Pieza del mes de agosto de 2024: Religión, educación de la fe e instrucción escolar en la doctrina cristiana: El Catecismo del padre Gaspar Astete.

Para esta ocasión el Museo Pedagógico Colombiano, de acuerdo con su compromiso histórico con la conservación e investigación de la memoria escolar, la difusión de la cultura material educativa, y el estudio sobre los textos y manuales utilizados en la escuela, eligió como pieza del mes el Catecismo de la Doctrina Cristiana escrito por el sacerdote jesuita, teólogo y catequista español Gaspar Astete (1537–1601), quién una vez ordenado en 1571 en la Compañía de Jesús, además, de dedicarse a orientar en la oración y los misterios de la fe, se desempeñó como profesor de Filosofía, Humanidades, Arte y Teología en distintas ciudades europeas.

Histórica y colectivamente su apellido se asocia más con el modelo de instrucción para la catequesis de muchos fieles donde la Iglesia Católica tuvo gran influencia entre el siglo XVII y buena parte del siglo XX. Sin embargo, el padre Astete, publicó otras obras: El modo de rezar el Rosario, Salmos y oraciones (1593); Del gobierno de la familia (1597); Del estado de religión (1603); y Gobierno de la familia y estado de viudas y doncellas (1603).

La edición más antigua de este Catecismo data de 1599, contiene la doctrina cristiana predominante desde finales del siglo XVI y se tituló: «Doctrina cristiana y documentos de crianza»; por su amplia difusión, cuenta con más de 1000 ediciones, y se tradujo a todas las lenguas europeas. También conocido como el Catecismo del padre Astete fue redactado mediante el sistema pregunta–respuesta y contiene la exposición concisa de lo que un ‘buen cristiano’ debe saber y cumplir para llegar a la salvación de su alma, dejar huella a través de la evangelización de otros, y según su autor lograr la redención de la humanidad.

Astete, G. (1787). Catecismo de la Doctrina Christiana. [Imagen]. https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=7375

El impacto de la obra que reseñamos sirvió para la renovación de la iglesia católica a través de la expansión de los postulados la Contrarreforma y, asimismo para los procesos masivos de evangelización del ‘Nuevo Mundo’ americano. En este sentido, la organización del Catecismo y la brevedad del lenguaje para su lectura y compresión permitió un desarrollo, y memorización sencilla de los temas; y sin duda, la difusión y propagación de la fe católica.

Desde su publicación, solo a partir de 1788 el texto original incluyó nuevos contenidos y tuvo las primeras modificaciones. Por ejemplo, para estimular la memorización y el entendimiento entre adultos y niños, la estructura gramatical de las respuestas iniciaba repitiendo el enunciado de cada pregunta; y las preguntas fueron reorganizadas según su importancia. Por otra parte, se adaptaron algunos contenidos a las enseñanzas vigentes por la Iglesia Católica; y durante el siglo XIX la obra fue traducida a otros idiomas. Al respecto, las dos ediciones que resguarda el Museo se revisaron y reformaron por la Conferencia Episcopal de 1936 y 1956 respectivamente.

Astete, G. (1787). Declaración de la Doctrina Christiana por preguntas y respuestas (sistema antiguo). [Imagen]. https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=7375

El Catecismo de Astete como herramienta para la instrucción de la Doctrina Cristiana, iniciaba con un apartado denominado: ‘Verdades Preliminares’, que introducía al devoto con relación al nombre de Cristo y la insignia del cristiano: la santa Cruz, es decir, explicaba las razones por las que, un cristiano debe rendirse ante la Cruz, y el uso de la persignación como costumbre para distintas situaciones. Este apartado, también incluía, temas relacionados con el fin de la creación del hombre; el propósito de amar, servir, orar y creer en Dios; y la importancia de practicar la Doctrina Cristiana.

Luego, la primera parte desglosa y describe cada una de las frases del Credo, explicando así, los artículos de la fe, su origen apostólico, la vida de Jesucristo, la labor de la Iglesia Católica, y los motivos por los cuales se deben creer las verdades que Dios ha revelado en las Sagradas Escrituras.

El Catecismo, incluye otras oraciones principales de la fe católica como el Padre Nuestro; el Ave María y la Salve Regina, haciendo énfasis en por qué se deben honrar a los ángeles y a los santos. En esta parte, se profundiza en la necesidad de orar, las peticiones que se hacen por medio de ellas, el fundamento de cada una, y la forma de realizarlas. Posteriormente, se explican los diez Mandamientos de la Ley de Dios, referidos como las «obligaciones que tenemos para con Dios, para con el prójimo y para con nosotros mismos», con su cumplimiento conseguimos la salvación eterna y el perdón de los pecados; igualmente, se enumeran los cinco Mandamientos de la Santa Madre Iglesia, entre ellos oír Misa todos los domingos, y practicar la confesión de los pecados.

Astete, G. (1959). Sistema de preguntas y respuestas en la oración del Padre Nuestro en el Catecismo de la Doctrina Cristiana. [Imagen]. Fuente Colección Bibliográfica Museo Pedagógico Colombiano.

La cuarta parte detalla los dones de la gracia; la práctica de la fe, la esperanza y la caridad; las virtudes morales; los dones y frutos que proceden del Espíritu Santo; las bienaventuranzas; y los siete sacramentos de la Iglesia. Además, de los temas referidos, se instruía en otras cuestiones contempladas en la práctica de la Doctrina Cristina, entre ellas: el acto de contrición para el arrepentimiento; las obras espirituales y corporales de la misericordia; y el aprendizaje para rezar los misterios del Santo Rosario.

Generalmente los catecismos se relacionan en mayor medida, con los manuales escolares utilizados por la Iglesia para la enseñanza de la religión católica y la ley divina. El método concebido para enseñar y aprender mediante la recitación y repetición, y para grabar en la memoria los contenidos: “repetición de viva voz”, estructuraba los textos por medio de preguntas y respuestas, facilitando el conocimiento de las lecciones entre maestros, alumnos, lectores y fieles católicos.

En esa época, la Iglesia Católica ostentaba un rol influyente con relación a los lineamientos del acontecer educativo. Por tanto, manuales escolares como el Catecismo Astete y otros de su naturaleza que circulaban por el sistema educativo colombiano entre el siglo XIX y XX, fueron uno de los modelos de mayor aplicación dentro del ámbito escolar, estableciéndose cómo un dispositivo de control con varios fines: la instrucción moral y religiosa de la población, la definición de normas para la formación de un modelo de ciudadano católico dentro del acontecer político del país, y la aceptación de las doctrinas esenciales para el establecimiento de una pedagogía que propendía hacer de Colombia un Estado Católico.

Otro factor determinante fue la Constitución Política de 1886, que por su carácter ‘centralista, hispánica y confesional’, organizó el sistema de instrucción pública con base en los dogmas y la moral católica, decretando como obligatorias la enseñanza de la religión y las prácticas piadosas, en universidades, colegios y escuelas. De esta manera, las políticas educativas aplicadas por el programa de la ‘Regeneración’ de Rafael Núñez, restauraron el control ideológico de la Iglesia en la enseñanza pública, devolvieron a la educación religiosa la función de eje de la formación, y entregó sectores del sistema educativo a las congregaciones religiosas.

En ese contexto, los manuales fueron una herramienta que concentró conocimientos y fundamentos que hacían parte esencial del proceso educativo. Así, la formación escolar se enfocó en la concreción de un ciudadano católico, en la consolidación de la República y el fomento del patriotismo, por medio de catecismos religiosos y políticos, manuales de urbanidad, higiene y buenas costumbres, y en textos escolares para la enseñanza de la historia y la geografía.

Sin embargo, diversas críticas al uso escolar de la obra del Padre Astete señalan que, la educación de ese momento asumió un rol adoctrinador, asumiendo al colombiano en formación como una ‘tabula rasa’ sobre quién se escribía sin tomar en cuenta su criterio o su capacidad de discernimiento. A dicho modelo se le intentaron oponer otras posturas políticas, que buscaban transformar el sistema educativo e instaurar uno orientado en la formación laica, libre y no confesional, subrayando la separación entre la Iglesia Católica y la educación nacional.

Para consultar el Catecismo de la Doctrina Cristiana, otros manuales escolares y catecismos para la enseñanza de la religión y la doctrina cristiana; diferentes objetos e implementos escolares de la historia, memoria escolar, y la práctica educativa y pedagógica; la colección de juegos y juguetes; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano. Convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

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Palabras clave: Catecismo de la Doctrina Cristiana; Catecismos religiosos; Educación de la fe; Gaspar Astete; Iglesia Católica; Enseñanza de la religión; Formación de ciudadanos; Pedagogía; Educación; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Autoría: Erika Liliana Guerra Forero – Estudiante de la Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Sociales.
Revisión y corrección de estilo:  Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias:

Resines, L. (1981). Lectura crítica de los catecismos de Astete y Ripalda, primera parte. Estudio agustiniano, vol. 16. https://www.agustinosvalladolid.es/estudio/investigacion/estudioagustiniano/estudiofondos/estudio1981/estudio_1981_1_02.pdf

Astete, G. (1787). Catecismo de la Doctrina Christiana. Imprenta de don Manuel Santos Matute. https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=7375

laorejaroja.com. (2019) De Astete a Uribe: el adoctrinamiento sí importa. https://www.laorejaroja.com/de-astete-a-uribe-el-adoctrinamiento-si-importa/

Mesa-Cordero, C. A. (2018). Protagonismo de la Iglesia católica a través de textos y manuales escolares en Colombia. Pensamiento y Acción, (24), 7–24. https://revistas.uptc.edu.co/index.php/pensamiento_accion/article/view/8616

Pieza del mes de agosto de 2023: Plumas de escritura con plumillas intercambiables

Para esta ocasión el Museo Pedagógico Colombiano, de acuerdo con su compromiso histórico para la conservación, investigación y divulgación de la memoria y la cultura material educativa, como también el estudio sobre los saberes y prácticas escolares, eligió como pieza del mes la colección de plumas estilográficas, que remiten a la caracterización de la historia de la escritura y su importancia en la formación de sujetos.

Sobre la historia de la escritura es importante señalar que en el periodo colonial era restringida, en ese tiempo únicamente el escribano (formado a través de manuales sobre Caligrafía procedentes de España), desarrolló la labor para la redacción de documentos oficiales. Posteriormente, los hijos de familias adineradas comenzaron a instruirse, puesto que, «iban a la escuela y debían aprender a leer y escribir en latín, para poder entrar a las escuelas que formaban sacerdotes y abogados»[1]. En otros casos, las primeras formas de escuela regentadas por comunidades religiosas, permitieron a distintos grupos de niños de diferentes edades, acceder a la lectura y la escritura mediante textos de doctrina cristiana.

En el S. XVIII, la paulatina descentralización de la educación dominada por la Iglesia y una mayor presencia del Estado, propiciaron la aparición de la escuela pública y el maestro que la conducía. Así, la escritura empezó a constituirse como un saber escolar al alcance de un mayor número de personas, apareciendo entonces textos y métodos específicos. Luego, entrada la segunda mitad del S. XIX, con la expansión de la escuela pública y el acceso gradual a la escritura, se inició la difusión y dotación de materiales especializados para este ramo de instrucción como plumas, engobes, tinteros y porta tinteros; elementos básicos pero indispensables para los escolares de la época.

Como precedente a nuestra pieza del mes, en nuestro Museo salvaguardamos un ejemplar de Pluma de ganso, una de las reliquias principales en la historia de la escritura, que tuvo vigencia hasta mediados del S. XIX, dado que, las primeras plumas estilográficas de cartucho y plumilla (plumín) intercambiable se produjeron a partir de la segunda década del siglo XIX, durante ese momento simultáneamente se continuaron manejando las de aves, pero con la aceleración de patentes y la producción en masa de las estilográficas desde 1880, las fabricadas con pluma de aves –que se desgastaban muy rápido– entraron en desuso. Ahora bien, el tipo de pluma que reseñamos marcó una total evolución y transformación para el ejercicio de escribir, en aspectos como la comodidad, resistencia, precisión, calidad y posibilidades en cuanto a textura, grosor, tamaño y fluidez del trazo.

En este sentido la implementación de las plumas de punta metálica y las distintas plumillas, fabricadas en acero inoxidable u oro, propiciaron la popularización de este instrumento para la escritura; además el cuerpo de estas, se comenzó a manufacturar en ebonita (polímero descubierto en 1843, producto de la mezcla de caucho y azufre), asimismo los componentes internos como el plumín hueco y las válvulas también fueron ajustadas y mejoradas.

Para 1827, se conoció la primera patente de una pluma con depósito intercambiable de tinta, otorgada al pedagogo, matemático, ingeniero y filólogo rumano Petrache Poenaru (1799–1875) que, por otra parte, realizó contribuciones a la educación rumana. La patente #3208, del 25 de mayo de 1827, titulada «Endless Porter Count» (pluma portátil que no se acaba, que se alimenta ella misma con tinta) fue conferida en París. Sin embargo, la invención del rumano no tuvo producción continua, y por tanto, la creación oficial de esta clase de plumas se le atribuyó al agente de seguros y empresario estadounidense Lewis Edson Waterman (1837–1901) quién a partir de una mala experiencia con una pluma defectuosa, decidió fabricar un nuevo modelo que corrigiera el goteo y las fugas al escribir.

De tal interés, Waterman mejoró los modelos inicialmente creados por el rumano, especialmente el sistema de llenado a través de una ranura lateral, que ahora funcionaba por acción capilar, mediante el cual, la tinta fluía hacia la plumilla de forma continua y segura para el escribiente –más adelante, famosas empresas como Conklin, Sheaffer y Parker, desarrollaron otros mecanismos de alimentación de la tinta, para corregir inconvenientes con el flujo y los derrames–. Así, en 1883 Lewis fundó en Nueva York la empresa Waterman Pen Company (segundo fabricante mundial de plumas estilográficas, vigente en la actualidad y comercializadora también de bolígrafos, portaminas y cartuchos de repuesto), luego en 1884, patentó su nueva pluma estilográfica y desde ese momento comenzó a hacerse popular. En general alrededor de 1920, para el mundo occidental aquel modelo de pluma era el principal dispositivo para escribir, y fue así hasta la comercialización masiva del bolígrafo después de la Segunda Guerra Mundial; a pesar de ello, actualmente las plumas estilográficas, representan un símbolo de elegancia y decoro.

Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el propósito de los fabricantes existentes, consistió en desarrollar una mejor versión de este tipo de plumas, posicionarla como el producto principal para la comunicación escrita y hacer el artefacto más accesible (en los primeros años tenían un costo de fabricación alto), debido a que solamente los miembros de familias prestantes y las personas vinculadas a la iglesia podían hacer uso de este clase de herramientas y acceder a ese nivel de instrucción. Como ya se precisó, la conformación de la República después de 1819, introdujo un interés estatal que tuvo el objetivo de masificar la escuela (mediada por la iglesia) apostándole a la creación de escuelas de primeras letras y la consolidación de un ‘sistema educativo’ para la formación de los estudiantes en los rudimentos de la aritmética, la lectura y la escritura, y así, hacer de ellos ciudadanos útiles ante la sociedad; que adicionalmente fueran educados con base en principios morales y religiosos, derivados del acercamiento a las lecturas bíblicas, a fin de replicar las enseñanzas en las generaciones más jóvenes.

Entonces, el aparato civilizador de los habitantes en nuestro actual territorio, se materializó de acuerdo con la fundación de las primeras escuelas a partir de 1822, en consecuencia, hubo un especial cuidado, respecto a la metodología de enseñanza con la que se debía impartir la fundamentación escolar de la época, a fin de cuentas, su objetivo principal era la formación ciudadanos que legitimarían la estructura social, política y económica de la naciente República.

De tal manera, el uso de esta clase de plumas, poco a poco se dirigió a las escuelas establecidas en ese momento, sin distinción de la metodología pedagógica (Lancasteriana o Pestalozziana) a la que estuviera en función; asimismo su empleo se extendió en espacios como los monasterios, con el ánimo de promover la escritura en los jóvenes y las personas del común. Junto con la pizarra de piedra –otro vestigio material de la historia de la escritura en la escuela, también exhibida en el Museo–, la pluma como soporte de la memoria testimonial e instrumento para la enseñanza y práctica de la caligrafía, hizo parte de los primeros elementos de uso masivo dentro de la experiencia escolar. Sin embargo, la filigrana y el detalle en la caligrafía, el nivel de escritura y la correcta ortografía, se consideraron aspectos del reflejo estético del ciudadano culto, bajo tal premisa, se definieron formas de separación social, marcando diferencias entre los segmentos de población culta y los considerados pobres, por tener apenas una escritura básica.

El conjunto de plumas estilográficas con plumilla intercambiable hace parte de la colección de implementos y saberes escolares del Museo Pedagógico Colombiano, y sus características principales son las siguientes: los portaplumas fabricados en madera o en plástico, tienen forma anatómica para facilitar el agarre correcto, cada uno cuenta con una longitud de 17,5 cm, y en el extremo de mayor sección se encuentra una pequeña corona metálica interna para el montaje de las plumillas metálicas. Mientras que, estas últimas miden 3 cm de largo, se insertan en la corona mediante un sistema de inserción de tubo con doblez curvo, tienen un pequeño orificio de respiración que permite la fluidez de la tinta; y una hendidura estrecha por donde esta última pasa a la punta, dándole una longitud aproximada de 20 cm.

Con relación al tiempo de fabricación y uso, establecemos que fue posterior a 1940, esto de acuerdo con algunos detalles identificados sobre el cuerpo de los portaplumas y de las plumillas. Al respecto, en los primeros se observa la inscripción ‘KICO’ (Kalusin Importing Company S. A.), empresa fundada en Barranquilla hacia finales de 1920, dedicada a la fabricación de productos en plástico, reconocida, además, como una de las primeras industrias que comercializó juguetes plásticos en Colombia. Recordemos que:

«En el país, comienza la producción de juguetes en serie y de forma más masiva en materiales como la hojalata, el hierro fundido, el celuloide y plástico a mediados de la década de 1940. Una de las principales razones del auge de esta producción local, era la imposibilidad de acceder fácilmente a las importaciones a causa de la Segunda Guerra Mundial». (Cuervo, 2017).

Mientras que, en las plumillas, se reconoce la contramarca: «GOBIERNO DE COLOMBIA – MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL». Referente a la historia del Ministerio, en primera instancia este despacho de gobierno se instituyó en 1886 bajo el nombre de Ministerio de Instrucción Pública; posteriormente en 1923 cambió su nombre a Ministerio de Instrucción y Salubridad Públicas y, desde 1928 se le identifica como Ministerio de Educación Nacional. Es decir, las plumillas de nuestra colección fueron fabricadas expresamente por encargo del Ministerio de Educación de nuestro país, y probablemente se distribuyeron en las escuelas públicas auspiciadas por el Ministerio.

Copete, H. (2023). Plumillas metálicas intercambiables, obsérvese el detalle sobre el cuerpo de inserción de las plumillas con la inscripción: «GOBIERNO DE COLOMBIA MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL». [Fotografía]. Fuente: Museo Pedagógico Colombiano.


Para conocer, la colección de Plumas estilográficas y plumillas, otros implementos de la escritura; diferentes objetos de la cultura material de la educación y la pedagogía; la colección de juegos y juguetes de distintos periodos históricos; otros objetos e implementos escolares de la historia, la memoria escolar, y la práctica pedagógica; y los archivos pertenecientes a los fondos documentales y bibliográficos que salvaguardamos y exhibimos en el Museo Pedagógico Colombiano, convocamos a la comunidad de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiantes, egresados, investigadores, docentes, administrativos y miembros externos de la comunidad académica, colectivos pedagógicos y a todas las personas interesadas en conocernos, apoyarnos y difundir nuestras labores, a visitarnos de lunes a viernes entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. en las instalaciones del Museo ubicadas en Bogotá en la calle 72 N.º 11 – 86 (Edificio ‘E’) en el Centro Cultural ‘Paulo Freire’ de la Universidad Pedagógica Nacional.

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Palabras clave: Escritura; Caligrafía; Pluma Estilográfica; Plumilla; Implementos Escolares; Saber Escolar; Formación de Ciudadanos; Instrucción Pública; Museo Pedagógico Colombiano.

 

Referencias:

[1] Lozano, J; Gutiérrez, R; & Romero, F. (2010). Caligrafía expresiva, arte y diseño. Universidad Tecnológica de Pereira.

Catálogo general del Museo Pedagógico Colombiano. (2017). Sin publicar

Huineman, M. (2017). Pluma Hispana. Blogspot.com. Fecha de consulta:  agosto 8, 2023. Desde: https://plumahispana.blogspot.com/2017/04/

Supermileto.blogspot.com. (2019). La historia de la pluma de escritura. Fecha de consulta: agosto 8, 2023. Desde: http://supermileto.blogspot.com/2016/12/la-historia-de-la-pluma-de-escritura.html

Cuervo Calle, J. (2017). Historia del juguete en Medellín 1910–1940. El juguete como mediador en la transformación de los conceptos de infancia (Doctoral dissertation, Universidad EAFIT). Recuperado de: https://repository.eafit.edu.co/bitstream/handle/10784/11740/CuervoCalle_Juliana_2017.pdf?sequence=2

Historiaescritura.com. (s. f.) Historia de la Pluma Estilográfica. Fecha de consulta:  agosto 4, 2023. Desde: https://historiaescritura.com/instrumentos/pluma-estilografica

iguanasell.es. (2022). La pluma estilográfica de principio a fin. Fecha de consulta:  agosto 4, 2023. Desde: https://www.iguanasell.es/blogs/news/invencion-pluma