina cristiana.
“En 1845 la Dirección General de Instrucción Pública le confiaba la redacción de manuales para los métodos de enseñanza primaria; y al mismo tiempo el Gobernador de la provincia de Bogotá, don Pastor Ospina, lo encargaba de fundar la Escuela Normal y de dar clases en ella por tres meses […] Al año siguiente (1846), el mismo gobernador Ospina le concedía privilegio para publicar y vender una obra de su propiedad con el título de Lecciones de Gramática Castellana arregladas al método de enseñanza mutua, aprobadas por la Dirección General de instrucción pública y mandadas enseñar en las escuelas de la nueva granada (719 á 720)” (Orjuela, 1910, 5).
Si bien, los pupitres del modelo lancasteriano evolucionaron y sufrieron algunas modificaciones en el curso del tiempo, su legado e incluso su uso persisten en la actualidad. Además, el método para el que se empleó, sentó bases importantes para el diseño de nuevos modelos educativos, y aún representa un hito significativo en la historia de la educación y la pedagogía desarrollada durante el siglo XIX y parte del siglo XX; influyendo sobre el sistema educativo, y la forma en que comprendemos la educación, la didáctica y la enseñanza, siendo estas dos últimas, parte fundamental de la práctica del saber pedagógico que le da sentido al maestro.
Para conocer, el Pupitre modelo Lancasteriano, la colección de otras tipologías de mobiliario escolar; otros objetos de la cultura material de la educación y la pedagogía; la colección de juegos y juguetes de diferentes periodos históricos; otros objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica pedagógica; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.
Palabras Clave: Método de Enseñanza Mutua; Joseph Lancaster; Escuela Lancasteriana, Sistema Escolar Colombiano, Instrucción Pública; Mobiliario Escolar; Pupitre; Monitores, República.
Autoría: Yeimy Jimena Bejarano Baquero – Estudiante del Programa en Pedagogía. Revisión y corrección de estilo: Museo Pedagógico Colombiano.
Estimados/as visitantes el Museo Pedagógico Colombiano, la Universidad Pedagógica Nacional -UPN- y la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, tienen el gusto de invitarlos a visitar la exposición temporal: «Carlos Eduardo Vasco in memoriam: “Pensar seriamente es difícil; pensar seria y críticamente es muy difícil; pensar seria, crítica y autocríticamente es casi imposible”. Celebrando su vida y obra desde el Museo Pedagógico Colombiano».
La exposición se desarrollará entre el 16 de mayo y el 30 de agosto de 2023, en las instalaciones del Museo Pedagógico Colombiano, ubicado en el Centro Cultural Paulo Freire (UPN sede Calle 72 # 11-86).
La Universidad Pedagógica Nacional invita a toda la comunidad al lanzamiento de la revista Pedagogía y Saberes No. 58: «María Montessori. La mujer que revolucionó la educación a comienzos del siglo XX«. Este se realizará en el marco del sexto ciclo de conferencias 2023-1 alrededor delcampo de estudio: Educación Superior, Comunicación y Mediación por TIC.